4 octubre, 2015

Cántico de Débora – Jueces 5 – Parte II


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Meroz: Debemos ponernos del lado de Dios.

En el período de los Jueces, Israel tuvo muchos altibajos. A menudo el pueblo se vio oprimido por invasores. Entonces Dios levantó líderes carismáticos (Jueces) para unirlos y guiarlos a que se defendieran. La palabra clave para entender el libro de los Jueces es: Ciclos. Para recordarlos con mayor precisión tenemos cinco palabras: Soberbia-Servidumbre-Súplica-Salvación-Sosiego, todas con la letra S. Una experiencia llevaba a la otra, y así seguía indefinidamente, era un círculo vicioso y ellos necesitaban instalar un círculo virtuoso. Uno de estos jueces fue una mujer, Débora, que además era profetiza. En esa época Jabín, un rey cananita, envió a sus hombres al mando de Sísara para despojar y matar. Débora fue movida por el Espíritu de Dios a resistir. Sin embargo, ella no era Juana de Arco, y no se cubrió con una armadura para pelear como un hombre. Utilizó sus poderes persuasivos para inspirar a los hombres de Israel a reunir sus tribus bajo el liderazgo de Barac. Cada tribu recibió su llamado para unirse y hacer lo que solos no podían, y enfrentarse con Sísara. Algunos vinieron, otros no. Es muy interesante ver como reaccionaron varias de las tribus.

Las tribus que se quedaron en casa fueron Rubén y Gad con los ganados, Dan con las naves y Aser en la playa bajo las palmeras (Jc 5:15b–17). Judá y Simeón en el sur ni se mencionan, tal vez porque el control amorreo sobre el valle de Ajalón los aislaba de las demás tribus vemos la primera señal en el libro de falta de unidad entre tribus.

¿Qué dice la Ley de Pareto, quien fue economista y sociólogo? La Ley del 80, 20. Pareto estudió la propiedad de la tierra en Italia y lo que descubrió fue que el 20% de los propietarios poseían el 80% de las tierras, mientras que el restante 20% de los terrenos pertenecía al 80% de la población restante.

La Ley de distribución de los ingresos afirma que el 80% de la riqueza y los ingresos son producidos por el 20% de la población.

Curiosamente, esto puede aplicarse a ámbitos muy distintos al simplemente económico y, de hecho, puede encontrarse en casi cualquier parte: ¿Curioso? ¿Casualidad? Ni mucho menos, parece ser que esto podemos aplicarlo de muchas formas en nuestras vidas:

El 80% de las consecuencias se deriva del 20% de las causas.

El 80% de los resultados procede del 20% de los esfuerzos realizados y del tiempo invertido.

El 80% de los beneficios de una empresa proviene del 20% de sus productos y de sus clientes.

El 80% del total de ganancias obtenidas en la Bolsa va a parar al 20% de los inversores y tiene su origen en el 20% de los valores de una cartera individual.

El 20% de una película es el 80 de su contenido. El 20% de un libro tiene el 80% del contenido. En una iglesia el 20% de la gente hace el 80% del esfuerzo.

El 20% de tu trabajo te da el 80% de tu satisfacción, el 20 % de tus parientes te da el 80% de tu satisfacción.

El 20% de la gente que conocés te da el 80% del soporte o satisfacción, (amistad, amor)

El 20% de tu esfuerzo te da el 80% de tu éxito.

En la batalla de Débora y Barac el 20% de las tribus, hizo el 80% del esfuerzo.

De las 12 tribus, 4 se borraron de la convocatoria, 2 no fueron avisadas, solo 6 se lanzaron a la lucha, pero no en forma masiva.

 

Meroz merece una consideración especial: Jueces 5:23. No se puso del lado de Dios.

“Maldecid a Meroz, dijo el ángel de Jehová; Maldecid severamente a sus moradores, Porque no vinieron al socorro de Jehová,  Al socorro de Jehová contra los fuertes”. 

Es una palabra dura y muy severa, asusta. Ellos no vinieron, no fueron, ni se pusieron del lado de Dios. Solo aquí está Meroz. Un ejemplo para ver un pueblo que por algún motivo no salió en ayuda. Como una maldición quedó en el anonimato, no se sabe si este pueblo siguió existiendo. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. 2 Timoteo 3:16-17.

“Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos”. 1 Corintios 10:11.

Hay una batalla, que el pueblo libraba, persiguieron a Sísara, vencidos, huyeron, pasaron por esta región de Meroz, y cuando iban pasando, no se detuvieron, ni salieron en contra de ellos, los dejaron pasar. NO dice lo que hicieron, sino lo que NO HICIERON. Hay delitos o pecados por omisión por no hacer nada.

GUERRA “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama”, Mt 12:30

INACTIVIDAD, el no hacer nada cuando hay que hacer. Nosotros debemos esforzarnos. No se sabe la causa, cobardía. El general Sísara iba con 900 carros herrados (serían los Panzer alemanes del siglo XX), era muy importante, los últimos armamentos, tenía la última tecnología, pero Dios tiene la mejor. Tuvieron miedo, temor, pensaron, este pueblo nos dominó 20 años, vamos a ponernos de su lado, si los Israelitas son vencidos, tendremos consecuencias.

¿Qué es un valiente? Es el que enfrenta la situación, es el ir al frente contra un enemigo superior, cuando no sabe si la va a ganar. Aun sabiendo que Jesús es vencedor estamos como Meroz, ¿qué va a pasar si hago esto o lo otro? Nos llenamos de temores que no logra el objetivo.

Estamos en una guerra o batalla, el adversario es como león rugiente. Efesios 6, esta guerra no admite neutrales o indiferentes, DEBEMOS PONERLOS DEL LADO DE DIOS.

No nos hemos puesto del lado de Dios para pelear, con sus fuerzas, pero SOLO del lado de Dios vamos a tener victoria. Aún caminando en los desiertos, con el precio de la soledad, con la incomprensión de muchos, pero obtendremos la victoria.

Hay que pelear la buena batalla, hay que acabar la carrera, hay que guardar la fe, 2 Timoteo 4:7. Al convertirnos comienza la batalla, contra el mundo, la carne y la obra del Diablo que quiere impedir que avancemos hacia adelante. Hay que ponerse DEL LADO DE DIOS.

 

Hay hombres que fueron distinguidos porque se pusieron del lado de Dios.

MOISES. Esto es ir en contra de la corriente, de las situaciones. No es lindo enfrentar el pecado, hay que ordenar la vida, nos exponemos en la escuela, no nos comprenden, ni nos miran bien, en el trabajo, lo hacemos como para el Señor, eso es ponerse del lado de Dios.

Moisés cuando volvía del Monte Sinaí, y el pueblo se corrompió, con la imagen que Aarón fabricó. Al bajar hubo un desafío: ¿Quién está del LADO DE DIOS?

¿Quiénes están del lado de Dios? Según Éxodo 32:26, fueron los levitas.

Cuando te ponés el lado de Dios, ahí comienza lo más difícil. Dios les dijo: Agarren la espada Éxodo 32:27-28. Que difícil levantar la espada contra los hijos, parientes y amigos, ¿Cuál fue el resultado? 3000 muertos; NO SER NEUTRAL, es PONERSE DEL LADO DE DIOS.

Fueron luego responsables de las ofrendas, de las alabanzas  del canto, en fin de la adoración. Ponete del lado de Dios.

Nehemías, en el capítulo 8 el pueblo hace un pacto con Dios, se compromete a obedecer, saca el paganismo, ordena, escuchan la Palabra y se arrepienten. Nehemías se tiene que ir porque vuelve a servir al rey pagano, pero regresa a los 9 años más o menos y ve una situación diferente.

Si regresaran muchos pioneros en sembrar el evangelio de antaño, al ver la iglesia hoy se impactaría, porque EL PECADO AVANZA Y NO Se HACE NADA, con CRITICAR no alcanza, hay que ponerse del lado de Dios y pelear.

Nehemías llega, el pueblo había dejado de velar, de luchar y de tener en cuenta la Palabra de Dios. ¿Sabés a quién se encontró en la casa de Dios? A Tobías, ¿Quién era? Uno de sus mayores enemigos cuando se encargó de la reconstrucción de Jerusalén.

Nehemías 4:1, habla de Tobías como enemigo del pueblo de Dios. Estaba acomodado, y lo permitió el sacerdocio de aquel tiempo, le entregó para su uso, las cámaras del Señor y muy tranquilo y piola las usaba. Nehemías tuvo que enfrentarse con él. El culto había decaído, el incienso no estaba más, las ofrendas sacadas, los diezmos de los levitas no se lo daban más, ellos tuvieron que huir para trabajar y vivir.

Ser famosos y exitosos, se equivocó de lugar. El enemigo duerme tranquilo, pero nosotros indiferentes. El Espíritu dice: Hay que sacar el pecado que está. Estamos del lado de Dios, pero ponemos en riesgo nuestra vida. “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”. Mateo 16:25

 

Pablo y Silas en el Concilio de Jerusalén. ¿Qué dice de ellos? “Hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo”. Hc 15:26

Jueces 5:18 “El pueblo de Zabulón expuso su vida a la muerte”. Pusieron en riesgo su vida.

¿Qué estamos poniendo en riesgo por el Señor? En regiones de oriente con mayoría musulmana ponerse del lado de Dios significa riesgo de vida.

En Jordania alguien que hoy es pastor al convertirse en cristiano fue amenazado de muerte por su propio hermano, y durante mucho tiempo tuvo que soportar la persecución con riesgo de vida.

En África al principio, con el envío de los primeros misioneros el promedio de vida de un misionero era de SEIS MESES.

David Livingstone, el famoso misionero escocés y explorador, fue atacado por un león y por enfermedades tropicales, murió en Africa, su corazón enterrado allí y su cuerpo en Inglaterra.

Jueces 5:16b “Entre las familias de Rubén hubo grandes propósitos de corazón”, cuando Débora y Bacac resaltan estas cosas. ¿Será el momento de proponernos algo? Y HACERLO.

EL HACER LO QUE DIOS QUIERE ES PONERNOS DEL LADO DE DIOS.

“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”. Lucas 9:23. ¿Qué es ponerse del lado de Dios?

SEGUIR EN POS DE CRISTO, EL NEGARNOS; Y TOMAR LA CRUZ ES PONERNOS DEL LADO DE DIOS.

El blanco es el supremo llamamiento de Dios. Con Lázaro enfermo, habían querido empujarlo para que vaya más rápido a sanarlo, cuando estuvo en Betania, llegó la hermana y dijo: Si hubieras estado aquí. Tardó, pero igual llegó a tiempo.

Hay que pelear la buena batalla, hay que acabar la carrera, hay que guardar la fe, 2 Timoteo 4:7.

 

XX VOLVER A LO BASICO: Hace algún tiempo un equipo de fútbol americano contrató un nuevo entrenador con la esperanza de alcanzar el título de campeón, hecho que nunca había logrado en su historia. El DT comenzó a trabajar con los jugadores y les indicó en sus primeros encuentros el tamaño de la pelota, las jugadas consideradas simples y básicas como para iniciados en ese deporte. Los jugadores se miraban sorprendidos unos a otros porque les estaba enseñando algo que ya sabían. Los partidos comenzaron y el equipo ganó hasta llegar a ser campeón por primera vez. Como este fue un hecho nunca alcanzado, una revista deportiva le hizo un reportaje al entrenador. La entrevista fue muy extensa pero al final de la misma, la última pregunta fue: ¿Si tuviera que decir en pocas palabras la razón del éxito, cuál sería? Y el entrenador dijo:…

…SIMPLEMENTE VOLVER  A LO BASICO.

¡Unos a otros! PONERNOS DEL LADO DE DIOS ES DEJAR DE SER NEUTRALES.

Dios tiene un plan único para cada cristiano durante su vida en esta tierra, en realidad su plan es eterno, pero empieza en el espacio y en el tiempo. Dios desea que cada creyente sea un miembro activo de la iglesia local, el «cuerpo» local o «familia» de creyentes. Estos se cuidan mutuamente unos a otros, y en consecuencia se edifican unos a otros en Cristo. Esto sería lo básico, y siempre debemos volver a lo básico.

“Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”. Efesios 4:15-16.

Los escritores del Nuevo Testamento animan a los cristianos a dedicarse a actividades específicas que permitan al Cuerpo de Cristo funcionar y crecer espiritualmente. Con frecuencia usan una palabra única para describir este proceso mutuo y reciproco: La palabra griega «all-el-on», que se traduce por «uno a otro». Esta palabra es usada 58 veces en el NT (Pablo lo hace 40 veces). Estos conceptos o mandatos se repiten de carta en carta, pero al estudiarla se pueden agrupar por significados, resultando aproximadamente unas 12 acciones que los cristianos han de ejecutar «uno a otro», para ayudar a edificar el Cuerpo de Cristo: Amarnos, siendo miembros, amonestándonos, soportándonos, saludándonos unos a otros, etc.

 

La parábola del buen samaritano. Lucas 10:25-37.

El intérprete de la Ley le recita el resumen rabínico de la Ley del AT (Dt 6:5; Lev 19:18).

Lucas 10:29 La pregunta del intérprete de la Ley sugiere que debía haber alguien a quien no se aplicara la encomienda de amar, buscando así los límites de este mandamiento. También destaca la dignidad de aquel a quien se ama, en lugar de la actitud de aquel quien ama.

El religioso intérprete de la ley NO SE PONIA DEL LADO DE DIOS.

Lc 10:30-35 Mientras el intérprete de la Ley busca una definición, Jesús le recuerda que el amor no es un tema de discusión teórica, sino una cuestión práctica. Religiosos profesionales, representados por el sacerdote y el levita, pueden discutir el asunto con gran habilidad. Sin embargo, aunque despreciado como alguien perteneciente a un grupo mestizo y a una religión corrompida, se elogia al samaritano, porque actuó en lugar de teorizar.

Alguien dijo: Que algunos cristianos tienen mucha religión en la cabeza, poca en el corazón y casi nada en los pies. Este no se pone del lado de Dios.

10:36 Jesús le devuelve la pregunta al intérprete de la Ley, pero le cambia el énfasis. No se trata de: ¿Quién era el prójimo?, sino de: ¿Quién probó ser el prójimo? El amor no toma en cuenta el valor de su objeto; simplemente responde a la necesidad humana.

 

10:33 Ayuda de una fuente despreciada, VALOR HUMANO. Había muy marcadas fricciones étnicas entre los judíos y los samaritanos (Juan 4:9); no interactuaban frecuentemente y, en algunos casos, existía hostilidad entre ellos. Pero Jesús, temprano en su ministerio, les enseñó la verdad de Dios. El Señor ministró a «la mujer de Samaria» y a la gente de Samaria (Juan 4:4-42). En esta parábola, la fuente de asistencia no fue un pariente o un conciudadano de Israel, sino un despreciado samaritano. Se nos recuerda que una de las grandes tragedias del prejuicio es que nos separa de quienes pueden eventualmente ofrecernos ayuda. La compasión del samaritano merece el mayor de los elogios, porque la persona a la que asistió, bajo circunstancias normales, probablemente ni siquiera le habría dirigido la palabra. Cristo ha venido a romper una separación semejante entre los seres humanos. (Santiago 2:1-9; Mateo 27:32) Comentario de la Biblia plenitud.

QUIEN ESTÁ DEL LADO DE DIOS SABE QUE NO HAY NADIE QUE ESTÉ EXCLUIDA DE NUESTRA ENCOMENDACIÓN DE AMAR.

QUIEN ESTÁ DEL LADO DE DIOS SABE QUE EL MANDAMIENTO DE AMAR NO TIENE LIMITES.

QUIEN ESTÁ DEL LADO DE DIOS SABE QUE IMPORTA LA ACTITUD DE QUIEN AMA Y NO LA DIGNIDAD DEL SER A QUIEN SE AMA.

 

A veces nos olvidamos de exponer o perder algo, no queremos perder nada, y decimos: Estamos para multiplicar, no para perder, para crecer no para perder, está en boca de predicadores raros.

El hombre moribundo de la parábola está tirado, y el levita y el sacerdote pasan de largo, ¿sin tiempo? Si tocaban alguien con sangre, y tenían que ser purificados.

Vieron la necesidad pero no hicieron nada. Meroz hizo igual. Dios llama pero no escuchamos nada, pero vino el buen samaritano y no hizo como los demás. Fue movido a misericordia. Limpió sus heridas con vino y aceite, lo vendó, lo puso en su cabalgadura, y lo llevó el mesón, y pagó dos denarios.

¿Estás perdiendo algo por la causa del Señor?

Algunos quieren correr cuando tienen que caminar, hay que ir paso por paso, no corrás. Si servimos a los hombres ellos fallan, pero servir a Dios es perfecto.

Nos ponemos duros frente a la necesidad de otro, no me refiero al dinero, sino a poner el oído, a visitarlo, darle una palabra de consejo de parte de Dios. Se ha perdido nuestro corazón por estar preocupado con nuestros problemas y dificultades, pero debemos ponernos del lado de Dios.

 

¿Porque estos hombres se comportaron de este modo? ¿Cuáles eran los móviles de sus acciones? ¿Quién fue el que mostró el auténtico amor? Esta parábola nos enseña a manifestar amor y misericordia a nuestro prójimo y por eso vemos lo indispensable que es para toda acción cristiana, por esa razón la exhortación de «amaos unos a otros» aparece más veces que ninguna de las otras expresiones en los «unos a los otros». Son once ocasiones: Romanos 13:8; Gálatas 5:13, 1 Tesalonicenses 3:12,4:9; 1 Pedro 1:22, 1 Juan 3:11,23; 4:7,11 y 12; 2 Juan 5. La parábola del buen samaritano nos muestra 4 maneras de encarar la vida con respecto a nuestros prójimos:

 

1) La manera del ladrón que avasallan derechos: Todo lo tuyo es mío o puede ser mío.

2) La manera de los religiosos: Todo lo mío es mío y no lo voy a compartir.

3) La manera del mesonero: Si me pagan yo lo cuido.

4) La manera del samaritano: Todo lo mío puede ser tuyo, quiero compartirlo.

¿Con cuál te identificas?

En nuestros próximos encuentros analizaremos en profundidad estas 4 maneras.

 

La manera de los religiosos: En Marcos 3, hay un ejemplo de religiosos. Nuevamente se plantea la controversia sobre la sanidad practicada en sábado (versículo 2), como había ocurrido otras veces. En la sinagoga se encuentra un hombre con la mano seca, una incapacidad lamentable. ¡Qué gozo  tuvo este hombre por haber estado en la sinagoga (congregación) ese día, el cual sería memorable para él! Cuando no estamos en la congregación del Señor perdemos ciertas bendiciones, que no serán reemplazadas por otras. Pero en ese día, si el corazón de los hombres se mostró mezquino y cerrado al sufrimiento de su prójimo, el de Jesús estuvo lleno de amor, y no quedó insensible ante la presencia del dolor en una de sus criaturas.

En este pasaje, vemos que Jesús fue movido a enojo, enojo justo, enojo santo, vos podés enojarte sin pecar, porque Jesucristo fue sin pecado. Lo que estoy diciendo es que vos podés ser bueno y enojarte, y enojarte sin pecar, Jesús fue movido a enojo, de hecho, si es que hay cosas que a vos jamás te enojan, algo raro sucede con vos.

¿Sabés lo que motivó el enojo de Jesús? Fue la actitud de los fariseos contra el hombre enfermo. Ahí estaba un hombre que tenía una profunda necesidad, pero ahí estaban otros hombres llenos de egoísmo, orgullo, arrogancia y autosuficiencia.

¿Qué es lo que tenían en contra de Jesús? No era porque Jesús enseñaba lo que enseñaba, el problema de ellos no era un problema teológico, era personal, lo que Jesús hacía estaba arruinándoles el negocio por así decirlo,  todos estos fariseos se enorgullecieron de que la gente los siguiera, los obedeciera, ellos ocupaban los principales puestos en todas partes, y tenían tremenda influencia sobre todos, y ahora la muchedumbre está siguiendo a Jesús, y esto los llenó de ponzoñosa envidia, ese era su problema, llenos de orgullo, de egoísmo, y envanecimiento poco les importaba el dolor de la gente.

Todos los seres humanos tenemos motivaciones, pero las motivaciones pueden ser malas o buenas, positivas o negativas, buscando el bien de los demás o persiguiendo intereses muy personales, algunos se motivan por lo sublime, otros están motivados por lo profano, por ejemplo, ¿Cuál es la motivación de los fabricantes de licores, o de los narcotraficantes, o de los productores pornografía? Su motivación es el orgullo, la vanidad, el egoísmo, el poder, el dinero, el placer, a ellos solo les importan los demás, en tanto y en cuanto puedan utilizarlos para sus propios fines, son insensibles al dolor y al sufrimiento de otros seres humanos, es la clase de gente que provocó el justo enojo de Jesucristo cuando estuvo en la tierra

 

Bibliografía: «Edificándoos los unos a los otros» de Gene A. Getz; Comentario de Biblia Plenitud y varios más.

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