David, el rey de corazón entero – Parte 3
Por: Carlos Amarillo
Corazón en el Antiguo Testamento era la sede de: La mente, (lo que se), las emociones (lo que siento) y la voluntad (lo que hago), sumados. La visión hebrea del hombre es de integralidad. Ahora, ¿Cómo es un corazón conforme al corazón de Dios?
Es un corazón lleno de poder.
Vea 1 Samuel 16 y 17. David recibe poder sobrenatural, sabiduría especial para su intelecto, sanidad para sus emociones dañadas, y un deseo ardiente o pasión de conocer y hacer la voluntad de Dios.
Veamos siete principios, extractados de la historia de David frente a Goliat:
a) Debemos entender cuál es la verdadera naturaleza de la batalla, esto hizo David. Deuteronomio 20:1,4 “…Dios está contigo…“…Dios va con vosotros, para pelear por vosotros…”, “Jehová te entregará hoy en mi mano y yo te venceré”. Ver 2 Corintios 10:3-6 y Efesios 6:10-20; 1 Samuel 17:46-47 “…porque de Jehová es la batalla…”, demuestra que entendía la naturaleza de la batalla. El nombre de Dios ese día estaba cuestionado.
Dios no deja sin castigo a quien se burle de su nombre y de su pueblo
Dios no obra milagros para evitarnos problemas, sino para glorificar su nombre.
¿Cuál es la verdadera batalla de los cristianos en el mundo? Ganar las almas para Cristo.
b) Debemos recordar las victorias previas, esto hizo David. Estuvo en el lugar preciso, en el momento preciso, por ser obediente. En 1 Samuel 17:34-37, vemos la valentía de David, recordando las experiencias previas al confrontar con osos o leones.
c) Debemos volver a afirmar la motivación adecuada, esto hizo David. La motivación de David, era defender el nombre de Dios ante el ataque y la profanación de un pagano, Los que no se amparan en Dios resisten las dificultades por corto tiempo.
d) Debemos rechazar las palabras desalentadoras de los demás. Los hermanos le dijeron y con enojo (1 Samuel 17:28-29), “Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido. 29 David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar?” Fue acusado de soberbia y malicia injustamente, y de que había ido a la batalla para ver lo que estaba pasando.
El rey Saúl tuvo comentarios para desinflarlo, al decir que era muy joven y que el oponente era varón de guerra desde su juventud (v. 33). Por último vino el desaliento del propio contrincante, que lo tuvo en poco (42-44). Las palabras desalentadoras nos pueden desviar y hacer fracasar. Todo era puro negativismo, pero él sabía lo que era escuchar a Dios y no hacer caso a lo que hablaban los hombres, conocía a Dios en persona y no se desalentaba por nada.
Podemos consultar un Salmo donde David también revela el secreto de su vida de poder, veamos Salmo 55:18-19,22 “El redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí, Aunque contra mí haya muchos. 19 Dios oirá, y los quebrantará luego, El que permanece desde la antigüedad; Por cuanto no cambian, Ni temen a Dios.”
Se cuenta la historia de unas ranas que habían caído en un pozo con agua demasiado profundo para salir por sus propios medios. No obstante hacían un esfuerzo supremo para vencer el obstáculo y sobrevivir. En la parte superior estaban otras ranas que les decían: “No lo van a lograr”, “El asunto es demasiado difícil de superar”, “No lo intenten más que va a ser un esfuerzo inútil”, “Deben darse por vencidas y ahóguense”, etc. Una a una logró ahogarse, sólo quedó una hasta el final, quien a duras penas logró salvarse. ¿Qué había pasado? Era una rana sorda. y al ver a sus compañeras gritar con tanto esmero, pensó que la estaban alentando.
Cuando Moisés se encontraba en el Monte Sinaí recibiendo la ley de Dios, su hermano Aarón, quedó a cargo del pueblo, la voluntad del pueblo lo llevó a fracasar, postrándose junto al becerro de oro fabricado por sus propias manos. ¿Qué es lo que vos estás escuchando hoy? ¿Eso te empuja hacia la meta o te tira hacia atrás? El mundo está lleno de desalentadores (“No lo intentes”, “Andate del país”, etc.).
Porque no tienen un mensaje que aliente tu alma, al contrario la desmotivan y la desvían de la dirección correcta. Ojo que tus propios hermanos también pueden actuar como desalentadores. Quien escucha a Dios por largo tiempo, no va a hacer caso de las palabras negativas y desalentadoras. Goliat servía a otros dioses y David no se impresionó con su fanfarronería, él se consideró siervo del Dios viviente, Quien creó el mundo con todas sus bellezas. El ser superior, el más importante de todos. Si has visto a Dios cara a cara, tus circunstancias jamás despertarán pánico alguno en vos. Corry Tem Boom dijo: “No hay pánico en el cielo, Dios o tiene problemas, solo tiene planes”.
David tuvo una relación íntima con Dios permanentemente (Salmo 23), que le daba tal aplomo, serenidad, confianza y valor. David se enfrentó a un hombre desnudo, aun con la armadura, estaba desnudo porque estaba sin Dios.
Tres razones por los cuales es grave el desaliento en nuestro tiempo: El desaliento es muy frecuente, y cuando ocurre nos dura mucho tiempo, y cada vez son más cosas de menor importancia la que lo producen. Algo pasa. Es una señal de peligro.
Del libro: “Algunos perros que he conocido”, de un anciano pastor, él cuenta que alguna vez recibió críticas, un día, vio en la calle un enorme buldog, con tremendas mandíbulas y musculosas patas, y lo seguía un minúsculo perrito que le gruñía y ladraba, el bulldog podía eliminarlo con un par de mordiscos, pero no le prestó atención y luego escribió al analizar este suceso: “Pude haberme reído, pero no lo hice, fui a mi cuarto para orar y dije: Dios, lo que sea que tiene ese buldog yo lo quiero, o la habilidad para caminar con pasos firmes y seguros, aunque los perritos insignificantes estén a mi alrededor gruñendo y ladrando, y luego él hizo la siguiente observación: necesitamos hombres a quienes ni las palabas de admiración, ni los gritos de la multitud les cambie, hombres que puedan caminar en medio de las críticas, la condenación, los anatemas y los insultos contentos de saber que en la manera de su formación y en su hechura, hay algo tan leal, que los defiende contra tales cosas, hombres que son demasiados altos para doblegarse, cuyos oídos están muy cercanos al cielo como para oír los pequeños gruñidos de las gargantas de las cosas que parecen gusanos en la tierra”.
e) Debemos reaccionar al desafío, con una confesión positiva de fe, esto hizo David. Esta confesión debe declarar lo que ya somos, no es voluntarimos o un mantra de la Nueva Era. Somos hijos de Dios y debe incluir a quien vive en nosotros. El Dios de los cielos por la obra del Espíritu Santo mora en nosotros. En la tentación y en los momentos de decisión no debemos olvidarlo, frente a las pruebas tampoco. Podemos hacer frente a cualquier batalla cuando confiamos en Dios, confesando lo que somos en El. Somos más que vencedores, 1 Samuel 17:45-47,“Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. 46 Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 47 Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos”.
David fue en nombre de Jehová de los ejércitos,
¿Te acordas del tercer mandamiento? Éxodo 20:7 “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano”. Tomar del nombre de Dios en vanos significa: Tomar su nombre como algo vacío, sin contenido, sin sustancia, banal, descuidadamente.
Jesús significa: Jehová Dios salva, Salvador.
Profanar el nombre de Dios, es una de las cosas más ignorantes que alguien puede hacer, está demostrando dos cosas: Una cabeza vacía y un corazón malvado. Profanación, es una mente torcida expresándose (de la abundancia del corazón habla la boca), la profanación es un insulto a Dios y NO OBTIENE NADA POR HACERLO MAS QUE JUICIO. Los cristianos debemos cuidar nuestra manera de hablar y de cantar, para no tomar el nombre de Dios en vano, cuando decimos que le amamos y haremos lo que él quiere, y en la semana revertimos nuestras declaraciones y vivimos amándonos a nosotros mismos.
“Muchos me dirán en aquel día”, o sea en el día del juicio final, “Señor, Señor, ¿No profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”. Mateo 7.
Colosenses 3:17 dice: “Y todo lo que hacéis sea de palabra o de hecho hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”, eso es tomar el nombre de Dios en victoria. Jesús significa: Jehová Dios salva, para mi es la palabra más preciosa en toda la Biblia
Hay un poema precioso, que dice así:
“Hay un nombre de infinita fama, amado por Dios, reverenciado por los santos, y que ángeles y arcángeles temen, reverencian y respetan, ordenado por Dios antes de la creación del mundo, revelado por los ángeles a los hombres, proclamado por los hombres, creído y adorado en los corazones por medio de la alabanza derramada delante de él, que es profeta, sacerdote, y rey.
Dulce nombre al que cantaron los salmistas, los peregrinos lo bendijeron, los sufrientes lo cantaron, y fue la última palabra que estuvo en los labios de los mártires, nombre precioso y sublime; supremo en el espacio y el tiempo, destinado a conquistar a todos, sin necesidad de armas o ejércitos. Nombre ante el cual toda rodilla se doblará, y toda lengua confesará, lo que Dios ya lo ha proclamado: Rey de Reyes, y Señor de Señores, Jesús, nombre inefable y eterno”.
La mayoría de los mandamientos empiezan con la palabra No, pero podemos siempre ponerlo en positivo, por ejemplo, acá se desaprueba tomar el nombre de Dios en vano, ¿Qué sería lo opuesto? Sería tomar el nombre de Dios en victoria: ESO HIZO DAVID EN EL COMBATE.
Veamos en detalle: ¿Qué es lo importante de un nombre? Si voy a hacer un trámite y digo que vengo en el nombre de fulano, la persona toma muy en cuenta, porque ese nombre representa a una persona importante, por eso yo la menciono, por eso la oración de los cristianos finaliza en el nombre de Cristo. En los tiempos bíblicos, al nacer un niño, sus padres oraban por él, y le ponían un nombre, y ese nombre encerraba una profecía, iba de acuerdo al carácter de la persona, Jacob era suplantador. En la Biblia los nombres tienen significado, por eso es muy importante saber qué es lo que significa el nombre de Jehová.
El nombre evidencia una personalidad, nuestro Dios no es una abstracción, ni una fuerza desconocida, como en algunas películas, Dios es real, y Él se revela como: Yo soy Jehová tu Dios, (mi nombre te dice de mi personalidad), te dice quién soy, y como soy. El nombre Jehová habla del Dios eterno, que desea tener una relación personal con su pueblo y que mantiene su palabra.
El nombre Jehová evidencia poder, hay poder en el nombre de Jehová. Y tal vez la mejor ilustraciones de que hay poder es la acción de David, fue en el nombre de Jehová 1 Samuel 17:45
El nombre de Jehová evidencia proteccion, Proverbios 18:10, dice: “Torre fuerte es el nombre de Jehová, a él correrá el justo y será levantado”. Frente a las dificultades de la vida, refugiate en la torre fuerte que es Dios, desde una torre, podes ver mejor.
Ver Juan 16:23-24. David era coherente cuando afirmó que venía a reverenciar el nombre de Jesús, porque lo avalaba su propia vida, lo mismo debe pasar con nosotros los cristianos, dice Hechos 11:26 “Y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía”. Cuando nos llamamos cristianos (Pequeño Cristo), representamos y vivimos el nombre de Jesús.
Y 2 Timoteo 2:19 “…y apártese de iniquidad todo aquel que invoque el nombre de Cristo”.
Si vos decis ser cristiano, tenés que vivir como tal. En todo lugar debemos vivir como cristianos aun cuando nadie nos vea. Miguel Ángel el gran artista del Renacimiento cuando pintaba el techo de la Capilla Sixtina, alguien le dijo que ese rincón donde él se esmeraba tanto para pintar lo mejor de sí mismo, nadie lo vería, él dijo: Dios lo ve.
No somos ni gusanos, ni basura, ni una porquería, somos:
1) Hijo conocido por Dios: Romanos 8:29, “Porque a los que antes conoció…”
2) Hijo escogido por Dios: Efesios 1:4, “Según nos escogió en él antes de la fundación…”
3) Hijo deseado por Dios: Efesios 1:5, “En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados”
4) Hijo amado por Dios: Efesios 1:5, “En amor…”.
5) Hijo predestinado: Romanos 8:29, “También los predestinó…”
6) Hijo aceptado por Dios: Efesios 1:6, “Nos hizo aceptos en el Amado…”
7) Hijo redimido: Efesios 1:7, “En quien tenemos redención por su sangre…”
8) Hijo creado por Dios: Salmo 139:13,15, “Tú me hiciste en el vientre de mi madre”.
9) Hijo guardado por Dios: Mateo 10:29-31, “Pues aun vuestros cabellos están contados…”
10) Hijo llamado por Dios: Romanos 8:30, “A estos también llamó…”
11) Hijo justificado por Dios: Romanos 5:1, 8:30, “Y a los que justificó…”
12) Hijo renacido: 2 Corintios 5:17, “Nueva criatura es…”
13) Hijo santificado: 1 Corintios 1:2, “A los santificados en Cristo Jesús…”
14) Hijo glorificado (exaltado): Romanos 8:30, “A estos también glorificó…”
f) Debemos depender del poder de Dios, y no de nuestra fuerza, esto hizo David. 1 Samuel 17:45-46. David iba contra el gigante en el nombre de Jehová, el Dios de Israel. Dependió de la fuerza, la confianza que había en El, pero que provenía de Dios. Su poder derivaba de Dios y no de sí mismo. Hoy muchos confían del poder que deriva de ellos mismos y sufren estrepitosas derrotas y frustraciones (Zacarías 4:6). Dios penetra y satura nuestro ser como ninguna otra cosa puede hacer para capacitarnos para resistir todo. El famoso Gedeón tuvo que diezmar su ejército hasta que le quedaron 300 valientes para vencer a los madianitas que eran miles y miles, para que la gloria de la batalla fuera solo de Dios.
El maná, comida que los hebreos tuvieron durante la travesía por el desierto, fue un golpe a su orgullo porque tenían que depender inexorablemente de Dios, y de su provisión sobrenatural. Lo mismo le pasó a Elías cuando pidió la suspensión de la lluvia por tres años y medio, el profeta al principio vivió con el agua de un pequeño arroyo y la carne y el pan que dos veces al día le traían los cuervos. Luego tuvo que vivir de prestado en casa de una viuda pobre con pan y aceite milagrosamente multiplicado.
g) Debemos dar por hecho la victoria, antes de librar la batalla, esto hizo David. 1 Samuel 17:45-46. La batalla se libró en su mente, antes de ir a la lucha con el gigante. En lo íntimo de nuestro corazón libramos las batallas espirituales. La libramos en el lugar secreto, de rodillas. Él nos da de su sabiduría, el poder del Espíritu Santo para manejarnos con integridad. El mundo provee sabiduría terrena, nos enseña a mentir, a manipular, a manejar a otros, etc. David daba por hecho la victoria. Nosotros podemos obtener esta certeza en nuestras devociones, leyendo las Escrituras, meditando en los grandes hechos de Dios. Recordando el hecho de nuestra unión con El, y que no estamos separados.
¿Y que si no soy creyente? 1) Debo reconocer que he pecado contra Dios. 2) Que Dios envió a su Hijo para salvarme, Juan 3:16. 3) Debo abrir mi corazón para hacer frente a la verdadera batalla.
El blanco de la tentación. 1 Ts 5:23. Nuestra naturaleza trina: Cuerpo, alma y espíritu.
La carne ataca el cuerpo. Las sensaciones físicas, el deleite, la lujuria, la vagancia o indisciplina, la violencia. La carne usa el cuerpo para poder expresarse, y lo hace en jóvenes y adultos. David vio desde una ventana de su palacio a la hermosa mujer que se bañaba en la casa de al lado. Fue despertada esa vieja predisposición a pecar, la lujuria, se le aceleró el pulso, el deseo sexual hizo el resto.
El mundo ataca el alma (siche, siquis), la mente, las emociones y la voluntad. Allí yace la vida sicológica. Recordar la historia de Abraham y Lot, por sus ganados que eran muchos y sus pastores que peleaban, tuvieron que separarse, y Lot vio la llanura con sus pastos. Era Sodoma y Gomorra. Somos tentados a ser más, a ser el número uno.
El enemigo infernal ataca el espíritu. Nuestro espíritu nos hace conscientes de Dios. Las plantas tienen cuerpos, pero nada más, los animales tienen cuerpos y alma, que los hace conscientes de sí mismo. Nosotros tenemos cuerpo, alma y espíritu, éste último nos hace conscientes de Dios. Ver Juan 4, donde Dios busca adoradores en espíritu. Este enemigo nos quiere hacer separar de Dios. Es la tentación de Pedro al final del ministerio de Jesús, donde había sido pedido por el Diablo para zarandearlo. Y Jesús había rogado para que su fe no falte. La intención es separar al hombre del Dios todopoderoso.
1 Corintios 10:13. Tres palabras para vencer en la lucha: Huir, fe y pelear o resistir.
a) Para resistir la lujuria de la carne, la clave es huir (2 Timoteo 2:22). La carne está contra el espíritu y trata de predisponernos para pecar. Hay que huir de la fornicación, huye de las pasiones juveniles. No hay que ponerse a pelear, hay que huir. Una revista, un amigo, programa de cable que despierta en nosotros lo indebido, corramos de allí. El que no quiera caer, no debe caminar por lugares resbalosos. José estaba en peligro en la casa de la Sra. de Potifar, esa mujer impía. Se dio cuenta y no dice que la llamo a la oración, a arrodillarse para pedir liberación, sino que huyó lo más rápido que pudo del lugar pecaminoso. Olvidó su ropa en el lugar. No le predicó un sermón para decirle que no debía actuar así. Solo huyó.
b) Para resistir el encanto del mundo. Esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe (1 Juan 5:4, 2 Timoteo 4:7). La fe hace a Dios más verdadero. “Si ama al mundo el amor del Padre no está en el” (1 Juan 2:15). Como derrotamos la mundanalidad. Si vas por la ruta y te das cuenta por el indicador del tablero que te falta aceite, no te la agarras con el tablero, sino que vas a una estación de servicio y le pones el aceite que le falta al motor. Para la mundanalidad, la solución es la fe.
c) Para resolver nuestras diferencias con el enemigo infernal, tenemos que resistirle (Santiago 4:7, Efesios 6:13 y 1 Pedro 5:9). Es pelear la buena batalla de la fe. Santiago nos llama a resistir y huirá de nosotros. No correr, sino resistir o pelear. No en nuestra fuerza, sino combatir el pecado con la sangre de Jesús. Te enfrento o resisto en el nombre de Jesús. Sal de aquí Satanás. “Fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza”.
Dios te va a dar soluciones a partir de lo que ya tienes. David tenía la honda y contaba con la asistencia sobrenatural del Dios todopoderoso. Lo mismo le pasó a la viuda pobre en la época de Eliseo, ya que le iban a vender sus hijos por causa de sus deudas. Dios le dijo que pidiera todas las vasijas que pudiera a los vecinos y el aceite que era lo único que tenía fuera vertido en cada envase, y milagrosamente se multiplicó, para así venderlo y pagar la deuda y a su vez continuar viviendo (2 Reyes 4:1-7).
La confianza de David no estaba en su capacidad, tamaño, fuerza, inteligencia o habilidad para la guerra sino más bien estaba colocando su total confianza en Dios. ¿Cómo medimos nosotros nuestra capacidad de derrotar a los gigantes que se nos presentan en la vida?, ¿La medimos en base a nuestra capacidad, recursos, habilidades, inteligencia o en base a qué? David entendía muy bien esto, y por eso se paró enfrente de ese gigante sin armadura alguna, pues la típica armadura que usaban los soldados en ese tiempo le era muy pesada y no podía usarla, el hecho de no usar armadura me lleva a pensar que David no dudaba ni por un segundo de la victoria que Dios le daría. Lo que David estaba haciendo era dar pasos de fe, cada paso que daba hacia ese guerrero gigante era un paso de fe y confianza en Dios, David no dudaba de lo que ocurriría. Las palabras intimidantes de Goliat no harían más que fortalecer la fe de David 1 Samuel 17:45-47.
El discurso de David estaba lleno de fe, eran palabras llenas de confianza en Dios y en lo que Él era capaz de hacer a través de su vida. Cada frase que Él dijo, todo tiene que ver con lo que Dios haría y no con lo que David era capaz de hacer por sus buenas habilidades.
Luego dieron paso a esa batalla, por un lado un guerrero con experiencia y con un tamaño fuera de lo normal, contra un joven que lo único que tenia de su parte era la fe en su Dios que no lo dejaría, y entonces ocurrió lo que quedaría para la historia: 1 Samuel 17:48-51. La historia de David y Goliat es una historia de fe, porque se necesita fe para creer que Dios puede hacer cosas maravillosas en tu vida cuando todo el panorama parece contrario. LA FE nos puede ayudar a conquistar lo inconquistable, a derrotar lo “inderrotable”. Esa fe que habla la Biblia y que está al alcance de nosotros si tan solo lo creemos.
¿Qué es lo que humanamente te parece imposible de conquistar, derrotar o conseguir?, ¿Cuál es el gigante que te atemoriza en estos momentos?, ¿Cuáles son tus armas?, ¿En qué estás confiando? Dios siempre honra la fe de los que le creen. Dios quiere que confiemos más en Él que en nosotros, y veremos cosas asombrosas en nuestra vida.
David si hizo lo que tenía que hacer: CONFIÓ EN DIOS. ¿Era la honda de David especial o su puntería perfecta?, o ¿Creen que esa piedra que lanzó tenía algo especial? ¡No!, más allá de los recursos que podamos tener, lo que realmente está detrás de esta clase de milagros es LA MANO PODEROSA DE DIOS. “Todo el que confíe en él jamás será avergonzado”. Rom 10:11 (NTV)
Conclusión:¿Por qué venció David?
1) Porque era un hombre de fe. ¿Por qué creyó él que lo iba a vencer? Porque creía en Dios Todopoderoso, el Dios con propósito para su pueblo, Deuteronomio 20:1,4, “Dios va con vosotros, para pelear por vosotros”, y Goliat no había desafiado un pueblo, sino a Dios.
David lo ve, pero no Saúl.
2) Porque estuvo dispuesto a aceptar todos los desafíos divinos. Los desafíos iban siempre en aumento, cuidando ovejas y venía un oso, lo enfrentaba, un león también. Goliat era ahora el desafío mayor. Dios lo ha ejercitado con pequeños desafíos, y él salió airoso.
Es mucho más importante, el ser fieles, que ser exitosos. ¿Qué es el éxito? Alguien dijo: “Que te mueras”, no debe renunciar a su fidelidad por conseguir el éxito.
3) Porque David dejó de lado los métodos humanos. Goliat sale, se molesta por las cosas extrañas que llevaba David: Palo (Cayado), una honda, y las piedras. David tenía la primera tecnología, la de Dios y Goliat la última tecnología.
Bibliografía: Espada electrónica, El Amor que vale del Pastor Adrián Rogers, Los Grandes Temas del Pastor Salvador Dellutri, y ejemplo varios de varias fuentes.