El exceso de presente, el estrés
Por: Carlos Amarillo
Hay tres excesos de equipaje en el camino de la vida del creyente y que nos sacan de foco: El exceso de presente, que es el estrés, el exceso de futuro que es la ansiedad, y el exceso de pasado que es la depresión. Remedio: Isaías 40:29-31.
Estrategia del Diablo: Satanás convocó una convención mundial de demonios. En su discurso de apertura dijo: No podemos hacer que los cristianos dejen de ir a sus reuniones espirituales.
No podemos evitar que lean la Biblia y conozcan la verdad.
No podemos evitar que formen una relación íntima con su Salvador. Una vez que establecen esa conexión con Dios, nuestro poder sobre ellos se pierde.
Así que déjenlos asistir a sus congregaciones; déjenlos que tengan sus cenas familiares con platos y cubiertos, pero róbenles su tiempo, de manera que no tengan tiempo para desarrollar una relación con Jesucristo…
Esto es lo que quiero que hagan: Distráiganlos durante todo el día.
¿Cómo haremos eso? Gritaron los demonios.
Manténgalos ocupados en las nimiedades o pequeñeces de la vida e inventen innumerables proyectos que ocupen sus mentes respondió Satanás.
Tiéntenlos a gastar, gastar y gastar. Persuadan a las esposas para que vayan a trabajar por largas horas y a los esposos a trabajar de 6 a 7 días cada semana y de 10 a 12 horas al día, hasta que queden cansados y sus bolsillos vacíos.
Por nada del mundo los dejen pasar tiempo con sus hijos y seres queridos.
A medida de que sus familias se fragmenten, pronto, sus hogares no serán un escape a las presiones del trabajo.
Sobre estimulen sus mentes para que NO puedan escuchar esa VOZ (la de Dios).
Tiéntenlos a que escuchen sus radios siempre que conduzcan sus vehículos.
A que mantengan constantemente encendidos, en sus hogares, su TV, DVD y su mundo toque constantemente música degradante con letras obscenas.
Llenen las mesas de centro con revistas y periódicos.
Bombardeen sus mentes con noticias las 24 horas del día.
Inunden su correo con basura, catálogos, rifas, servicios y falsas esperanzas.
Pongan modelos bellas y delgadas en las revistas en la TV, para que los esposos crean que la belleza exterior es lo que importa y se sientan insatisfechos con sus esposas.
Mantengan a las esposas demasiado agotadas, para NO amar a sus esposos por las noches, ellos empezarán a buscar en otra parte rápidamente.
Emociónenlos con las nuevas tecnologías a sus hijos, para que lleguen a pensar que las cosas materiales son importantes…
Aun en horas de distracción y esparcimiento, háganlos que sean excesivos. Que regresen agotados. Y cuando tengan reuniones de tipo espiritual, involúcrenlos en chismes y charlatanería, para que salgan de ahí con sus conciencias perturbadas….
Pronto estarán trabajando con sus propias fuerzas, sacrificando su salud y su familia por el bien de la causa. ¡Funcionará! agregó triunfante. La pregunta es: “¿Ha tenido éxito el diablo con su plan? ¿Qué crees tú?
¿Cómo enfrentar el estrés? Todos experimentamos situaciones estresantes, hasta los bebés se estresan, pero Dios tiene respuestas en su Palabra. En el mundo no desarrollado, hay inestabilidad de la moneda, crisis laborales, sueldos que no alcanzan, problemas de familia, de matrimonios, y esto produce ESTRÉS, el EXCESO DE PRESENTE.
Hay muchas veces en algunos pastores en excedernos en el diagnóstico y no damos las soluciones. Partamos ya con las soluciones al estrés, las soluciones que da la Palabra de Dios.
Vamos a mirar Isaías 40:12-31, lo que se da en llamar la Teología de la Esperanza. Casi siempre cuando leemos los profetas del Antiguo Testamento, estamos un poco condicionados, porque pensamos que ellos siempre daban mensajes de juicio y catastróficos, en cierto sentido si, pero también eran mensajeros de la esperanza, Ezequiel habló del nuevo corazón, que reemplazaría al corazón de piedra, Jeremías compró una propiedad, que luego iba a ser invadido por los caldeos, Malaquías habló del Sol de justicia (Jesús) y acá Isaías (y en otros capítulos como 52 final y el 53, nos inunda con esperanza.
Isaías 40 está lleno de preguntas, y de respuestas geniales de parte de Dios.
El tiempo de Isaías estaba marcado por la influencia de la potencia de turno, era Babilonia, gente apasionada por la astrología, y creadores de este culto desde sus comienzos.
La torre de Babel, fue un observatorio, ellos estaban preocupados por el destino, y creían que este, estaba escrito en los astros, y que podía leerse en las estrellas.
Todavía la astrología continúa y la que nosotros tenemos, es de origen babilónico, y los que creen en la astrología son fatalistas, Porque creen que hay un destino que ya está escrito, hay un determinismo inevitable, y lo único que pueden hacer es conocerlo, pero que no pueden torcerlo,
Isaías llena el texto con sabias preguntas, y comienza señalando la soberanía de Dios, hay dos cosmovisiones que chocan y que no pueden ser ciertas al mismo tiempo: La soberanía de Dios o la soberanía de los astros, Isaías les dice: Dios es el que creo los astros y es el que está por encima de ellos, y nuestro destino no está escrito en los astros, sino que está en las manos de Dios. Isaías remarca: Hay un Creador y el universo que le rinde cuentas a Él, Dios es el que manda, y gobierna, las estrellas son parte de su creación, es como su ejército.
Esto es una fuente de esperanza y de consuelo para todos nosotros, porque sabemos que nuestro destino no está regido por el azar, sino que está en las manos de Dios.
Con Dios se puede conversar, con las estrellas no.
Isaías dice: Hay que mirar más allá de donde mira Babilonia, Dios no va con el fatalismo.
El destino de los hombres está en las manos de Dios, “En tu mano están mis tiempos; Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores” Salmo 31:15
Isaías nos dice que Dios está en el control de todas las cosas,
Según relata Isaías 40:18 y 25 v. casi repetidos, la gente estaba preocupada por cómo es Dios, pero físicamente, olvidando el mandamiento, de que no podemos hacer imágenes de Dios. Da por concluido el asunto y llama a algo muy interesante que es:
“Alzad en alto vuestros ojos, y mirad quien creó todas estas cosas”, Isaías 40:26.
Si uno lo lee rápidamente, parece que hay una competencia, porque los caldeos se la pasaban mirando los astros y Dios invita a lo mismo. ¿Es así? No, hay que entender esta bendita frase de: “Alzad en alto vuestros ojos”, está invitándonos enfáticamente a que relacionemos con Dios, pero, sobre bases espirituales, con esperanza, y no se refiere a los OJOS FISICOS, hay que levantar la mirada del espíritu para acercarnos a Dios, a Dios no lo podemos comprender, Él está más allá de nuestra compresión, hay que mirarle con los ojos del espíritu.
Por la fe podemos elevar nuestra alma hacia Dios, y poner nuestros ojos en El. La gran pregunta de la vida, no es: ¿Cómo es Dios? Pregunta que se hacían los paganos, sino que es: ¿Dónde están puestos nuestros ojos? Isaías 40:26 “Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército”.
Debemos atrevemos a levantar los ojos, mirar más allá, los ojos ven las dificultades (tormenta, los problemas, que no hay salida, etc.), cuando Pedro caminó sobre el agua, al ver las circunstancias se hundió y ahí gritó: ¡Señor sálvame!.
¿El levantó sus ojos? Lo que pasa a tu alrededor puede tornarse pesado, hay que aprender a levantar los ojos; con la vista gacha quedo pegado a los problemas. Cuando todo parece que nos abruma, hay que levantar la mirada y mirar más allá.
Esta frase, de alzar o levantar los ojos al cielo, está muchas veces en la Biblia, mucho más que 10 veces, podemos consultar una Concordancia.
Ejemplos de quienes alzaron sus ojos: Josué al iniciar la conquista de la tierra de Canaán, la primera batalla, era la peor, era la inconquistable ciudad de Jericó con altos muros, el día anterior de la batalla, él se acercó hasta la ciudad de Jericó, y se llenó de estrés, como podría con sus fuerzas humanas vencer, ¿Tenía ejercito? Pues no, era un pueblo sin armas, aunque muchos.
Arriba ve los centinelas que se mueven en la muralla, y las grandes puertas, las grandes piedras, está con angustia y estrés, la ciudad más importante de la llanura era inexpugnable, la más fuerte, la más antigua y la mejor defendida.
¿Qué sucede al levantar tus ojos? Sabrás que Dios está de tu lado. Él entonces “alzó sus ojos y vio” (Josué 5:13), un varón delante de él, con una espada desenvainada, este varón esta armado y él está asustado, el varón está sin uniforme, ¿Quién es? Le dice: Yo soy el príncipe del ejército de Dios, era una visión, y en ella Dios está dándole un mensaje, le dice: Acá estoy Yo, soy tu Dios, (Palo diría: “Si Dios es por nosotros ¿Quién contra nosotros?”)
Dios está de tu lado, fue el resultado de alzar la vista hacia Dios, el Salmo 91:7-8 dice: “Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. 8 Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos”.
¿Qué es levantar los ojos hacia Dios? Es sentir la protección de Dios, y cuando Dios está presente el milagro, la fortaleza, y la respuesta aparece.
Otro caso: Génesis 22, el que está en problemas es Abraham, allí recibió el título de padre de la fe, está en el Monte de Moria con su hijo, para degollarlo, en sacrificio, pero en ese momento dice: “Alzó Abraham sus ojos y miró”, Génesis 22:13 él vio al carnero trabado en el zarzal para ponerlo en el lugar de su hijo, encontró la solución a su gran dilema.
Allí estaba Dios presente, le bastó con alzar la vista y al alzar ojos hacia Dios, cuando reconocemos que Dios está allí, es cuando recibimos la fortaleza necesaria como para pasar por encima de las circunstancias feas y dolorosas.
Pero levantá los ojos y mirá, y miralo donde estés, en medio del problema, de la angustia, del estrés. Al fijar tus ojos en Él, la presencia de Dios te sostendrá, te dará paz fortaleza, esperanza para seguir.
También Jesús levantó sus ojos al cielo, en por lo menos dos ocasiones: En la resurrección de Lázaro y en Juan 17, en la oración sacerdotal, dos momentos más que importantes: “Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti;” (Juan 17,1) (Raúl Marcos)
En la Palabra revelada, nada sobra, nada falta, donde todo tiene su significado, y mucho más profundo de lo que a primera vista vemos.
Alzar los ojos al cielo: No es un simple gesto físico del cuerpo, motorizado por la mente o la voluntad; es sobre todo un gesto del espíritu; porque, cuando nos dirigimos a Dios, nos estamos moviendo principalmente en el terreno del Espíritu. Alzar los ojos al cielo es levantar el corazón a Dios, desatándolo -si está atado- de las cosas de la tierra, del lastre de lo psico-físico o puramente humano, para acercarnos a Dios y entrar en su terreno, es decir, en su presencia.
Alzar los ojos al cielo es salir de lo puramente humano, de nuestros intereses y egoísmos, de nuestras prioridades o de nuestros proyectos, para olvidarnos de nosotros mismos y sumergiéndonos en Dios, en su voluntad, en su amor, en su palabra. Es en definitiva empezar a ser lo que siempre tendríamos que ser por encima de todo: Criaturas de Dios y, como discípulos de Cristo, hijos de Dios, como Hijo era Jesucristo, el que en esta ocasión está levantando los ojos al cielo, antes de hablar al Padre y como preámbulo a lo que va a decir.
Otros ejemplos: Salmo 121:1-2 “Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? 2 Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra”.
Hebreos 12:2, “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…”
Daniel 4:34 “Yo Nabucodonosor alce mis ojos al cielo…”
¡Que recurso!: LEVANTAR NUESTROS OJOS AL CIELO, EN LOS TIEMPOS DE ESTRÉS.
Pero puede ocurrir algo en nuestros ojos: El oscurecimiento de la visión espiritual, le está sucedido a Israel, justo en Isaías 40, en cuanto a la soberanía de Dios. ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tu Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio?” Isaías 40:27, Epa, ¿Cómo se atreven a tanto?
El versículo que sigue a alzar nuestros ojos, hay una queja del pueblo, ¿Cuál es? DIOS SE HA DESENTENDIDO DE NOSOTROS. Esto NO ES CIERTO.
Como todas las personas, tenían dificultades y ahí se desanimaron, el desánimo es algo que puede venirle a cualquiera, y que le vino también a muchos hombres de fe. David que se pasó 10 años como fugitivo, ya que Saúl el rey se había propuesto matarle, y por eso en muchos de los Salmos se describe el estrés y la angustia de David, y él describe en el Salmo 69:1-2 esta situación: Dios, estoy a punto de ahogarme, me estoy hundiendo en un pantano profundo, no tengo donde apoyar los pies, he llegado a lo más hondo del agua, me arrastra la corriente, es la descripción de un hombre que se está ahogando, pero es como él siente en su interior y emocionalmente, se está ahogando, espiritualmente.
A Elías, le pasó cuando gobernaba el rey Acab y su esposa Jezabel.
Los discípulos en medio de la tormenta luchando contra el viento mientras Jesús dormía en el cabezal, le despertaron y le preguntaron: Señor, ¿No tienes cuidado que perecemos?
¿Cómo contesta Isaías la pregunta: ¿Se ha desentendido Dios de nosotros? Dice de Dios en Isaías 40:28 “No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance”.
Dios no pierde la fuerza, Dios no se cansa, Dios no se olvida de nosotros. Dios está atento a todo lo que me pasa, “Los ojos del Señor están sobre los justos y atentos sus oídos al clamor de ellos”, Salmos 34:15.
Cuando se oscurece la visión del gobierno de Dios, es cuando entramos en crisis en nuestra vida, pero nada es imposible para Dios, todo puede hacerlo, nada está más allá de su sabiduría; todo lo sabe, nada se le escapa, siempre está presente; y termina este pasaje mostrando la misericordia de Dios, según el versículo 29 “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas”.
Hebreos 11 nombra a hombres de fe débiles, que tenían un Dios fuerte, porque la Biblia cuenta la historia de hombres débiles, que recibieron la fortaleza de Dios, por eso aparece aquí esta promesa: “Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; 31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.
Acá no se habla de las fuerzas físicas, acá se habla del hombre de fe, los que esperan en el Señor, son los que no confían es su propia fuerza, los que no confían en las frivolidades de los astros, los que no se adelantan a lo que Dios va a hacer, dice:
Ahora veamos el versículo de Isaías 40:31
Esta la promesa que recibiremos nuevas fuerzas. Cuando regresó la democracia a Argentina en 1983, crearon un partido llamado: Nueva Fuerza, no lo votó nadie.
Pero ¿Cuál es la nueva fuerza?
Isaías 40:31 “Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas;…. ¿Cuál es la promesa? Que tus fuerzas se renueven. ¿Para quién es la promesa? No es para todos, es para los que esperan a Jehová.
“Tendrán nuevas fuerzas”: La palabra renovar en el hebreo, literalmente significa: Cambiar o intercambiar, la vida cristiana no es solo una vida cambiada, es también una vida intercambiada.
Le entregamos a Dios nuestra debilidad, y Él nos da su fortaleza; busquemos ayuda en el Nuevo Testamento para entender como hace Jesús para darnos las nuevas fuerzas. ¿Cómo lo explica el NT? Efesios 6:10 dice: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en poder de su fuerza”; y el apóstol Pablo en Gálatas 2:20 dice: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a si mismo por mí”. Es una vida intercambiada. Ahora, ¿Como sucede esto? Bueno, la Palabra de Dios lo explica claramente, para que este intercambio suceda tenemos que esperar a Dios.
LA PROMESA DE LAS NUEVAS FUERZAS ESTÁ VINCULADO AL ESPERAR.
¿Qué significa esperar en Dios? Esperar, no significa el simplemente el estar sentado sin hacer nada. Cuando esperamos en el Señor eso no significa inactividad, esperar en el Señor, significa por lo menos 4 cosas: Esto es la clave para entenderlo: Tenemos el estrés, tenemos recursos para revertirlo, hay una promesa de fortaleza, ¿Dónde la conseguimos? ¿Cómo se vuela como águilas? ¿Cómo podemos correr como atletas? ¿Cómo podemos vivir la vida cristiana de todos los días? Esperando en el Señor es la clave.
Esperar en el Señor significa:
1) El anhelar tenerlo a nuestro lado. Salmo 62:1 “En Dios solamente está acallada mi alma; De él viene mi salvación”. El rey David escribió esto en un tiempo de estrés y de angustia, y él sabía que solo Dios podía satisfacer sus más profundas necesidades, ¿Estás esperando por Dios con un anhelo ferviente por tenerlo?
2) El desear escuchar su voz. Proverbios 8:34 dice: “Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas cada día, Aguardando a los postes de mis puertas”.
Es una persona que le dice a Dios: Dios, espero que vengas a esta puerta pronto, porque quiero escuchar las instrucciones que tenes para mí, Señor espero que me hables. Habla de tu tiempo de quietud, a solas con Dios, de estar por así decirlo: Diariamente a sus puertas. Es ser un cristiano cultivador, no solo recolector. Es el estar deseoso de escuchar su voz para obedecerla. ¿Ha conseguido Dios tu atención?
¿Recuerdan el llamado de Samuel? Elí estaba muy cerca de él, pero no oyó nada. ¿En medio de las muchas voces escuchas con prevalencia la de Dios? Hay que estar en sintonía con Dios.
En el tiempo de la Gran Depresión, era muy difícil conseguir trabajo. Un hombre que era telegrafista, vio el anuncio del trabajo que él sabía hacer, muy emocionado se fue para solicitar ese trabajo, cuando llegó al lugar, la sala de espera estaba completamente llena, era gente que deseaban ese trabajo, él pensó que no tendría ninguna oportunidad, porque, muchos habían llegado antes que él, pero de todas maneras se sentó a esperar.
Después de un rato, él escuchó suaves golpecitos en la puerta de una oficina, puso mucha atención a esos insistentes golpecitos, después de un minuto se levantó, y entró a la oficina de donde provenían los golpes dijo algunas palabras y cuando salió, tenía una gran sonrisa en su rostro y dijo: ¡Conseguí el trabajo! Los demás quedaron asombrados, ¿Cómo es que conseguiste el trabajo? Nosotros estuvimos antes que voa; y él les dijo: Oh, yo estuve escuchando unos golpecitos en esa puerta, eran letras en Código Morse que decían: Si vos podes entender estos golpecitos el trabajo es tuyo, entré de inmediato en esta oficina.
En medio de las muchas voces, él estuvo escuchando. Así hay personas que están en sintonía con Dios, mientras otras no lo están.
3) El contemplar Su persona, mirarle. El Salmo 123:1-2 “A ti alcé mis ojos, A ti que habitas en los cielos. 2 He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, Y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, Así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, Hasta que tenga misericordia de nosotros”.
4) El vivir para él. Busque Proverbios 27:18 dice: “Quien cuida de la higuera comerá su fruto. Y el que mira por los intereses de su Señor, tendrá honra”. 1 Tesalonicenses 4:1-3.
¿Querés que Dios te de fuerzas para poder volar como las águilas? ¿Deseas que Dios cambie tu debilidad por fortaleza divina, para que pueda correr como un atleta? ¿Querés que Dios penetre en vos con su poder para que día tras día, tras día, vos podas caminar sin fatigarte?
Pregunta: ¿Por qué Dios debería darte más fortaleza, si lo que vos vas a hacer es servir al Diablo? El esperar en el Señor significa anhelarle a él, escucharle a Él, mirarle a Él, y vivir para él. Basado en la Palabra de Dios te puedo asegurar que si vos esperás en Dios, El renovará tus fuerzas, y ese vacío que vos sentí desaparecerá.
Bibliografía: Comentarios sobre Isaías 40 del Pastor Salvador Dellutri, en Los Grandes Temas, de Adrián Rogers en El amor que vale, ilustraciones varias, Espada electrónica, artículo de Raúl Marcos de Juan 17:1 etc.