25 octubre, 2015

El infierno – Parte II


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Hoy veremos un día del futuro que será el más triste de la historia humana. Leamos Apocalipsis 20:10-15.

A Jesús se lo llama el Cordero, “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, era la predica de Juan el Bautista, presentador de Jesús, y León de la tribu de Judá, se lo presenta como Juez en Apocalipsis 20, y hoy lo  presentamos como Salvador. Lo enfrentarás o como un Cordero o como un León, vas a enfrentarlo o como Juez, o como Salvador.

¿Qué ideas tenés sobre el fin del mundo? Una de las posibilidades que estuvo en boga desde la década de los 40, es un cataclismo nuclear, científicos atómicos de la Universidad de Chicago crearon en el año 1947 el llamado Reloj del Apocalipsis, es simbólico, y que ellos acercan o alejan de la medianoche (final de la historia según ellos) según se van acrecentando los peligros o si estos se van desvaneciendo, hoy está a tres minutos; ahora el peligro latente es el cambio climático, la destrucción del planeta por nuestra propia mano, y sin olvidar las películas de Hollywood que nos hablan de invasiones de extraterrestres que vienen a destruir la tierra.

La única fuente de información que nosotros tenemos acerca de lo que sucederá después de esta vida es la Biblia; que hay después de esta vida, solo Dios nos lo puede revelar; la Biblia es la única autoridad para hablar de esto.

La Palabra de Dios relata que cuando el mundo esté por terminar, el Hijo del Hombre vendrá en toda su gloria para establecer su reino, el paso siguiente será realizar el juicio donde todo hombre que ha vivido comparecerá ante Jesús. ¿Estás preparado para el tiempo futuro?

El privilegio de poner fin a la historia tal como la conocemos, no será del hombre, sino de Dios, Él pondrá el punto final a la última frase, al último párrafo, de la última página, del último capítulo, en el último volumen de la historia, el tiempo tal como lo conocernos dejará de ser, y la Biblia nombra como el Juicio Final, o sea Corte de la Eternidad, al juicio de todos los incrédulos.

Todo lo de este mundo se volverá en chatarra, se corromperá, el tiempo tal como lo conocemos llegará a su conclusión, el milenio con el gobierno justo de Jesucristo, tendrá su conclusión, y los muertos resucitarán para ser juzgados uno por uno van a estar de pie las almas y serán juzgadas y comparecerán ante el juicio final.

Y esto es lo que vio Juan vio al mirar el futuro y lo escribió en Apocalipsis 20:11-15.  Hay un juicio en camino, en el futuro que se transformará en presente, y allí estarán de pie ante Dios, ¿quiénes? Hagamos un repaso de las páginas de la Biblia para saber quiénes estarán allí:

Apocalipsis 21.8, 1 Corintios 6.9-10

Debemos aclarar que Dios no manda a nadie al Infierno por mero gusto, sino el hombre se va solo, cada uno escoge en esta vida el destino final que quiere pasar en la Eternidad.

La Biblia enseña que el deseo de Dios es que todos los hombres sean salvos.

Según las Escrituras, al Infierno van todos aquellos que:

1) Rehusaron aceptar a Cristo, como su Señor y Salvador personal, Jn 1:11-12, 5.24 1 Juan 5.12

2) Los que hicieron lo malo y no se arrepintieron de ello: Juan 5.29

3) Los que no tienen su nombre escrito en el Libro de la Vida: Apocalipsis 20:15

4) Los que persiguen y han dado muerte a los profetas de Dios: Mateo 23:29-33

5) Los “religiosos” que son hipócritas: Mateo 23:14-15

6) Las personas que tienen un léxico o vocabulario vulgar: Mateo 5:22

7) Los que no tienen “temor de Dios”: Lucas 12:5.

8) Las personas que son como el “Rico” de la parábola que habló JESÚS, que nunca tomó a Dios en cuenta en su vida: Lucas 16:19-25

Este pasaje revela que al morir, la persona sin Cristo, inmediatamente abre sus ojos en el “Hades”, (16,23) es decir la antesala del Infierno, un lugar de tormentos y castigo, pero no es propiamente el “Lago de Fuego”, que se habla en Apocalipsis.

 

a. La escena de mayor tristeza de toda la historia humana: En Apocalipsis 20:11 «Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo». Note la sala del tribunal, hay un trono que es grande y es blanco, la grandeza habla del poder de este, la blancura habla de la pureza de este, hay un Soberano que está sentado en el gran trono blanco.

¿Quién es el Juez? El mismo Señor Jesucristo. Es una cita inevitable no se puede postergar, con Jesús, es ineludible, le guste o no le guste. El hombre pudo maldecir al Señor, o burlarse o ignorarlo, discutir si existe o no, pero va a encontrarse cara a cara con Jesucristo.

DESCRIPCION DE JESUS: Se lo describe al principio y al final del Apocalipsis. Al final vemos que se sienta sobre el trono, ahí entenderemos como es tan imponente, es tan aterrador que incluso los cielos y la tierra huyen de su presencia, ve al Cristo exaltado. Pero en Apocalipsis 1:13-16 Juan ve a Cristo exaltando:

Es el que se sienta sobre el trono visto por Juan en dos momentos. Él viste túnicas reales de Rey y Juez, su pelo blanco como la lana su pureza absoluta, sus OJOS como llamas de fuego significan no solo, lo que Él ve sino lo que Él ve a través tuyo, Él conoce todo acerca de vos.

La Biblia dice en Hebreos 4:13. «Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta».

Él no puede ser engañado, ni desacreditado (recusado diciendo me llevé mal siempre pero ahora no quiero que me juzgue), ni se puede discutir con él, sus PIES son como bronce fino, bronce, en la Biblia es un símbolo del juicio, Él va a juzgar implacablemente, es imparable, la VOZ es como el estruendo de muchas aguas, cuando habla es, como si uno escuchara el rugir de 100 cataratas del Iguazú.

Frente a un terremoto, decimos: “Es un sentimiento raro, estoy acostumbrado a que la tierra esté sólida”, no habrá nada sólido, la tierra y los cielos huirán. Todo cuanto el hombre ha dependido, desaparecerá. La tierra que ha sido un lugar firme, nada habrá. Adán huyó para esconderse de Dios entre los árboles del huerto, no habrá ningún huerto donde esconderse.

 

b. Todos los incrédulos serán citados y la Biblioteca del Cielo se abrirá: Miren  Apocalipsis 20:12-13, el apóstol Juan dice: “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras».

Cuando Dios mande su citaciones, Él no tiene conseguir una extradición de la muerte, ni el infierno, cuando Él dice vengan, entonces todos tienen que venir. Y note los que son convocados a este juicio, note a los citados. Él dijo: “Y vi a los muertos grandes y pequeños de pie ante Dios y los libros fueron abiertos”.

Que la tierra y el cielo huyan de delante del trono, indican el poder y solemnidad del  momento. Todos los que vienen ante éste trono, vienen a escuchar la sentencia final y condenatoria, ya no están delante del trono de gracia.

“Todos los muertos” involucran a todos a los impíos antes del Diluvio hasta el tiempo futuro cuando Dios establezca Su reino en la tierra y lo concluya. “Grandes y pequeños”, poderosos y débiles, ricos y pobres, sabios y analfabetas, sin distinción de raza, ni color. “De pie ante Dios” como un acusado cuando espera su sentencia.  

En el infierno hay distintos grados de castigo.

“Y fueron juzgados los muertos”, nos recuerda que la muerte no cancela el juicio venidero sino que lo habilita, no así la ley humana, cuando un reo o delincuente muere, prescriben sus delitos por causa de muerte. Estos pecados son aquellos que no han sido perdonados, pues los hombres no se arrepintieron de ellos, no aceptaron la sangre de Jesús para redención de sus pecados por cuanto no creyeron en él. Aunque todos los impíos (o inconversos) sufrirán la misma condenación, serán diferentes los grados de condenación, por ej: Mateo 23:14, “¡Ay de vosotros,  escribas y fariseos,  hipócritas! …por esto recibiréis mayor condenación”. Y Mateo 11:20-24, Jesús nombra ciudades impenitentes: Capernaun, Betsaida, y otras.

Todos cuyos nombres están inscritos en el Libro de la vida, son salvos y no irán al Juicio Final, y es una razón de sumo gozo para el creyente, Jesús lo dijo, Lc. 10:17-20.

Desde la antigüedad era costumbre anotar en un registro los nombres de los ciudadanos de una ciudad o de un país, por eso decimos carta de ciudadanía. Cuando nacemos de nuevo, somos inscritos en el cielo como nuevos ciudadanos. En ésta tierra estamos de paso, somos extranjeros porque somos del cielo; por eso el apóstol Pablo dijo: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, a Jesucristo nuestro Señor” (Fil. 3:20).

Alguien dirá: Bueno, ¿Es justo que Dios permita que alguien que nunca oyó el evangelio muera, y vaya al infierno? Dios es justo y no condenará a nadie sin haberle dado oportunidades.

¿Son ellos salvos si nunca oyeron? la Biblia enseña que sin Jesucristo van a ser juzgados, pero no van a ser juzgados de la misma manera que aquellos que si escucharon.

Lucas 12:47-48, dice: «Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se le ha dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá».

Vos estás escuchando la Palabra de Dios, que Jesús salva, has oído a alguien con lágrimas rogarte, que vayas a los pies de Jesús, si aquellos que nunca escucharon van a comparecer, y ser juzgados, ¿Qué le va a pasar al que conocía la voluntad de su Amo y no la hizo?.

«Y la muerte y el Hades entregarán los muertos que había en ellos» La muerte tiene el cuerpo, y lo lleva a la tumba para que se desintegre, pero hay una parte nuestra que no va a la tumba. En el caso de los incrédulos va al Hades, el lugar de los muertos antes del Juicio Final. ¿Cuál es la diferencia entre Hades e Infierno?

Suponé una persona comete un crimen y es acusado en un juicio, el delincuente es tan peligroso que el Juez no permite fianza, así que lo meten a la comisaría de la ciudad, hasta que sea juzgado, luego se le saca de esa comisaría se le juzga y se le manda a la penitenciaría, o cárcel, El lago de fuego es la penitenciaría eterna. Pero por ahora la muerte tiene el cuerpo y el Hades tiene el alma. Ahí es donde van las personas que han muerto sin Cristo su alma detenida en el infierno esperando el juicio.

Los secretos se sabrán: Apocalipsis 20:13. «Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras». Dios está manteniendo los libros, Dios está registrando los secretos que nadie más sabe.

Eclesiastés 12:14, «Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala» y Romanos 2:16. «En el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres».

Existen cosas confidenciales, cosas que nadie sabe, cosas que sus familiares más cercanos y amigos no saben y que vos mismo has olvidado tratando de sacar de tu conciencia pensando que todo se olvidará.

 

c) La sentencia final: Ver Apocalipsis 20:13. «Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.» Varias cosas quiero decir de esta sentencia.

Hay una sentencia segura. Nadie va a poder sobornar a este juez, ningún abogado astuto podrá sacarlo de este lío. Romanos 14:11-12 dice: «Porque escrito está vivo yo dice el Señor que ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua confesará a Dios de manera que cada uno de nosotros dará cuenta a Dios por sí mismo”. Dios jura por sí mismo, que usted va a ser juzgado, pero no solo piense en la certeza de esto, sino en la severidad de la sentencia.

Hay una sentencia inapelable, Será el hombre incrédulo juzgado por sus obras, no habrá misericordia. Quiere alguien gracia y misericordia, eso es hoy.

Cuando alguien rechaza el evangelio no tendrá oportunidad más. Hebreos 10:28-31 Si los que desprecian la ley del Antiguo T, serán juzgados sin misericordia de cuanto mayor castigo y más severo castigo será digno aquel que ha hecho esto, el que ha ridiculizado a Jesús, ha pisoteado bajo sus pies la preciosa sangre de Jesucristo, que ha despreciado al Espíritu de gracia.

Hebreos 9:27 «Está establecido para los hombres que mueran una sola vez y luego de esto el juicio». No más misericordia, será juzgado según sus obras.

En el juicio final:

1) Se mostrará la evidencia: Estarán en los libros de las obras del hombre, ¿Cuál es la evidencia? Sus obras, toda mentira, toda maldición, todo robo, todo aquello que provocó las arrugas en la frente de tu padre o tu madre, toda infidelidad, luego sus pensamientos, Dios anotó la lujuria como adulterio, Dios anotó el odio como el asesinato.

Luego la influencia del incrédulo, no solo lo que hizo, sino aquello que influenció a hacer el mal, y su falla en no hacer lo bueno, al que sabe hacer lo bueno y no lo hace le es pecado, es decir, la gran luz que tenía y la rechazó, todas son evidencias que se presentarán en su contra,  esa montaña sucia y apestosa de pecado, pecados que han olvidado. Recordar al fundador del imperio Play Boy, a H. Hefner, y a los más famosos narcos de nuestro tiempo.

2) Se atreverán presentar alguna defensa: Estarán los que…

ALEGARAN IGNORANCIA: “Yo no sabía que iglesia escoger para ir, porque había tantas iglesias, la iglesia bautista, la iglesia pentecostal, la episcopal, anglicanos, las independientes, yo no sabía dónde ir o de cual hacerme miembro”.

Jesús dirá: «Yo no te dije que creyeras en la iglesia para salvarte. Yo te dije: Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa.  Los fuegos del juicio de Dios cayeron sobre Jesús en el Calvario es el mejor lugar, el fuego no puede pasar por donde el fuego ya pasó.

LOS AUTOENGAÑADOS. Mateo 7:21-23. Este párrafo destaca otro factor que hace difícil entrar en el camino angosto: El autoengaño. Los que se ocuparon de “decir” y “hacer” muchas cosas, verdaderos activistas. Pronunciaron las palabras y fórmulas religiosas correctas, llamaban a Jesús Señor, Señor (v. 21). Realizaron muchas obras poderosas (milagrosas), inclusive profecías, exorcismos. Por los “frutos” exteriores, uno diría que se trata de un gigante espiritual, un profeta como Elías o Eliseo, o un apóstol como Pedro o Pablo.

La respuesta de Jesús a las personas que se describen en el v. 22 es triple:

(1) Nunca os he conocido. Nunca jamás habían entrado en una relación personal y salvadora con Cristo, eran apostatas pensaron que creían y eran incrédulos.

(2) ¡Apartaos de mí! es la sentencia reservada para los incrédulos, los enemigos del reino (Mateo 25:41). Dios no permite en su presencia tales personas.

(3) Obradores de maldad es la clave en el pasaje. Aunque nos sorprende la severidad con que Jesús trató a este grupo que había actuado tan bien, según las normas de los hombres, cuando analizamos el término “maldad” (anomía: “sin ley”, o “transgresión de la ley”.) comenzamos a entender la gravedad de su vida y obras. De este término viene la palabra “antinomiano” que usamos para describir a uno que vive al margen o fuera de la ley. Describe a las personas que se rebelan contra la ley establecida, viven fuera de la ley, son anarquistas, no reconocen la autoridad del Rey de los cielos y la tierra. Se niegan a orar venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra (Mateo 6:10).

En resumen, estas personas que son rechazadas por Jesús viven en mentira, se engañan a sí mismas, procuran establecer su propia justicia en base a obras como los fariseos y escribas (comp. 5:20). Por lo tanto, se encuentran en el camino espacioso que conduce a la perdición. Algunos son engañados por los falsos profetas y no logran entrar en el camino angosto. Otros, peor aún, se engañan a sí mismos y no entran en el reino. El resultado es el mismo. Otra vez nos encontramos con la verdad fácil de olvidar: Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón (1Samuel 16:7). Esta verdad debe llevar a todo súbdito del reino a un sincero examen diario de sí mismo delante de Dios, preguntando: “¿Soy yo un verdadero siervo tuyo, Señor?” (C. Mundo Hispano)

LOS CONVENCIDOS Y NO CONVERTIDOS A CRISTO:

UNA PERSONA CONVENCIDA.  Es aquella que reconoce que Jesús es el único camino, pero no quiere vivir una vida conforme a la voluntad de Dios, puede ser aquella que asiste regularmente a la Iglesia, a lo mejor sirve en un ministerio, pero su forma de vida deja mucho que desear, señal de que solo fue convencida y no convertida.  Una persona que solo fue convencida es una persona inconstante que se deja llevar por cualquier viento de problemas que aparezca, es la típica persona que no mantiene templanza, algunas características son: 

• Pone sus ojos en el hombre: Está más pendiente de las fallas del hombre que de tener una comunión íntima con Jesús para que su vida sea como un olor fragante para Dios. 

• Cada crisis que pasa es una huida segura para el mundo: Cada vez que vienen problemas familiares, económicos, de enfermedad, de trabajo, etc., regresa al mundo poniendo como excusa que desde que se hizo cristiano solo problemas vienen a su vida. 

• Es una persona que siempre es del montón: Es decir que no se preocupa por mejorar su vida espiritual, no se preocupa por servir o por realizar un trabajo para el Señor. 

• Es una persona que tiene áreas de su vida que aún no le ha entregado al Señor: Por lo general los convencidos aún mantienen raíces de rencor, odio, de falta de perdón y como no tienen una vida realmente entregada al Señor, no hacen nada por tratar de ser libres.

Ahora veamos la contraparte, es decir las características de una persona que realmente fue convertida y no solo convencida. UNA PERSONA CONVERTIDA. 

Una persona convertida vive para Dios, su modo de vida denota que Jesús vive en El, que sus ojos reflejan el amor de Dios en su vida y que sus actos siempre van encaminados a darle la gloria a su Señor. Tiene su fundamente en la Roca que es Cristo, es decir que no hay situación que la moverá, pues su confianza en su Señor es más grande que cualquier crisis.  Convertir significa (diccionario): Hacer que alguien o algo se transforme en algo distinto de lo que era. Entonces podemos decir que una persona convertida es una persona que su vida ha sido trasformada de forma radical. Algunas características de una persona que ha sido convertida: 

• Su testimonio lo dice todo: No es necesario preguntarle si es cristiano, sino que su forma de vida lo dirá todo, es decir que su vida da testimonio antes que sus palabras. 

• Tiene una vida de servicio a Dios: No estará tranquila sin servir, puesto que por agradecimiento a Dios tratará de ayudar a que otros experimente el amor de Dios. 

• Tiene una vida devocional: Tiene un hábito diario de oración y de lectura de la Palabra, con esto ayuda a su crecimiento espiritual y a caminar conforme a la voluntad de Dios para su vida. 

• Es una persona firme en sus creencias: Es decir que no habrá problema o crisis que no pueda vencer, ya que su confianza en Dios la ayudará a saltar cualquier obstáculo. 

• Es una persona que gana a otros para Cristo: Tiene pesar por las almas que aún no se ha convertido, ya que el amor de Dios le hace sentir la necesidad que muchos tienen de Dios. 

Mucha gente sabe que es un error tremendo poner los ojos en los hombres, pero aun así excusan su fracaso en que pusieron sus ojos en alguien y como este fallo o le quedo mal entonces tienes razón de haberte alejado del Señor. Eso nunca será una excusa valedera. No es hora de estar poniendo excusas del porque te alejas del Señor, no puedes decir que “No pudiste” ya que esa no es un excusa valida, pues lee 1 Corintios 10:13.

Puedes seguir siendo un convencido o puedes encontrarte con el Rey de reyes, él quiere encontrarse contigo, él quiere abrazarte fuerte y contarte que siempre ha querido hacer de ti una persona de bendición para las naciones. Es hora que te levantes de donde caíste al tropezar y es necesario que confieses delante del Señor tus pecados, él no te condena sino que quiere restaurarte y hacer de ti una vasija aún mejor de lo que tú piensas que puedes llegar hacer, pero ¿cómo? Solamente rindiendo TODO tu ser a Jesús autor y consumador de la fe. 

¿Eres Convencido o Convertido? Demuéstralo a través de tu modo de Vida, que tu forma de vida hable más que tus Palabras. Novedad de vida Los líderes somos responsables de dar evidencia de una transformación ética en nuestra vida. Efesios 4:22-24

Se escuchará una única sentencia o un único veredicto: Condenado.

Bibliografía: “El Amor que vale!, del Pr Adrián Rogers, (Ministerio Internacional Shekina), Espada Electrónica en diversos comentarios, y otros.

 

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