20 octubre, 2019

El poder de la Resurrección


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Quiero aprovechar estos minutos que tenemos para hablar sobre un momento muy especial que vivió una persona muy particular. Y para comenzar, quiero hacerles una pregunta simple. ¿A quien se le presentó Jesucristo resucitado por primera vez? Tengo un caramelo de menta fuerte, marca hall para regalarle al ganador. Maria Magdalena. Cuando leo el relato de la atención que tuvo Maria de parte de nuestro amoroso Señor, realmente quedó conmovido. La escena es fantástica, ni el mejor director de cine, o el escritor de historias más consagrada, hubieran logrado una situación similar a la que vamos a leer en breve. Muchos sin saber, dicen que la biblia es machista, otros se animan alocadamente a declarar que Dios es un Dios machista, evidentemente jamás han tenido la posibilidad de tener los ojos espirituales abiertos para entender y comprobar que si algo aclaran las escrituras, es que ante los ojos de Dios, todos somos iguales,hombres y mujeres, creación de Dios, sin acepción de personas, Dios no hace diferencias en sus tratos entre ambos, y Jesús se encargó personalmente de poner por tierra estas mentiras, no desde el discurso, sino con ejemplos en primera persona. Solo una aclaración, por las dudas, efectivamente hay diferencias entre el hombre y la mujer, físicas, emocionales, etc, pero ante Dios el hombre no es más que la mujer, ni la mujer más que el hombre. Una cosa es cierta, generalmente los ejemplos que tomamos de la biblia, son de hombres, desde Abraham, pasando por David, llegando a Juan, Pedro, Pablo, etc. Pero eso no quiere decir nada, pero hoy le va a tocar a una mujer, quizás sea por el dia de la madre, vaya a saber uno, pero entiendo que lo que Dios va a hablarnos esta mañana, es necesario para tu vida, para mi vida. Juan 20:11-18 Jua 20:11 pero María se quedó afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro, Jua 20:12 y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Jua 20:13 —¿Por qué lloras, mujer? —le preguntaron los ángeles. —Es que se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto —les respondió. Jua 20:14 Apenas dijo esto, volvió la mirada y allí vio a Jesús de pie, aunque no sabía que era él. Jua 20:15 Jesús le dijo: —¿Por qué lloras, mujer? ¿A quién buscas? Ella, pensando que se trataba del que cuidaba el huerto, le dijo: —Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto, y yo iré por él. Jua 20:16 —María —le dijo Jesús. Ella se volvió y exclamó: —¡Raboni! (que en arameo significa: Maestro). Jua 20:17 —Suéltame,[a] porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: “Vuelvo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes.” Jua 20:18 María Magdalena fue a darles la noticia a los discípulos. «¡He visto al Señor!», exclamaba, y les contaba lo que él le había dicho. ¿A quien se le hubiese ocurrido, que María Magdalena iba a quedar en la historia, como la primera persona que tuvo el privilegio de ver a Jesús resucitado y de ser la portadora de esa tremenda noticia a sus discípulos? Creo yo que ni siquiera con el diario del lunes, nos aniamariamos a decir, yo sabia, era de imaginar, etc, etc. 1- ¿Que sabemos de Maria? Según las escrituras, Maria era de la ciudad de Magdala, ubicada en la costa del mar de Galilea. Esta mujer, antes de tener un encuentro transformador con Jesucristo, tenía una vida extremadamente atormentada, una vida que muchos considerariamos que no era vida. Una mujer en las mismas condiciones espirituales como cada uno de nosotros antes de Cristo, muerta en sus delitos y pecados, esclava de la oscuridad, sierva del príncipe de las tinieblas, enemiga íntima de Dios. Esta mujer, no había sido atormentada por uno o dos espíritus inmundos, ni siquiera tres o cuatro, sino siete…escucharon bien, siete espiritus inmundos que hacían con ella, lo que querían…la biblia no describe las diferentes situaciones que vivió esta mujer, pero uno podría comparar con algunos ejemplos que si describen lo que los espíritus inmundos le hacían vivir a las personas. Marcos 1:21 Entraron en Capernaúm, y tan pronto como llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Mar 1:22 La gente se asombraba de su enseñanza, porque la impartía como quien tiene autoridad y no como los maestros de la ley. Mar 1:23 De repente, en la sinagoga, un hombre que estaba poseído por un espíritu maligno gritó: Mar 1:24 —¿Por qué te entrometes, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios! Mar 1:25 —¡Cállate! —lo reprendió Jesús—. ¡Sal de ese hombre! Mar 1:26 Entonces el espíritu maligno sacudió al hombre violentamente y salió de él dando un alarido. ¿Sera que uno de los siete espiritus inmundos que tenia Maria Magdalena era similar a este? ¿O tal vez, alguno parecido de todos los que tenía el pobre Endemoniado Gadareno? Marcos 5:1 Cruzaron el lago hasta llegar a la región de los gerasenos.[a] Mar 5:2 Tan pronto como desembarcó Jesús, un hombre poseído por un espíritu maligno le salió al encuentro de entre los sepulcros. Mar 5:3 Este hombre vivía en los sepulcros, y ya nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. Mar 5:4 Muchas veces lo habían atado con cadenas y grilletes, pero él los destrozaba, y nadie tenía fuerza para dominarlo. Mar 5:5 Noche y día andaba por los sepulcros y por las colinas, gritando y golpeándose con piedras. ¿Por que hago estas referencias? Porque muchas veces leemos, y voy a tomar este ejemplo de María Magdalena, que tenía siete demonios, y como la biblia no hace una descripción exhaustiva de los nombres o situaciones que tenia que vivir Maria, es como que lo pasamos por alto, pero esta mujer tuvo un encuentro personal con Jesucristo, el cual cambió radicalmente su vida. Maria luego del toque amoroso del Señor, nunca más volvió hacer la misma de antes ¿Cómo podría seguir con su vida, cuando encontró la luz, cuando encontró el amor, cuando encontró la esperanza de vida eterna, cuando encontró al Mesías, al Ungido, al Cristo, al Hijo del Dios viviente? ¿Como? Esta mujer de ser sierva de satanás, se transformó en sierva de Jesucristo, y estuvo con él hasta lo último, jamás se alejó de Él. Y no quiero exaltar la persona de María, en absoluto, sino quiero que veamos lo que puede hacer el Poder transformador de nuestro Dios en la vida de cualquier persona que se rinde a El, que se entrega por completo y entiende y vive el verdadero evangelio. Lucas 8:1 Después de esto, Jesús estuvo recorriendo los pueblos y las aldeas, proclamando las buenas nuevas del reino de Dios. Lo acompañaban los doce, Luc 8:2 y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malignos y de enfermedades: María, a la que llamaban Magdalena, y de la que habían salido siete demonios; Luc 8:3 Juana, esposa de Cuza, el administrador de Herodes; Susana y muchas más que los ayudaban con sus propios recursos. Maria, como tantas otras mujeres, habían sido embestidas con el amor y la misericordia de Jesucristo, y eso cambió profundamente la razón de su existir. Estas mujeres, incluida María, iban con Jesús y sus discípulos a todos lados, estas mujeres lo dejaron todo para poder participar de las palabras de vida que Jesús hablaba, estas mujeres entendieron que para salvar su vida, la tenía que perder, estas mujeres entendieron que para seguir a Jesús, hay que negarse todos los días, estas mujeres comprendieron a ciencia exacta, que tomar su cruz se trataba de una cuestión de todos los dias, estas mujeres amaban al Señor Jesus, quizás con mucha más pasión que nosotros, estas mujeres habían sido salvadas no solo de una enfermedad o un demonio, sino de de la condenación eterna, estas mujeres se encontraron por la gracia de Dios, con el Salvador y eran muy conscientes de esta realidad. ¿Como se puede seguir viviendo igual luego de tener un encuentro con el Mesías, el Hijo de Dios? Ese poder transformador tocó hasta lo más profundo de su ser, María jamás volvió a ser la misma de antes. Maria aun con sus bienes asistía no sólo a Jesús, sino también a sus discípulos. Maria, era una apasionada por Jesús, había decidido seguir a Cristo, y nunca más volver atras. María estuvo con Jesús, inclusive en el momento en el cual sus discípulos más íntimos (excepto Juan), lo habían abandonado. Juan 19:17 Jesús salió cargando su propia cruz hacia el lugar de la Calavera (que en arameo se llama Gólgota). Jua 19:18 Allí lo crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio. Jua 19:25 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la esposa de Cleofas, y María Magdalena. Estas mujeres, que también podían ser identificadas con Jesús, ya que iban con ellos a todas partes para servirles, estaban allí, sin importarles el riesgo que podían correr, junto a la cruz, acompañando a Aquel que era el motivo de su gozo, de su vida, de su pasión. Esto demuestra la fidelidad de María para con Jesucristo, realmente había un amor grande por el Maestro, por Aquel que se había tomado el tiempo para mirarla, para escucharla, para liberarla, para Salvarla, para amarla. Pero María Magdalena, una seguidora genuina de Jesús, no pudo quedarse con los brazos cruzados, imagino la desazón de aquella mujer, la persona que le había cambiado la vida, ya no estaba más con ellos, ya no iba a poder escuchar esa verdad que la había hecho libre en boca de Jesús, pero ella iba aprovechar hasta el último momento para servir al gran Rey. Marcos 16:1 Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé compraron especias aromáticas para ir a ungir el cuerpo de Jesús. Mar 16:2 Muy de mañana el primer día de la semana, apenas salido el sol, se dirigieron al sepulcro. Nuevamente, vemos la vocación de servicio y amor que tenia Maria Magdalena, que postergando su dolor, su tristeza, preparó juntos a las demás mujeres esas especias aromáticas para su Maestro, para su Salvador. Para aquellos que no tenían claro quien era Maria, intente brevemente darles una pincelada de lo que el Poder de Dios puede hacer en una persona. A esa misma mujer, Jesús, en su Soberanía eligió para salirle al encuentro por primera vez, ya resucitado y para que sea portadora de las buenas nuevas de su resurrección. 2- Enfocarnos solo en nuestro dolor no nos deja ver a Jesús. Jua 20:11 pero María se quedó afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro, Jua 20:12 y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Jua 20:13 —¿Por qué lloras, mujer? —le preguntaron los ángeles. —Es que se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto —les respondió. Jua 20:14 Apenas dijo esto, volvió la mirada y allí vio a Jesús de pie, aunque no sabía que era él. Jua 20:15 Jesús le dijo: —¿Por qué lloras, mujer? ¿A quién buscas? Ella, pensando que se trataba del que cuidaba el huerto, le dijo: —Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto, y yo iré por él. Aquí vemos que la angustia de Maria, era claramente porque Jesús no estaba en el sepulcro, ella tenía la expectativa de volverlo a ver, aunque sea envuelto en sus vendas, pero quería estar unos minutos más cerca de Él, ella había preparado algo especial, ella tenía la ilusión de perfumar su cuerpo por última vez…claramente ella no lloraba porque Jesus no habia resucitado, esa historia evidentemente ellos no la tenían presente, a pesar de que ellos habían escuchado de la misma boca de Jesús, que él tenía que padecer inclusive la muerte, para luego al tercer día resucitar. Uno podría decir, bueno, pero esto se los dijo a los discípulos solamente, María no sabía de esto…dejame decirte que esto no es así… Lucas 24:1 El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro, llevando las especias aromáticas que habían preparado. Luc 24:2 Encontraron que había sido quitada la piedra que cubría el sepulcro Luc 24:3 y, al entrar, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Luc 24:4 Mientras se preguntaban qué habría pasado, se les presentaron dos hombres con ropas resplandecientes. Luc 24:5 Asustadas, se postraron sobre su rostro, pero ellos les dijeron: —¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que vive? Luc 24:6 No está aquí; ¡ha resucitado! Recuerden lo que les dijo cuando todavía estaba con ustedes en Galilea: Luc 24:7 “El Hijo del hombre tiene que ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, pero al tercer día resucitará.” Luc 24:8 Entonces ellas se acordaron de las palabras de Jesús. Estas mujeres habían escuchado que Jesús tenía que morir, pero que también al tercer día iba a resucitar!! Aun así, María estaba perdidamente angustiada hasta llegar al punto de no poder reconocer a Jesús, Aquel al cual había acompañado durante muchos días en su ministerio, sirviendolo, ayudandolo en su sostenimiento, estaba enfrente de ella. Es interesante que la palabra en griego para “vio”, tanto en el caso de los angeles como cuando ve al Señor, la palabra es theoreo (θεωρέω, G2334), de thoros, espectador. Se usa de uno que mira una cosa con interés y con propósito, implicando generalmente una cuidadosa observación de los detalles. Este es el segundo punto que quiero desarrollar. ¿Cuántas veces, el dolor, la angustia, el desánimo, no nos deja ver que Jesús está en frente nuestro trayéndonos sus palabras de aliento, de ánimo, de fe? Algunos teólogos, dicen que quizas Maria no pudo reconocer a Jesús por la cantidad de lagrimas que tenia en sus ojos… Esto tiene algún sentido, si vemos que la palabra griega para describir el llanto de María era Klaío, que significa llorar a los gritos, gimiendo, un llanto incontenible. Ella estaba perdidamente angustiada por esta situación, y lo expresa de esta manera. De todos modos, esta aclaración no es la que más me encuadra teniendo en cuenta el verbo que se utilizó para ver. Cuando estamos centrados en nuestro dolor, cuando la angustia inunda nuestra vida, lamentablemente perdemos de vista lo que sucede alrededor, aun cuando Dios está presente en la situación, nuestra capacidad espiritual de discernir su voz, su presencia, su mano queda anulada, por nuestra humanidad, por nuestra incredulidad. Esto mismo les pasó a los discípulos, luego de la multiplicación de los panes y los peces. Jua 6:17 y subieron a una barca, y comenzaron a cruzar el lago en dirección a Capernaúm. Para entonces ya había oscurecido, y Jesús todavía no se les había unido. Jua 6:18 Por causa del fuerte viento que soplaba, el lago estaba picado. Jua 6:19 Habrían remado unos cinco o seis kilómetros[b] cuando vieron que Jesús se acercaba a la barca, caminando sobre el agua, y se asustaron. El versículo paralelo en Mateo: 14:26 dice: Mat 14:26 Cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el agua, quedaron aterrados. —¡Es un fantasma! —gritaron de miedo. Indudablemente las situaciones que nos generan dolor, tristeza, temor, angustia, hacen que nosotros, aun habiendo experimentado preciosas experiencias con Dios, empecemos a dudar, inclusive a confundir la presencia de Dios o su obrar con por ejemplo un fantasma…o como lo hizo María, con un jardinero, o como lo hicieron los discípulos que iban camino a Emaús, pensaron que Jesús era un forastero, Los seres humanos somos muy frágiles, muy sensibles, muy propensos al temor, al desanimo. Por eso es tan necesario, si es que estas pasando una situación adversa, una circunstancia que te genera dolor, que te ha llevado inclusive a una depresión, dejame decirte las mismas palabras que Jesús les dijo a sus discípulos cuando salió a su encuentro caminando por las aguas… ”Tengan ánimo, yo estoy aquí, no tengan temor”. ¿Saben cuantas veces se repite la frase “No temas”? Trescientas sesenta y seis veces en toda la biblia, pasando por el antiguo pacto, llegando hasta el nuevo…un “No temas” para cada día del año, inclusive uno extra, para los años bisiestos… Así de Grandioso y Soberano es nuestro Dios… El sabe lo débiles que somos, sabe que somos propensos al desanimo. Yo no se el motivo de tus lágrimas, la razón que muchas noches no te deja descansar en paz, la causa de tu depresión, pero si sé que Jesús no quedó clavado en una cruz muerto para siempre, sino que al tercer dia resucito para decirte cada dia de tu vida: “No temas, yo estoy contigo”. Jesucristo está vivo y te dice: “Si estas cansado, cansada, vení a mi, que yo te voy hacer descansar” Si hoy te sientes solo, sola, incomprendido, incomprendida, el Señor te dice: “Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” “No te dejaré ni te desampararé” Es tiempo, que dejemos de mirar nuestro problema, nuestro dolor y sigamos el ejemplo del salmista que dijo: Salmo 121:1 Levantaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Sal 121:2 Mi socorro viene del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra. Heb 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de El soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. Sécate las lágrimas y escucha la voz del Señor, que te llama por tu nombre, y te dice, yo estoy vivo, y tengo planes para tu vida. Jua 20:16 —María —le dijo Jesús. Ella se volvió y exclamó: —¡Raboni! (que en arameo significa: Maestro). Jua 20:17 —Suéltame,[a] porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: “Vuelvo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes.” Jua 20:18 María Magdalena fue a darles la noticia a los discípulos. «¡He visto al Señor!», exclamaba, y les contaba lo que él le había dicho. Ningún motivo que puedas estar pasando es tan grande como para poder empañar esta verdad central del evangelio, Jesucristo ha resucitado, eso es suficiente para tener esperanza en medio de la prueba, en medio de la tribulación, tenemos un Salvador que está vivo, que nos acompaña en cada momento de nuestra vida, para darnos paz, gozo, esperanza, amor, aun en los momentos más críticos… Dejemos de enfocarnos en nuestros dramas terrenales, pasajeros, momentáneos, y empecemos a contarles a todos los que aun no le hemos contado, que Jesucristo no solo murió, sino que resucitó, y eso nos da garantía y esperanza que la vida no termina acá, en este mundo, sino que hay una eternidad que podemos vivir junto al Señor, disfrutando de su persona, de su presencia, de su amor, de sus palabras. Jesús, le tuvo que llamar la atención dos veces a María. La primera haciéndole la misma pregunta que los ángeles, ¿Mujer, porque lloras? ¿A quién buscas? y ella no pudo comprender que era el mismo Señor quien le hablaba. La segunda vez, la llamó por su nombre, y ahi si pudo reconocerle… yo no se si esta es la primera o la segunda vez que Jesús te está hablando, pero que bueno seria que puedas escuchar lo que El hoy te está diciendo. Maria quería retenerlo, otra vez no quería perderlo, pero Jesús le dice que tenía otros planes, y la envió a comunicar esta buena noticia a sus hermanos, esta va hacer la primera vez que Jesús llama a sus discípulos de esta manera, ya la obra de la cruz se había realizado, antes los llamo siervos, amigos, pero nunca hermanos en forma directamente. Hoy el Señor nos está volviendo a decir, que somos parte de su familia, que Dios también es nuestro Padre, si ya hemos decidido seguir a Cristo, tenemos la seguridad que Dios, asi como no lo dejo en el sepulcro a nuestro Señor Jesucristo, sino que lo resucitó y lo sentó a su diestra, hoy te asegura que muy pronto también nosotros estaremos junto a Él en el cielo por la eternidad y que mientras estemos en este mundo su presencia, su Espíritu estará con nosotros siempre. Esta es la verdad que nos tiene que llenar de gozo, que tiene que aplacar cualquier dolor o angustia, necesitamos apropiarnos de esta verdad que nos hará libre de todo desánimo, de todo temor, de toda circunstancias adversas que podamos pasar en este mundo. Jesucristo ha resucitado, si ha resucitado! Gloria sea a nuestro Dios.
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