7 febrero, 2016

En Cristo tenemos – Romanos 8 – Parte I


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La carta a los Romanos es una carta teológica escrita por el apóstol Pablo para presentar sus credenciales indicando en que evangelio creía. La iglesia de Roma no había sido fundada por él, aunque conocía a varios allí, según vemos por los saludos de Romanos 16 en el final. ¿Para qué se presenta y explica en qué cree? Su propósito era ir a lo que hoy se llama España, y tenía que pasar por Roma para ser encaminado, así que también Romanos es una carta misionológica.

Hoy quisiera analizar dentro del capítulo 8 una declaración llena de estímulo y ánimo para todos los creyentes, y me refiero a Romanos 8:32.

Ahora, analizá Romanos 8.32 como un  todo: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que  lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará  también con él todas las cosas?”. El principio es sencillo: Quien da lo más grande, sin duda estará dispuesto a dar lo más pequeño. Si un hombre te dio a vos cien mil dólares, es probable que no se rehúse a darte veinticinco centavos, si realmente los necesitás. Pablo quiere que nosotros usemos la simple lógica.  Dios ya nos ha dado el más grande don, el don de  Su Hijo, por lo tanto, no lo pensará dos veces para  darnos los dones menores.

“La expresión “todas las cosas” de este versículo no se refiere a todas las cosas que podríamos desear. (A menudo, lo que deseamos no siempre es bueno para nosotros.) Antes, se refiere a necesidades auténticas. Pablo dijo: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4.19). Lo anterior incluye  necesidades materiales. Jesús dijo: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas [las necesidades de la vida] os serán [dadas por añadidura]” (Mateo 6.33). Abarca sobre todo las necesidades espirituales: Lo que  necesitamos para ser lo que debemos ser y para hacer lo que debemos hacer, esto es, las cosas que necesitamos para cumplir el propósito de Dios en nuestras vidas”. (David Roper, La Verdad para hoy)

Romanos 8:32 nos dice: «El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?». La epístola de Romanos, más que una explicación teológica de la gracia redentora de Dios, es una carta de consuelo y aliento dirigida a vos.

Romanos 8:31-39 Triunfante y desafiante, Pablo formula varias preguntas que no pueden ser respondidas (son retóricas, llevan implícita su respuesta), diseñadas para dar a los creyentes una profunda sensación de seguridad espiritual. Si Dios estuvo dispuesto a hacer la cosa más difícil de todas por nosotros, que era entregar la vida de su Hijo, al sufrimiento y a la muerte, ¿Cómo no derramará sobre los cristianos todas las bendiciones que pudieran existir en el cielo?

Nuestro Redentor nos ha dado:

1) Un amor que jamás podremos medir. Los hijos de Dios jamás podremos ir tan lejos donde el amor de Dios no pueda llegar. Hay una vieja canción de los niños que habla de este amor maravilloso y que dice que el amor es tan ALTO que no podemos ir arriba de él, tan BAJO que no podemos ir debajo de él, tan ANCHO que no podemos ir afuera de él. Así de grande es el amor de Dios. Dios es amor y su amor se demuestra en toda circunstancia, significa que la el amor es la esencia del carácter de Dios. Nunca podremos sondear la profundidad de este amor, NI SIQUIERA en la eternidad. El apóstol Juan dice que podemos empezar a entenderlo cuando miramos la cruz. 1 Juan 4:9-10: «En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor; no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados». En la medida que miremos a Jesús muriendo en la cruz, veremos toda la belleza del amante corazón de Dios. Luego, nosotros también debemos amar (11-12). María Magdalena fue rescatada de su miseria por este amor, la mujer sorprendida en adulterio en Juan 8, también, Zaqueo fue rescatado de su avaricia por él, el ladrón de la cruz pudo confiar en este amor. ¿Y vos?

Características del amor ágape:

  • Toma la iniciativa en buscar el bien de la persona amada,
  • No depende de los sentimientos
  • Se expresa en acciones
  • Es costoso
  • Es incondicional
  • Es un acto de la voluntad

¿Por qué el amor es tan importante? Te dio amor para que lo des, Rom 5,5 Porque es:

Porque es absolutamente la más grande virtud. 1 Corintios 13:1-2. Aquí el Señor está comparando todas las otras virtudes con el amor. “Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy”.

El amor es el más grande de los mandamientos. Mateo 22:37-40. «Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.»

El amor es el más grande testimonio. Juan 13:35 Jesús dijo: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”.

No necesitás ponerte una escarapela, o una calcomanía en un auto, o una remera impresa, para proclamar que en realidad amas a Dios y a tu prójimo. Un hombre de negocios que era ejecutivo de una gran iglesia, se despertó por la mañana, temprano para evitar los embotellamientos de tránsito. Al arrancar su auto, la batería estaba muerta, y se demoró. No tuvo más remedio que pedirle el auto a su esposa, él perdió varios minutos, la autopista era una gran playa de estacionamiento. Él se encontraba parado por completo y el tipo de detrás de él, hizo sonar la bocina insistentemente. Al principio el hombre no se hizo mucho drama, pero luego insistió otra vez, y otra vez vuelve a tocar bocina. El hombre se comenzó a sentir irritado y luego más enojado, se baja molesto  y sus dientes rechinaban y escucha de nuevo la bocina, se dirige al chofer del auto de atrás y duramente le dice: ¿Qué te pasa viejo? No ves que no puedo moverme. El hombre normal, muy sereno y controlado, le apunta con el dedo y le dice: Escuche no ve que no puedo moverme, no toque bocina. ¿No ve que nadie se puede mover? Y otras palabras más que no fueron corteses. El otro hombre sorprendido le contesta: ¿Qué le pasa, Señor? ¿Cómo que es me qué pasa, que te pasa a vos? Mire Señor, ¿Esa calcomanía que tiene pegada en el vidrio de atrás de su auto significa algo para usted? Dice: “Si ama a Jesús toque bocina”. Y este ejecutivo todo avergonzado, tuvo que decir O, si yo amo a Jesús, perdón lo siento. Se encontraron dos creyentes en un mismo lugar y uno tuvo reacciones desconsideradas. Necesitamos quitarnos la santidad que está de adorno en el panel de los instrumentos y ponerla al volante. El amor es el más grande mandamiento, el amor es la más grande virtud el amor es el más grande testimonio, en esto conocerán que son mis discípulos si tuviereis amor los unos con los otros. Pero además.

El amor es la más grande motivación. ¿Qué es lo que te motiva a vos y a mí? Pablo decía: Porque el amor nos constriñe, Jesús le preguntó a Pedro: ¿Pedro me amas? Apacienta mis ovejas. ¿Amás vos las ovejas? El amor es la más grande motivación del mundo.

2) Una vida que jamás morirá o dejará de ser. El propósito de Jesús fue traernos vida abundante, lo dice Juan 10:10. Juan 1:4 dice: «En él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres». Cuando compartimos nuestra fe y también cuando damos el curso de bautismo, tenemos unos versículos muy claros sobre la vida eterna, la vida espiritual de la más alta calidad es 1 Juan 5:11-13. «Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios».

La muerte no es cesación de vida, es la separación del alma y del espíritu de nuestro cuerpo, la muerte física no hace que dejemos de existir, se soluciona con la resurrección, justos e injustos resucitarán; la muerte espiritual tiene solución en esta vida, y al convertirnos la evitamos, nos unimos de nuevo al Señor, pero la muerte segunda es la separación definitiva de Dios y por toda la eternidad.

Nosotros los cristianos hemos recibido la vida nueva al creer, pero tenemos la vieja vida en nosotros. El crecimiento cristiano se da en la medida que la vida nueva impida la manifestación de la vida vieja. Para eso es necesario vivir lo que dice Gálatas 2:20, «Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a si mismo por mi». Necesitamos que la vida vieja siga muriendo y necesitamos que la vida nueva se siga manifestando. Es triste, pero, millones de personas solo existen, en realidad no viven, parecen sonámbulos que transitan por la vida sin dirección, ni objetivos, oramos que vos no seas uno de ellos, es tiempo de tener una vida, o sea, verdadera vida, vida abundante, vida que tenga sentido, vida que permanece, vida que transforma.

¿Tenés esta clase de vida? Hay tanta gente que parece que lo único que saben hacer es trabajar para ganar un salario, DURAN, pelean para vivir, y viven para pelear, no tienen una vida verdadera, existen cierto es, pero no viven, no experimentan a plenitud, la preciosa vida que les ha sido otorgada.

La vida es un complejo misterio.  Eclesiastés 1:1-2 “Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén. 2 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad”.

¿Por qué él repite vanidad de vanidades? Por énfasis, cuando la Biblia quiere que sepamos cuan santo era el lugar en el Tabernáculo, ¿Cómo lo llama? El lugar santísimo, que equivale a decir, el lugar más santo del lugar santo, cuando nuestro Señor quiere enfatizar algo, ¿Qué es lo que dice? “De cierto, de cierto les digo”, cuando nosotros hablamos de la majestad de Jesús decimos que Él es el Rey de Reyes y Señor de Señores.

Lo que Salomón está diciendo es: Esto es tamaño real, esto es vanidad de vanidades, yo no puedo entender la vida, la vida es un rompecabezas, es un misterio, y cada persona pensante sabe eso, y quiero decirte que si vos pensás que has resuelto el problema de la vida, estás completamente equivocado.

Algunos estudiantes les pidieron que dieran una definición de la vida, estas son algunas de las respuestas: “La vida es una sentencia de prisión que recibimos por el crimen de haber nacido”, “La vida es una enfermedad que solo se cura con la muerte”.

Pero, la vida es vacía y vana, aparte de Dios, pero, Dios la diseñó así, Él no quiere que la vida tenga ningún sentido para vos, y lo que te estoy diciendo, te puede sorprender, pero Dios en su infinita sabiduría hizo de la vida un misterio.

Romanos 8:20-23 que respaldan lo que voy a decir:

“Porque la creación” y esto incluye a los seres humanos, “fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad”, esto quiere decir que nosotros no escogimos, “sino por causa del que la sujetó en esperanza”.

En otras palabras, Dios lo hizo todo confuso, Dios hizo la creación y dijo: Ahí está, pero ustedes no van a ser capaces de entenderla, Dios lo hizo así, no porque no nos ame sino porque nos ama, y Dios sabe que si vos y yo, con toda nuestra sabiduría, ingeniosidad y sagacidad, pudiéramos entender la vida, nunca nos acercaríamos a él, nunca lo haríamos si pudiéramos encontrar significado a la vida aparte de él, y así esta vanidad, esta confusión, este misterio, es una herramienta que Dios usa, para que nos acerquemos a él. Vanidad aparece con monótona frecuencia como 30 veces en el libro de Eclesiastés, y ¿Qué es lo que Salomón dice? Dice que la vida sin Dios, es como un camino que no va a ninguna parte, ni vos ni yo nunca, nunca, nunca, vamos a poder entenderla, y sin embargo, el hombre tiene un deseo, quiere conocer, quiere saber el más profundo significado de  la vida.  Bertrand  Russell, el filósofo y matemático inglés dijo una vez: La filosofía probó ser un fracaso para mí. Aparte de Dios la vida no tiene ningún sentido.

Atrapado en el tiempo” o El día de la marmota es una película  que trata del cambio progresivo de la forma de ver la vida y relacionarse socialmente de un individuo; Phil, el hombre del tiempo de una cadena de  televisión, es enviado a cubrir la información del festival del Día de la Marmota (2 de febrero). Sorprendidos por una tormenta deben regresar a la pequeña ciudad. A la mañana siguiente, al despertarse, comprueba atónito que comienza otra vez el Día de la Marmota. El periodista gruñón y antipático se ve condenado a revivir, una y otra vez, el mismo día. Todo se repite, excepto su percepción de que, lo que le sucede en cada momento, ya lo ha vivido así, se asistirá al cambio de valores del protagonista.

Nos deja una enseñanza, ¿Qué percepción tenemos frente a las cosas que vivimos diariamente? ¿Sacamos lecciones provechosas, y hay cada día valor agregado a nuestra propia existencia?

La película es una fantasía muy bien diseñada, ahora nos toca a nosotros la vida real, y no tenemos la posibilidad de repetir los días ya vividos porque la rueda del tiempo SOLO VA PARA ADELANTE.

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