14 febrero, 2016

En Cristo tenemos – Romanos 8 – Parte II


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3) Una paz que jamás podremos comprender. En Belén los pastores dijeron: «¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!». Zacarías elevó a Dios su canto y dijo que Dios había visitado y redimido a su pueblo, «para encaminar nuestro pies por caminos de paz» (Lucas 1:79). Jesús casi al final de su ministerio terreno y lloró por Jerusalén: «¡Oh, si también tu conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos» Lucas 19:42. De esta paz integral habló Jesús en Juan 14:27, 16:33, 20:19. Filipenses 4.7 nos dice que esta paz sobrepasa todo entendimiento, y jamás la podremos comprender. «Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo» Salmo 119:165. Una señora en un hospital estaba muriendo, algunos creyentes, viendo que la señora estaba sola, decidieron testificarle de Cristo se acercaron a la cama de la mujer,  y les dijeron: Señora, ¿Sabe que está muy enferma? Si lo sé, de hecho estoy muriendo, me queda muy poco tiempo de vida, ellos le dijeron, permítame preguntarle: ¿Ha hecho usted la paz con Dios? Y ella contestó: No. Ellos dijeron, no queremos ser inoportunos pero quisiéramos ayudarle para que haga la paz con Dios. La mujer moribunda, dijo no. Y ellos extrañados preguntaron: ¿Por qué no? Si sabe que está muriendo ¿Por qué no quiere hacer la paz con Dios? Y ella con una sonrisa respondió: “No tengo necesidad de hacer la paz con Dios, porque estoy descansando en la paz que Jesús hizo en el Calvario”.

El Salmo 131, es un “Cántico gradual de David”, cuando van subiendo los peregrinos a adorar al templo. Salmo 131: Versión Dios habla hoy: “Señor no es orgulloso mi corazón ni son altaneros mis ojos, ni voy tras cosas grandes y extraordinarias que están fuera de mi alcance, al contrario, estoy callado y tranquilo como un niño recién amamantado, que está en brazos de su madre, como un niño recién amamantado. Israel espera en el Señor ahora y siempre”.

David tuvo triunfos en su vida como el de Goliat, etc. y fracasos también, pero llega a experimentar la paz de Dios en su vida,

Esta es una conversación, David habla y Dios es el que escucha y Dios es el que dice y sabe la verdad, y refleja un alma que entendió como funcionaba la vida espiritual y la relación con Dios, y él aclara: Que la paz de Dios SE conquista.

2 Tipos de paz: La paz con Dios, es lo que se hace a través de Jesús, (Romanos 5) y otra cosa es la paz de Dios, ésta la tenemos que conquistar.

Hay cristianos  que no tienen la paz de Dios en sus vidas, cuando viven con tormentas internas, agitados de ánimo, y no trasmiten la paz de Dios.

Cuando un creyente está alterado, y va de un lado para otro, tiene tormentas interiores, entonces, tiene la paz con Dios, pero no tiene en él la paz de Dios.

Las agitaciones del ánimo, no te permiten tener paz, la paz con Dios, la conquista Jesucristo, la paz de Dios es una conquista que tenemos que tener nosotros.

Este salmo afirma que la paz de Dios se conquista.

El Salmo tiene dos partes. La primera parte es verso 1 y 2ª “Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; Ni anduve en grandezas, Ni en cosas demasiado sublimes para mí´. En verdad que me he comportado y he acallado mi alma”.

La corte de Saúl con falsedad puso el dedo acusador, el de querer tomar el reino, y lo persiguió 10 años, un hermano cuando enfrentó a Goliat, lo acusó de ser orgulloso.

Los discípulos de Jesús en preparación, estaban INSATISFECHOS, mostraron mucha agitación por aspirar a los lugares destacados, Jesús les dice: ¿Qué disputaban ustedes en el camino? Marcos 9:33, ¿Por qué se pelean? ellos discuten por la supremacía.

Jesús, les dice: “Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos”, él les dice: Saquen sus ambiciones personales de su vida, porque impiden tener la paz de Dios, esta se consigue cuando uno logra sacar esas ambiciones.

Y le pone un niño en el medio, y les dice que necesitan copiar la actitud de un niño, porque en el niño hay deseos, pero no  ambiciones. Al acallar los deseos de nuestra carne, damos lugar a la paz de Dios, y esto es lo que explica la primer parte.

“En verdad, me he comportado, y he acallado mi alma”, “Me he comportado”, en hebreo, comportarse, es alisar el camino, el sembrado para que corra el agua, se allana el camino para que el agua se deslice.

Le saqué las piedras, saqué todo, para que la paz se deslice, y entonces, he acallado mi alma, el corazón siempre es engañoso, y va a proponer cosas ambiciosas, soberbias.  

El vaciamiento de todas esas cosas, que el apóstol Juan siglos después diría que los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida cuando interfieren en nosotros es lo que priva de la paz de Dios (1 Juan 2:16), todo eso no proviene del Padre sino del mundo.

Charles Spurgeon dijo: “Este es uno de los Salmos más cortos para leer, pero de los más largos para aprender”; se puede perder la paz de Dios, a pesar de tener la paz con Dios.

Otro socio del club de los INSATISFECHOS fue Jacob, un ambicioso, que engañó a su hermano, le compró la primogenitura, usurpó la bendición de su padre ciego, y tuvo que soportar la disciplina de Dios.

Las ambiciones fueron permanentes en Jacob, también le hacía trampas al tío. Pero todas esas ambiciones, hizo que no tuviera paz de Dios en su corazón, por más de 20 años, hasta que no renunció a sus ambiciones, soberbias, y delirios de grandeza, no tuvo paz en su corazón.

David enseña que para conquistar la paz, primero se necesita: Un vaciamiento. Vaciarse, y allanarse, para que la paz de Dios pueda fluir en vos,

Lo segundo es la satisfacción que hay en Dios él dice: “Como un niño destetado de su madre así está mi alma, como un niño recién amamantado” Es lo que sucede después del amamantamiento, antes cuando el niño que está sin comer, llora, se rebela, está inquieto, le falta satisfacción.

Vos podés sembrar cardos y espinas, si así lo querés, pero no te asombrés, ni te asustés por lo que cosechés, mucha gente se la pasa de lunes a sábado sembrando hierba mala y el domingo va a la iglesia a orar, para que Dios le dé una buena cosecha de trigo o de maíz, en unos casos, en otros muy pocos piden perdón a Dios por lo que han sembrado, Dios quiere y puede perdonar, pero la tierra siempre te dará abundantemente lo que vos sembraste; todos sabemos que hay una ley inexorable: Se cosecha lo que se siembra y siempre se cosecha más de lo que se siembra, el refrán popular dice: Sembrá vientos, y cosecharás tempestades. ¿Qué estás sembrando vos en tu vida?

Otro INSATISFECHO fue Jonás, fue orgulloso, creyó saber más que Dios, y decidió no darle una oportunidad a una nación malvada, pero Dios sí; él estaba muy inquieto y viajó lejos de su misión, Dios lo trajo a regañadientes, y luego de cumplida su misión, se molestó por los resultados positivos de su predicación. ¿En qué quedamos?

¿Cuál es la raíz del problema de la gente así? Lloran y gritan interiormente, gimen, porque no tienen satisfacción, Jonás quería ver en la ruina a sus opresores. Cuando el niño tiene hambre, molesta a su alrededor, ¿Por qué? Porque llora, grita, gime, estorba todo lo que tiene alrededor, molesta, por su insatisfacción.

Vacíese primero, y luego llénese, él dice cuando yo veo mi alma, siento como si Dios fuera mi madre y me hubiera acabado de amamantar, ¿Por qué? Porque cuando el niño termina de mamar, está plácido, tranquilo, se duerme, está satisfecho.

David dice que su alma se vació de cosas inútiles, y se llenó de la presencia de Dios en forma tal que no molesta, no incordia, transmite paz porque tiene paz.

El resultado de la paz, llega al final, está tranquilo se vació de todo lo feo, y tiene satisfacción en Dios, ahora los que caminan al templo de Dios, canten este Salmo, porque ¿Para qué voy a la casa de Dios? ¿Para encontrarme con mis amigos, hacer sociabilidad, o para encontrar que mi alma se llene del Señor?. Había que subir al santuario buscando que la vida se llene de Dios, buscando la satisfacción que Dios da.

El “club de los satisfechos”, tiene a David tal como lo pinta su declaración del Salmo 131, un bebé pancho por la lactancia materna, comparó a Dios como una madre que satisface al hijo hambriento, y lo llena, y lo deja plácido, nock out, ahí están los misioneros Pablo y Silas luego de ir en obediencia a Dios a su lugar de trabajo, son golpeados, azotados, maltratados y ellos en la medianoche elevan a Dios canciones de alabanza, estaban llenos de Dios, y los discípulos después de la cruz no los vemos planteando cuestiones de honor para ellos, estaban llenos de paz en medio de luchas y problemas, pero estaban satisfechos con Dios. ¿Vos lo estás?

Hay momentos en que vos estás tranquilo y de repente sos atacado por la ansiedad, la irritación, el enojo o las circunstancias desagradables.

Filipenses 4:6-7, ¿Cómo podemos saber cuándo nuestro interés se puede convertir en ansiedad? Veamos tres ideas que nos pueden ayudar a distinguir el interés de la ansiedad:

1) Sabremos que el interés o inquietud llega a ser intranquilidad o ansiedad cuando nos preocupamos más por las cosas que deseamos, que por la voluntad de Dios. Siempre en un cristiano debe ser la voluntad de Dios. Vienen entonces los deseos para manipular las circunstancias, como sería preocuparnos en cómo manejar las reacciones de la gente, o el factor de irritación.

2) El interés que se puede transformar en ansiedad, cuando nos inunda un sentimiento apremiante que nos empuja a tomar una decisión imprudentemente. Dios no quiere que nos precipitemos y apremiados por las circunstancias que terminan predominando. La paz que vivió el Señor, no dependió de las circunstancias porque siempre estuvo rodeado de enemigos. Jesús siempre vivió analizando las cosas de este mundo bajo la perspectiva de Su Padre. Vio las circunstancias como las veía el Padre. Confió en la Omnipotencia de Dios, que todo está bajo su control, en la Omnisciencia divina, Dios todo lo sabe al detalle, en un Padre amoroso, que todo lo hace a favor de sus hijos, haciendo lo mejor, lo bueno y lo que terminará bendiciéndome.

3) Cuando estamos constantemente agitados y perturbados por algo (Dios dice que no nos afanemos), y vamos a trabajar con la cara larga, malhumorados, y este elemento perturbador nos priva de la paz. Esto no es la voluntad de Dios y no tiene que ver con su propósito, porque Él dice que por nada estemos afanosos. Esto no es escapar de la realidad, o dejar de luchar o negar las dificultades, es verla desde la perspectiva divina y proteger nuestra paz.

 

4) Un descanso que jamás se podrá alterar. «Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa». Isaías 32:2, y Mateo 11:28-30. El Salmo 23:2 dice: “En lugares de delicados pastos me hará descansar…” ¿Cuándo se echa  a descansar una oveja? El descanso es posible cuando estamos en el rebaño de Dios y no en el del mundo. Veamos:

a) La oveja no se echa a descansar, a menos que esté libre de todo tipo de temor.

Las ovejas se asustan de nada, como puede ser el ruido que pueda hacer otra al pisar una rama o hierba seca, aunque sea insignificante y puede llegar a originar una estampida y donde quizá alguna pueda llegar a morir aplastada o despeñada. Las preñadas pueden llegar a perder sus crías. Si la oveja está tensa no puede echarse a descansar, y si no descansa va perdiendo peso y baja la calidad de la lana. Tiene que estar libre de temor, y no hay cosa que tranquilice más a la oveja que la presencia del pastor caminando entre ellas. Cuando está el Pastor, puede suceder cualquier cosa y la oveja estará tranquila. Jesús nos dejó la gran promesa de que su presencia estará hasta el fin del mundo, y Él no ha cambiado de opinión. ¿Qué temores tenemos? A la falta de trabajo, a enfermarnos, a lo que dirán de mí, a fallarle a otros, fracasar con el noviazgo o matrimonio, en los estudios o el trabajo. Jesús está en medio de nosotros.

b) La oveja no se echa a descansar, a menos que esté libre de toda tensión o fricción. Hay ciertos comportamientos del reino animal que hemos copiado los seres humanos, y actuamos como ellos. Hay distintas maneras o formas de establecer dominio sobre los demás. En el gallinero impera la ley del picotazo, en medio del ganado vacuno está vigente la ley del cornazo, y en las ovejas el topetazo, que es una actitud hostil y fuerte, que está diciendo que no le interesa nada de la otra oveja, sino establecer su posición y su dominio. Una de las cosas que más se habla en nuestros días globalizados es de la competencia. Esta competencia llega hasta límites casi inhumanos, ya que nada me interesa del otro, mientras yo me salve. La situación ha cambiado tanto, que ya no vemos a una persona, sino vemos en ella a un adversario al que hay que derribar o dominar. De la misma manera, cuando está el pastor en medio de todas las ovejas y ellas ponen sus ojos en él, las cosas cambian y se termina la tensión y vuelve la tranquilidad y la paz, y cesa la lucha y la pelea. Si usted se llena de tensión, ponga sus ojos en el Señor, que él le dará paz en el corazón. Poné tu vida en sus manos, cree y confiá en lo que él nos da.

c) La oveja no se echa a descansar, a menos que pueda estar libre de todo tipo de molestias. Si hay algo que las pone mal a las ovejas son los parásitos y en especial aquéllos que aparecen en la zona de la cabeza. Esto genera heridas  que a su vez atraen a las moscas y a otros tipos de insectos que vienen y molestan. A veces la reacción es tan virulenta que para librarse de ellos van y se ponen frente a un árbol o piedra, y comienzan a rascarse y cuando no logran el alivio golpean su cabeza violentamente y pueden llegar a matarse ellas mismas. Gran parte de la tarea del pastor es ponerla entre sus brazos o piernas una por una y quitar los parásitos y bichos e ir curando las heridas. Así hace el Señor con nosotros. Él nos toma en sus brazos, si nosotros queremos, porque a veces inexplicablemente somos ariscos. Él nos quita aquellas cosas que si permanecen en nosotros nos pueden hacer mucho daño, y deben ser quitadas a tiempo, sino nos llevan a la destrucción. Los saca uno por uno para tranquilizarnos.

d) La oveja no se echa a descansar, a menos que tenga la panza llena. Es decir que se sienta bien alimentada. En la época de David, los rebaños estaban en zonas que eran muy áridas, y los pastores tenían que trabajar mucho para conseguir alimento para sus ovejas. ¿Cuánto ha hecho el Señor para que nosotros tengamos alimento suficiente y no siempre comemos como debemos la “dieta divina?». Él tiene alimento que nos sacia y hace sentir bien permanentemente y no por un rato

 

5) Un gozo que jamás podrá disminuir. Juan 15:11 «Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido». Juan 16:20, «pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo». Juan 16:22 «También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo». y Juan 17:13 «Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos».

Así que si vos tenés felicidad, eso es algo muy bueno y positivo. La felicidad depende de algo que nos sucede, por lo cual nos volvemos muchas veces prisioneros de las circunstancias, y no siempre las circunstancias son buenas. Es entonces cuando necesitamos gozo. La felicidad depende de las circunstancias, el gozo depende del Señor. “Regocijaos en el Señor siempre” y la razón por la cual podemos regocijarnos siempre a pesar de todo, es porque a diferencia de las circunstancias que continuamente cambian, el Señor jamás cambia.

Una mujer perdió las llaves de su auto, y las buscó en el escritorio, en cada cuarto, en las ropas que se había puesto, las buscó hasta en los maceteros de las flores hasta que las buscó en su cartera, y luego de sacar docenas de cosas, allí bajo toda esa montaña de cosas encontró las llaves, que gran alivio. ¿Sabés por qué esta señora no encontró las llaves al principio? Las buscó en los lugares equivocados. La razón por la cual la gente no tiene gozo porque por lo general lo busca en el lugar equivocado.

El gozo no es algo accesorio, superfluo de la vida cristiana, el gozo es una necesidad absoluta. Si querés estar bien con Dios debés tener un gozo contagioso, e indescriptible. Un cristiano sin gozo es una contradicción de términos, sería como hablar de un infierno celestial, o de un cielo infernal o de mujeres masculinas o de hombres femeninos, es lamentable que muchos que llamándose cristianos han perdido por completo el gozo. ¿Por qué es tan importante el gozo en la vida? Es más de lo que vos te imaginás.

Bibliografía: Programa Los Grandes Temas de Salvador Dellutri, Comentarios del Pastor Adrián Rogers en El Amor que vale y varias otras.

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