Frente al año nuevo
Por: Israel Aquino
Del mismo modo que una iglesia no será mas fervorosa que el conjunto de sus miembros, el año no será ni más ni menos que el conjunto de los días que lo componen. Un año se compone de días y un día se compone de momentos, momentos especiales para dedicarlos a Dios y a las cosas de su Reino. Por esto la Biblia hace tanto énfasis en las cosas diarias. Notemos las cosas diarias a las que los hijos de Dios le debemos especial atención.
Oración
Salmos 88:9
9 Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción;
Te he llamado, oh Jehová, cada día;
He extendido a ti mis manos.
Es imposible vivir una vida cristiana normal sin la práctica de la oración diaria. Daniel, aquel gran hombre de Dios, primer ministro del imperio Persa, sentía la necesidad de subir cada día las escaleras de su palacio para llegar hasta su cámara de oración y esto lo hacia no solo una vez, sino tres veces por día. El olvido del deber de la oración ha sido la causa de muchas caídas, y por el contrario su práctica, el secreto de muchas vidas poderosas en Dios.
Pero debemos evitar la rutina, y cada día, tener algo que decirle a Dios que salga del fondo de nuestro corazón, antes de abrir nuestros labios delante de la presencia del Altísimo.
Lectura de la bíblia
Hechos 17:11
11 Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.
Este era el buen ejemplo que nos dejaron los cristianos de Berea. Ellos lo hacían en el entusiasmo de su primer amor y descubrieran a Jesus como el Mesías Redentor, el Mesías Salvador que en el antiguo testamento se les había prometido. También nosotros, quizá, leíamos en los primeros tiempos de nuestra experiencia cristiana la Biblia y era para nosotros un tesoro recién descubierto. Pero ahora, ¿Hemos abandonado esta práctica que tanto enriqueció nuestra vida en el pasado? Meditemos en esto.
Dios no ha dejado nada librado al azar. Nos da no solo la Palabra sino tambien el Maestro. Si. Tenemos la Biblia, su Palabra y el Maestro , que no es otro que el Espíritu Santo: «Cuando Él venga, Él os enseñará todas las cosas», dijo Jesús. Al leer la Palabra, el Espíritu de Dios arroja luz a nuestro entendimiento para interpretar correcta y claramente, aquellas cosas que a nuestra mente finita le es imposible asimilar y comprender. Es importante tener una Biblia, pero más importante aún es leerla.
Conversación cristiana
Hebreos 3:13
13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
El apóstol se dirigía, en este caso a los creyentes. Para retener la esperanza hasta el fin, sin «apartarse del Dios Vivo, es necesario no solo haber depositado en algún momento nuestra fe en Dios, sino también exhortarnos unos a otros cada día. Es decir, recibir las amonestaciones edificantes de nuestros hermanos y a su vez prodigarlas nosotros a ellos con espíritu sincero y fervoroso y hacerlo no solo en el culto semanal, sino diariamente. Como creyentes no podemos comunicarnos con ellos con aquellas conversaciones que interesan solo a los mundanos. Tenemos miras mas elevadas.
Gratitud
Salmos 145:2
2 Cada día te bendeciré,
Y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.
Este versículo es de un himno que cantamos en nuestra iglesia y sobre el final repetimos enfáticamente: «Cada día te bendeciré». Si las bendiciones son nuevas cada día como dice la Escritura, es natural que también sean diarias nuestras acciones de gracias. Tampoco son suficientes las alabanzas que tributamos a Dios los días domingos. Cada día debe haber un momento para elevar al Trono de Dios una expresión de gratitud, como el incienso nuevo que era puesto cada mañana sobre el altar. Poéticamente las aves del cielos cada día Dios les proporciona su alimentos a pesar de no trabajar. ¡Cuanto mas el alma del creyente debe reconocer en las profundidades de su espíritu, la grandeza de la misericordia de Dios!.
Santificación
1 Corintios 15:31
31 Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que cada día muero.
¿A qué muerte se refería el apóstol? Sin duda no solamente al peligro de muerte al que se hallaba sometido por causa del Evangelio, sino también a aquella muerte simbolizada en el momento del bautismo al que se refiere en Romanos 6. Ningún cristiano puede morir del todo al pecado en el día de su entrega al Señor.
De otro modo habría alcanzado ya la perfección. Del mismo modo que nuestro cuerpo físico muere un poco cada día por el desgaste que en el cada día se produce, del mismo modo, el cuerpo de pecado o sea las tendencias hacia el mal, deben amortiguarse un poco cada día, sin darles ocasión de levantarse de nuevo en nosotros para ejercer dominio en nuestro ser. ¡Ah! Ojalá que pudiéramos decir lo mismo que el apóstol: Cada día muero. Por contrario imperio, seriamos cada día mas vivos.
Salvación de almas
Hechos 2:47
47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
La iglesia de Jerusalén vivía en una expectación de experimentar conversiones diarias. Todos los días en el templo y por las casas no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo. Hechos 5:42.
El tema de conversación de aquellos cristianos se refería a cuantos habían sido convertidos en tal casa y cuántos en tal otra y cuantos otros se había convertido en el templo. Aún cuando no podamos ver conversiones con tanta frecuencia, debemos estar interesados cada día en la salvación de almas. ¿Cuántos días del año que pasó hemos dejado de hablar del Señor a nuestros semejantes?.