Gedeón, serie de Jueces – Parte 1
Por: Israel Aquino
Comenzamos con una serie nueva, la cual nos va a llevar todo el mes de marzo. En conjunto con la Escuela Dominical, vamos a estar estudiando el libro de los Jueces.
No vamos a dar la misma lección, ni los mismos personajes, pero si vamos a llevar una misma línea, enfocando sobre todo en el propósito del libro.
Por eso es tan importante que puedas venir una hora antes de la reunión, para poder estudiar este libro, que hay que decirlo, bastante extraño, pero que nos llevará a conocer más el corazón de Dios y el corazón incurable y perverso del ser humano.
El libro de los Jueces, es uno de esos que nos va a llamar la atención en muchos aspectos.
Es un libro sangriento, de conquistas, de guerras, de muertes, de mucha violencia, de situaciones injustas, de mucha idolatría, inclusive hay una historia de abuso sexual.
En este libro vamos a ver el fracaso espiritual, social, cultural, económico del pueblo de Israel.
Uno podría preguntarse ¿qué tiene que ver este libro con nosotros, con nuestra época?
Hay una frase que achica los más de 3000 años entre ellos y nosotros.
Jueces 21:25 En aquella época no había rey en Israel; cada uno hacía lo que le parecía mejor.
Vivimos en medio de una gran variedad de dioses, no solo los de otras religiones formales, sino también los dioses de la riqueza, la popularidad, el placer, la ideología, el logro, entre otros. Y muchas veces terminamos experimentado el mismo fracaso que vivió este pueblo de Israel, el cual se levantaba todos los días con dos opciones; ver a Dios como su Señor, como lo más valioso de su vida, o seguir el espíritu y las preferencias de su época.
Los años han pasado, pero el hombre sigue siendo el mismo. Su corazón está enfermo, su corazón está podrido, y en vez de que los años traigan progreso, evolución, mejoras, solo hace falta mirar los portales de los diarios on line para confirmar que estamos en un mundo peor.
El libro de los jueces, va a mostrarnos cómo el pueblo de Israel, el pueblo escogido por Dios, va de fracaso en fracaso, de mal en peor, por no poner a Dios en primer lugar.
Para aquellos q no se ubican en el contexto histórico…
Hay un ciclo constante en el libro, que a medida vayamos avanzando lo vamos a ver.
El pueblo de Israel se alejada de Dios, lo abandonaba en busca de otras sensaciones, de otras emociones, de otras aventuras, de otros dioses, al no estar bajo la sombra del Dios Omnipotente, Dios mismo, los entregaba en manos de sus enemigos, pueblos vecinos, para disciplinarlos, para que reflexionaran sobre sus malos caminos y así volvieran a Él. Estos pueblos los oprimían, hasta llegar al punto de no dar mas, y ahi Israel clamaba a Dios, y el Señor, a pesar de todo los perdonaba y levantaba un libertador para librarlos de la opresión de los otros pueblos.
Esta historia se repite una y otra vez durante todo el libro hasta que la anarquía y la perversión toman todo el lugar terminando con la frase que hemos leído al principio.
Terminando con esta breve introducción obligatoria, una de las frases que más se repite durante todo el libro y que caracteriza el nivel espiritual de aquellas personas es “Los hijos de Israel hicieron lo malo antes los ojos de Dios”..7 veces en 21 capítulos, el famoso cuento de la buena pipa…ahora esto es tan solo una parte de la historia, porque en definitiva, el libro de los jueces nos muestra que la biblia no es un libro de virtudes, no está lleno de relatos edificadores ¿Por que? Porque la Biblia (a diferencia de los libros sobre los cuales otras religiones se basan) no se trata de seguir ejemplos morales. Se trata de un Dios de misericordia y paciencia que continuamente trabaja en y por medio de nosotros a pesar de nuestra constante resistencia a sus propósitos. Al fin de cuentas, solo existe un heroe en este libro y El es divino.
Nuevamente vemos la gracia de Dios actuar incansablemente en personas que no se arrepienten, que siguen sus malos caminos, que viven desafiandolo, que no se lo merecen.
A medida que vayamos avanzando, nos vamos a ir dando cuenta que todos los libertadores que analizaremos en este mes, con sus defectos y virtudes, apuntan a una sola persona, y esa es a Cristo, el verdadero, perfecto y Santo libertador eterno.
Sin más, quiero que me acompañen al libro de los jueces 6:11-24.
El contexto de este llamado está expresado en los primeros versículos del capítulo 6.
Como para variar, los hijos de Israel habían hecho lo malo ante los ojos del Señor, por tal motivo los entregó en manos de los Madianitas, un pueblo que era descendiente de las mujer de Abraham, Cetura.
Durante 7 años este pueblo oprimió como nadie al pueblo de Israel. Estos venían en tiempo de la cosecha y arrasaban con todo, no dejaban nada. Tal era la aflicción del pueblo de Israel que terminaron clamando el socorro de Dios.
Jue 6:11 El ángel del SEÑOR vino y se sentó bajo la encina que estaba en Ofra, la cual pertenecía a Joás, del clan de Abiezer. Su hijo Gedeón estaba trillando trigo en un lagar, para protegerlo de los madianitas.
Jue 6:12 Cuando el ángel del SEÑOR se le apareció a Gedeón, le dijo: —¡El SEÑOR está contigo, guerrero valiente!
Jue 6:13 —Pero, señor —replicó Gedeón—, si el SEÑOR está con nosotros, ¿cómo es que nos sucede todo esto? ¿Dónde están todas las maravillas que nos contaban nuestros padres, cuando decían: “¡El SEÑOR nos sacó de Egipto!” ? ¡La verdad es que el SEÑOR nos ha desamparado y nos ha entregado en manos de Madián!
Jue 6:14 El SEÑOR lo encaró y le dijo: —Ve con la fuerza que tienes, y salvarás a Israel del poder de Madián. Yo soy quien te envía.
Jue 6:15 —Pero, Señor —objetó Gedeón—, ¿cómo voy a salvar a Israel? Mi clan es el más débil de la tribu de Manasés, y yo soy el más insignificante de mi familia.
Jue 6:16 El SEÑOR respondió: —Tú derrotarás a los madianitas como si fueran un solo hombre, porque yo estaré contigo.
Jue 6:17 —Si me he ganado tu favor, dame una señal de que en realidad eres tú quien habla conmigo —respondió Gedeón—.
Jue 6:18 Te ruego que no te vayas hasta que yo vuelva y traiga mi ofrenda y la ponga ante ti. —Esperaré hasta que vuelvas —le dijo el SEÑOR.
Jue 6:19 Gedeón se fue a preparar un cabrito; además, con una medida[a] de harina hizo panes sin levadura. Luego puso la carne en una canasta y el caldo en una olla, y los llevó y se los ofreció al ángel bajo la encina.
Jue 6:20 El ángel de Dios le dijo: —Toma la carne y el pan sin levadura, y ponlos sobre esta roca; y derrama el caldo. Y así lo hizo Gedeón.
Jue 6:21 Entonces, con la punta del bastón que llevaba en la mano, el ángel del SEÑOR tocó la carne y el pan sin levadura, ¡y de la roca salió fuego, que consumió la carne y el pan! Luego el ángel del SEÑOR desapareció de su vista.
Jue 6:22 Cuando Gedeón se dio cuenta de que se trataba del ángel del SEÑOR, exclamó: —¡Ay de mí, SEÑOR y Dios! ¡He visto al ángel del SEÑOR cara a cara!
Jue 6:23 Pero el SEÑOR le dijo: —¡Quédate tranquilo! No temas. No vas a morir.
Jue 6:24 Entonces Gedeón construyó allí un altar al SEÑOR, y lo llamó «El SEÑOR es la paz», el cual hasta el día de hoy se encuentra en Ofra de Abiezer.
Lo primero que el texto nos indica es, que el Ángel del Señor se le presenta a Gedeón.
¿Quien es el Ángel del Señor?
No tenemos mucho tiempo para hacer un estudio profundo sobre esto, pero vale la pena decir algunas cosas al respecto.
Muchos de nosotros sabemos quien era el Ángel del Señor, pero quizás otros no.
En primer lugar, las Escrituras nos muestran que Él es Dios. Y tan solo quiero darles algunos ejemplos de sus apariciones y como estas confirman esta declaración.
Al aparecerse a Agar, ella reconoció que estaba en la presencia de Dios; se refirió a Él como: «Dios que ve» (Gén 16:13).
Hablando con Abraham en el monte Moriah, el ángel se identificó como «Jehová» (YHWH en hebreo; Gén 22:16).
Jacob oyó al ángel presentarse como el Dios de Bet-el (Gén 31:11-13).
Al bendecir a José, Israel usó los nombres de «Dios» y «el Ángel» de forma intercambiable (Gén 48:15-16).
En la zarza ardiente, era el «Ángel de Jehová» quien apareció (Éxo 3:2), pero Moisés «cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios» (Éxo 3:6).
El Señor que había ido delante de Israel en la columna de nube (Éxodo 13:21) era el mismo: «Ángel de Jehová» (Éxo 14:19).
La figura del Ángel del Señor en el nuevo testamento no vuelve a aparecer, llamativo no? Ya no hace falta que aparezca con ese nombre, porque Dios mismo, la segunda persona de la trinidad se había encarnado, y se tabernaculizó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como la del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Jn 1:14
El ángel del Señor (Jehová) es el Señor Jesucristo en apariencia pre encarnada. Un estudio de los pasajes en los cuales es citado deja claro que Él es Dios, y que Él es la segunda Persona de la Trinidad, Tanto el Padre como el Espíritu Santo no toman forma humana, solo Cristo tomó esa forma.
También estas apariciones son llamadas Teofanía.
Ya sabemos quien era el Ángel del Señor, ahora veamos quien era con los datos que tenemos Gedeón.
Gedeón: Hijo menor de Joas abiezerita, de la tribu de Manasés, de la familia más pobre de aquel clan.
Lo primero que nos dice la historia es que este, estaba escondido trillando trigo.
V11. Esto indicaba una situación de seria aflicción, también indicaba una pequeña cantidad de grano. Esto es claro porque él lo está haciendo en lugar de que el ganado lo trille y es llevado a cabo en un lugar remoto bajo un árbol fuera de la visibilidad. El miedo que estos tenían de los madianitas causó esta situación.
v12-13 Estos pasajes son más que interesantes.
Jue 6:12 Cuando el ángel del SEÑOR se le apareció a Gedeón, le dijo: —¡El SEÑOR está contigo, guerrero valiente!
Jue 6:13 —Pero, señor —replicó Gedeón—, si el SEÑOR está con nosotros, ¿cómo es que nos sucede todo esto? ¿Dónde están todas las maravillas que nos contaban nuestros padres, cuando decían: “¡El SEÑOR nos sacó de Egipto!” ? ¡La verdad es que el SEÑOR nos ha desamparado y nos ha entregado en manos de Madián!
Lo primero que me pregunto al leer el versículo 12 es, ¿Dios le está haciendo un chiste a Gedeón? En serio, ¿no han pensado nunca esto? o la otra opción es que Dios ve más allá de lo que ven nuestros ojos.
Alguna explicación tiene que tener la primera intervención del Ángel del Señor, no?
Lo primero que le dice es que “el Señor estaba con él”, está bien, es entendible. Gedeón es parte del pueblo de Israel, y el pueblo necesitaba un libertador, Dios es fiel a sus palabras y promesas, y elige soberanamente al que quiere, no hay discusión en esto.
Jue 2:1 El ángel del SEÑOR subió de Guilgal a Boquín y dijo: «Yo los saqué a ustedes de Egipto y los hice entrar en la tierra que juré darles a sus antepasados. Dije: “Nunca quebrantaré mi pacto con ustedes;
Dios les había dado una promesa la cual es inquebrantable. Dios estaba con Gedeón.
Ahora, también le dice “guerrero valiente”, y aquí es cuando nosotros estamos limitados, porque ¿qué es lo que sabemos nosotros hasta este momento de Gedeón? Que se encontraba escondido trillando trigo, y eso no expresa valentía ni coraje, sino todo lo contrario.
¿Qué es lo que nos enseña a priori esta situación? Dios ve más allá de lo que nosotros podemos vemos.
¿Quién tiene razón, Gedeón o el Ángel del Señor?
¿Dios estaba con ellos o no estaba?
Aquí nos encontramos con dos visiones de una misma situación, una vista desde la perspectiva de Dios, es decir una visión celestial y Eterna, y por otro lado una visión desde la perspectiva humana, terrenal,, pero también incrédula e inmadura. ¿Por qué digo esto?
Gedeón dice, “Si Dios esta con nosotros, ¿Por que nos ha ocurrido todo esto? Gedeón está ignorando el carácter de Dios, Gedeón está desconociendo los procesos que el Señor tiene para con su pueblo.
Sigue diciendo y reprochando ¿Y donde estan todas sus maravillas que nuestros padres nos han contado, diciendo, no nos hizo subir de Egipto? Pero ahora el Señor nos ha abandonado, y nos ha entregado en manos de los madianitas.
Esto nos muestra que Gedeón tenía algún conocimiento de Dios, de lo que había hecho por su pueblo, pero tenía una concepción equivocada respecto a la fidelidad que Dios le había prometido a Israel.
La cuestión es que Dios siempre esta, y este es uno de los temas de este libro también.
Dios está a cargo, sin importar lo que parezca. El tema más profundo puede ser el más fácil de perder.
La actitud de Gedeón es como la de muchos de nosotros, cuando nos encontramos lejos de Él, cuando estamos solo mirando nuestro conflicto, nuestro dolor, nuestra prueba y no podemos mirar un poco más allá de la circunstancia.
En síntesis, esto expresa nuestra falta de conocimiento pleno que tenemos de Dios, de su carácter, de como el procede ante determinadas actitudes nuestras.
Esto mismo le pasó a Gedeón que no entendía cómo Dios podía estar detrás de la situación en la que estos se encontraban, es más, por lo general solemos distorsionar y confundir las circunstancias por falta de discernimiento espiritual. Terminamos enojados con Dios, echándole en cara lo mal que la estamos pasando por culpa del El.
El pueblo de Dios, claramente estaba experimentando la disciplina de su Creador pero el orgullo, el egoísmo, la autocompasión son cosas que no nos permiten ver las situaciones con la perspectiva de Dios y esto le estaba sucediendo a Gedeón.
Gedeón le termina reprochando a Dios por la circunstancia en la que ellos mismos se habían metido.
No es que Dios los había abandonado, sino que ellos habían abandonado a Dios.
Dios no cambia.
Stg 1:17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza ni sombra de variación.
Dios no cambia, Él es Fiel a sus promesas, somos nosotros, los hombre, las mujeres, los seres humanos que cambiamos, somos nosotros los que le damos la espalda a Dios, los que le fallamos una y otra vez, los que nos equivocamos en las perspectivas de las situaciones.
Gedeón le reprocha a Dios su obrar, o su supuesta falta de acción.
Recordemos que en este tiempo el Espíritu de Dios obraba distinto a como lo hace hoy en día, en aquella dispensación, El Espíritu de Dios no moraba en todos los creyentes, pero hoy en dia si lo hace, es un privilegio que tenemos los hijos de Dios de esta época, y aún así muchas veces tenemos la misma visión que Gedeón, nos ponemos en el lugar de juez y empezamos a juzgar a Dios por todo lo que hizo o dejó de hacer.
Así que hermanos, no nos enojemos con Gedeón por esta actitud equivocada, miremos mejor nuestra vida para no errarle nosotros.
Esta situación nos deja en claro quién es Dios, y quién es el hombre…los caminos de Dios están por encima, muy por encima que el de los hombres y necesitamos estar conectados 100% con nuestro Señor para poder tener la misma visión que El.
Jue 6:14 El SEÑOR lo encaró y le dijo: —Ve con la fuerza que tienes, y salvarás a Israel del poder de Madián. Yo soy quien te envía.
Jue 6:15 —Pero, Señor —objetó Gedeón—, ¿cómo voy a salvar a Israel? Mi clan es el más débil de la tribu de Manasés, y yo soy el más insignificante de mi familia.
Jue 6:16 El SEÑOR respondió: —Tú derrotarás a los madianitas como si fueran un solo hombre, porque yo estaré contigo.
Es llamativo, pero a la vez, a medida que vamos conociendo más a nuestro amoroso Padre y a nuestro Señor Jesucristo, nos damos cuenta que esta actitud es de las más usadas de Él hacia nosotros, los seres humanos…
Luego de escuchar el discurso desopilante y conmovedor de Gedeón, de cómo Dios los había abandonado, teniendo una incorrecta interpretación de los hechos, Dios no lo reprende, no lo descalifica, lo primero que hace es mirarlo, volverse a él y seguir la conversación, con paciencia, con amor y con el deseo de que Gedeón entendiera lo más importante, que no se trataba de él, de su capacidad, de su valentía y poder, sino de quien era el que lo estaba enviando.
Hay una inclinación del hombre ante el llamado de Dios a sumarse a sus propósitos, de mirar siempre nuestras limitaciones, de enfocarnos en todo lo que no somos, en todo lo que no tenemos, en todo lo que nos hace falta, dejando de lado la misma voz de Dios.
Desde el inicio de la charla, Gedeón tiene una postura negativa, pesimista, y a pesar que está experimentando una situación sobrenatural, no puede sacarse ese ropaje viejo, esa mirada tan natural para poder sumarse al propósito divino.
Para cada palabra de fe del Señor, Gedeón tenía un argumento negativo, Dios le hablaba con el corazón, y Gedeón le contestaba con la billetera…
Ahora,¿No era verdad todo lo que Gedeón argumento respecto a su condición? ¿Mintió en algo? No.
Gedeón era el más insignificante de la familia de su padre, era el menor, el menos importante, al que más ignoraban, su familia era la más pobre de toda la tribu, todo lo que dijo era real.
¿Que podemos ver en esta circunstancia en particular?
Que el puso su situación momentánea, por sobre la palabra poderosa y eterna de Dios.
Dios le estaba diciendo que Él estaba con ellos, eso era suficiente para creer en todo el plan divino del Señor. Pero Gedeón insistía una y otra vez que el no iba a poder, por esto, por lo otro, pero claro que tenía razón Gedeón, tanto este, como el pueblo de Israel no estaba en condiciones naturales para vencer a nadie, pero la diferencia estaba en el Dios poderoso que estaba llamando a este personaje.
Les doy tan solo un ejemplo.
En el evangelio de Juan capítulo 11, Lázaro, el hermano de Marta y María, llevaba 4 dias muertos, la situación natural era irremediable, aun hasta la tradición de que el alma estaba dando vuelta tres días no dejaba ni un gramo de esperanza.
Cuando Jesús llegar al lugar y habla con Marta, El le dice claramente que Lázaro iba a resucitar, pero cuando Jesús da la orden de que quitaran la piedra de la cueva en donde estaba muerto, Marta le dice; “Señor ya debe oler mal, pues lleva 4 dias alli”.
El hombre tiende a mirar lo natural, lo terrenal a pesar de que Dios mismo nos este mostrando otra realidad.
¿Que le termina diciendo Jesús a Marta? “ No te dicho de que si crees verás la gloria de Dios”
Todos sabemos como terminó esta historia…
La dinámica de Dios no ha cambiado, debemos aprender a confiar en Él, debemos creerle sin reservas, pero para eso necesitamos vivir una vida rendida a Él, pasando tiempo con Él, con su palabra, en oración, de esta manera somos vaciados de todos los vicios y carnalidades que hay en nuestro corazón, y su vida va llenando la nuestra, y aun nuestra visión empieza a hacer más espiritual que carnal, más celestial que terrenal.
Gedeon de a poco, fue cambiando su visión, Dios fue paciente con el, insistió una y otra vez hasta que el hijo de Joás fue creyendole de a poco.
La clave no estaba en quién era Gedeón, sino en quien era el que lo estaba comisionando.
La clave no estaba en la capacidad de Gedeón, sino en todo lo que Dios podía hacer con lo poco o nada que tenía este hombre.
Y esto debemos aprenderlo nosotros, porque la dinámica sigue siendo la misma.
Jue 6:17 —Si me he ganado tu favor, dame una señal de que en realidad eres tú quien habla conmigo —respondió Gedeón—.
Jue 6:18 Te ruego que no te vayas hasta que yo vuelva y traiga mi ofrenda y la ponga ante ti. —Esperaré hasta que vuelvas —le dijo el SEÑOR.
Jue 6:19 Gedeón se fue a preparar un cabrito; además, con una medida[a] de harina hizo panes sin levadura. Luego puso la carne en una canasta y el caldo en una olla, y los llevó y se los ofreció al ángel bajo la encina.
Jue 6:20 El ángel de Dios le dijo: —Toma la carne y el pan sin levadura, y ponlos sobre esta roca; y derrama el caldo. Y así lo hizo Gedeón.
Jue 6:21 Entonces, con la punta del bastón que llevaba en la mano, el ángel del SEÑOR tocó la carne y el pan sin levadura, ¡y de la roca salió fuego, que consumió la carne y el pan! Luego el ángel del SEÑOR desapareció de su vista.
Jue 6:22 Cuando Gedeón se dio cuenta de que se trataba del ángel del SEÑOR, exclamó: —¡Ay de mí, SEÑOR y Dios! ¡He visto al ángel del SEÑOR cara a cara!
Jue 6:23 Pero el SEÑOR le dijo: —¡Quédate tranquilo! No temas. No vas a morir.
Jue 6:24 Entonces Gedeón construyó allí un altar al SEÑOR, y lo llamó «El SEÑOR es la paz», el cual hasta el día de hoy se encuentra en Ofra de Abiezer.
Gedeon van entrando en sintonía, pero esto también va a mostrarnos su carácter, esa inseguridad en medio de la seguridad, para todo, este hombre va a querer una confirmacion, la confirmacion de la confirmacion, y seguramente lo veamos la semana que viene, pero es interesante lo que surge del corazón de Gedeón.
Este hombre, podría haber probado la veracidad de Dios a través de muchas otras evidencias, pero por alguna razón, eligió hacerlo con una ofrenda.
Gedeón, fue y busco algo para ofrecer a Dios, y no trajo cualquier cosa, sino un animal sacrificado, tuvo que derramar sangre, y eso era porque alguien le había contado de cómo debía acercarse a Dios.
Gedeon prepara todo y al presentarlo, Dios acepta su ofrenda.
Dos motivos del porque Dios acepta su ofrenda.
1. Porque lo hace con los elementos correctos
2. Porque lo hace con la motivación correcta.
Es ahí cuando Gedeón toma verdaderamente conciencia plena de que realmente era el Ángel del Señor, el que lo había buscado, el que lo había llamado, el que lo estaba comisionando para librar a su pueblo.
Entiendo que este fue el antes y el después de la vida de este débil guerrero. La expresión ay de mí, fue la evidencia de reconocer a Dios, su santidad, su gloria y majestad, pero a la vez su verdadera condición, un ser pecador, y nadie puede quedar igual luego de tener una experiencia profunda y extrema como esta con Dios.
El automáticamente entendió que al ver cara a cara a Dios, por su condición, por su corazón incurable podía morir, merecía morir, pero vemos una vez más la gracia y la misericordia de Dios obrando en favor de personas que no lo merecen, y también marca algo que iba a suceder más adelante, Dios en Cristo, iba a hacer la paz con el hombre, y Gedeón entiende eso, no creo que haya tenido la revelación de lo que iba hacer Dios a través de su Hijo, pero mínimamente entendió, que Dios es Paz, y que a pesar de que el merecía morir por ver a Dios, no sucedió. Por tal motivo levantó un altar y le puso por nombre Dios es Paz.
El deseo del corazón de Dios es que todos procedan al arrepentimiento, que todos puedan probar su paz, su perdón, la vida eterna.
Dios desea que todos los hombres puedan experimentar lo mismo que experimentó Gedeón, un encuentro personal con Dios mismo, con su presencia, con su persona, la cual genera asombro hacia Dios pero a la vez un reconocimiento de nuestra condición pecadora.
Gedeón luego de esa tremenda experiencia, levantó un altar, y un altar es para adorar y exaltar algo de Dios, y si algo sobraba en aquella región eran justamente altares, pero muy pocos eran para adorar al verdadero Dios.
A ese altar Gedeón le puso YHVH SHALOM, que significa Dios es nuestra paz, y la verdad que nunca mejor puesto ese nombre y sobre todo en ese contexto.
Aun en medio del momento mas critico del pueblo de Israel, Dios se presenta como el Dios de paz, y eso está en el corazón de Dios durante toda la historia biblia, y sigue en nuestro días.
Algunos dicen que en este capítulo, el 6 del libro de Jueces expresa casi todo el propósito de Dios.
Al inicio del capítulo Dios aborrece el pecado y juzga el pecado, más tarde con el llamado de Gedeón, Dios expresa su amor y el deseo de liberar a pecadores, como lo eran aquellos Israelitas, y siempre abriendo la puerta a través de un sacrificio, figura de la obra redentora del Padre, por medio de su Hijo Jesucristo.
Decíamos al principio, que se repite un ciclo en la vida de este pueblo en aquellos días, y era la tendencia de estos yendo detrás de otros dioses, pero también vemos un ciclo repetirse durante toda la historia, y es Dios yendo a buscar continuamente, a aquello que se había perdido.
El deseo del corazón de Dios es que todos los hombre experimenten lo que es tener paz con El.
2 Pe 3:9 El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan.
En la actualidad sucede lo mismo que en aquel momento, sobran los dioses, dioses que quieren distraernos, que traen pobreza a nuestra vida espiritual, muchos altares que consciente e inconscientemente construimos para servir a otros dioses.
Entiendo que más allá de la ofrenda material que Gedeón presentó a Dios, él a traves de eso, también ofrendó su corazón, su vida al verdadero Dios.
Todo comienza con una ofrenda, con un altar.
Sal 51:17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;
al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
Para Gedeón esta experiencia fue la puerta para conocer verdaderamente a Dios, fue el inicio de grandes cosas, fue el sumarse a los propósitos eterno de un Dios Glorioso.
Hoy también puede ser el inicio de algo nuevo para tu vida.
Todo lo que el Señor necesita es tu corazón rendido a Él, a aquel que murió por vos en una cruz, cargando todos tus pecados, todos tus fracasos, tomando tu lugar por amor, y por medio de su sangre perdonar cada uno de ellos.
Y este mensaje final no es solo para aquellos que nunca reconocieron vivir lejos de Dios, sino también para todos aquellos que conociendo a Dios muchas veces viven como este pueblo de Israel, en medio de otros dioses, dejándose llevar por la riqueza, el placer, la popularidad, la autosatisfacción, la autorrealización, lo cual lo único que hacen es generar apatía espiritual, religiosidad, pobreza espiritual, en vez de una vida fresca, apasionada por Dios.
Este es el dia para renovar tu altar, para entregarle toda nuestra vida a nuestro amado Señor, hoy es el dia para dejar que Dios derribe todos aquellos altares de esos dioses que dejamos vivir en nuestro interior.
El libro de los jueces nos va a mostrar de que sin Dios como nuestro Rey, vamos camino al fracaso total.
El libro de los jueces nos va a enseñar que necesitamos todos los días ser liberados de nuestra carnalidad, de nuestro pecado, de nuestro egoísmo por el verdadero y eterno libertador, nuestro Señor Jesucristo.