Guerra espiritual Parte V – Armas Parte II
Por: Carlos Amarillo
Preguntas:
1) ¿Qué es lo que más impide el avance de la fe?
a) El pecado, b) Satanás y demonios c) Nosotros mismos los cristianos.
¿Cuál fue tu respuesta? Si dijiste el pecado, te equivocaste, porque Romanos 5:20 dice: «Cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia». Si dijiste Satanás y sus demonios te equivocaste porque ellos tienen límites establecidos por Dios. Si dijiste los cristianos, acertaste, porque no siempre Dios, quien vive en nosotros tiene la libertad de obrar.
2) Todo lo malo que ocurre en este mundo, ¿Se debe a Satanás y los demonios? No, está también la maldad humana.
“Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia”, 1 Timoteo 1:18, Dice Mac Arthur: La buena milicia es la buena batalla. “Manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos” 1 Timoteo 1:19
Pablo no dice específicamente que debemos hablar, ordenar, o echar fuera demonios. Pelear la BUENA BATALLA acá significa sencillamente: Mantener la fe, defendida y apoyada por la buena doctrina, y la buena conciencia es viviendo vidas santas.
Al finalizar la carta en 1 Timoteo 6:12 dice algo parecido: “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos”. La palabra griega que se traduce por pelea, es “agonizomai”, es luchar continuamente para defender la verdad de la Escritura.
Pelea o agonizomai, se usaba en textos militares, como en atléticos, para describir: La concentración, el esfuerzo, y la disciplina que se necesitan para ganar.
ESTO NECESITAMOS EN LA BATALLA CONTRA SATANAS Y SUS HUESTES: Concentración, esfuerzo y disciplina, pues INFILTRAN la iglesia con sus mentiras. SON ENEMIGOS QUE JUEGAN SUCIO. 2 Corintios 11:13-15. La guerra contra: Satanás y sus huestes, contra religiosos y paganos, con el fanatismo como en Tesalónica, contra peleas, fornicación y litigios como en Corinto, el gnosticismo como en Éfeso y Colosas; luchas de afuera y de adentro temores, y contra la ley de pecado y la muerte, que surge de nuestro corazón. William Hendrisken.
Hay en este último tiempo frases muy repetidas, como decretar, declarar, visualizar, atar, donde alcanza mucha importancia la palabra y la obra del hombre mismo, y a veces parecemos afirmar que DIOS ESTA A DISPOSICION NUESTRA, CUANDO LA VERDAD ES LO OPUESTO. Al incorporar cosas novedosas con distintos fines, algunos dicen que es para estimular la fe, o a la larga es para incorporar “obra humana”, para actuar como un intermediario de Dios.
1 Corintios 1:17 dice: “Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo”.
VANA es en griego la palabra KENOTHEI, y es lo más sutil para desvirtuar una imagen.
¿Cómo podemos explicar en forma sencilla esto? Vamos a imaginar que vos me estás mirando y me ves muy bien, luego yo pongo un vidrio delante de mi rostro, me seguís viendo un poquito borroso, luego yo pongo otro vidrio también transparente, me ves un poquito más borroso, luego pongo un vidrio con un poco de color, ahí se complica y finalmente pongo otro más oscuro y ahí me ves bastante mal y muy borroso. Ahora imaginemos que quiero mostrarte a Cristo y hago el mismo proceso, un vidrio, otro, otro más oscuro y hasta que lo ves muy borroso. Hay que predicar a Cristo con el propósito que Su palabra lo revele, pero si yo en el medio de la transmisión del mensaje pongo cosas humanas, TE DESVIO DEL OBJETIVO.
Un ejemplo, supongamos que un predicador hace gran énfasis sobre la oración con ungimiento con aceite, se corre el peligro de poner atención desmedida en el aceite, y cuando esta no está, parece que la oración sola no es suficiente. Ha pasado!!!!
Alguien que bien sabía que el aceite no tenía valor curativo, pero la usaba con mucha frecuencia, alguien le preguntó, si sabés que no tiene valor para la respuesta a la oración, ¿Por qué la usás? Esa persona respondió: LO HAGO PARA ESTIMULAR LA FE DE LA PERSONA. GRAVE ERROR, eso es hacer vano parte del mensaje de la cruz. El hombre siempre tiende a poner su mirada en objetos.
Según Jonatán Edwards, teólogo americano de mitad del siglo XVIII, dijo: “El entendimiento espiritual ve lo que realmente dice la Escritura, no creando un nuevo significado para ello. ¡Eso equivaldría a hacer otra Escritura! Sería añadir cosas a la Palabra de Dios, una práctica que Dios condena, por ejemplo en Proverbios 3:6, “No añadas a sus palabras, para que no te reprenda y seas hallado mentiroso”.
ATAR Y DESATAR Tenemos que ver LA INTENCION EXACTA DEL ORIGINAL.
Mateo 16:13-19 “Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. 15 Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos”.”. Acá viene el perifrástico y la metáfora, y Pedro iba a abrir la puerta a los gentiles en la casa de Cornelio, lo que se le dio a Pedro aquí se le dio a todos, a todos. ¿Y a nosotros también? Pero que es lo que se nos dio.
Una cosa es suponer que el Señor Jesús avale las acciones personales de Pedro, y otra es entender que sus actos guiados por el Espíritu Santo, serían aquellos que habían sido establecidos previamente. Juan 3:27 “Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo”.
La construcción griega original de Mateo 16:19 es algo muy difícil y complicado de traducir porque es un perifrástico del futuro perfecto pasivo. El atar y desatar que se tradujo es PROHIBIR Y PERMITIR
Mateo 16:18 “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Lo que Pedro respondió, no se lo enseñó el papá, ni la U. de Harvard, sino mi Padre que está en los cielos es un conocimiento no aprendido, que no lo sacó de ninguna cultura, sino que vino directo de Dios.
Mateo 16:18 Pedro viene de petros, piedra chica o guijarro, y cuando Jesús dice: “Y sobre esta roca”, allí roca es piedra grande, (eso no es Pedro, es Cristo), el Cristo que declara Pedro.
¿Qué se le da a Pedro? “Y a ti te daré las llaves”; y acá viene la metáfora y no vaya a pensar que Pedro tiene unas llaves grandotas, la palabra llave es kleys metafóricamente lo que se está haciendo es permitiendo, avalando, y dando autoridad a Pedro y a todos los discípulos que nosotros podemos determinar quién entra y quién no entra, hablamos de llaves “del reino de los cielos y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos”.
Prohibir: Atares es teses un aoristo de prohibir, tu Biblia dice: Atares, prohibir, futuro del verbo, pero en griego es pasado. Todo lo que vayas a prohibir, ya ha sido prohibido.
Quiere decir que la acción ya se cumplió en el pasado, y los resultados siguen hasta el presente, el tiempo perfecto es un tiempo que la acción en el pasado es completa, final, terminada, acabada y punto, pero, los resultados siguen hacia el futuro, eso es lo que está diciendo, pero eso pasa en el español también si yo digo: Dios me ha amado, este es un tiempo perfecto, en la cruz, ¿y ahora? ya está ya pasó, el efecto de su amor sigue NO, el efecto sigue, la acción es terminada, los resultados.
Estoy en un hospital y una persona me dice Yo quiero conocer a Dios, yo quiero explicarle el plan de salvación, él dice: Yo quiero aceptar a este Señor, oramos, esa persona confiesa sus pecados y a la media hora muere, yo digo: Esta persona, se fue al cielo, es Dios el que realmente sabe, es la metáfora, yo puedo prohibir o permitir, volvemos al mismo concepto, puedo aprobar o desaprobar las actitudes de los hombres ahora, no de perdón, sino quien va al cielo.
El texto griego tiene una construcción especial en este caso, llamada perifrástico del futuro perfecto pasivo como bien se muestra en nuestra traducción. Significa que el cielo no ratifica lo que el creyente dice o hace en la tierra, sino, al revés, que si el creyente proclama fielmente el evangelio, estará ratificando lo que ya está determinado en el cielo.
El creyente puede decir a un incrédulo: “Mi buen amigo, en base a la Palabra de Dios, si tu reconoces tus pecados, y los confiesas de corazón y confías que Jesús murió en la cruz por tus pecados, tus pecados serán perdonados y Dios te dará vida eterna.” Eso es lo que yo estoy prohibiendo o permitiendo.
El creyente tiene la autoridad de prometer perdón y salvación (permitir o desatar), si el incrédulo cumple las condiciones establecidas en la Palabra, es decir, en el cielo. Por otro lado, puede asegurar al incrédulo que si no reúne esas condiciones bíblicas, las puertas del reino le serán cerradas (sería atar o prohibir). En este sentido estaría permitiendo o prohibiendo la entrada en el cielo.
Mateo 16:19 “Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares o prohíbas en la tierra será (es futuro y es YA HA SIDO) atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será (YA HA SIDO) desatado en los cielos”.
¿Qué tiene que ver esto con atar y desatar los demonios? NADA.
Mateo 18:18 dice lo mismo: “De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo”.
Es exactamente lo mismo pero ahora para todos los discípulos, ¿Por qué primero Pedro? Porque Pedro fue el de la confesión: Tú eres el Cristo el Hijo del Dios viviente, no solo metafórico, Pedro iba a abrir la puerta con el evangelio en Pentecostés y en la casa de Cornelio.
El poder dar certidumbre de perdón de pecados, (Mt 16 y Pedro) cambiamos ahora; antes es sobre la entrada al cielo, ahora hablamos de pecado (Mateo 18).
No vamos a ser más espirituales, al analizar un texto corremos con ventaja.
Hades: Hay que tener cuidado con lo que llamamos el área de movimiento de la palabra, porque Hades según donde esté tiene su significado.
Hades ACA es el lugar de los malos. “No prevalecerán contra ella” (iglesia): esto significa LAS PUERTAS DEL HADES NO SE VAN A MANTENER CERRADAS A LA PROCLAMACION DEL EVANGELIO. Mateo 16:19 “Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos”. “Y a ti”, o sea a Pedro, se lo establece como autoridad delegada (a los otros discípulos también), “todo lo que atares” (prohíbas) y ahora la correcta traducción que no es en tiempo futuro (será atado..) sino “habrá sido ya estipulado por Dios”.
La segunda parte “Y todo lo que desatares en la tierra…”, el tiempo verbal que sigue en la RV1960 dice: “será desatado en los cielos”. Pero el tiempo correcto lo expresaría así: “todo habrá sido ya prohibido en el cielo”.
Pero la tierra SECUNDA EL CIELO, nunca al revés, nunca el cielo secunda la tierra.
En Mateo 12:29-31 “Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa. 30 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama. 31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; más la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada”. Los fariseos, quienes tenían pruebas, ellos sabían de las credenciales de Jesús, a sabiendas, le atribuían sus obras al poder de Beelzebú.
Cuando Cristo muere en la cruz del Calvario, Él GANA, DERROTA, ANULA, DESTRUYE el poder de esclavitud del pecado. LA VICTORIA DE JESUS ES COMPLETA Y TOTAL. Por eso yo no ato a Satanás, SUELTO A CRISTO. Jesús perdona todo pecado, en ningún lugar la Biblia dice que Jesús perdona todo pecado menos el pecado de blasfemia y apostasía.
Juan 20:23, justamente viene cuando les da esa degustación anticipada de Pentecostés, y le dice: “A quienes remitiréis lo pecados, le son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos” Juan 20:23
¿Qué es lo que se está haciendo en esta afirmación? Por eso es el perfecto dórico, lo que está dando Jesús a ellos y a nosotros es encargar el poder, de dar certidumbre del perdón del pecado por parte de Dios, ¿Cómo? Anunciando y mostrando los términos, sobre los cuales se basa el perdón y el arrepentimiento en la Palabra de Dios, nada más.
Hay otro grupo cristiano, por supuesto, tocan esto como que ellos tienen poder para perdonar y todas estas cosas, no, no, solo se encomienda y se da por supuesto aquí, el poder y el privilegio de dar certidumbre del perdón de pecados por parte de Dios, y no se olviden, mostrando rectamente en que se basa el perdón de Dios que es la Palabra de Dios.
“Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa” (Mateo 12:28-29). Miremos el contexto. Al comienzo de Mateo 12 muestra la confrontación constante entre Jesús y los fariseos, los falsos religiosos que buscaban toda oportunidad para rechazar a Jesús. Aunque ellos estaban viendo los milagros de Cristo, los cuales confirmaban que él era el Mesías esperado, no obstante, ellos prefirieron no ver lo que estaban viendo, y rechazaron de manera consciente al Salvador.
Los fariseos se preocuparon mucho cuando vieron que sus hermanos, los judíos, se preguntaban si Jesús sería el Mesías, el Hijo de Dios Mateo 12:22-23), prefirieron creer que Jesús echaba fuera los demonios, y sanaba, por el poder del diablo: “Más los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios” (v. 24). Los fariseos consideraban que Jesús mismo era Beelzebú, que él mismo era el diablo. Jesús responde a la incredulidad de los fariseos mostrándoles lo absurda, contradictoria, imperdonable y perversa acusación: “Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad y casa divida contra sí misma, no permanecerá. Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino? (v. 25-26). Si él fuera Satanás entonces sería un tonto, pues, está haciendo daño a su propio reino.
Luego, Jesús pone en un dilema a los fariseos al preguntarles: “Si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces” (v. 27). Hijos son los discípulos, y podían desprestigiar a sus propios maestros si atribuían su obra al demonio; pero si decían que lo hacían por el poder de Dios, entonces, darían la razón a Jesús, quien también echaba fuera los demonios y les tocaba reconocer que Jesús también lo hacía por el mismo poder. De manera que Jesús les dice que vean lo que deben ver: “Pero si yo por el dedo de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios” (v. 28).
El reino de Dios, o el reino de los cielos, es la manifestación gloriosa de la Gracia divina que hace débil a Satanás y su reino de rebeldía. Con Jesús vino el reino de Dios a la tierra y, desde ese momento, la fortaleza de Satanás ha sido vulnerada y el evangelio puede llegar a muchas personas que eran esclavas del diablo: “Y volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y (Jesús) les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo” (Lucas 10:17-18). El reino de Dios, que es Cristo mismo, trae liberación al pecador que cree en él.
Pero para que el evangelio o reino de Dios traiga liberación al pecador, primero es necesario que el opresor, el hombre, fuerte, aquel que mantenía en esclavitud a la humanidad sea atado o amarrado. “Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa (v. 29). Satanás vino para hurtar, matar y destruir (Jn. 10:10), él tenía bajo su poder alienador al género humano caído (2 Corintios 4:4). La mayor parte del mundo conocido estaba bajo el poder del paganismo, la idolatría y el ocultismo. Satanás tenía bajo opresión a casi todas las naciones.
Para que el evangelio salvador pudiera llegar a cada una de estas naciones y pueblos esclavizados por el poder del maligno, el hombre fuerte, era necesario que un hombre más fuerte viniera y lo atara. Ahora, nos debemos preguntar: ¿Quién es el hombre más fuerte que puede atar al hombre fuerte? CRISTO y sólo Cristo. Lucas, en su evangelio, narrando el mismo acontecimiento, da más claridad sobre esto: “Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín” (Lc. 11:21-22).
Satanás es el hombre fuerte, que tenía un reinado en este mundo de pecado y gobernaba sobre los suyos con tranquilidad, pero cuando vino Cristo, el hombre más fuerte (Porque es su Creador), entonces ató al hombre fuerte, golpeó severamente sus fortalezas y abrió el camino para que su ejército (los cristianos) entráramos en los campos del diablo (la gente inconversa) y saquearemos esas almas, trayéndolas a la luz del Evangelio liberador.
Sólo Jesús podía atar a Satanás, pues, ninguno de nosotros es más fuerte, ni siquiera igual de fuerte que Satanás. Jesús, con su venida la tierra, su obra, su muerte y resurrección, cumplió la profecía que Dios hizo en Génesis: “Esta (Jesús) te herirá en la cabeza, y tú (Satanás) le herirás en el calcañar” (Gen. 3:15). Jesús hirió la cabeza de la serpiente, y ahora los cristianos podemos entrar a la casa del hombre fuerte para arrebatar las almas que tenían cautivas.
Jesús no nos mandó a atar al hombre fuerte, porque ya está atado. Ahora podemos llevar el evangelio a todo lugar y creerán en él los que Dios haya predestinado para salvación.
La práctica de subir a un lugar alto para “atar” a los gobernantes espirituales no es bíblica, es una invención de este siglo y está relacionado con el ocultismo. La práctica de dar vueltas alrededor de las ciudades con el fin de derribar los muros de incredulidad o echar fuera las potestades demoníacas no es bíblica.
No se trata de una declaración temeraria o emotiva, no, la Biblia en ningún lugar enseña, ni por ejemplo ni por precepto, que las iglesias se suban a lugares altos a atar potestades, no necesitamos hacer eso porque JESÚS, el hombre MÁS FUERTE, ya ató a Satanás.
¿Qué tenemos que hacer los creyentes? Orar para que la Palabra de Dios impacte los corazones. Cuando Pablo se dirigía a llevar al evangelio a zonas atestadas por el paganismo, la idolatría y el ocultismo, él no le pidió a los creyentes que oraran para reprender o atar a Satanás, sino para que “la palabra del Señor corra y sea glorificada” (2 Tesalonicenses 3:1).
Cuando los apóstoles empezaron a sufrir la persecución de los religiosos (y fueron llevados a la cárcel) quienes obstaculizaron la evangelización, ellos no se subieron a las colinas más altas a atar a Satanás, sino que oraron al Dios Soberano de la siguiente manera: “Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay… ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús” (Hechos 4:24, 29-30).
Ya Jesús había dicho, a través de Juan, que Satanás era quien iba a echar a los creyentes a la cárcel: “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí el diablo echará a alguno de vosotros en la cárcel” (Ap. 2:10). Pero los apóstoles, aunque sabían que Satanás estaba detrás de esto, no empezaron a reprenderlo, ¿Por qué? Porque esta no es la misión de la iglesia, pues, Cristo ya lo hizo. Él lo derrotó, él lo ató y ahora nosotros tenemos la responsabilidad de llevar el evangelio a todos los lugares, y todos los que Dios quiera salvar se convertirán, no importan si son idólatras, brujos, hechiceros o lo que sean, el PODER DE DIOS en Cristo Jesús los liberará de las garras del maligno y ellos podrán creer en Cristo.
Cristo les dice a los discípulos: «He aquí, os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará» (Lc. 10:19). Muchos llegan a la conclusión de que el Señor nos autorizó a hacer guerra espiritual atando a los espíritus, pero eso no es lo que quiere decir el pasaje. Para entender su significado tenemos que ver cómo lo aplicaron los apóstoles: Ellos fueron por todos los lugares predicando el evangelio de salvación, sanando a los enfermos y llevando liberación a los cautivos del diablo mediante el poder de la palabra predicada. El libro de Apocalipsis es muy claro en decirnos la forma cómo los cristianos hollamos, pisoteamos y derrotamos cada día a Satanás: «Y ellos le han vencido por medio de la sangre del cordero y de la Palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte» (Ap. 12:11). Los cristianos vencemos a Satanás cada día por medio del vivir en santidad, de negarnos a nosotros mismos con el fin de vivir para Cristo, de ser limpiados con la sangre de Cristo y proclamar el evangelio.
Jesús conocía sus pensamientos. (25) indica un conocimiento sobrenatural, pues los comentarios de los líderes (v. 24) se hacía en voz baja, con la intención de que Jesús no los oyera. Jesús sabía en ese momento, y sabe ahora, los pensamientos más secretos del hombre. Contesta la conclusión de los líderes con cuatro argumentos, mostrando lo absurdo de su acusación.
1) Indica que si él hubiera echado fuera los demonios en poder de Satanás, sería una situación insostenible, pues sería Satanás contra Satanás (25-26). Los fariseos y saduceos no contestaron su pregunta: ¿Cómo, pues, permanecerá en pie su reino? Guardaron silencio.
2) Jesús aprieta con un argumento más personal (v. 27). Los judíos pretendían exorcizar los demonios con ciertas fórmulas y magia (Hc 19:13). Jesús no refuta la práctica, ni reconoce que la práctica sea auténtica, sino que la acepta para fines del argumento. Al acusar a Jesús de echar los demonios en nombre de Satanás, los líderes estaban diciendo, en efecto, que sus hijos también hacían lo mismo. Vuestros hijos (v. 27) son “vuestros discípulos”. Sus propios discípulos serían sus jueces, condenándolos por atribuir el poder a Satanás. Tampoco contestan la segunda pregunta: ¿por quién los echan fuera vuestros hijos? 27.
3) Jesús afirma que el exorcismo era una evidencia de la venida del reino de Dios (v. 28). Pero si por el Espíritu de Dios… da por sentado la realidad de la premisa. Jesús lo había demostrado en los dos primeros argumentos. Si no obraba en el poder de Satanás, necesariamente obraba en el poder del Espíritu de Dios, pues hay solamente dos reinos espirituales. No era una lucha de Satanás contra Satanás, sino de Dios contra Satanás. Esta victoria de Dios sobre Satanás mostraba claramente que el reino de Dios (v. 28) había llegado.
Este es uno de los pasajes más importantes en el Evangelio de Mateo, pues es la afirmación más clara de que el reino de Dios se había iniciado, puede traducirse llegó. El reino ya llegó, pero su culminación es un evento futuro. Mientras tanto el reino se realizaba por medio de Jesús y luego por medio de sus seguidores. Lucas lo llama el dedo de Dios (Lucas 11:20).
4) El argumento lógico de que nadie entra en la casa de un hombre fuerte y la saquea, sin primero atar al hombre fuerte (v. 29). Con esta analogía, Jesús describe el conflicto entre el Hijo de Dios y Satanás el hombre fuerte (dos seres personales). El hecho de echar fuera los demonios indica que ya Jesús se había enfrentado con el dueño de ellos y lo había vencido. Saquear es “arrebatar” y se refiere probablemente a la liberación de un esclavo de Satanás, que era sus bienes, o su propiedad. Su casa se refiere al dominio de Satanás, pues él es el príncipe de este mundo (Juan 12:31; 14:30; 16:11). Jesús ha invadido el territorio donde Satanás dominaba como rey, y lo ha vencido y limitado su poder sobre los hombres. Satanás sigue obrando con poder limitado hasta la Segunda Venida, pero su destino ya está fijado.
Bibliografía: Pastor H Leites en Jungla Semántica, John Mc Arthur en “Como enfrentar a Satanás”;
Artículo de Julio César Benítez sobre Mateo 12, cita de Jonatán Edwards, y comentarios de William Hendrisken