5 enero, 2020

Jesús quiere que des, hagas y vivas mejor en este 2020


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¿Qué quiere Dios para mí en este año 2020?

Muchas personas se preguntan a pocos días de iniciado el año nuevo: ¿Qué será de mi futuro en este año 2.020? En los distintos países del mundo hay costumbres vinculadas al inicio del año nuevo, por ejemplo, en España un canal de TV transmite desde la Puerta del Sol en Madrid, las doce campanadas que a partir de la 0 hora del año nuevo, sonarán y según la costumbre se comerán 12 uvas, una por cada campanazo, todo acompañado de un deseo de prosperidad. En Estados Unidos, cada año, se gastan más de 100 millones de dólares solamente en la astrología, tratando de saber el futuro; otros regalan ropa interior, siempre invocando mejores días. Hay muchas supersticiones en torno al año nuevo, por ejemplo, algunas personas creen que uno debe pasear sus valijas por el barrio el primer día del año, porque de esta manera podrá asegurarse el hacer un viaje durante el año, no se ahora con el dólar tan caro. Otros tiran a la calle cualquier cantidad de cosas que ya no sirven, buscando tirar de sus hogares todo lo viejo, para recibir lo nuevo. Para el cristiano la pregunta más importante es ésta: ¿Cuál es la voluntad de Dios para mí este año? ¿Qué es lo que Dios quiere para vos? ¡No encontrarás la respuesta en la astrología, ni en los adivinos! La única forma de saber lo que Dios quiere para vos, es por medio de su carta de amor para todos nosotros, el mejor manual de conducta práctica: Su Palabra.
Hoy vamos a considerar esta pregunta:
¿Qué quiere Dios para mí este año?

1) Dios quiere que cada día del 2.020 vivás mejor. Leamos 1 Tesalonicenses 4:3 “Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación”; Proverbios 4:18 dice: “Mas la senda de los juntos es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto”. Lo dice muy claramente el verso 3: «La voluntad de Dios es que sean santificados». Pero, ¿Qué significa la santificación? Dios quiere que seamos santificados, esta es su voluntad para nosotros. ¿Que significa la santificación? En la antigua liturgia hebrea, había cosas dedicadas al uso exclusivo de Dios dentro del templo. ¿Qué cosas? Había utensilios, que sólo se podían usar como parte del sistema de sacrificios. Había también ropa especial para los sacerdotes, estas cosas habían sido santificadas, o sea, separadas para el uso exclusivo de Dios, no se podían usar para otros fines. Ningún sacerdote, después de servir en el templo con su ropa especial, iría a trabajar en el jardín sin cambiarse primero. Tampoco se llevaría los utensilios del templo para usarlos en el mercado. Hoy en día, los utensilios santificados de Dios somos vos y yo; así como esos utensilios del templo, si queremos ser útiles a Dios, tenemos que mantenernos limpios y puros. No podemos estar llenos de mugre y de lodo si queremos que Dios nos use; la santificación se expresa en una vida de separación. Hubo una iglesia en tiempos del Nuevo Testamento que no comprendió este concepto. Es la iglesia de Laodicea. Podés leer acerca de esta iglesia en Apocalipsis 3:14-21: El Señor la describe como desventurada, miserable, pobre, ciega y desnuda.
Cuando Jesús le habló a esta iglesia, la describió como una iglesia tibia – ni fría ni caliente. El agua fría sirve para refrescarse, mientras que el agua caliente para bañarse o para hacer té o café. El agua tibia, en cambio, no sirve para nada; da asco, es vomitiva. Por esto, Jesús le dijo a esta iglesia que El estaba a punto de escupirla de su boca. Ahora, ¿Cómo se vuelve tibia el agua? Si dejamos una taza de café en la mesa, ¿Saben cómo se pone tibia? Se pone tibia porque adopta la temperatura de su ambiente. De igual forma, un vaso de agua fría, después de un tiempo, se entibia porque toma la temperatura del aire que lo rodea.
Sólo se podría evitar este problema aislando la bebida – sea caliente o fría – de su ambiente. Esto es lo que hacemos cuando lo ponemos en un termo o en una heladera. Es necesario aislarlo para que mantenga la temperatura. Si nosotros queremos mantener el calor de nuestra relación con Cristo, si queremos serle útiles y no entibiarnos, también tenemos que aprender a aislarnos de las cosas que nos entibian. Esto es lo que significa la santificación: La separación del pecado y de la mundanalidad.
¿Cómo podemos vivir santificados? Dios no nos está llamando a aislarnos; pero sí nos está llamando a filtrar lo que entra a nuestro hogar, familia, y a nuestra mente. Quizás no nos esté llamando a deshacernos de nuestro televisor, o nuestro celular o nuestra computadora, pero sí nos está llamando a tener cuidado con lo que vemos en ellos. Si nos dejarnos llevar por las influencias de nuestra cultura – con su violencia, sexualidad e irreverencia – nos volveremos tibios. ¡Esto no es lo que Dios quiere para nosotros! ¿Qué acciones debemos tomar para vivir en la santidad que Dios desea para nosotros? ¿Qué deberemos cambiar hoy para poder vivir en la santidad que Dios desea? ¡Dios quiere que vivás mejor en el 2.020!

¿Cómo hacer, como vivir mejor? Voy a usar ahora ilustraciones y conceptos del libro: “La vida salvadora de Cristo”, del Mayor Ian Thomas, ¡ESTAR EN CRISTO, esto es redención, salvación, pero el que CRISTO ESTE EN VOS, esto es santificación! El ESTAR EN CRISTO, te prepara para el cielo, pero el que CRISTO ESTE EN VOS, te prepara para la tierra!!! El ESTAR EN CRISTO cambia tu destino eterno, pero que CRISTO ESTE EN VOS eso cambia tu dirección o rumbo diariamente! El uno hace del cielo tu hogar, el otro hace de esta tierra tu taller!
Gálatas 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.
Las demandas que presenta la Palabra son imposibles de cumplir en nuestras fuerzas solo son llevadas a cabo con la fuerza del Cristo que vive en nosotros, por eso las demandas de la vida cristiana son hechas al Cristo que mora en nosotros.

UN EJEMPLO: Suponé que te podes comprar un auto nuevo con un poderoso motor debajo del capó, y luego te pasas la vida empujando ese auto. ¿Cómo te sentirías? Desconcertado y agotado, deseando librarte de él lo antes posible como algo inútil. Cuando Dios nos redimió con la sangre de su Hijo, nos colocó para seguir con el ejemplo, UN PODEROSO MOTOR BAJO EL CAPO, nada menos que la vida resucitada del Señor Jesús, entregada a vos por el Espíritu Santo. DEJA POR FAVOR DE EMPUJAR!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.
Según Juan 17:19, Jesús vivió santificado, o sea, apartado por completo, en un dependencia inviolable con el Padre: NADA HIZO APARTE DEL PADRE. Del mismo modo, nos llama a vos y a mí, a vivir de la misma manera en DEPENDENCIA ABSOLUTA DE EL.
VOS NO PODES HACER SIN EL, MAS DE LO QUE EL PODIA HACER CON SU PADRE.
¿Cuánto podía hacer el Padre por medio del HIJO? TODO.
¿Cuánto puede hacer Jesucristo por medio de nosotros? TODO.
¿Cuál es el límite? Si nos ponemos o no a su disposición. En él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad y estamos completos, Colosenses 2:9-10.

OTRO EJEMPLO: Vamos a imaginar un guante que usa el ama de casa para limpiar y lavar su vajilla, ella le puede decir: ¡Guante agarrá estos platos! El guante no puede hacerlo, el guante tiene el pulgar y el resto de los dedos de una mano, pero está inerte, INCAPAZ de hacer lo que yo le mando y eso que la orden es CLARA, a lo mejor pensás: Nunca le he enseñado al guante como hacer la limpieza de la vajilla. Podes instruir al guante todo lo que quieras, y dedicarle mucho de tu tiempo, y NO LOGRARAS NADA, por mucho que lo intentes.
Pero un ama de casa puede decir: Yo tengo mis guantes en mi casa, que han lavado un montón de veces y muchos platos y utensilios de cocina. ¿Cómo? Sí, SIEMPRE PONIENDO PRIMERO MI MANO DENTRO DEL GUANTE. Al meter la mano en el guante, el guante se hace tan fuerte como la MANO, y hace todo lo que le es posible hacer a la mano.
Esto es el ejemplo de tener a Jesús por medio del Espíritu, dentro de nuestra humanidad redimida: VOS SOS EL GUANTE Y CRISTO ES LA MANO, TODO LO QUE ES POSIBLE PARA ÉL SE CONVIERTE EN UNA POSIBILIDAD PARA VOS. Por eso Pablo decía: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” Filipenses 4:13.
La presencia del Cristo vivo por medio del Espíritu en vos TE IMPARTE TODO AQUELLO QUE TIENE QUE VER CON UNA VIDA SANTA, TODO LO QUE NECESITAS PARA UNA VIDA DE JUSTICIA Y TE PROVEE UN CARÁCTER NOBLE.
Colosenses 3, me invita, ya que he resucitado con Cristo a buscar las cosas de arriba, y luego ordena: Haced morir lo terrenal en vosotros, habla de inmoralidad sexual, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos, ahí entran las adicciones, los desenfrenos, lujuria; y codicia, por el mercado necesita gente insatisfecha e insaciable para vender todo lo que quiere.
Por eso: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay algún camino de perversidad, Y guíame por el camino eterno”. Cuando comienza el Salmo, David dice: “Señor, Tú me has examinado y conocido” Salmo 139:1, y cuando llega al final dice: Señor examíname, yo sé que me has examinado y conocido, pero te invito a continuar, a seguir hurgando dentro de mi corazón, a analizar mis pensamientos, a revelar mis perversidades, con un solo objetivo: Quiero ser guiado por el camino eterno. Señor prueba y conoce mis pensamientos, revisa mi mente, si hay en mí camino de perversidad, revisa mi vida, yo puedo analizar y ver hasta cierto punto, pero la base de la conducta que está en el pensamiento del hombre, en el ser interior del hombre, solo Dios la puede controlar, y guíame por el camino eterno. David estaba buscando en este salmo la integridad, ser honesto con Dios, con mi prójimo, y con mi mismo; lo contrario, la hipocresía, vivir la contradicción entre lo que pensamos y lo que somos, vivir la contradicción entre lo que decimos y hacemos, una grave enfermedad espiritual, pero él estaba buscando un destino glorioso, y cuando buscamos un destino glorioso, tenemos que decir: Señor, examina mi corazón.
Si Salomón hubiera hecho esta oración y este ejercicio en forma permanente, a lo mejor no se inclinaba ante los ídolos, al principio de su vida quiso ser mejor, y para eso pidió sabiduría, y Dios se la concedió, pero un momento de su vida decidió no ser mejor, y comenzó la claudicación; ¿Sabía que existe también en nuestro tiempo la “vejez espiritual?”
Si Judas hubiera hecho esta oración, a lo mejor no traicionaba al Señor, no se hubiera convertido en ladrón. Esta es una gran oración, es la oración de aquel que quiere terminar su carrera con gozo: Señor, examina mi corazón porque yo no me entiendo, no puedo llegar hasta las profundidades de mi alma, no puedo entender los abismos misteriosos pero tú si me entiendes soy un enigma para mí mismo; pero Señor tú me conoces, Señor examina mi corazón. Luego de David, Jeremías nos diría en Jeremías 17:9 “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”
Stanley Jones notable misionero en la India, en el Siglo XX comenta: Jesús terminó el episodio del lavamiento de los pies con estas palabras, en Juan 13:12-14, notar el cambio de orden: “Vosotros me llamáis Maestro y Señor….Pues si yo, el Señor y Maestro…”. Ellos estaban diciendo: Él es primordialmente Maestro y Señor. No, dijo Jesús: Soy primordialmente vuestro Señor y Maestro. Este cambio es vitalmente importante, Él es primordialmente Señor.
LA RENDICION PERSONAL A JESUCRISTO COMO SEÑOR ES EL ENFASIS PRIMORDIAL DE LA FE CRISTIANA. Porque el cristianismo no es una filosofía o una enseñanza moral que tiene que ser aprendida. Es un Señor a quien hemos que entregarnos y obedecerle. Si Él no es tu Señor, tampoco será tu Maestro. El enseña a los que le obedecen y solamente a los que le obedecen a Él.
Sabemos tanto como estemos dispuestos a practicarlo y nada más. El Nuevo Testamento habla de aquellos que están siempre aprendiendo y nunca llegan al conocimiento de la verdad (2 Timoteo 3:7). ¿Por qué es que nunca llegan al conocimiento de la verdad? Porque están siempre aprendiendo y nunca están dispuestos a obedecer. APRENDEMOS EN TANTO QUE OBEDECEMOS, Y NO HAY NINGUN OTRO CAMINO.

2) Dios quiere que cada día de 2.020 hagás lo mejor por otros: Que compartás tu fe, que estés pendiente de las necesidades de otros, que seas servicial, que otros te importen, es ser un buen samaritano. Un periodista entrevistó a Mahatma Gandhi y le preguntó: “¿Cómo hizo usted para expulsar a los ingleses de la India sin disparar ni un solo tiro? ¿En qué se inspiró? El no dijo: En la meditación trascendental, ni la Nueva Era, ni en los dioses de la India, ni ninguna de las viejas y mohosas novedades que hoy se venden con envoltorio nuevo. El dijo: “Yo aprendí la resistencia pasiva en el Sermón del Monte de Jesús de Nazaret”. Y el periodista volvió a preguntar: “Pero Mahatma, ¿Y entonces por qué usted nunca se hizo cristiano? Y él respondió: “Porque los cristianos no practican el Sermón del Monte”. El Dr. Kimball escribió un libro: “Jesús los convence, pero la iglesia no”. HAY QUE CAMBIAR ESTA HISTORIA POR OTRA: “Jesús los convence, y la iglesia también”.
EL AMOR DEBE MOTORIZAR CADA ORACION QUE ELEVAMOS, CADA PALABRA QUE PRONUNCIAMOS, CADA ENCUENTRO QUE CONCRETAMOS, CASA PENSAMIENTO QUE ELABORAMOS, Y CADA ACCIÓN QUE REALIZAMOS.
Lucas 16:9 dice: “Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas”. Con todo el pecado que hay en el mundo actual, ¿por qué no ha regresado Jesús aún para poner fin a tanta violencia y tanta maldad? Hay una razón: Porque Dios no quiere que nadie se pierda. «La vida contiene muchas opciones; la eternidad, sólo dos. ¿Cuál es tu elección?» La gran mayoría de la gente cree en el cielo, pero sólo una minoría cree en el infierno. Jesús habló más del infierno que del cielo. El mismo dijo: «No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma. Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.» (Mateo 10:28) Pero ¡Dios no puede salvar a la gente en contra de tu voluntad! No habrá nadie en el cielo que no quiera estar allí. El no quiere salvar a nadie si no se arrepiente de su pecado y confía en Él. Dios no puede salvar a nadie si ese alguien ama más a su pecado que a Cristo. Si ese alguien prefiere su propio camino al camino de la cruz, si ese alguien confía más en su propia sabiduría que en la sabiduría suya. Es la decisión más importante que puede tomar una persona en su vida – la decisión de aceptar a Cristo.

3) Dios quiere que cada día de 2020 des lo mejor: Cada persona posee un mecanismo interior, algo parecido a un “control de calidad”, esto es, un anhelo por la excelencia que no lo deja. Cuando nos pasamos de la raya, esto es el síndrome del perfeccionismo. Lo triste es cuando nos vamos para el otro extremo y nada nos importa. En Malaquías 1:6, tenemos una demanda de Dios a su pueblo, y los sacerdotes de Dios preguntan: ¿Qué hicimos mal? Dios les está diciendo: Saben las leyes de los sacrificios, y saben que tienen que seleccionar al mejor cordero, el más valioso, y el más preciado, para ofrecerlo a Dios. Ellos en lugar de hacer esto, van a los campos y “pasan por alto” a las mejores ovejas del rebaño y buscan al animal enfermo, cojo y ciego, y eso ofrecen a Dios.
Hay un conformismo diciendo tácitamente: ¡Será suficiente, total es para Dios! Dios les está diciendo: No se molesten en hacer esto, NO SIRVE DE NADA, NO PIERDAN TIEMPO, NO QUIERO CORDEROS ENFERMOS: O TRAEN LO MEJOR O NO TRAEN NADA.
Ahora pensá: En tu trabajo, y en especial el cristiano, tu servicio, CADA COSA NECESITA SER TU MEJOR CORDERO, TU MEJOR OFRENDA. No se trata de ser perfeccionista, porque esto desagrada a Dios y te enferma a vos. DEMOS SIEMPRE LO MEJOR DE NOSOTROS EN ESTE NUEVO AÑO. BUSQUEMOS LA EXCELENCIA, PORQUE ES LA EXCELENCIA LO QUE AGRADA Y HONRA A DIOS. Un antiguo himno decía así:
“Da lo mejor al Maestro, tu juventud, tu vigor,
Dale el ardor de tu alma, lucha del bien en favor,
Cristo nos dio el ejemplo, siendo el joven de valor;
Sedle devoto ferviente, dale de ti lo mejor.
Da lo mejor al Maestro, dale de tu alma, el honor;
Que sea él en tu vida el móvil de cada acción.
Dale, y te será dado el Hijo amado de Dios.
Sírvele día por día; dale de ti lo mejor.
Da lo mejor al Maestro, nada supera su amor,
Se dio por ti a sí mismo dejando gloria y honor.
No murmuró al dar su vida por salvarte del error,
Ámale más cada día, dale de ti lo mejor”.

4) Dios quiere que cada día de 2020 pensés lo mejor: Uno de los grandes obstáculos que enfrentamos en la vida es el miedo a lo desconocido, queremos saber por adelantado que va a pasar y donde vamos a estar. Sin embargo lo único que nos puede dar seguridad frente al incierto futuro, es que Dios esté con nosotros y que esté al mando. Cuando ocurrió el episodio frente al Monte Sinaí del becerro de oro, un hecho grave de idolatría, hacía poco que habían inaugurado un nuevo tiempo, tal vez pocos meses (creo que tres) y semejante claudicación. En Éxodo 33, y a renglón seguido de ese aberrante hecho, Dios le dice a Moisés que los enviará en el nuevo camino con la presencia de el ángel (Éxodo 33:2), pero le aclara que Dios no irá con ellos (Éxodo 33:3). Ahora pensemos: Iban a lograr las mismas cosas con el ángel que con Dios, ¿Dónde está la diferencia? El ángel daría: Protección y provisión generosa, Dios también, pero lo que necesitamos mayormente es la aprobación de Dios. La negación de Dios a ir con ellos era una señal de desaprobación. Por eso Moisés no se movió del lugar, levantó el tabernáculo y lo llamó Tabernáculo de Reunión (33:7) y allí iba a adorar, y la gente se arrepintió y vistió luto (33:4). Definitivamente Dios le dijo: “Mi presencia irá contigo, y te daré descanso”. Ellos reiniciarían la marcha luego del fracaso, pero Moisés se aseguró que Dios era de la partida, buscaba la aprobación de Dios.
¿Importa hoy la aprobación de Dios? Depende dónde hagamos esta pregunta. Hoy es acá.
Yo no quiero ir a ningún lado en el 2020 sin la aprobación divina.
Abraham sabía que Dios le había llamado y le había hecho una promesa lo podemos leer en Génesis 12:1-3, “Vete de tu tierra…” “Y haré de ti una nación grande y te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición”. La aprobación fue real para él cuando Taré su padre murió, Abraham estuvo dispuesto a andar con Dios en un futuro incierto. Hebreos 11:8, dice: “Por la fe Abraham siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba”. Ray Stedman, pastor por muchos años en California hasta su muerte, le dijo a su congregación frente a un fin de año: “En la víspera de Año Nuevo nos damos cuenta, como en ningún otro momento de nuestras vidas, de que jamás podemos retroceder el tiempo (….) podemos mirar atrás y recordar, pero es imposible volver a ninguna instancia del año que pasó”. Stedman recordó cuando los israelitas estuvieron en el umbral de una nueva oportunidad, luego de 40 años de andar en círculos por el ardiente desierto, por causa de sus padres incrédulos. Es muy posible que la nueva generación, la de los hijos de los que apostataron, se preguntara: ¿Tendremos la fe, la confianza y la fortaleza que necesitamos para la conquista de la Tierra Prometida? Su líder Moisés era un adelantado y veamos lo que hizo. Le recordó en Deuteronomio 11:7 lo siguiente: “Mas vuestros ojos han visto todas las grandes obras que Jehová ha hecho”. O sea que puso sus ojos y los de ellos en las cosas pasadas en el viejo tiempo o viejo año (para nosotros), y les hizo enfocar su mirada en lo que venía, era la conquista de la Tierra Prometida. Veamos Deuteronomio 11:12 “Tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin”. Puede que en la víspera del Año Nuevo tengamos algo de temor del futuro debido a los acontecimientos del pasado. Pero no tenemos que permanecer encadenados a los viejos recuerdos, porque podemos avanzar con nuestra mente centrada en Dios. Así como el cuidaba de la tierra y de Su pueblo, Sus ojos estarán sobre nosotros también. El cuidado fiel de Dios abarcará cada día del año nuevo.

5) Dios quiere que cada día del 2020, esperés lo mejor:
“Yo tengo fe, que todo cambiará
Que triunfará por siempre el amor
Yo tengo fe, que siempre brillará
La luz de la esperanza
No se apagará jamás”
Esto cantaba Palito Ortega en los años 60, y él decía de algún modo: Espero que sí…. Pero la palabra bíblica esperanza es una certeza divina basada en la Palabra de Dios. Por ejemplo, la Segunda Venida del Señor, se la llama la bendita esperanza, eso no es tal vez.
Nos llenaría de terror, si viviéramos en este mundo sin tener la absoluta seguridad de que soy salvo, “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. Tito 2:13, 1 Tesalonicenses 4:15-17.
ESPERAMOS tres sonidos bien definidos: El sonido de la trompeta (La trompeta se usaba en el AT para alabanza y para llamar a la batalla); la voz de mando: Es la voz de Jesús, que levantará a los muertos y transformará a los vivos; y la voz de arcángel que comandará la batalla contra Satanás.
Filipenses 3:20 dice: “Más nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”.
Todos hemos oído hablar de personas que piensan tanto en el cielo que no les va bien en la tierra. Y hemos escuchado a predicadores que prometen a su rebaño grandes recompensas en el cielo, pero ignoran las dificultades de la vida. Algunas personas los acusan de ser “profetas idealistas” que han olvidado que debemos seguir viviendo en este mundo.
Sin embargo, según el escritor de los Hebreos, existe una manera adecuada de pensar en el cielo. Es la virtud que le permitió a Abraham, Isaac y Jacob vivir por fe como moradores de tiendas nómadas en Canaán (11:8-10). En su libro “Cristianismo y nada más”, C.S. Lewis escribió:
“Si uno lee la historia se da cuenta de que los cristianos que más contribuyeron al mundo actual fueron los que más pensaban en el venidero. Los apóstoles mismos…los grandes hombres que construyeron la Edad Media, los evangélicos ingleses que abolieron la esclavitud, todos dejaron una marca en esta tierra, precisamente porque sus mentes estaban ocupadas en el cielo. Es mayormente desde que los cristianos dejaron de pensar en el otro mundo que se han vuelto ineficaces en este. Si apuntamos a las cosas del cielo, las de la tierra vienen por añadidura”.
Si nuestras mentes están debidamente ocupadas con el cielo, inevitablemente haremos cosas buenas en la tierra.

Bibliografía: Reflexiones de fin de año de Tony Hancock, artículo “La excelencia y su doble impacto” de Bill Hybells, artículo “Las apariencias engañan, la esencia no” de Christine Caine, lectura de Nuestro Pan Diario, citas de Stanley Jones en su libro: La victoria personal.

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