23 febrero, 2020

Jesús regresa – Parte 9


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El Milenio: El gobierno perfecto, última etapa de la tierra vieja.

¿Cómo se vivirá en el Milenio? Imaginemos un mundo regido por la justicia y la bondad, un mundo en el que no haya injusticia, donde lo que es verdadero, recto y digno influye en todos los aspectos de la vida, incluso en las relaciones interpersonales, en el comercio, en la educación y en el gobierno, donde se restaura el medio ambiente a la original pureza del huerto del Edén, hay la paz en el reino animal, pues, “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará” (Isaías 11:6). Imaginemos un mundo gobernado por un perfecto Gobernante, que combate instantánea y firmemente el pecado.
Desde el punto de vista humano, tal descripción pudiera parecer, una ilusoria fantasía que nunca pudiera convertirse en realidad. Así será el futuro reino terrenal del Señor Jesucristo. La tierra restaurada y reconstruida del reino milenario será el paraíso recobrado. El reino de mil años del Salvador sobre la tierra es la divinamente planeada culminación de toda la historia de la redención y la realización de la esperanza de todos los santos de todas las épocas.
¿Cómo se lo llama al Milenio en otros pasajes de la Escritura? Al reino milenario en Mateo 19:28 Jesús lo llama “la regeneración”. Hechos 3:19 describe el reino como “tiempos de refrigerio”, mientras que Hechos 3:21, lo llama “los tiempos de la restauración de todas las cosas”. En Efesios 1:10 es “la dispensación del cumplimiento de los tiempos”.

¿El Milenio es revelado solo en el NT? No, el reino es un tema importante a lo largo de las Escrituras; es la meta a la que se dirige toda la historia de la redención.
Entre los muchos pasajes del Antiguo Testamento que refieren al reino terrenal están Deuteronomio 30:1-5; 2 Samuel 7:12-16; Salmo 2:6-12; Isaías 2:2-4; 11:1-10, etc.

¿Qué es el Milenio? Apocalipsis 20:1-10 lo describe como un periodo de mil años, un tiempo de paz y prosperidad, cuando Cristo reinará físicamente sobre la tierra.
Primero, Cristo regresará a la tierra. Sabemos que su segunda venida será pública y vista por todos, ver Mateo 24:30: «…Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria». Cuando Cristo regrese, él derrotará al Anticristo. Luego, Satanás será atado, como lo vemos en el verso 2 de nuestro pasaje. Después de la atadura de Satanás vendrá la primera resurrección. Esta es la resurrección de los justos mártires de la GT, quienes reinarán con Cristo. Seguirá entonces el Milenio, periodo de paz y prosperidad cuando Cristo reinará físicamente sobre la tierra, junto a los justos resucitados. Al final de este tiempo de paz, Satanás será soltado por un breve tiempo para dirigir la rebelión final contra Dios. Esta rebelión será vana; tendrá lugar entonces el juicio final, y los cielos y tierra nuevos.

1) ¿Quiénes formarán parte de esta espectacular experiencia de vida? Inmediatamente después del retorno de Jesús, al comienzo del reinado milenial, se hará un juicio llamado: El Juicio de las Naciones. ¿Dónde se hará? En el valle de Josafat (Joel 3:1-2,12). Allí serán juzgadas las naciones sobrevivientes luego de la grave Gran Tribulación.

2) ¿Cuáles serán las sentencias? Allí se decidirá quiénes de los que vivan después de la GT tendrán derecho a disfrutar en esta tierra del Milenio. Mateo 25:34 dice: «Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo». Y quienes irán directamente a la condenación, «…Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno…».

3) ¿Cuáles son las acciones que serán juzgadas ese día?
Se juzgará por la manera en que las naciones se comportaron respecto a los «hermanos más pequeños de Jesús», según Mateo 25:40,45. El que lo hizo a sus hermanos más pequeños, a Jesús se lo hizo, y el que no lo hizo a sus hermanos más pequeños, a Jesús no se lo hizo.

4) ¿El Milenio es ya la vida eterna?
• El Milenio no es la «vida eterna».
• El Milenio no es un período de «absoluta perfección».
• Habrá pecados «de la carne», aunque Satanás esté atado.
• No todos los que entren en el Milenio serán «convertidos».
• En el Milenio habrá «muerte», aunque haya plenitud de bendiciones.

5) ¿Existe en nosotros el anhelo de un gobierno perfecto aquí en la tierra?
Cada ocasión en la que se elige un presidente, el pueblo se enamora del candidato ganador. Los analistas tienen un nombre para esta etapa: Luna de miel. De la ilusión, sin embargo, generalmente sigue la desilusión. Ningún país ha logrado establecer un gobierno que cree políticas perfectas en todos los casos. ¿Por qué deseamos tanto algo que jamás se ha visto? ¿De dónde nace este deseo en el corazón humano de tener liderazgo sabio, íntegro y justo? Estoy convencido de que este deseo nace en nuestro corazón porque fuimos creados para disfrutar de tal liderazgo. Dios nos hizo para vivir bajo un gobierno perfecto y justo. Sin embargo, hasta ahora sólo se han visto gobiernos imperfectos y parcialmente justos. Tenemos como creyentes la responsabilidad de someternos al gobierno, aunque sea imperfecto; pero hay más. Un día, habrá sobre esta tierra un gobierno perfecto.

Satanás será atado: 6) ¿Qué significa que Satanás sea atado?

El primer asunto que ocupa la atención del Rey al establecer su reino es el confinamiento del cabecilla de los rebeldes. Esta reclusión cambiará radicalmente al mundo. En ese tiempo, Dios destruye a todos los rebeldes humanos. Los sobrevivientes de los juicios de la Gran Tribulación son ejecutados en Armagedón (19:11-21) o en el Juicio de las Naciones (Mt. 25:41-46). Los líderes de la rebelión mundial, la bestia y el falso profeta, habrán sido lanzados al Lago de Fuego (19:20). Satanás y sus demonios serán excluidos en la fase final de la preparación del reino, y Cristo reinará sin la oposición de enemigos sobrenaturales.
Después de la tribulación (caps. 6–19) Cristo vendrá (19:11-21) y establecerá su reino (20:1-10), al cual seguirán el cielo nuevo y la tierra nueva (21:1).
¿Quién atará al Diablo? No se revela la identidad del ángel que atará a Satanás, puede ser el arcángel Miguel, el gran adversario de Satanás (12:7; Dn. 10:13, 21; 12:1; Judas 9). Este ángel, posee gran poder. Es enviado a la tierra con una orden precisa: Aprisionar a Satanás por los mil años y luego liberarlo al final de los mil años.
La atadura de Satanás sucede en dos etapas. Jesús ha atado al enemigo, y será atado totalmente antes del Milenio. Cuando Jesús vino por primera vez, él invadió el hogar del enemigo y lo amarró para poder liberar a los que tenía cautivos.
Jesús dice en Marcos 3:27: «Ahora bien, nadie puede entrar en la casa de alguien fuerte y arrebatarle sus bienes a menos que primero lo ate. Sólo entonces podrá robar su casa». Esto es precisamente lo que ha hecho Cristo en su primera venida. Ha atado al enemigo para despojarle de sus bienes, que somos nosotros.
Por la autoridad de Cristo, Satanás ya está atado. Su atadura, entonces, no significa que él ya no tenga poder para engañar ni tentarnos. Significa, más bien, que los que somos de Cristo podemos tener la victoria sobre él.
Un ángel ata a Satanás y lo encierra en el abismo, que es el lugar o cárcel de los demonios. Por una parte, esto nos indica que no estamos hablando de la misma atadura que se describe en Marcos 3:27. Allí, Jesús es el que ata a Satanás; aquí, es un ángel.
Por otra parte, este ángel es capaz de atar al enemigo sólo en base a la autoridad de Jesucristo y la victoria que ganó en su muerte y resurrección. Los ángeles no tienen autoridad propia sobre el enemigo. Esto lo indica Judas, verso 9.
Con el enemigo atado, el Milenio será muy distinto al tiempo actual. Será un tiempo de prosperidad, de bienestar, de avance que ni siquiera nos podemos imaginar.
La llave dada al ángel por Dios da muestra que se le delegó una gran autoridad, (Apc 9:1).
“Y prendió al dragón”, menciona los cuatro títulos dados a él en 12:9: El dragón, describe su naturaleza brutal, su ferocidad y abusiva crueldad; serpiente antigua nos regresa al huerto del Edén; Diábolos (diablo) es “calumniador”, y Satanás es “adversario”, es el “padre de mentira” (Jn. 8:44). Satanás porque se opone a Dios, a Cristo y a todos los creyentes.
Las Escrituras revelan que hoy Satanás no está atado, lo estará durante el venidero reino. Al ser encerrado, no podrá engañar más a las naciones; su actividad en el mundo no será simplemente restringida o refrenada, sino totalmente reprimida; no se le permitirá tener ningún tipo de influencia. Eso no quiere decir que las personas que vivan en el milenio serán incapaces de pecar.
Los santos reinarán, Apoc 20:4-6

Con Satanás, sus huestes de demonios y todos los pecadores que rechazan a Dios fuera del camino, se establecerá el reino milenario de paz y justicia. El supremo gobernante en ese reino será, por supuesto, el Señor Jesucristo. Solo Él es “REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES” (19:16), y “el Señor Dios le dará [solo a Él] el trono de David su padre” (Lc. 1:32). Sin embargo, en su gracia ha prometido que sus santos reinarán con Él. Reinarán subordinadamente sobre todos los aspectos de la vida en el reino, y al ser glorificados y perfectos, llevarán a cabo su voluntad de manera perfecta.
Juan ve al pueblo de Dios resucitado, recompensado y reinando con Cristo.
“Y vi tronos”, son los santos glorificados que harán cumplir la voluntad de Dios y dictarán sentencias en las disputas, tienen autoridad.
¿Quiénes se sientan en los tronos? Los santos del Antiguo Testamento. En Daniel 7:27 se promete reinar a ellos: “Sea dado al pueblo de los santos del Altísimo…”.
Los apóstoles en Mateo 19:28.
Los creyentes de la iglesia, en 1 Corintios 6:2: “¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo?”, y en 2 Timoteo 2:12.
Los santos de la Gran Tribulación, (Mt. 24:13; Col. 1:21-23; He. 3:14)
Apoc 20:5 hay un paréntesis, diciendo: “Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años”, son los muertos incrédulos de todas las épocas, cuya resurrección para juicio y condenación se describe en los versículos 20:11-15.
La primera resurrección es la de los santos de todas las épocas.
Apoc 20:6 La frase “bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección presenta” son bienaventurados, ante todo porque la segunda muerte no tiene potestad sobre ellos. “Estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira” (Romanos 5:9).
Porque serán sacerdotes de Dios y de Cristo (Apoc 1:6; 5:10). Los creyentes sirven ahora como sacerdotes, al adorar a Dios y conducir a otros al conocimiento de Él, en el Milenio.
Porque reinarán con el Señor Jesucristo mil años. Política y socialmente, el gobierno de Cristo y sus santos será universal (Salmos 2:6-8; Dn. 2:35), absoluto (Salmos 2:9; Isaías 11:4), y justo (Isaías 11:3-5).

Satanás regresa del abismo y es soltado

Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, (20:7) La atadura de Satanás terminará cuando los mil años se cumplan, y guiará la rebelión final de los pecadores.
La Biblia enseña que ninguna persona no salva entrará en el reino. Solo los redimidos de entre los judíos (12:6, 13-17; Is. 60:21; Ro. 11:26) y gentiles (7:9-17) sobrevivientes de la tribulación entrarán en el reino con su cuerpo físico normal. Las condiciones perfectas del medioambiente y sociales del milenio, unido a la prolongación de la duración de la vida (Isaías 65:20), hará que los hijos proliferen. Estos redimidos, aun tendrán la pecaminosa naturaleza humana, que se transmite genéticamente a su descendencia. Cada generación sucesiva, estará compuesta por pecadores necesitados de salvación. Muchos vendrán a la fe salvadora en el Señor Jesucristo. Pero asombrosamente, a pesar del dominio en persona de Cristo sobre la tierra, a pesar de la sociedad más moral que el mundo haya jamás conocido, muchos otros amarán su pecado y rechazarán a Cristo (Romanos 8:7). Incluso en las condiciones utópicas del milenio, no cambiará la triste realidad de la depravación humana.
Pero habrá, al final del Milenio, suficientes pecadores no salvos vivos para que Satanás guíe una rebelión mundial. Él reunirá a todos los rebeldes, revelando el verdadero carácter e intención de los pecadores que rechazan a Cristo y haciendo evidente que el juicio de Dios contra ellos es justo. La maldad de Satanás no cambiará con los mil años de prisión.

LA REBELIÓN DE LA SOCIEDAD

“Satanás saldrá a engañar a todas las naciones, y a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla…”, (Apc 20:8-10). Muchos no salvos amarán su pecado y rechazarán a Cristo. Serán insensibles ante la paz, el gozo y la justicia del milenio.
Las acciones de Satanás siempre están bajo el control soberano de Dios (Job 1:12; 2:6). Los rebeldes serán una enorme e incontable multitud. Las condiciones ideales de salud, prosperidad, seguridad y paz que prevalecerán durante el milenio, unido a la larga duración de la vida de sus habitantes, conducirá a una gran explosión demográfica.
Como en Armagedón mil años antes (19:11-21), la “batalla” será en realidad una ejecución. Las fuerzas de Satanás morirán físicamente, y sus almas irán al lugar de castigo, en breve (Apocalipsis 20:11-15). El diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, junto a la bestia y el falso profeta, quienes para entonces habrán estado en ese lugar de tormentos por mil años (19:20). Que esos dos estén aun allí, refuta la falsa idea de la aniquilación. El infierno es un lugar tanto de tormento mental (Daniel 12:2; Mateo 8:12; 13:42, 50; Lc. 13:28) como físico (Apocalipsis 14:10-11; Mateo 25:41).
Jesús enseñó que el castigo de los malos es eterno (Mt. 25:46).

7) ¿Qué demostrará el milenio con respecto al pecado? Uno de los propósitos de Dios en el Milenio será revelar la profundidad de la rebelión humana contra Dios. Aunque Satanás estará atado y el sistema mundial justo, el pecado seguirá en el corazón humano.
El Milenio mostrará que el pecado está profundamente arraigado en el corazón del hombre. Ni siquiera la sociedad más perfecta, donde Jesús mismo reina, será suficiente para que la humanidad sea perfeccionada. Es que el problema de la humanidad es un problema del corazón.
Aquí hay un mensaje muy importante para nosotros. Nuestro corazón es el que tiene que ser transformado también.
¿Le has entregado tu corazón a Jesucristo? Nuestro corazón necesita una cirugía radical.

8) Jesús ha triunfado por medio de su muerte, ¿Y nosotros? Los que reinarán durante el Milenio con Jesucristo serán los que han triunfado por medio de la muerte. Este es el cumplimiento de 1 Corintios 6:2-3, donde se nos dice que hemos de juzgar al mundo: Los que resucitarán en la primera resurrección serán quienes han triunfado con Cristo.
El verso 4 menciona específicamente a los mártires, los decapitados por su testimonio. Todos los creyentes están incluidos en esta primera resurrección, y reinarán con Jesús. La vida cristiana es, en realidad, un diario morir para vivir. Tenemos que morir a los deseos de nuestra carne, al orgullo, al egoísmo, al rencor, para hallar nuestra vida verdadera en Cristo. Sólo en él viviremos. Sólo muriendo con Cristo podremos también vivir con él y reinar con él. ¿Estás viviendo para Cristo? ¿Estás dispuesto a morir por él?
Aplicación:

Cristo es el VENCEDOR, y Él venció a tres poderosos enemigos:
a) La muerte: 1 Corintios 15:54-55, «Sorbida es la muerte en victoria…», fue el centro del mensaje de Pentecostés y del evangelio, Hechos 2:32 dice: «A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos».
b) Satanás y sus huestes de maldad: Colosenses 2:15,»Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz».
c) El pecado: 1 Pedro 2:22 «El cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca». Hebreos 4:15,

¿De dónde viene la tentación? Viene del mundo, Satanás y la carne.
¿Qué es el mundo? Es la palabra “cosmos”, que significa sistema, orden, una filosofía, un sistema donde la maldad está atrincherada. El mundo es tu enemigo externo.

¿Qué es la carne? Gálatas 5 la describe en contra de nuestro espíritu. Es la inclinación a la maldad, la predisposición a pecar. Es el enemigo interno.

¿Quién es el Diablo? Es el enemigo infernal, es el ser angelical de mayor jerarquía que pecó. Si podemos hacer una anatomía de la tentación, sería: La carne es un tanque de nafta, el mundo el fósforo, y el Diablo el que enciende el fósforo.

b) El objetivo de la tentación. 1 Tesalonicenses 5:23. Nuestra naturaleza humana es trina: Cuerpo, alma y espíritu ya que somos semejanza y venimos de un Dios trino.

El mundo ataca el alma (siche, siquis), la mente, las emociones y la voluntad. Allí yace la vida psicológica. Somos tentados a ser más, a ser el número uno, ataca el ego.

La carne ataca el cuerpo. Las sensaciones físicas, el deleite, la lujuria, la vagancia, la indisciplina, la violencia, etc. La carne no es el cuerpo, pero usa el cuerpo para poder expresarse, y lo hace en jóvenes y adultos.

El enemigo infernal ataca el resto. Nuestro espíritu nos hace conscientes de Dios. La intención es separar el espíritu del Dios todopoderoso.

Remedio para la tentación: 1 Corintios 10:13. Tres palabras: Huir, fe, y pelear o resistir.

a) Para resistir la lujuria de la carne, la clave es huir (2 Timoteo 2:22). La carne es la que trata de predisponernos para pecar. Hay que huir de la fornicación, huye de las pasiones juveniles. No hay que ponerse a pelear, hay que huir.
b) Para resistir el encanto del mundo, la clave es la fe. Esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe (1 Juan 5:4, 2 Timoteo 4:7).
c) Para derrotar al enemigo infernal, tenemos que resistirle (Santiago 4:7, Efesios 6:13 y 1 Pedro 5:9).
El Milenio es una era de paz y prosperidad, pero en medio de esta situación idílica, sin embargo, existirá un problema que no se resolverá. Es el problema del corazón humano.

Porque el corazón del problema, es el problema del corazón.

Lo que esto nos enseña es que, en realidad, el corazón es lo central. Aunque Jesús reinará sobre la tierra, no obligará a nadie a entregarle su corazón. Esa es una decisión que cada uno de nosotros tiene que tomar individualmente.
Proverbios 4:23 dice: ”Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón…” La rebelión final que vendrá tras el Milenio mostrará que, aun bajo condiciones ideales, la maldad está profundamente arraigada en el corazón humano.

¿Qué dice la Biblia sobre dónde está nuestro corazón?

Dios creó a los seres humanos con tres partes: Espíritu, alma y cuerpo. En los versículos siguientes, nuestro “corazón” incluye: Nuestra mente, emoción y voluntad y la conciencia.
Mateo 9:4 “Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?” ¿Con que pensamos? Con la mente. Esto nos muestra la mente es parte de nuestro corazón.
Hechos 11:23 “Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen unidos al Señor”. Con propósito significa tomar una decisión firme de hacer algo, usar la voluntad.
Juan 16:22 “También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo”. Nos gozamos con nuestras emociones, y el corazón se goza, esto demuestra que la emoción es parte de nuestro corazón.
Hebreos 10:22 “Acerquémonos al Lugar Santísimo con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia…”. Acá la conciencia es parte de nuestro corazón. “Pues si nuestro corazón nos reprende (condena)” de 1 Juan 3:20 o cuando estamos mal, este versículo deja bien claro que la conciencia es parte del corazón.
El corazón está compuesto de nuestra mente, voluntad y emoción y nuestra conciencia, el corazón hace mucho más que eso; el corazón piensa, decide y discierne el bien del mal.
¿Por qué Dios hizo el corazón? Dios quería un lugar donde el hombre pudiera tener comunión con Él, para traer vida al corazón. Por medio de su divida presencia, Jn 1:12.
Cuando abrimos nuestro corazón a las cosas espirituales y dejamos entrar la vida de Dios, eso ocurre en el nuevo nacimiento, Dios viene y habla a nuestro corazón y se abren las puertas para todo lo bueno. Mateo 15:18 dice: “Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre”. PECO PORQUE SOY PECADOR, y no al revés.
Lo malo no es lo que entra al corazón sino lo que sale de él Mateo 15:11.
Debemos pedir a Dios que renueve nuestro corazón, que traiga temor y santidad hacia Él.
¿Por qué Dios insiste tanto en que no nos separemos de Él? Él quiere que caminemos en su presencia, aferrados a Él. Todos nos creemos muy buenos, pero tenemos un corazón perverso. En lugar de, amor, humildad, perdón, lo que hay es perversión, es lo que somos. Esto es lo que somos, YO TENGO ALGO BUENO, ¿Sabes qué es? Se llama Cristo.
Marcos nos muestra 13 graves defectos de nuestra conducta o pecados que se originan en nuestro corazón: “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre”, Marcos 7:21-23. Por eso que Dios nos dice que sobre toda cosa guardada debemos guardar nuestro corazón. Proverbios 4:23. Hay que guardar, porque tu corazón es fuente de contaminación, para vos y los demás, “Os daré corazón nuevo…”. Ezequiel 36:26.
Regenerar es nacer de nuevo (Juan 3:3), para vivir una vida buscando la voluntad de Dios y no siguiendo nuestro corazón. No intentemos mejorar el corazón por nosotros mismos, es el Espíritu Santo el que hace la obra en nosotros, porque nuestro corazón tiene que ser transformado, no puede repararse, se necesita que el Espíritu Santo lo cambie completamente.
Comentarios consultados: Pastor Tony Hancock, Samuel Libert, El Amor que vale de Adrián Rogers, Comentario del Apocalipsis de John Mc Arthur.

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