23 noviembre, 2014

La alimentación de los 5000


Por:

Si el reproductor no funciona podés escuchar el audio siguiendo este link - Descargar audio

Compartir en redes sociales:

JESUS EL PAN DE VIDA

JUAN 6:1-15

Los maestros de la predicación o enseñanza de la Palabra dicen que cuando alguien ocupa este lugar debe hacerlo con un solo propósito: ser instrumento en manos de Dios para lograr que ÉL  cambie la conducta de las personas que escuchan. Ya el Señor cambió algo en mi corazón al preparar el mensaje. Dios quiera que HOY esto se pueda lograr. Vamos a meditar sobre un milagro extraordinario que el Señor hizo en Galilea. En el Evangelio de Juan, vemos a Jesús (5:1) en Jerusalén y luego en Galilea (6:1). En ambos lugares observamos la manifestación de una incredulidad general entre los judíos con respecto a Jesús. En Jerusalén, él fue rechazado porque no guardó la interpretación rabínica de las prohibiciones sabáticas (Juan 5:18). Este capítulo relata el comienzo de las disputas de Jesús contra los religiosos de la época que culminarían en la Cruz. En cambio, en Galilea veremos que la gente, afanosa por el pan material, manifestó poco interés en el “pan” espiritual que Jesús les ofrecía. El cap. 6 es el más largo en este Evangelio, incluyendo un largo trato de la metáfora de “pan” que sostiene la vida espiritual del creyente. Se observa que en el cap. 5 Jesús se presenta como la “fuente de la vida”, pero en el cap. 6 como el “sostén de la vida”. En el cap. 5, la idea central es la relación del Hijo con el Padre, pero en el cap. 6 es la relación del Hijo con los verdaderos creyentes.

Cabe notar que por alguna razón Juan omitió, entre los caps. 5:1 y 6:1, uno de los períodos más largos y productivos en actividades de la vida de Jesús. Se calcula que este período duró entre 10 y 12 meses. Felizmente, los eventos de este período están registrados en los Sinópticos. Es evidente que Juan no tuvo interés en presentar una cronología de la vida de Jesús, sino que escogió cuidadosamente una serie de escenarios y eventos para poder cumplir el propósito que le movió a escribir el evangelio (Juan 20:31: “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre”). El capítulo 6 es el más extenso de Juan y el milagro que vamos a compartir es el único que se repite en los 4 evangelios. Solo los hechos de la crucifixión, muerte y resurrección se repiten con variantes en Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

Juan no indica el motivo del viaje de Jesús del sur al norte de Israel, pero los Sinópticos señalan el martirio de Juan el Bautista (Mat_14:13) y la curiosidad de Herodes respecto a la obra de Jesús (Lucas 9:7-9) como eventos que hicieron aconsejable este paso. Tiberias, no mencionada en los Sinópticos, era el nombre de la ciudad construida sobre la orilla sudoeste del mar de Galilea por Herodes Antipas durante la vida terrenal de Jesús. El nombre “mar de Tiberias” se aplicaba a la zona sur del mar, pero también a todo el mar de Galilea. Se piensa que esta obra, iniciada en el año 20 d. de J.C., Herodes la hizo con el fin de congraciarse con el emperador Tiberio.

Según los Sinópticos, Jesús cruzó el mar en una barca (v. 1), pero aparentemente la multitud rodeó el mar caminando. En el verso 2 encontramos 3 verbos importantes: Seguía (PREDICADOR EXITOSO – UNA MULTITUD), veían y hacía, tres verbos en el tiempo imperfecto, presentan un cuadro gráfico de los que formaban una columna de curiosos y de lo que Jesús realizaba. Nótese que el interés en Jesús se debía a sus milagros, no a sus enseñanzas. Pero los curiosos que seguían a Jesús en esta ocasión no estaban buscando una confirmación de él como el Mesías, sino más milagros.

La conjunción cuando (v. 5) podría llevar la idea de “luego”, “entonces” o “por lo tanto”, conectando así este versículo con el anterior como una consecuencia. El término compraremos traduce un verbo en el modo subjuntivo potencial, más bien que en el tiempo futuro, lo que lleva la idea de “compremos” o “podamos comprar”. Felipe sería la persona indicada para averiguar dónde comprar pan, pues él era de Betsaida, (Juan 1:44). De los Sinópticos, aprendemos que la iniciativa en esta ocasión viene de los discípulos (Mateo_14:15; Marcos_6:36; Lucas_9:12). Parece que Jesús respondió a esta iniciativa con la pregunta de este versículo.

La alimentación de los cinco mil debe fué una señal extraordinaria, dado que, insisto, el hecho de que es el único milagro relatado en los cuatro Evangelios. Este milagro continuó siendo importante en la iglesia primitiva por su vínculo con los milagros de alimentación en el AT, con el maná y con el profeta Eliseo (2 Reyes_4:42-44) y con la celebración de la Cena del Señor. También, sigue siendo popular en la enseñanza y predicación del evangelio por subrayar la suficiencia de Jesús para satisfacer las necesidades humanas cuando nuestros recursos son insuficientes.

Jesús quería en esta ocasión (v. 6) probar y fortalecer la fe de Felipe y de los demás discípulos y, como era su costumbre, enseñarles una lección inolvidable a medida que realizaba otro ministerio. Felipe, no dándose cuenta de este propósito, se puso a calcular lo que costaría alimentar a tantas personas. Felipe no lo sabía, pero lo que importa es que Jesús sabía lo que iba a hacer, una verdad que nos conviene recordar cuando estamos en medio de la tormenta.

La suma de dinero que Felipe menciona puede representar la totalidad de los recursos que había entre los discípulos. Un denario era el valor de un jornal de un obrero común, siendo la suma equivalente a unos ocho o nueve meses de trabajo de un obrero. Felipe había contemplado la dimensión de la necesidad y la de sus recursos, y su matemática le indicaba que era una misión imposible. Casi podemos oír el lamento de Felipe: “Señor, aunque gastáramos todos nuestros recursos, todavía no llegaría, ni se acercaría a cubrir la necesidad, ni para que cada uno de ellos reciba un poquito”.

Mientras Felipe investigaba los recursos de los discípulos, Andrés recorría la multitud buscando soluciones. Ya lo había hecho con su hermano Pedro (Juan 1:40-41). Era del tipo de personas que busca permanentemente aportar para la solución a sus problemas. Lo único que encontró fue la merienda de un niño (vs.8-9). Por esto, los discípulos, según los Sinópticos, querían despedir a la gente en ayunas. Estos panes serían trozos relativamente pequeños, quizás redondos y chatos como tortillas mexicanas, y los pescados serían pequeños peces en escabeche, es decir, lo suficiente para el sustento diario de un muchacho, nada más.

No cabía en la mente de Felipe otra fuente de recurso. La cebada era un cereal barato que comía la gente más pobre. Algunos de los escritores judíos decían que el pan de cebada era comida para bestias.

Dos cosas notamos en el breve mandato de Jesús del v. 10 él quería ubicar la multitud en orden para poder contarlos (ver Mar_6:40; Lucas_9:14) y para evitar un motín en la distribución de la comida. En el conteo, determinaron que había 5.000 hombres, quizá una indicación de la separación de los hombres de las mujeres. Mateo menciona específicamente, sin dar números, la presencia de mujeres y niños (Mateo_14:21).

También, con este mandato Jesús involucraba a los discípulos en la realización de un milagro que estaba a punto de efectuarse.

El v. 11 revela el plan y el proceso del ministerio de Jesús en ese entonces y ahora. Habiendo recibido una “confesión” de total carencia de lo necesario para la vida, Jesús acepta lo poco que tenemos, humanamente visto como insuficiente, agradece a Dios por esa entrega y la multiplica para que alcance y sobre. Los Sinópticos agregan dos datos que Juan omite: que Jesús partió los panes y los entregó a los discípulos y éstos los distribuyeron a las multitudes. Ni Juan, ni los Sinópticos aclaran cuándo sucedió el milagro: si en las manos de Jesús o en las de los discípulos. Observamos que en Caná el milagro fue un cambio de calidad, agua a vino; aquí es un cambió de cantidad.Cuanto querían” (v.11) indica que hubo más que suficiente para satisfacer el apetito de todos.

En el v. 12 Juan enfatiza lo dicho en el versículo anterior al decir cuando fueron saciados, o literalmente “completamente llenos”. ¡Comieron hasta no poder más! Sólo Juan indica que fueron los discípulos los que recogieron los restos, aunque los Sinópticos afirman que fueron recogidos. Pedazos es literalmente “lo roto”, es decir “los pedazos partidos de pan”. Es interesante que el que podía multiplicar los panes y los peces se cuidaba de no perder nada, una lección para muchos en el siglo 21 que acostumbran echar a la basura montones de restos de comida que tendrían valor para otros.

El comentario en el v. 13 presenta un cuadro de una abundancia increíble. Sólo Marcos 6:43 menciona que sobraron peces. Las canastas, fabricadas de tejidos de mimbres, serían de tamaño más bien pequeño, en que las personas llevaban comida para uno o dos días de viaje. No se aclara qué hicieron con las canastas de comida.

Si eliminamos lo milagroso de este evento, como algunos procuran hacer con explicaciones ingeniosas, ¿cómo explicamos la reacción entusiasta de la multitud? (v. 14). Fueron impactados por lo que habían visto y comprobado. Decían es un verbo en el tiempo imperfecto, describiendo una acción repetida y continuada. No paraban de repetir su conclusión. El profeta, no “un profeta” cualquiera, probablemente se refiere a la profecía de Moisés (Deu_18:15) de que Dios levantaría a otro como él. Quizás la multiplicación de los panes y peces les habrá recordado del maná que Dios dio por medio de Moisés en el desierto. Esta expectativa estaba lejos del concepto del Mesías, Hijo de Dios, que Jesús reclamaba para sí.

Muchas personas, según el verbo iban, v. 15, “estaban a punto de”, indicando una acción inminente. En el primer siglo había una expectativa mesiánica, nacionalista y candente, entre los judíos que deseaban librarse del yugo romano. Su concepto del Mesías era el de una figura libertadora, un tipo de Moisés quien guio al pueblo de Dios de la esclavitud desde Egipto a la Tierra Prometida. Muchos pensaban que la multiplicación de los panes y los peces apuntaban a Jesús como el asignado para librar a Palestina del dominio romano. Procuraron forzarlo a un rol que él decididamente rechazaba. Ellos tenían la intención de “usarlo” para lograr sus propios fines.

En cambio, él vino para establecer un reino basado en una liberación espiritual, no en una política, militar y nacional. Jesús ya era rey, pero no como ellos deseaban. A medida que su identidad se aclaraba y la naturaleza de su reino se definía, el entusiasmo popular iba enfriándose.

APLICACIÓN DE LA PALABRA PARA NUESTRA VIDAS:

Hay algo imposible para Dios?:

TE PIDO ahora que tomes pocos segundos para pensar en la situación más difícil que estás pasando hoy. Si tienes la bendición de no estar pasando ninguna TE PIDO recordar entonces tu prueba más difícil. Me refiero a esa situación que parece casi imposible de resolver, que no hay retorno ni posibilidades, que todo está perdido, que tu problema no tiene solución. Para esa situación ME DIGO y TE DIGO que debemos recordar la palabras de Jesús a Marta en Juan 11:40 “Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios”? Y se lo dice a una mujer que había perdido a su hermano hacía 4 días, que como muchos sabemos luego resucitó.

Estás necesitando creer que Dios todo lo puede? Tu prueba es por salud, por conflictos de familia, por tu trabajo, una crisis espiritual?; en todo “DIOS ES NUESTRO AMPARO Y FORTALEZA”, y “ES NUESTRO PASTOR, NADA NOS FALTARA”. Debo confesarles que aún tengo algunas áreas de mi vida donde necesito creer que DIOS TIENE EL CONTROL DE TODO y que no debo resignarme ni disminuir la grandeza de Dios a mi tamaño.

“Porque nada hay imposible para Dios” le dijo el ángel Gabriel a María cuando le anunció el nacimiento de Jesús – Lucas 1:37

Pablo la tenía claro: 2 Cor.12:9

Experiencia pastor mejicano Alfonso Murguía en ciudad Juárez; México.

Porque seguís a Jesús?:

La multitud que seguía a Jesús es el anhelo de cualquier líder ambicioso de estos tiempos. Miles y miles de personas le buscaban, caminando por territorios inhóspitos, rodeando el mar, sin comida, etc.; pero con un grave error de concepto: no buscaban al Mesías, sino al hacedor de señales.

Hoy en nuestras congregaciones ocurre lo mismo con algunos hermanos: vienen a la Iglesia y al Señor, con buenas pero equivocadas intenciones. Solo le siguen porque ven lo que hace (Juan 6:2) y eso no está mal, pero no alcanza, porque “la fe viene por él oír”. Nuestros deseos deben ser espirituales, para conocer más a Dios y su Palabra, para practicar más la oración, para alcanzar más santidad proponiéndonos cada día dejar los pecados que no agradan al Señor. Ellos solo buscaban señales y la Iglesia de hoy está caminando en el mismo sentido y Jesús se lo dice (Juan 6:26 “Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis), y lo mismo nos lo dice a nosotros.

Finalmente, en Juan 6:35 les da el secreto de la relación que debemos mantener con Dios “Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”. 

Tienes hambre? Tienes sed? Jesús es la respuesta; no hay otra.

Compartir en redes sociales: