La generosidad en el siglo XXI – Parte II
Por: Carlos Amarillo
Mateo 6:22-24, Obstáculos para ser generosos, 2 Parte: El ojo bueno y el ojo malo.
PRIMER OBSTACULO EN EL CAMINO DE LA GENEROSIDAD: La riqueza que puede traer una confusión de valores, alterarlos. Valoramos y nos preocupa más lo de abajo que lo de arriba, y eso genera inestabilidad, y esto es lo primero que dice Jesús en esta escala de tres pasos, y si se trastoca el valor, el hombre es inestable.
“No hagáis tesoros”, es: No te dejés poseer por lo material, ¿Cuánta gente que es pobre que no tiene bienes materiales y sin embargo está poseída por el materialismo? Cree que si tuviera mucho, sería feliz; y tendría paz, quiere decir que él no tiene nada pero está poseído, cuando Jesús dice: No hagáis tesoros, está diciendo: No apoyés tu esperanza y tu vida en una cosa como ésta, ni pongas tu confianza en esto.
Lucas 12:15 “Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”.
El escritor L. Tolstoi (1828-1910) cuenta la historia de un siervo ruso que había sido liberado de la servidumbre. Como pago por sus fieles servicios, debía recibir toda la tierra que pudiera rodear caminando en un día. El hombre se puso en camino al rayar el alba. No descansó en todo el día, comió caminando para no perder tiempo. A medida que pasaba el día, más terreno se agregaba a las posesiones del futuro dueño. Yendo hacia el occidente, el sol dio alas a sus pasos: Este prado, esta parte del bosque, este campo todavía debían pertenecerle. Con el sol poniente llegó a su punto de partida. Una sensación de felicidad llenó su pecho cuando se dijo: – ¡Todo esto me pertenece! Entonces cayó, fulminado por un ataque al corazón. Tolstoi termina diciendo: ¡Cuán poca tierra necesita un ser humano: 1,80 metros debajo del suelo!.
El mejor día de su vida, terminó siendo el peor día de su vida.
Esta historia nos recuerda: “Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”.
Pero ¡con cuánta rapidez muchas personas olvidan esto! Trabajan de sol a sol procurando obtener riquezas. Y esto no lo hacen sólo los ávidos ambiciosos. ¡Cuántos seres humanos olvidan que inevitablemente llegará el momento en que tendrán que dejarlo todo. Lo más importante no son las posesiones terrenales sino, ante todo, poseer algo permanente y eterno. Sólo Dios puede darlo: La dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Romanos 6:23).
SEGUNDO OBSTACULO EN EL CAMINO DE LA GENEROSIDAD: Se oscurece o nubla la visión general de la vida. Mateo 6:22-23 “La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; 23 pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas”.
Dentro de las leyes judías, cada 7 años, había un año que se llamaba sabático, ese año sabático, coincidía con lo que se llamaba: Año de remisión.
¿Qué era el año de remisión? Había dentro del pueblo gente pobre y necesitada, con problemas, y tenían que tomar créditos, entre sus hermanos, por su necesidad personal, y entonces, cuando llegaba este año de remisión, en este año, se perdonaban las deudas, quiere decir, las deudas se perdonaban, en el año de remisión, entonces la ley decía: “Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle; porque él podrá clamar contra ti a Jehová, y se te contará por pecado”. Deuteronomio 15:9
Si una persona necesitada, venía a pedir dinero, y decía: Yo te lo voy a devolver, y yo calculaba y decía sí, pero falta un año para el año de remisión, ¡Que problemón! No voy a cobrar nunca. A eso se lo llamaba el mal ojo o el ojo maligno, porque cuando venía la persona, yo no era misericordioso ni generoso, SOLO CALCULISTA, si iba a cobrar o no, el ojo se había desviado, este año de remisión desviaba el ojo de la gente.
Esa gente necesitada a lo mejor eran honrados y pagadores, pero que justo le tocó un mal momento para pedir, todos los miraban pensando: Este año no se le presta a nadie.
El Señor está diciendo: Quien se apoya en las riquezas pierde sus valores, cambia su forma de ver la vida, su ojo se transforma en maligno, se oscurece la visión espiritual, es egocéntrico.
Cualquier hombre puede ser criticado más sobre asuntos de dinero que sobre cualquier otra cosa, si solo busca riquezas será un enloquecido por el dinero; si lo acumula será un avaro, si lo malgasta será un despilfarrador, si tiene dinero sin trabajar será un vividor, y si vive a expensas del trabajo de otro, será un parásito, SI LO COMPARTE CON EQUILIBRIO Y SABIDURIA SERA UN GENEROSO.
Todos los seres humanos estamos interesados de una u otra manera, en el asunto del dinero y vos podés decir mucho acerca del carácter de un hombre por su reacción al dinero.
¿Qué harías vos si recibís la noticia que vas a heredar una gran fortuna?
Hubo un hombre que recibió una herencia de 250.000 dólares, eso es una pequeña fortuna, y como esta persona era de avanzada edad y sufría del corazón, pero debían informarle lo que había heredado, pensaron que no era conveniente darle la noticia en forma súbita, así que decidieron pedirle al pastor de su iglesia donde asistía, que le diera la noticia en forma muy sutil, diplomática a fin de evitar cualquier reacción inesperada aunque completamente comprensible.
El pastor fue a visitar al anciano y pensó detenidamente cómo iba a decirle la noticia en forma sutil y diplomática, previniendo una reacción inesperada o incomprensible. Quiso presentar el asunto en forma de pregunta. Después de hablarle sobre varias cosas el pastor le hizo varias preguntas, sin mayor importancia a las que el hombre contestó simplemente; finalmente el pastor en forma casi casual le preguntó: «Hermano ¿Qué haría si recibiera una herencia de 250.000 dólares? El anciano se quedó pensativo unos segundos y luego respondió sin titubear: Pastor, los donaría a la iglesia. El pastor se desmayó.
¿Qué harías vos? Lo mismo que hoy hacés con lo poco o lo mucho que tenes.
La felicidad no depende de cuanto tengo, Jesús enseña que si uno se apoya en lo material, termina por oscurecerse la visión espiritual, y termina por oscurecerse la caridad.
Y Jesús advierte: No te apoyés en lo material, perderás la visión de la generosidad con el prójimo. Hay algo progresivo, se pierden los valores, se oscurece la visión, y será idólatra.
«Bueno» y «malo» tienen que ver con la actitud del hombre hacia las riquezas.
Los obstáculos son progresivos y van de menor a mayor, el tercer escalón descendente es (3) Los que ponen su confianza en las riquezas en lugar de confiar de todo corazón en Dios son idólatras (se somete al dios «Mamón», el dios de riquezas).
La lámpara del cuerpo es el ojo: La luz entra a través del ojo. El ojo no es el origen de la luz, sino la ventana por la cual la luz entra al cuerpo (la vida). «Ojo» es el «corazón» (ver. 21). El ojo es al cuerpo, lo que el corazón es al alma. El «ojo» tiene que ver con nuestro concepto, la perspectiva, de nuestra mayordomía de las cosas materiales.
El ojo bueno es el corazón bueno. El ojo bueno es el ojo sano. El ojo sano es el corazón sano. El que tiene «ojo bueno» tiene visión espiritual 20/20. Ve claramente. No ve «doble» no ve nublado. No ve dos imágenes del objeto, como lo hace el avaro, sino solamente una; es decir, su concepto de Dios, de la vida, del deber personal, y sobre todo del uso correcto de sus bienes materiales, es claro y correcto. Es como una ventana con sus vidrios limpios: Si el vidrio es claro y limpio, deja entrar la luz y la casa queda iluminada, no hay obstáculos para recibir la luz. No tiene astigmatismo, no es con un ojo en los tesoros terrenos y con el otro ojo dirigido orgullosamente hacia el cielo.
Es interesante comparar otros textos que usan esta misma palabra (haplous): en Mateo 6:22 se traduce «bueno»; también es sencillo y sin dobleces, como un trozo de tela extendido, y puede referirse a la liberalidad.
En 2 Corintios 8:2 es generosidad”, en 2 Corintios 11:3 es la sincera fidelidad a Cristo”, y en Efesios 6:5 se traduce como «sencillez».
El ojo bueno es el corazón bueno, generoso. Ejemplos cada uno tenía «ojo bueno»:
El samaritano:
En la iglesia primitiva Hechos 2:45; “Vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.”
Bernabé Hechos 4:36
Las iglesias de Macedonia. 2 Corintios 8:1-5,
El que tiene ojo bueno tiene sus tesoros en el cielo. Mateo 6:33, Colosenses 3:1-3.
Con el ojo bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz:
Mirarás las cosas correctamente; sabrás el camino y no tropezarás. El hombre que tiene ojo bueno sabe distinguir entre lo importante y lo que no lo es. Da prioridad a lo primero.
Serás un verdadero peregrino o viajero, un ciudadano del cielo de paso por la tierra, no un ciudadano de la tierra de paso hacia el cielo, no llevaremos mucho equipaje.
Se cuenta que en el siglo pasado, un turista americano fue a la ciudad de El Cairo, Egipto, con la finalidad de visitar a un famoso sabio. El turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco. ¿Dónde están sus muebles? preguntó el turista. Y el sabio, rápidamente, también preguntó: ¿Y dónde están los suyos…? ¿Los míos? Se sorprendió el turista, ¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!
Yo también… concluyó el sabio. «La vida en la tierra es solamente temporal… sin embargo, algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente y se olvidan de ser felices». «El valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con que suceden. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables.»
Sabrás usar bien el dinero. Entiende que debe usar el dinero para la obra de Dios, para adelantar la obra de evangelizar el mundo. Está consciente de los millones que no han oído el evangelio, y sabe que cuesta dinero enviar obreros, publicar literatura, etc. También se acuerda de los pobres y necesitados (Gálatas 2:9).
Ganarás amigos por medio de las riquezas (Lucas 16:9-13), para que cuando falten aquí te recibirán en las moradas eternas. El que tiene ojo bueno tiene su corazón iluminado. No está engañado por las riquezas. No vive con afán, Mateo 6:25-34; Filipenses 4:6; Hebreos 13:5-6.
Entenderás cuáles son las riquezas verdaderas: ¿Cuáles son? La vida, la salud, el cuerpo, la mente, el alma, la conciencia, la familia, la iglesia, el tiempo que Dios nos da para prepararnos, la verdad, la influencia, y toda bendición de Dios tanto material como espiritual; es decir, el que tiene ojo bueno tiene un concepto claro de todas estas cosas.
El ojo malo es el ojo maligno y avariento.
El ojo malo es el ojo enfermo. Es el opuesto del ojo bueno. El ojo malo no ve claramente. Ve «doble». Por ser avaro ve dos imágenes. Su concepto de Dios, de la vida, del deber personal, y sobre todo su concepto del uso correcto de sus bienes materiales es confuso y chueco (por lo tanto «malo»). Tal persona tiene «doble ánimo» (Santiago 1:8; 4:8). Tiene dos «ánimos» (dos corazones, dos afectos). Quiere ir al cielo, pero quiere acumular riquezas «para sí» aquí en la tierra (Lucas 12:15-21). ¡Una mano se extiende hacia los cielos y la otra se mete en lodo!
Tuvieron ojo malo: Giezi el siervo de Eliseo, en 2 Reyes 5; Acán en la conquista de Jericó, según Josué 7;
Todo tu cuerpo estará en tinieblas, todo lo contrario de la bendición de tener el cuerpo lleno de luz. Es hombre ciego. El egoísta (el avaro) piensa solamente en sí mismo y no en otros. Es materialista y mundano. Ama el dinero. Los fariseos eran avaros (Lucas 16:14). No podían objetivamente escuchar la enseñanza de Jesús y, por lo tanto, seguían en las tinieblas.
LECCIÓN DE LOBOS: En una marcha de lobos a través del bosque, los primeros tres de la fila son los animales más viejos o enfermos, y de esta forma ajustan y calibran el ritmo de la marcha del grupo. Si éstos caminaran al final de la fila sería un grave problema, podrían perder contacto con el resto y nadie se daría cuenta. Detrás de los primeros se ubican los cinco más fuertes y al centro los otros miembros de la manada. Al final, después de los otros cinco más fuerte y del grueso del grupo, el Lobo Alfa con mirada vigilante, controla todo.En esta posición el Lobo Alfa puede vigilar la marcha de la manada, decidir la dirección a seguir y anticiparse a los ataques de los oponentes. El grupo sigue tranquilamente el ritmo de los ancianos y el líder dá la orden que impone el espíritu de solidaridad, es decir sin dejar a nadie atrás. El verdadero sentido de la marcha no está en llegar primeros, sino llegar… juntos … y esta es la lección que todos deberíamos aprender. Los humanos, en nuestra infantil soberbia, hacemos al revés…ponemos a los más fuertes adelante y los más débiles al final. En total muestra de desconsideración, pensamos que si éstos pierden el tren de la marcha…no importa. Podemos reflexionar en consecuencia, que no siempre la naturaleza sigue la teoría de Darwin. Más bien somos nosotros los humanos, quienes solemos tomar actitudes zoológicas.
Nuestro tiempo, nuestros talentos y nuestros tesoros: Mi tarea por medio del Espíritu Santo, es enseñar esta verdad, y hoy en oración, a cada uno de ustedes que nuestro tiempo, nuestros talentos y nuestros tesoros son para devolvérselos todos al Señor Jesucristo, mi tiempo no es mi tiempo, mi tiempo es su tiempo, mis talentos no son míos son sus talentos, mis tesoros son sus tesoros, entonces, la generosidad, es la respuesta apropiada natural a personas que han sido confrontados con la gracia de Dios, yo estoy sorprendido con la gracia de Jesucristo, ¿Sabes quiénes aprecian la gracia? Aquellos que se la dan a otros, ¿Sabes quién aprecia la misericordia? Aquellos que se la dan a otros, ojo con Sgo 2:13.
Que tus ojos, tus oídos, estén abiertos a las personas a tu alrededor. Es importante que prestemos atención a las personas a las cuales Dios pone en nuestro camino.
Yo sé esto: Yo no estaría hoy acá, si no fuera por las personas que me levantaron a mi cuando yo estaba caído y en necesidad, que me ayudaron, cuando estaba dolido, que me dieron cuando tenía necesidad, entonces, yo quiero ser sensible, a las personas que Dios coloca a mi alrededor, porque puede ser que Dios las haya traído y las haya colocado en el camino de mi vida, para que yo pueda ser un mensajero de Jesús para ellos, para darles algo de comida que necesitan, o una bendición para ellos, y para enseñarles también a ellos quien y como es Jesucristo, la tarea más grande que yo tengo como líder, es desprogramar la forma en la cual pensamos al respecto de la ofrenda y la generosidad, la forma como damos.
Hechos 20:35, donde encontramos las palabras de Jesús que no fueron registradas en el evangelio, Pablo está hablando a los ancianos de Éfeso: Más bienaventurado es dar que recibir. La pregunta que yo tengo que hacerme es si realmente ¿Lo creo?
Yo creo que soy más como Jesús, cuando estoy dando y cuando estoy perdonando, que en cualquier otro momento de mi vida.
A W. Tozer un gran hombre de Dios en la presencia de Dios decía lo siguiente: Todo lo que es dado a Jesús, es inmediatamente tocado con inmortalidad, en otras palabras, es eterno, cuando está en las manos de Jesús es imperecedero, es incorruptible, y es inmediatamente tocado con inmortalidad,
La generosidad es en esencia un estilo de vida, en el cual comparto todo lo que tengo, todo lo que soy y todo lo que puedo llegar a ser, y la palabra clave es esta: Demostración de la gracia de Dios, el mundo no necesita solo una definición del evangelio, el mundo necesita una demostración del evangelio, ellos saben que es lo que significa, pero tienen que verlo vivido, hecho carne, demostrado, generosidad comienza con una prioridad de compartir el amor y el corazón de Dios, como comprendemos el rol de la generosidad en nuestra propia vida, nuestra comunidad, definen con mejor exactitud nuestra fe y nuestra comprensión del evangelio más que cualquier otra cosa en la vida cristiana.
Evitemos el peligro de que la iglesia de Dios se vuelva tacaña. Cuando Jesús el Cristo es el Dador, vino a esta tierra para dar, murió dando, y la iglesia muchas cosas, pero lo principal es demostrar el carácter dador de Dios.
“Generosidad contagiosa”, libro de Wheeler y Shepperd, tiene una parrafo: “No hay status quo en la iglesia, la iglesia se está acercando a, o alejando de ser una iglesia generosa, o estamos liderando a nuestra congregación hacia una vida de generosidad, o estamos guiándoles en el camino del egoísmo, una cultura generosa en la iglesia, debe ser intencional y conscientemente, influenciando la comunidad, con el amor y el corazón de Dios”. “La generosidad comienza con lo que tengo, no con lo que no tengo”. La avaricia, la codicia, es una enfermedad del corazón, pero generosidad es una transformación del corazón, por lo tanto, nadie va a poder ser un dador generoso hasta que Dios no cambie y transforme tu corazón, porque en la esencia, en el centro mismo del ser humano está el egoísmo, por naturaleza soy egoísta, pero tengo una nueva naturaleza ahora, Dios me cambió, eso fue lo que El hizo cuando me salvó, ahora soy una nueva criatura, las cosas viejas pasaron, y he aquí, son todas hechas nuevas.
Bibliografía: Comentarios del Pastor Salvador Dellutri en Los Grandes Temas, (Sermón del Monte), Pastor Adrián Rogers en El Amor que Vale, Libro “Generosidad Contagiosa”, citas o ejemplos varios de varios lugares, Ministerio ICR Internacional, Una cultura de generosidad (Pastor Tim), artículo de Internet comentando Mateo 6:22-23, etc.