Las 7 leyes de la insuficiencia
Por: Carlos Amarillo
Las siete leyes del “no puedo” o de la insuficiencia
Al leer 2 Corintios nos damos cuenta de que es la más personal y emocional de sus cartas; no es posible entender 2 Corintios sin tener en cuenta sus antecedentes
El apóstol había sido considerado como la escoria de la tierra por la clase intelectual de Corinto, que amaba la filosofía y la sabiduría de las palabras de los hombres. Despreciaban a este viajero, campesino de Judea. Pablo no gozaba de ninguna reputación ni evidencia de riqueza, o influencia. Pero a pesar de esto, antes de marcharse consiguió conmover a la ciudad y establecer una iglesia. Era una ciudad decadente, entregada a la inmoralidad, y el evangelio que él predicó sigue vigente aunque la ciudad luego fue destruida.
Una vez que Pablo hubo establecido la iglesia allí trabajando con gran esfuerzo en la ciudad durante casi dos años, se fue a la ciudad de Éfeso, (Turquía, Asia) y desde allí escribió su primera carta, cuyo propósito era el de resolver algunas de las divisiones que se habían producido en la iglesia de Corinto así como ciertas irregularidades y escándalos, uno de los peores grupos era el que decía ser de Cristo, ¿Por qué? Porque era un partido judío que contaminó la pureza del mensaje cristiano, cosa que se resuelve cuando escribe otra carta que no se ha conservado.
Eran judaizantes, considerándose a sí mismos como los verdaderos seguidores de la Ley y llamándose a sí mismos «el partido de Cristo”
¿Era grave? SI!!!! Era un evangelio falsificado y enseñaban a la gente que era preciso que observasen la Ley de Moisés, diciéndoles que los grandes temas de la gracia de Dios no eran el evangelio cristiano exacto y auténtico, y que era preciso que se circuncidasen y que cumpliesen otros requisitos de la Ley,
Luego de una carta, perdida anterior a 2 Corintios que fue dura y mordaz pero fue EFICAZ y la mayoría de los cristianos corintios se habían arrepentido de haber rechazado su ministerio, y habían comenzado de nuevo a vivir la vida en Jesucristo. Sin embargo, una minoría seguía rebelándose en contra de la autoridad del apóstol.
Los primeros cinco capítulos, en especial, son una maravillosa explicación de lo que debiera ser el ministerio dentro de la iglesia, porque no había entendido las verdaderas funciones de los ministros de Jesucristo. Con esta clave, nos es posible entender el motivo por qué Pablo se sentía tan preocupado, ansioso y el porqué de sus lágrimas.
En estos primeros capítulos, nos encontramos con una impresionante declaración de cómo debiera ser el ministerio. Como dice Pablo en 2 Corintios 3, por ejemplo, no se trata del ministerio del antiguo pacto, sino del nuevo. En otras palabras, el mensaje no es la exigencia de la ley sobre las personas, obligándolas a someterse a ciertas normas y reglamentos. Cuando el Cristianismo se convierte en eso, siempre es algo sumamente peligroso, mortífero y paralizante. Por desgracia, en eso es en lo que se ha convertido precisamente entre muchos. Entonces no se trata ya de seguir a un Señor que mora en el interior de la persona, sino de la simple y severa determinación a intentar cumplir ciertas normas y reglamentos, exigencias que se hacen conforme a la carne. Como dice Pablo acerca de ese antiguo pacto, del cual los Diez Mandamientos son un ejemplo, nos pide y nos exige el cumplimiento sin ir acompañado de la dinámica necesaria para cumplirlos, siendo siempre un ministerio de muerte. «La letra mata” nos dice, «pero el Espíritu vivifica”.
2 Corintios 3:1-6 “¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? 2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; 3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. 4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 5 no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, 6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, más el espíritu vivifica”.
¿Nunca pensaste que la insuficiencia o incompetencia puede traernos bendición? El hecho de tener miedo al fracaso, declararnos incapaces, porque ¿cómo hacer algo si soy incapaz? Pablo había predicado en Corinto, y la gente se había salvado, y se había transformado en las credenciales de su ministerio. Pero ahora llegan los judaizantes que incorporan a la fe, las demandas de la ley de Moisés, y sus credenciales o documentos los traen de Jerusalén, por eso luego iba a escribir la carta a los Gálatas.
El ministerio genuino no se mide por lo grande o lo profundo, lo rico o lo vasto que es, sino viendo la transformación de las vidas (2 Corintios 3:1-6). La vida de esos creyentes eran las credenciales de Pablo. La ley de Moisés hacía al hombre consciente de su pecado, y la necesidad de salvación, pero no lo salvaba. Ver especialmente el verso 5. Hay cinco evangelios: Mateo, Marcos, Lucas, Juan y vos (si sos creyente). La mayoría de la gente no lee los primeros cuatro, pero lee el tuyo. ¿Qué es lo que está leyendo? Si lee correctamente en vos, podrá leer los otros cuatro. Veamos ahora:
EL DIOS QUE TODO LO PUEDE: PROVEE PERDON AL CULPABLE, SALVACION AL PECADOR, PAZ AL ATRIBULADO, AMOR PARA EL QUE ESTÁ SOLO, REPOSO AL CANSADO, GOZO AL TRISTE Y FORTALEZA AL DEBIL.
Hay dos parábolas que son diferentes a casi todas las otras, porque son contrastes y no comparaciones. En Lucas 11:5-10 se pone de relieve a un amigo insensible que no se parece en nada al Dios compasivo, al cual Cristo nos enseñó a llamar Padre. Y el Juez vanidoso y antipático de Lucas 18:1-8, es aún menos parecido al amoroso Dios que Cristo nos ha dado a conocer. El amigo en una, y el juez en otra son PERSONAJES OPUESTOS A DIOS. Jesús emplea estos dos desabridos personajes de manera semejante a un joyero que extiende el terciopelo negro para exhibir sus diamantes. La crueldad de ellos no hace más que destacar la bondad de Él. Estas dos parábolas no sugieren que Dios puede ser influido o manipulado por nuestras oraciones obstinadas y porfiadas. Tampoco están para enseñarnos a convencerlo de que nos bendiga, porque ya ha dicho: “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino” (Lucas 12:32). Tampoco la oración tiene como propósito informarle de lo que son nuestras necesidades, “…porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis” (Mateo 6:8). En estas parábolas somos animados a confiar en la bondad de Dios. ¡Si estos dos corazones endurecidos pueden responder a la necesidad humana, como habíamos de atrevernos a dudar de la buena disposición de Dios!
Existen alrededor nuestro, tres grupos bien diferenciados, los que dicen:
a) No queremos,
b) No sabemos y
c) No podemos.
El no querer puede ser resuelto con el cambio de actitud (Filipenses 2:5). El no saber, puede ser resuelto teniendo disposición de alumno.
Para derribar la barrera de fe, que nos lleva a decir que no podemos lograrlo, veamos las 7 leyes del “no puedo” o de la “insuficiencia” basados 2 Corintios 3:1-6.
1) El “no puedo” nos empuja hacia Dios. Es cuando llegamos al punto de que no lo podemos hacer, no lo podemos resistir, es porque está más allá de nuestras fuerzas. Las imposibilidades del hombre, son las posibilidades de Dios. Allí debemos clamar: ¡Señor te necesito! ¡Señor, ya no puedo! Todo lo que me acerque o empuje a Dios es bueno. (Salmo 63:1,7-8).
Recuerden la historia de Moisés frente al mar, y a sus espaldas el ejército más poderoso de la tierra, pero ellos no pudieron con el brazo de Dios. A Josué se le vino abajo toda la estantería cuando el río Jordán no se podía cruzar. ¿Y Pedro? Después de caminar sobre el agua, el agua caminó sobre Pedro, hasta que la dificultad le llevó a decir: “¡Señor, sálvame!” (Mateo 14:30) Recordemos el testimonio de nuestra iglesia, en el año 1997, cuando no teníamos recursos suficientes para adquirir nuestro templo y el que teníamos nos quedaba chico y con peligro de clausura por causa de no tener la puerta de emergencia. ¡Pero bendito “no puedo! Porque Dios se ocupó de lo que nosotros no podíamos. El rey Ezequías, frente al ejército asirio, eran 185 mil soldados enemigos.
2) El “no puedo” me libera de hacer la voluntad de Dios con mi propia fuerza. Debemos entender que no es responsabilidad nuestra la vida cristiana. En muchas etapas de la misma, nos hemos forzado a vivirla a nuestra manera y no hemos logrado nada más que fracasos. ¿Quién puede perdonar a un enemigo y amarlo? Fallamos y fallamos. Algunas veces hemos sido “ayudados” por cristianos e iglesias legalistas, que han exigido en su propio nombre altos niveles de conducta y testimonio, y nos hemos empeñado en hacerlo a “nuestro modo”. Siempre debemos recordar Romanos 7, Lo que Pablo quería hacer y no hacía, y lo que no quería hacer y terminaba haciendo, eso era cuando era Saulo de Tarso y no era cristiano.
¿Qué significa para vos “andar en el Espíritu”, según Gálatas 5:16?
EL DIOS QUE TODO LO PUEDE: PROVEE PERDON AL CULPABLE, SALVACION AL PECADOR, PAZ AL ATRIBULADO, AMOR PARA EL QUE ESTÁ SOLO, REPOSO AL CANSADO, GOZO AL TRISTE Y FORTALEZA AL DEBIL.
3) El “no puedo” me lleva a vivir en el poder del Espíritu Santo. No puedo salvarme a mí mismo, porque soy salvo por gracia. No puedo orar por mis propios méritos, el Señor nos enseñó a pedir en Su Nombre. No puedo entender las Escrituras sin tener la guía del Espíritu Santo. No puedo dirigir mi vida sabiamente. No puedo hacer lo que Dios me ordenó. No puedo conocer la verdad, ajeno a la obra del Espíritu. Esto me lleva permanentemente a depender del Espíritu, rindiendo el control de mi vida al Espíritu Santo, permitiéndole que me capacite, y que me de poder para hacer lo que Él me ha ordenado, y que de otra manera no puedo hacer (Filipenses 2:13, Efesios 5:18, Juan 16:8, Hechos 1:8).
4) El “no puedo” da lugar a Dios para hacer mucho con tan poco. Cuando tuvo lugar la multiplicación de los panes y los peces, se alimentaron milagrosamente 5.000 varones y otro tanto de mujeres y niños. ¡Qué día de “no puedo”, de gloriosa insuficiencia! Había tan sólo 5 panes y 2 peces. ¡Era muy poco! En Lucas 9:13, los discípulos dicen: “No tenemos más que cinco panes y dos pescados…”, es decir, “no podemos” hacernos cargo de este problema.
Fue la ocasión donde el Padre pudo demostrar su poder. Lo mucho que pudo hacerse con tan poco. Si recordamos la historia de Moisés, él reconocía toda su insuficiencia, ya que preguntaba ¿Quién soy yo? Yo no sé hablar, ¿Qué voy a decir? etc. Pero él fue enviado a la corte del Faraón, la primera potencia mundial de aquel tiempo. Dios busca a hombres y mujeres que estén dispuestos a inclinar su corazón y rodillas, que digan: “Envíame a mí”.
Cuando Jesús escogió a los doce apóstoles, los sacó de lugares tan diversos que no podríamos esperar mucho de ellos, luego se diría de esta gente que eran del vulgo y sin letras. Él está esperando demostrar cuanto podemos hacer, cuando declaramos nuestra insuficiencia.
Es ventaja y no riesgo (1 Corintios 1:26-29).
“Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia”.
En la biografía literaria de Wilberforce se destaca un acontecimiento en particular que cambió la vida del joven congresista para siempre, lamentablemente omitido en la película. En 1784, William Wilberforce decidió salir de vacaciones a las costas francesas e italianas, al ser un largo viaje decidió ir acompañado. Invitó a Isaac Milner, quien era profesor Lucasiano en Cambridge, cargo que ostentó Isaac Newton y hace poco Stephen Hawking. No es una exageración decir que esa cátedra académica lo ostentan los hombres más inteligentes del mundo. Milner era un metodista, en esa época los metodistas eran vistos como fanáticos religiosos dado su fervor cristiano. Wilberforce no sabía que Milner era metodista, lo invitó por su cargo académico, pero camino a los Alpes discutiendo con Milner sobre la fe el joven Wilberforce se dio cuenta que aquello que consideraba exagerado e incierto sobre el cristianismo era realmente verdad. Al terminar sus vacaciones, él dejó de asistir al congreso por varias semanas, cayó en profunda depresión porque se chocó con la dura realidad de haber estado viviendo para sí mismo, para su propia gloria, ignorando la verdad de Dios y su Gloria. William Wilberforce describió este suceso como “el Gran Cambio” y después que se compuso decidió renunciar a los cinco clubs sociales que asistía tan frecuentemente y se resolvió a buscar consejo con un viejo amigo Pastor de su adolescencia, John Newton. Le compartió el dilema en el cual se encontraba al darse cuenta que nada parecía tener sentido sino fuera servir a Dios, a lo cual replicó el Pastor Newton si estaba considerando el camino de solitud (consagración), léase el servicio consagrado al Señor en ministerio. Después de discutir un tiempo el Pastor Newton le recordó, “quien sabe si para estos momentos estás en el Parlamento”. Le instó a buscar y vivir para la Gloria de Dios allí donde fue plantado. William Wilberforce no sabía cómo podía vivir su vida política para la Gloria de Dios, entonces se dio cuenta que las batallas espirituales por la verdad en el plano político también es una forma de servir para la Gloria de Dios. Se resolvió entonces a escribir en su diario las palabras que una vez encarnadas verdaderamente alteraron el curso de la civilización occidental:
“Mi Dios Todopoderoso – escribió – ha puesto delante de mí dos grandes objetivos: Suprimir la trata de esclavos y reformar la costumbre.”
En ese momento se resolvió a emprender la larga lucha para abolir el comercio de esclavos y eventualmente la esclavitud (1833), triunfo que pudo saborear tres días antes de su muerte. El amigo Pastor John Newton le compartió una canción que había compuesto para que lo pudiera entonar en sus mítines políticos y cuando vaya a las iglesias cristianas para recoger apoyo en esta noble misión. Esa canción es el famoso himno “Sublime Gracia”. Entonces William Wilberforce empezó la gran batalla para que se reconociera que toda persona tiene una dignidad inherente porque refleja la imagen y semejanza de Dios, no tiene un precio sino un valor incalculable.
Es admirable la labor de líderes mundiales conocidos, que llegaron bien lejos, cuando desde el punto de vista humano no podían hacerlo (Dwight Moody, Billy Graham, etc.)
Cuando comenzó la obra de esta iglesia, éramos 30, muy pocos con nada, o con mucho con Dios de nuestro lado. Cuando Jesús llamó a los 12, no eran de lo mejor que había, pero fueron moldeados por el Gran Maestro.
EL DIOS QUE TODO LO PUEDE: PROVEE PERDON AL CULPABLE, SALVACION AL PECADOR, PAZ AL ATRIBULADO, AMOR PARA EL QUE ESTÁ SOLO, REPOSO AL CANSADO, GOZO AL TRISTE Y FORTALEZA AL DEBIL.
5) El “no puedo” libera a Dios para llevarnos al máximo de nuestro potencial. Santiago 4:6, dice: “Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes”. Si vivimos nuestra vida buscando la aceptación, el elogio y la aprobación de los demás, ya Dios no nos puede usar más. Nadie puede decir que es muy competente para vivir la vida cristiana, porque esto es una mentira (Mateo 23:5, 25:21-23 y 2 Corintios 3:1-6).
Un famoso violinista quien frente a una vasta audiencia, tocó su violín en forma magistral, cuando terminó su concierto, abandonó el escenario, la audiencia de pie le aplaudía fervorosamente, y tras las cortinas del escenario, le dijeron al violinista: “Regrese al escenario, escuche como aplaude la gente, todo el mundo está de pie”, y el violinista, con un tono de tristeza dijo: No todo el mundo está de pie, ¿Ven a ese hombre que permanece sentado si aplaudir en la tercera fila? Es mi profesor de violín, amigo, no tiene ninguna importancia cuanta gente le aplauda, sino usted complace a Jesús, ¿Qué importa que todo el mundo le aplauda? En cambio, sí Jesús su Maestro, se complace en usted, y le aplaude ¿Qué importa que todo el mundo no lo haga?
6) El “no puedo” permite que Dios reciba toda la gloria por Su trabajo. Cuando Jesús sanó a 10 leprosos en Lucas 17:11-19, los envió a presentarse al sacerdote, para ser admitidos como parte de la ciudadanía, luego volvió uno solo a Jesús, y por eso Él pregunta: “¿No son diez los que fueron limpiados? ¿Y los nueve dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?” El samaritano había vuelto a los gritos, glorificando a Dios, y agradecido se postró en tierra.
EL DIOS QUE TODO LO PUEDE: PROVEE PERDON AL CULPABLE, SALVACION AL PECADOR, PAZ AL ATRIBULADO, AMOR PARA EL QUE ESTÁ SOLO, REPOSO AL CANSADO, GOZO AL TRISTE Y FORTALEZA AL DEBIL.
7) El “no puedo” me posibilita a vivir en quietud de espíritu y contentamiento. Dejá de luchar y viví lo que dice el Salmo 46:10 “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra”. La insuficiencia es la sensación de ser incompetente y es muy provechosa. La insuficiencia es fantástica.
¿Cómo logramos que lo negativo se transforme en algo positivo?
* Admita su insuficiencia. Soy incapaz de resolver este problema, esta relación quebrada, la educación de mis hijos, esta situación con mi salud, cuidar a un nuevo cristiano, etc.
* Por la fe pida la suficiencia de Dios, y que Cristo lo habilite para hacer el trabajo. Fili 4:19.
* De el paso y acepte el reto que le ha sido lanzado. Pablo fue un intrépido, se apropió de la fuerza que Dios le proporcionó (Gálatas 2:20). Con El puedo enfrentar toda dificultad (Fil 4:13).
Mis “no puedo” son:
No puedo incrementar la eficacia de la iglesia, ni el compromiso de los hermanos.
No puedo incrementar la santidad en mí, ni en otros.
No puedo crear amor por los perdidos ni crear pasión por transmitir el evangelio.
No puedo crear obediencia, ni generar fidelidad en los hermanos a los grupos familiares o células.
No puedo hacer que los hermanos valoren como se debe el día del Señor.
No puedo hacer que algunos dejen sus amarguras, y que perdonen las ofensas de otros.
No puedo hacer que personas que no estén sirviendo a Dios lo hagan.
No puedo involucrar a otros en la tarea misionera, ni hacer que mis hijos obedezcan a Dios.
No puedo hacer que la gente se convierta.
PERO SI DIOS PUEDE:
Dios puede incrementar la eficacia de la iglesia, y la rendición a El de los hermanos.
Dios puede incrementar la santidad en mí, y en otros.
Dios puede crear amor por los perdidos en mí y en otros, crear pasión por transmitir el evangelio.
Dios puede crear obediencia y generar fidelidad en los hermanos a las células o núcleos.
Dios puede hacer que los hermanos valoren como se debe el día del Señor.
Dios puede hacer que algunos dejen sus amarguras y que perdonen las ofensas de otros.
Dios puede hacer que personas que no le estén sirviendo lo hagan.
Dios puede involucrar a otros en la bendita tarea misionera que los hijos obedezcan a sus padres.
Dios puede hacer que la gente se convierta
DIOS SI PUEDE, DIOS SI PUEDE, DIOS SI PUEDE, DIOS SI PUEDE.
Dice Gerardo Ferace: En reino animal, los animales que tienen caparazón, no tienen esqueleto, es decir, como no tienen una estructura interna que los sostenga, necesitan un caparazón externo que los proteja, como por ejemplo el caracol, o la tortuga, tienen un caparazón que los protege de las amenazas y los peligros del mundo externo, pero, los que tienen esqueleto, están en cuero vivo, están a la intemperie, están expuestos a los rasguños, a los magullones, a los golpes, y a las amenazas del mundo que las rodea.
Y creo que es importante que recordemos, que la fe no es un caparazón, no debemos concebir la fe en Dios, como un caparazón que nos va a inmunizar, y nos va a proteger como en una burbuja, de la realidad en la que vivimos; la realidad es que vivimos en un mundo que gime, que vivimos en un mundo caído, que este no es el mundo que Dios había diseñado para el hombre, pero todos por igual estamos expuestos a los mismos peligros, a las mismas plagas, a los mismos desastres ecológicos, a las mismas enfermedades.
La fe no es un caparazón, pero si es un esqueleto, es una estructura interna que nos ayuda a poder permanecer de píe, aun en medio de las crisis, y creo que en este momento debemos afirmarnos en esta realidad, de saber que Dios no nos deja solos en ningún momento de nuestra vida, que aun cuando atravesemos valles de sombra de muerte, él va a estar con nosotros; aun cuando estemos en procesos de crisis y de dolor y de gemidos, El gime con nosotros, saber que todas las cosas que Dios permita, ayudan para nuestro bien.
Frente a la incapacidad al no puedo, Dios está en nosotros los cristianos y junto también, y el apóstol Pablo dice en Romanos 26, “Y de igual manera”, es decir, casi en sentido directamente proporcional a nuestra experiencia de necesidad de auxilio, o dolor, de la misma manera, “el Espíritu Santo nos ayuda” Romanos 8:26 “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”.
Debilidad es también impotencia e incapacidad, Dios no nos deja solos, ¿Qué hace? Él nos ayuda, ¿Y por qué necesitamos que nos ayude? Hay 2 razones en el verso 26, una razón es que somos débiles e ignorantes.
Versículo 26 nos ayuda en nuestra debilidad es decir, no podemos todo, somos débiles; no sabemos todo somos ignorantes, dice: Porque no sabemos pedir como conviene.
Y en estos días difíciles la primera cosa que ha sido resaltada es nuestra fragilidad e incompetencia, no lo podemos todo.
¿Y qué es lo que sabemos? Bueno lo único que podemos saber en medio de todo esto, es lo que ahora él va a decir en el versículo 28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.
Sean las cosas buenas o las malas que nos sucedan (Romanos 8:32 y 37), todas las cosas ayudan a bien, y esa palabra “ayudan”, es en griego la palabra sinergía, y sinergia, que es un término muy usado en la física y en la química refleja un fenómeno, por el cual los elementos que por si tienen una capacidad innata, pueden potenciar su capacidad, al ser unidos a otros elementos.
Vos tenes ladrillos, arena, cemento, madera, hierro, con un arquitecto, con un constructor, en un período de tiempo y combinados podes construir una hermosa casa, ¿Qué hubo? Sinergia. Un ser humano como yo, sin poder, pero unido a la persona de Dios y su poder, habrá grandes logros donde la gloria de ese logro será de Dios.