4 enero, 2015

Lo que Dios quiere para el 2015


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Muchas personas se preguntan a pocos días del año nuevo qué será de su futuro en este año 2015. En los distintos países del mundo hay costumbres vinculadas al año nuevo, por ejemplo en España un canal de TV antes del año nuevo transmite desde la Puerta del Sol de Madrid, las doce campanadas que a partir de las doce en punto sonarán y según la costumbre se comerán las 12 uvas, una por cada campanazo, todo acompañado de un deseo de prosperidad. En Estados Unidos, cada año, se gastan más de 100 millones de dólares solamente en la astrología, tratando de saber lo que habrá en su futuro, otros regalan ropa interior, siempre invocando mejores días. Hay muchas supersticiones en torno al año nuevo. Por ejemplo, algunas personas creen que uno debe de pasear sus valijas por el barrio el primer día del año, porque de esta manera podrá asegurarse de hacer un viaje durante el año. Otros tiran a la calle cualquier cantidad de cosas que ya no sirven, buscando tirar de sus hogares todo lo viejo para recibir lo nuevo. Para el cristiano la pregunta más importante es ésta: ¿Cuál es la voluntad de Dios para mí este año? ¿Qué es lo que Dios quiere para vos? ¡No encontrarás la respuesta en la astrología, ni en los adivinos! La única forma de saber lo que Dios quiere para vos es por medio de su carta de amor para nosotros, el mejor manual de conducta práctica: Su Palabra. Hoy vamos a considerar esta pregunta: ¿Qué quiere Dios para mí este año?

1) Dios quiere que cada día de 2015 vivás mejor. Leamos 1 Tesalonicenses 4:3 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; Proverbios 4:18 dice: “Mas la senda de los juntos es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto”.

Lo dice muy claramente el verso 3: «La voluntad de Dios es que sean santificados». Pero, ¿qué significa la santificación? Dios quiere que seamos santificados. Esta es su voluntad para nosotros. ¿Que significa la santificación? En la antigua liturgia hebrea, había cosas dedicadas al uso exclusivo de Dios dentro del templo. Había utensilios, por ejemplo, que sólo se podían usar como parte del sistema de sacrificios. Había también ropa especial para los sacerdotes. Estas cosas habían sido santificadas – es decir, estaban separadas para el uso exclusivo de Dios. No se podían usar para otros fines. Ningún sacerdote, después de servir en el templo con su ropa especial, se iría a trabajar en el jardín sin cambiarse primero. Tampoco se llevaría los utensilios del templo para usarlos en el mercado. ¡Sería inaudito! Hoy en día, los utensilios santificados de Dios somos vos y yo. Así como esos utensilios del templo, si queremos serle útiles a Dios, tenemos que mantenernos limpios y puros. No podemos estar llenos de mugre y de lodo si queremos que Dios nos use. La santificación se expresa en una vida de separación. Hubo una iglesia en tiempos del Nuevo Testamento que no comprendió este concepto. Es la iglesia de Laodicea. Podés leer acerca de esta iglesia en Apocalipsis 3:14-21: “Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: 15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojala fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. 19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. 21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. Cuando Jesús le habló a esta iglesia, la describió como una iglesia tibia – ni fría ni caliente. El agua fría sirve para refrescarse, mientras que el agua caliente puede servir para bañarse o para hacer té o café. El agua tibia, en cambio, no sirve para nada; da asco. Por esto, Jesús también le dijo a esta iglesia que El estaba a punto de escupirla de su boca. Ahora, consideremos esto: ¿Cómo se vuelve tibia el agua? Si dejamos una taza de café en la mesa, ¿cómo se pone tibia? ¿Saben cómo? Se pone tibia porque adopta la temperatura de su ambiente. De igual forma, un vaso de agua fría, después de un tiempo, se entibia porque toma la temperatura del aire que lo rodea. Sólo se podría evitar este problema aislando la bebida – sea caliente o fría – de su ambiente. Esto es lo que hacemos cuando lo ponemos en un termo o en una heladera. Es necesario aislarlo para que mantenga la temperatura. Si nosotros queremos mantener el calor de nuestra relación con Cristo, si queremos serle útiles y no entibiarnos, también tenemos que aprender a aislarnos de las cosas que nos entibian. Esto es lo que significa la santificación: La separación del pecado y de la mundanalidad. ¿Cómo podemos vivir santificados? Dios no nos está llamando a aislarnos. Pero sí nos está llamando a filtrar lo que entra a nuestro hogar, familia, y a nuestra mente. Quizás no nos esté llamando a deshacernos de nuestro televisor, o nuestro celular o nuestra computadora, pero sí nos está llamando a tener cuidado con lo que vemos en ellos. Si nos dejarnos llevar por las influencias de nuestra cultura – con su violencia, sexualidad e irreverencia – nos volveremos tibios. ¡Esto no es lo que Dios quiere para nosotros! ¿Qué acciones debés de tomar para vivir en la santidad que Dios desea para vos y tu familia? ¿Qué deberás cambiar hoy para poder vivir en la santidad que Dios desea para vos? ¡Dios quiere que vivás mejor en el 2015!

Por eso: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay algún camino de perversidad, Y guíame por el camino eterno”. Cuando comienza el Salmo, David dice: “Señor, Tú me has examinado y conocido” y cuando llega al final dice: Señor examíname, yo sé que me has examinado y conocido, pero te invito a continuar, a seguir hurgando dentro de mi corazón, a analizar mis pensamientos, a revelar mis perversidades, con un solo objetivo: quiero ser guiado por el camino eterno. Señor prueba y conoce mis pensamientos, revisa la mente, si hay en mí camino de perversidad, revisa mi vida, yo puedo analizar y ver hasta cierto punto, pero la base de la conducta que está en el pensamiento del hombre, en el ser interior del hombre, solo Dios la puede controlar, y guíame por el camino eterno. David estaba buscando en este salmo la integridad, ser honesto con Dios, ser honesto con mi prójimo, ser honesto con mi mismo; lo contrario, la hipocresía, vivir la contradicción entre lo que pensamos y lo que somos, vivir la contradicción entre lo que decimos y hacemos, una grave enfermedad espiritual, pero él estaba buscando un destino glorioso, y cuando buscamos un destino glorioso, tenemos que decir: Señor, examina mi corazón. Si Salomón hubiera hecho esta oración a lo mejor no se inclinaba ante los ídolos, al principio de su vida quiso ser mejor, y para eso pidió sabiduría, y Dios se la concedió, pero un momento de su vida decidió no ser mejor, y comenzó la claudicación; si Judas hubiera hecho esta oración, a lo mejor no traicionaba. Esta es una gran oración, es la oración de aquel que quiere terminar su carrera con gozo. Señor Examina mi corazón porque yo no me entiendo, no puedo llegar hasta las profundidades de mi alma, no puedo entender los abismos misteriosos pero tú si me entiendes soy un enigma para mí mismo; pero Señor tú me conoces, Señor examina mi corazón.

 

2) Dios quiere que cada día de 2015 hagás lo mejor por otros: Que compartás tu fe, que estés pendiente de las necesidades de otros, que seas servicial, que otros te importen, es un buen samaritano. Un periodista entrevistó a Mahatma Gandhi y le preguntó: “¿Cómo hizo usted para expulsar a los ingleses de la India sin disparar ni un solo tiro? ¿En qué se inspiró? El no dijo: En la meditación trascendental, ni la Nueva Era, ni en los dioses de la India, ni ninguna de las viejas y mohosas novedades que hoy se venden con envoltorio nuevo. El dijo: “Yo aprendí la resistencia pasiva en el Sermón del Monte de Jesús de Nazaret”. Y el periodista volvió a preguntar: “Pero Mahatma, ¿Y entonces por qué usted nunca se hizo cristiano? Y él respondió: “Porque los cristianos no practican el Sermón del Monte”. El Dr. Kimball escribió un libro: “Jesús los convence, pero la iglesia no”. HAY QUE CAMBIAR ESTA HISTORIA POR OTRA: “Jesús los convence, y la iglesia también”. Debemos dejar de actuar como cristianos y vivir como cristianos. Hay un artículo que leí en un periódico cristiano cuyo título es: “Las apariencias engañan, la esencia no”, (de C. Caine), y allí tiene un concepto muy bueno: Cuando los dones del Espíritu son más importantes que el fruto del Espíritu se desmorona la vida cristiana y de debilita todo testimonio. Cuando el fruto del Espíritu es más importante que los dones (sin descuidar a éstos) se edifican las vidas y la iglesia crece. Cada uno debe amar a Dios con todo el corazón, la mente, el alma y las fuerzas. EL AMOR DEBE MOTORIZAR CADA ORACION QUE ELEVAMOS, CADA PALABRA QUE PRONUNCIAMOS, CADA ENCUENTRO QUE CONCRETAMOS, CASA PENSAMIENTO QUE ELABORAMOS, Y CADA ACCIÓN QUE REALIZAMOS.

Lucas 16:9 dice: “Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas”. Con todo el pecado que hay en el mundo actual, ¿por qué no ha regresado Jesús aún para poner fin a tanta violencia y tanta maldad? Hay una razón: Porque Dios no quiere que nadie se pierda. «La vida contiene muchas opciones; la eternidad, sólo dos. ¿Cuál es tu elección?» La gran mayoría de la gente cree en el cielo, pero sólo una minoría cree en el infierno. Jesús habló más del infierno que del cielo. El mismo dijo: «No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma. Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.» (Mateo 10:28) Pero ¡Dios no puede salvar a la gente en contra de tu voluntad! No habrá nadie en el cielo que no quiera estar allí. El no quiere salvar a nadie si no se arrepiente de su pecado y confía en Él.

Dios no puede salvar a nadie si ese alguien ama más a su pecado que a Cristo. Si ese alguien prefiere su propio camino al camino de la cruz, si ese alguien confía más en su propia sabiduría que en la sabiduría suya. Es la decisión más importante que puede tomar una persona en su vida – la decisión de aceptar a Cristo.

3) Dios quiere que cada día de 2015 des lo mejor: Cada persona posee un mecanismo interior, algo parecido a un “control de calidad”, esto es, un anhelo por la excelencia que no lo deja. Cuando nos pasamos de la raya, esto es el síndrome del perfeccionismo. Lo triste es cuando nos vamos para el otro extremo y nada nos importa. En Malaquías 1:6, tenemos una demanda de Dios a su pueblo que entre una palabra y otra le preguntan los sacerdotes a Dios, ¿Qué hicimos mal? Dios les está diciendo: saben las leyes de los sacrificios, y saben que tienen que seleccionar al cordero mejor, al más valioso, y al más preciado, para ofrecerlo a Dios. Ellos en lugar de hacer esto, van a los campos y “pasan por alto” a las mejores ovejas del rebaño y buscan al animal enfermo, cojo y ciego, y eso le ofrecen a Dios. Hay un conformismo diciendo tácitamente: ¡Será suficiente, total es para Dios! Dios les está diciendo: No se molesten en hacer esto, NO SIRVE DE NADA. NO PIERDAN TIEMPO, NO QUIERO CORDEROS ENFERMOS: O TRAEN LO MEJOR O NO TRAEN NADA. Ahora pensá: en tu trabajo, y en especial el cristiano, tu servicio, CADA COSA NECESITA SER TU MEJOR CORDERO, TU MEJOR OFRENDA. No se trata de ser perfeccionista, porque esto desagrada a Dios y te enferma a vos. DEMOS SIEMPRE LO MEJOR DE NOSOTROS EN ESTE NUEVO AÑO. BUSQUEMOS LA EXCELENCIA, PORQUE ES LA EXCELENCIA LO QUE AGRADA Y HONRA A DIOS.

4) Dios quiere que cada día de 2015 pensés lo mejor: Uno de los grandes obstáculos que enfrentamos en la vida es el miedo a lo desconocido. Queremos saber por adelantado que va a pasar y donde vamos a estar. Sin embargo lo único que nos puede dar seguridad frente al incierto futuro, es que Dios esté con nosotros y que esté al mando. Cuando ocurrió el episodio frente al Monte Sinaí del becerro de oro, un hecho grave de idolatría, hacía poco que habían inaugurado un nuevo tiempo, tal vez pocos meses (creo que tres) y semejante claudicación. En Éxodo 33 a renglón seguido de ese aberrante hecho, Dios le dice a Moisés que los enviará en el nuevo camino con la presencia de el ángel (Éxodo 33:2), pero le aclara que Dios no irá (Éxodo 33:3). Ahora pensemos: iban a lograr las mismas cosas con el ángel que con Dios. ¿Dónde está la diferencia? El ángel daría: Protección y provisión generosa, Dios también, pero lo que necesitamos es la aprobación de Dios. La negación de Dios a ir con ellos era una señal de desaprobación. Por eso Moisés no se movió del lugar, levantó el tabernáculo y lo llamó Tabernáculo de Reunión (33:7) y allí iba a adorar, y la gente se arrepintió y visitó luto (33:4). Definitivamente Dios le dijo: “Mi presencia irá contigo, y te daré descanso”. Ellos reiniciarían la marcha luego del fracaso, pero Moisés se aseguró que Dios era de la partida, buscaba la aprobación de Dios. ¿Importa hoy la aprobación de Dios? Depende dónde hagamos esta pregunta. Hoy es acá.

Yo no quiero ir a ningún lado en el 2015 sin la aprobación divina.  

Abraham sabía que Dios le había llamado y le había hecho una promesa lo podemos leer en Génesis 12:1-3, “Vete de tu tierra…” “Y haré de ti una nación grande y te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición”. La aprobación fue real para él cuando Taré su padre murió, Abraham estuvo dispuesto a andar con Dios en un futuro incierto. Hebreos 11:8, “Por la fe Abraham siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba”. Ray Stedman, pastor por muchos años en California hasta su muerte le dijo a su congregación frente al fin de año: “En la víspera de Año Nuevo nos damos cuenta, como en ningún otro momento de nuestras vidas, de que jamás podemos retroceder el tiempo (….) podemos mirar atrás y recordar, pero es imposible volver a ninguna instancia del año que pasó”.

Stedman recordó cuando los israelitas estuvieron en el umbral de una nueva oportunidad, luego de 40 años de andar en círculos por el ardiente desierto, por causa de sus padres incrédulos. Es muy posible que la nueva generación, la de los hijos de los que apostataron, se preguntara: ¿Tendremos la fe, la confianza y la fortaleza que necesitamos para la conquista de la tierra prometida? Su líder Moisés era un adelantado y veamos lo que hizo. Le recordó en Deuteronomio 11:7 lo siguiente: “Mas vuestros ojos han visto todas las grandes obras que Jehová ha hecho”. O sea que puso sus ojos y los de ellos en las cosas pasadas en el viejo tiempo o viejo año (para nosotros), y les hizo enfocar su mirada en lo que venía la conquista de la Tierra Prometida. Veamos Deuteronomio 11:12, “Tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin”. Puede que en la víspera del Año Nuevo tengamos algo de temor del futuro debido a los acontecimientos del pasado. Pero no tenemos que permanecer encadenados a los viejos recuerdos, porque podemos avanzar con nuestra mente centrada en Dios. Así como el cuidaba de la tierra y de Su pueblo, Sus ojos estarán sobre nosotros también. El cuidado fiel de Dios abarcará cada día del año nuevo.

5) Dios quiere que cada día del 2015, esperés lo mejor: Cuando la Biblia usa la palabra esperanza, no la usa en el sentido que la mayoría de las personas la utiliza, por ejemplo: Dos jóvenes conversan de fútbol, y uno de ellos dice: ¿Crees que tal equipo ganará el partido o el próximo campeonato? El otro responde: Espero que sí. La palabra bíblica esperanza es una certeza divina basada en la Palabra de Dios.. Por ejemplo, la Segunda Venida del Señor Jesucristo se la identifica como la bendita esperanza. Eso no significa que tal vez. Y vos debés vestirte con esta esperanza de salvación, esta divina certidumbre basada en la Palabra.

Yo estaría paralizado de terror, si viviera en este mundo sin tener la absoluta seguridad de que soy salvo.

Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Tito 2:13

1 Tesalonicenses 4:15  Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16  Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17  Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

Tres sonidos bien definidos ESPERAMOS: El sonido de la trompeta (se usaba la trompeta en el AT para alabanza y el llamado a la batalla), voz de mando: No puede ser otra que la voz de Jesús, que levantará a los muertos y transformará a los vivos; y la voz de arcángel que comandará la batalla donde aplastará a Satanás el príncipe de la potestad del aire que se opondrá al paso de los redimidos de Jesús.

Jesús dijo que iría y prepararía mansiones para nosotros, para que donde él estuviera nosotros también estemos. Habitaremos siempre con él. Mi corazón salta de gozo ante tan alentadora perspectiva. Estamos casi en el hogar. ¡El cielo, el bello cielo! Es nuestro hogar eterno. Me regocijo a cada momento porque Jesús vive. Y porque él vive nosotros también viviremos. Tenemos una buena esperanza mediante Jesús. Es segura y firme y entra hasta dentro del velo. Nos consuela en la aflicción, nos da gozo en medio de la angustia, y nos impulsa a mirar a través de la misma hacia la inmortalidad y la vida eterna. Los tesoros terrenales no nos resultan atractivos, porque tenemos esta esperanza que se eleva por sobre los tesoros de la tierra que perecen y se aferra de la herencia inmortal, los tesoros que son durables, incorruptibles, incontaminados que no se desvanecen. Nuestros cuerpos mortales pueden morir y ser puestos en la tumba. No obstante la bendita esperanza vive hasta la resurrección, cuando la voz de Jesús llama al polvo que duerme. Entonces gozaremos de la plenitud de la bendita y gloriosa esperanza. Sabemos en quién hemos creído. No hemos corrido ni trabajado en vano. Una recompensa rica y gloriosa está ante nosotros; es el premio por el cual corremos, y si perseveramos con ánimo seguramente lo obtendremos.

Veamos 1 Tesalonicenses 1:10 “Cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros) Dice: Cuando venga, no dice: si es que viene, ¿Cuándo va a venir? Debemos estar esperándolo en cualquier momento la Biblia enseña que Él vendrá nuevamente y que su venida será como la salida del sol.

Bibliografía: Reflexiones de fin de año de Tony Hancock, artículo “La excelencia y su doble impacto” de Bill Hybells, artículo “Las apariencias engañan, la esencia no” de Christine Caine, lectura de Nuestro Pan Diario.

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