16 abril, 2017

Los discípulos de Emaús – Parte II


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La resurrección es la verdad que la ciencia no puede explicar, la verdad que la historia no puede repetir, y la verdad que el tiempo no puede erosionar

“Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de Él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive” (Romanos 6:9-10).

La mejor noticia que este mundo ha escuchado, procede de una tumba en las afueras de Jerusalén. “¡Ha resucitado!” En ese día, la vida y la muerte se enfrentaron en esa tumba en mortal combate. Ganó la vida. Murió la muerte. En esa tumba, Jesús ganó la victoria sobre la muerte. No existe más verdad infinita que ésta: Jesucristo fue resucitado de la muerte. Esa es la verdad que la ciencia no puede explicar, la verdad que la historia no puede repetir, y la verdad que el tiempo no la puede erosionar. Es la verdad de todas las verdades. Es la verdad que prueba que Jesús es el Hijo de Dios. Alguien dijo: “Si Jesucristo está aún en la tumba, nada importa. Mas si Él salió de la tumba, nada sino sólo eso importa.”

¿A quién le vamos a compartir que Jesucristo está vivo y que ha pagado la deuda por nuestros  pecados? El Señor resucitado puede hacer arder nuestro corazón, nuestra mente y nuestro espíritu, donde creamos que su fuego esté aún apagado.

¿Cuál era el problema de estos atribulados discípulos de Emaús?

1) Los discípulos de Emaús tenían sus ideas desordenadas, estaban frustrados intelectualmente. ¿Por qué?

Todo lo que habían creído como cierto se les desmoronó, se les desplomó en pocas horas. La muerte de Jesús era inexplicable, pues siempre había dado cuenta de sus enemigos.

Al inicio de su ministerio en Nazaret (Lucas 4:28-30), todos en la sinagoga se llenaron de ira y lo llevaron a la cumbre para despeñarlo, pero él pasó por en medio de todos.

En Juan 8, la mujer sorprendida en adulterio, tal vez no importaba mucho para aquellos hombres, pero para Jesús si importó. Si Jesús mostraba compasión y decía que no debían condenarla, estaba quebrantando la ley, y sería él el inmoral. Mientras tanto Jesús escribía en tierra con el dedo. Jesús hábilmente despertó la conciencia dormida de todos, ya que ellos no sentían cargo de conciencia por sus propias culpas. Si decía que la ejecución debía hacerse, ¿dónde iría a parar la enseñanza de comprensión y perdón? Salió ileso de la prueba!!

En Lucas 20:19-26 tuvo otra gran prueba. Era para entregarle al poder y autoridad del gobernador, pero salió airoso diciendo: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, ante la inquietante pregunta si era lícito dar tributo al César.

¿Cuál es el remedio a la confusión intelectual de los discípulos de Emaús? Es la Palabra Divina. Si siempre salió de las redes malignas, ¿Cómo es que no pudo salir esta vez? Si sabía que había planes para matarlo, ¿cómo es que no salió a tiempo y se fue a otro lugar?

¿Si Dios es justo y santo, por qué debía Jesús sufrir un destino tan injusto?

Como el justo, debe sufrir dolor y vergüenza. Sufrieron del mismo desorden de los amigos de Job, Elifaz, Bildad y Zofar, (experiencia, tradición y legalismo)quienes no entendían lo que pasaba arriba en los cielos, aquí tenemos en Emaúsuna circunstancia similar. Pedro no había aún escrito: “De un Cordero sin mancha ni contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros” (1 Pedro 1:20).

Se podía haber marchado hacia Jericó, al territorio de Herodes, y estar a salvo con los 11 apóstoles fieles. ¿Por qué no lo hizo? ¿Por qué no huyó? Mateo 27:42dice: “A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar”.

El verdadero motivo por el cual Jesús no se podía salvar no lo comprendían los discípulos de Emaús.

Ya vimos que en Getsemaní Jesús decidió beber la contaminación del pecadoen forma completa, ante Pilato enfrentó la locura del pecado (y en todos los que lo enjuiciaron), y al ser coronado por las espinas, vemos que Él estuvo dispuesto a cargar con la maldición del pecado.

Es decir, estamos en el episodio de la cruz y la tumba vacía ante: LA SOLUCION AL PECADO.

La sangre de Jesús es sangre sagrada (Hc 20:28); su sangre es sangre derramada (He 9:22), su sangre es sangre salvadora (1 Pedro 1:18-19)

Pero los discípulos de Emaús tenían contradicciones en sus mentes. Estaban trastornados por los sucesos recientes y la prueba del hecho eran los viajes a la tumba. Jesús había sido condenado como criminal, su reputación, y honor habían sido manchados. Había también cosas extrañas: La tumba vacía. Ellos se habían declarado amigos, y posiblemente vendrían las represalias. Ellos hablaban con un forastero, un extraño, y podrían ser acusados de ser revolucionarios o apóstatas de la ley hebrea. El terremoto había ocurrido, ahora vendrían las réplicas de menor envergadura.

¿Sería posible evitar las salpicaduras de un hombre acusado de ser un falso profeta, de tener una teología errónea, y ser considerado como el director de un complot que buscaba conspirar contra la autoridad imperial? (Lucas 23:2 lo dice).Ellos sabían que todo era falso, pero Jesús había muerto sospechado de todo eso.¿Y sus esperanzas?

Lucas 24:24-30, habla del privilegio futuro de sentarse en tronos y juzgar a las doce tribus de Israel. Las promesas quedaban reducidas a la nada. Y hacía tres días de muerto y todo ha terminado. Era para ellos un hecho irrevocable. Jesús había levantado de la muerte a:

La hija de Jairo, un rato después de morir. Marcos 5.
El hijo de la viuda de Naín, camino al cementerio. Lucas 7.
A su amigo Lázaro al cuarto día de muerto. Juan 11.

Pero fue El quien los levantó de la muerte, y ahora, ¿Quién lo levantaría a El?

1 Corintios 6:14 dice: “Y Dios que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder”. Romanos 8:11 dice: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros… vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros”.

Deberían volver a la rutina de antes de conocerle. En Juan 6:66-68, vemos retratada una época de crisis, donde muchos se volvían atrás y ya no andaban con él. Jesús les dijo: “¿Queréis acaso iros también vosotros?”. Pedro dijo: “Señor, ¿a quién iremos? Tu tienes palabras de vida eterna. ¿A quién iremos? Se preguntarían Cleofas y su amigo, ahora abrazarían sombras, era el vacío. Se podían juntar con Tomás, el que dudó. Ver Juan 20:25, “Si no viere en sus manos la señal de los clavos y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré”.

Hay personas frustradas intelectualmente, choqueadas emocionalmente y deprimidas espiritualmente, al no ver la plenitud del propósito de Dios en el Señor Jesucristo. Parte del informe decía: “De Jesús Nazareno que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra, delante de Dios y de todo el pueblo”. La tumba estaba sellada y todo era pasado. La enciclopedia soviética decía antes (no sabemos ahora) que “Jesús no existió nunca, emblema de una especie de idealismo o superstición sin relación con la realidad”. El mundo moderno lo quiere desterrar a cualquier precio:

a) Llevando a Dios a la periferia. Fuera de la educación, de la familia, de la política y el comercio.
b) Transformándolo en impotente. Es decir alguien sin poder.
c) Luego en un ser irrelevante. Alguien que no tiene importancia.
d) Al fin en un ser invisible, que fue.

La respuesta a la confusión intelectual la dio el viajero o extraño con profecías e insistiendo en la necesidad de que se cumplieran. El remedio era laPalabra Divina. Todo era parte del plan divino. Dios quiere que el hombre ande en la luz y no en las tinieblas. Las Escrituras disipan la ignorancia y traen certeza, firmeza y solidez. Es la manifestación del mundo sobrenatural. “Erráis ignorando las Escrituras y el poder de Dios” Marcos 12:24. Los discípulos de Emaús tenían el error saduceo, morir y luego nada. Su confusión era que no se daban cuenta de las Escrituras y desconocían el poder de Dios para ejecutar lo prometido. Juan 5:39 dice que las Escrituras dan testimonio de Cristo, revelan a Cristo.

La abuelita de mi señora, de origen galés, una mujer de fe, tenía una frase muy clara escrita en su Biblia y en galés: “Este libro te apartará del pecado, o el pecado te apartará de este libro”. John Piper dice: “Si vos no has sido sacudido cuando estás leyendo la Biblia, entonces no la estás leyendo”.

Si alguien lee la Escritura y no encuentra a Jesús, debe leer Hechos 10:43, “De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados en su nombre”. La profecía es acerca de alguien, y ese alguien es Jesús. Juan 5:39 dice: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;”. Esta última afirmación se refería al Antiguo Testamento, que era lo que ya estaba escrito al momento de la venida de Cristo.

Entendé esto muy bien, el Antiguo Testamento da testimonio de Jesús. Sería larguísimo enumerar los infinitos pasajes que dan testimonio, pero demos ejemplos. En el Génesis, Jesús es la Simiente de la Mujer, en Éxodo es el Cordero Pascual, en Levítico la Ofrenda por la Expiación, en Números es la Peña Golpeada, en Deuteronomio es el Profeta que ha de Venir, en Josué es el Príncipe del Ejército de Jehová o Capitán de nuestra salvación, en Jueces es el Libertador del Pueblo, en Rut es Nuestro Pariente Redentor, en 1 Samuel es el Ungido, en 2 Samuel es el Rey en el Trono, en 1 Reyes es la Gloria de Jehová que llena la tierra, en 2º Reyes es el Descendiente Real, en 1º Crónicas es el Rey Glorioso, en 2º Crónicas es Dios que se aparece a Salomón, en Esdras, es Jehová Dios de nuestros padres, en Nehemías es el Restaurador, en Ester nuestro Abogado que Suplica, en Job es el Redentor que Vive y que al fin me levantará sobre el polvo, en los Salmos es nuestro Pastor, Hijo y Rey de Gloria, en Eclesiastés, es el Significado de la Vida y la llave al entendimiento de la vida, en Cantares es el Prometido Celestial, en Isaías es Emanuel, Dios con nosotros, Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno y Príncipe de Paz, en Jeremías es el Alfarero divino que moldea nuestras vidas, en Lamentaciones es Jehová que llora por las cosas que quebrantan su corazón, en Ezequiel es la Gloria de Dios, en Daniel es la Piedra que fue cortada no con mano y el reino que permanece para siempre, en Oseas es el Hijo llamado de Egipto, en Joel es Jehová que ruge desde Sion, en Amós es el Juez que reina, en Abdías es el Señor en su Reino Venidero, en Jonás es el Mensajero a los Gentiles, en Miqueas es el Bebé de Belén que gobierna en Israel, es en Nahún, la Fortaleza en el Día de la Angustia; en Habacuc es Jehová en su Santo Templo, en Sofonías es el Rey de Israel, en Hageo el Deseado de todas  las Naciones, en Zacarías es Jehová de los Ejércitos que entra en Jerusalén montado en un asno, en Malaquías es el Sol de Justicia que en sus alas trae salvación.

2) Los discípulos de Emaús estaban choqueados emocionalmente, y necesitaban a alguien que simpatizara con ellos y los ayudara. ¿Cuál es el remedio? La compañía divina. ¿Qué pasa cuando tenemos que hacernos un análisis delicado? ¿Qué pasa cuando la mujer enfrenta el parto? Siempre se necesita estar cerca de alguien que nos ame para ser nuestro apoyo.

En Génesis 28:10-18, tenemos el llamamiento de Jacob en Betel, usó de almohada una piedra, y como cama el mismo suelo. ¿Qué le pasaba a este hombre? Hizo una cosa terrible, engañó a su hermano y su hermano juró venganza. Tuvo que huir y dejar a su mentora, la propia madre. Tuvo allí el sueño de una escalera que tocaba la tierra y el cielo, Dios en lo alto y los ángeles que subían y bajaban. ¿Por qué esta visión? Para el llamamiento, pero más aún para dale aliento, consuelo, confianza, el era un solitario, un fugitivo. Tuvo miedo que Dios lo había abandonado. Jacob se sentía no bendecido, obstinado, inseguro, inquieto.

Dios le dijo: Aquí estoy. Génesis 28:15: “Yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra, no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho”:

Génesis 28:16 dice que despertó y dijo: Ciertamente Dios está en este lugar y yo no lo sabía. También recordar a Josué, en Josué 1:5, “como estuve con Moisés estaré contigo”.

¿Y se acuerda de Pedro? La negación lo hizo sentir pésimo. El ángel les dijo a las mujeres: “Decid a sus discípulos y a Pedro que vaya a Galilea”. En Juan 21:15-19, está la pregunta de Jesús a Pedro: ¿Me amas más que estos? Y se repitió: ¿Me amas? ¿Me amas?

Recordemos el antiguo himno: No hay cual Jesús otro fiel amigo, no lo hay, no lo hay, no hay noche oscura que nos deje, no la hay.

Juan 11:21 reproduce la declaración de una de las hermanas de Lázaro a modo de reproche: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.”

Un ateo le dijo a un pastor de ovejas, “Te doy una manzana, si me dices ahora mismo donde está ese Dios que amas y adoras”. El joven contestó: “Yo te doy dos manzanas si me dices donde no está”.

¿Sabías que solo el 20 % de la gente se declara feliz? Hay un definición irónica de felicidad que dice: “La felicidad es una condición imaginaria que antes los vivos atribuían a los muertos, y que en la actualidad es generalmente atribuida por los adultos a los niños, y por los niños a los adultos.”

PERO FELICIDAD ES GOZAR DE LA COMPAÑÍA DIVINA. JESUS ES EL AMIGO QUE SIEMPRE ESTA.

Dios nunca se duerme. Salmo 121:4, “He aquí no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel”.

Dios lo sabe todo. Salmo 44:21, “Porque Dios conoce los secretos del corazón”.

Dios está en todo lugar. Salmo 139:7-10. “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tu. Si en el Seol hiciere mi estrado he aquí, allí tu estás.”

Dios está al control del mundo. Efesios 1:11. “Habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad”.

Recordar que el nombre más antiguo de Dios es Jehová y significa: “Yo soy”, pero además quiere decir: “Yo estoy”. ¿Qué haríamos con todos los excelentes atributos de Dios, Gracia, Amor, Misericordia, el tener Todo Poder, etc.,si no fuera un Dios que está con nosotros?

3) Los discípulos de Emaús estaban sufriendo de depresión espiritual, que fue eliminada por la manifestación divina del Cristo resucitado.

Al principio no lo reconocieron, solo lo hicieron cuando partió el pan. ¡Allí ! ¡Era El! Hebreos 12:2. No hicieron allí ninguna especulación teológica, era Jesús en persona, no había ninguna duda. No siempre es necesario hallar explicaciones a todas las cosas. Luego de ver al Señor nada es igual, la perspectiva de la vida cambia. La realidad espiritual, el mundo del Espíritu volvía a tener sentido para ellos, lo que se desvaneció volvió a ser real.

¿Cuál es el remedio a la depresión espiritual? Es la manifestación divina. Recordá cuando Jesús se apareció caminando sobre el mar, y ablandó los corazones endurecidos. ¿Sos parte o socio del club de los corazones endurecidos? Necesitás de la manifestación divina. Cuando los discípulos de Emaús descubrieron al Señor resucitado: ¡SE RECONSTRUYO SU FE!Salieron disparados como un exocet y recorrieron los 11 km en poco tiempo (22 km en total). Consecuencias:

a) Se fueron las dudas, por la larga conversación, el sermón, la casa, el pan y el vino, no eran alucinaciones, ni imaginación.
b) Se transformaron en misioneros, tenían un mensaje que entregar.

Lo mismo aconteció con María, el primer ser humano que tuvo el privilegio de ser testigo que Jesucristo había resucitado. ¿Cuándo ella reconoció al Señor? ¿No lo había confundido con el jardinero del huerto? Ella lo había confundido con el hortelano, sólo lo reconoció cuando El pronunció su nombre (Juan 20:16). Hubo 7 discípulos liderados por el mismo Pedro que luego de la cruz y desorientados, aunque ya había el Señor aparecido a ellos, que se fueron a pescar. Como ellos no pescaron nada toda la noche, el Señor apareció y ellos no lo reconocieron, Jesús les dijo que tiraran la red a la derecha de la barca. Fue impresionante la cantidad de peces que recogieron. Allí le reconocieron porque repitió el milagro que también había hecho al principio de su ministerio terreno.

En su esencia resurrección es igual a sobrenatural, ya que la muerte fue vencida, el cuerpo de Jesús no sufrió descomposición. Se transformó en un vaso nuevo y glorioso, y así fue visto por 40 días y al ascender y así le veremos al volver,Apocalipsis 19:11-16. En el Nuevo Testamento se presenta la resurrección de Jesús como la máxima manifestación del poder sobrenatural de Dios.El concepto de resurrección es central, si lo quitamos destruimos el cristianismo. Veamos:

1) La resurrección de Cristo: Después de 3 días de su muerte, su alma y su cuerpo fueron reunidos, su cuerpo levantado y transformado en lo que Pablo llama: CUERPO GLORIOSO. Filipenses 3:21 dice: “El cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya…”. ¡Salió de la tumba! La piedra fue movida, traspasó las puertas cerradas, apareció a sus discípulos, desapareció y ascendió gloriosamente al cielo para preparar lugar para todos nosotros.
2) La resurrección de nuestro cuerpo: La resurrección de Cristo, da las bases, es una prueba sin igual de este acontecimiento del futuro que será la resurrección de nuestro cuerpo en el día final.

1 Corintios 15:49 dice: “Así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial”. Seremos levantados como El. Recibiremos un cuerpo semejante al suyo.

3) La resurrección de los pecadores: mirar casi 20 siglos para atrás y ver a Jesús resucitado, es ver también hacia delante, hasta el día de su Segunda Venida, pero entre ambos ocurre y se efectúa una resurrección que es ESPIRITUAL, Y TAMBIEN SOBRENATURAL, de los pecadores.

EL SEÑOR JESUS RESUCITADO

 

1) Está cerca, caminando con nosotros.
2) Quiere eliminar toda tristeza y sombras.
3) No quiere que olvides sus promesas.
4) Se interesa en el problema de los suyos.
5) Nos cubre con compasión, y consuelo.
6) No quiere que toqués de oído.
7) Quiere que estés centrado en Su Palabra.
8) Quiere que tu corazón arda por El.
9) Quiere tu celeridad para transmitir las noticias del evangelio de salvación.
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