Marcado para Cristo – Parte 3
Por: Carlos Amarillo | Temas: Gálatas 6
Las marcas de Cristo o las cicatrices del mundo.
Es difícil conocer con detenimiento a una persona. Aún si somos muy amigos, necesitamos conocer las influencias que han tenido, su herencia y su ambiente. ¿Lo condicionaron? ¿Lo determinaron? Pensemos en algunos de ellos: Lutero, Hitler, Nobel, Luther King, etc. Las incontables decisiones morales nos forman, las grandes fuerzas que nos han impulsado en un sentido u otro.
Pablo dijo: «Yo traigo (llevo) en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús (llagas)» Gálatas 6:17. Lo que es seguro de esta declaración es que se trata de una expresión del señorío de Cristo. Pablo pertenecía en cuerpo, alma y espíritu a Jesús. No se refería a un «estigma» como San Francisco de Asís (1.224). NO se trataba de marcas corporales (que también las tendría). ESTABA VINCULADO CON SU CRUCIFIXIÓN INTERNA.
1) Pablo estaba marcado por la entrega a su Señor. Romanos 12:1-2.
2) Pablo estaba marcado porque se identificaba con Cristo en cuanto a su entera dedicación a su tarea. Sobrepasó a todos en viajes (y no de los cómodos como hoy), en orar, en sentir pasión por un objetivo. Él dijo: «Una cosa hago…» (Filipenses 3:13).
3) Estaba marcado por la humildad de su Maestro. Dio evidencia en su carácter de la semejanza a Cristo, como fruto del Espíritu en su vida. Una de las pocas veces que Jesús se describió a sí mismo, manifestó: “soy manso y humilde”. Además agregó: “aprended de mí”. ¿Estamos aprendiendo como Él lo espera?
4) Estaba marcado por su pasión o celo. El amor de Cristo nos constriñe. ¿Palabra rara, no? Es decir, nos apremia, nos obliga, nos moviliza. Seguro centro de la voluntad de Dios. Romanos 9:3. 2 Corintios 5:14 nos dice: «Porque el amor de Cristo nos constriñe…», se refiere a que nos urge. El celo de Pablo era el fuego que nadie apagó, ni palizas, ni ayunos, ni hambres, no lo suprimieron las críticas o los malos entendidos, ni presiones ocultaron, ni peligros detuvieron su crecimiento. Ardió más y más. Era el Cristo viviente que estaba, y se manifestaba en él, Gálatas 2:20 así lo explica, y la pasión por las almas perdidas. Muchas cosas pueden ser excusadas de un seguidor de Cristo, falta de habilidades o capacidad mental, pero nunca la falta de celo. Pero lamentablemente en un mundo tan confuso como el nuestro, uno de las enfermedades más comunes del alma es la apatía, la tibieza y la indiferencia. Vea Apocalipsis 3:16, la tibieza hace vomitar a Dios.
Un día Jesús hizo limpieza en el templo de Jerusalén, porque había gente que vendía bueyes, ovejas y palomas y tenían agencias de cambio para los extranjeros. Luego con un azote de cuerdas que hizo para el momento, «echó fuera» a todos los comerciantes. ¿Sabés que dijeron sus discípulos ante la arriesgada escena? Se acordaron que estaba escrito: «El celo de tu casa me consume», una cita del Salmo 69. ¿Qué demuestra esto? Que las cualidades de un creyente fiel están determinadas por el manual de conducta más preciso que existe: La Biblia. Mateo 9:35-38 nos muestra como Jesús se conmovió y tuvo compasión por las almas perdidas, Jesús lloró sobre Jerusalén porque no entendieron el propósito de su llegada a la tierra.
Alguien dijo de Pablo, que era un hombre que no le preocupaba ganar amigos (aunque los tuvo), no manifestó deseos por los bienes de este mundo, no tuvo temor a las pérdidas materiales, no le tenía miedo a la muerte. ERA EL HOMBRE DE UN PENSAMIENTO: EL EVANGELIO DE CRISTO (“Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado”, 1 Corintios 2:2), HOMBRE DE UN PROPÓSITO: LA GLORIA DE DIOS (“A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte”, Filipenses 3:10). No conocía límites para su llamado. Escribió la carta a los Romanos porque quería pasar por Roma para llegar a España. No conocía límites en tierra o mar. Las cárceles no fueron un impedimento para su trabajo cristiano. Hablaba en concilios y delante de reyes. Nadie podía apagar su voz, solo la muerte lo hizo. Habló, clamó, oró, testificó, confesó, y bendijo a sus enemigos.
La película «Rescatando al soldado Ryan», éxito de Hollywood hace nos años, narra una historia real. Es acerca de una brigada de rescate durante la Segunda Guerra, que es enviada para poner a salvo a un soldado: James Ryan, ya que sus padres habían perdido a otros hijos por causa de la guerra. Uno por uno los integrantes de esta brigada van muriendo en la misión, sacrificados por el soldado Ryan. Finalmente es herido el jefe de la brigada, y dice frente a J. Ryan: «Hazte merecedor de esto». Es decir, muchos murieron para que él pudiera volver a casa sano y salvo. El jefe de la brigada le pide a él que adopte «el sentido de endeudamiento», que engendraría semejante sacrificio: le debería la vida a aquellos que lo había rescatado. Cristo nos rescató a todos los que hemos creído en Él, y Pablo en respuesta a esta entrega del Señor con sentido de endeudamiento dijo en Romanos 1:14, «Tengo obligación (Soy deudor) tanto para con los griegos, como para con los bárbaros, para con los sabios como para con los ignorantes». (Ejemplo sacado de Nuestro Pan Diario).
¿Por qué no hay pasión en muchos cristianos de hoy?!Falta el bautismo de Jesús! Aclaremos: Al convertirnos, el Espíritu nos sumerge en el cuerpo de Cristo, nos sumerge en Jesús (1 Corintios 12:13), pero en Juan 1:33, Hechos 1:5, 2:33 se nos promete un bautismo efectuado por Cristo mismo, quien nos sumerge en el Espíritu Santo. ¡Tenemos que ser llenos del Espíritu Santo (Es lo mismo que ser bautizado con el Espíritu)! Sin este bautismo no tendremos poder para ser testigos efectivos del Señor. ¡Sin esto no habrá pasión!
Las marcas de Jesús señalan el costo de nuestra salvación, las marcas del cristiano muestran el resultado de su salvación. Otra vez, necesitamos la crucifixión interna, sólo podré estar bautizado en el Espíritu, si mi viejo hombre está en la cruz bien muerto. ¡Cuánto necesitamos los cristianos hoy esta crucifixión interna! ¡Muerte al viejo hombre! ¡Viva el nuevo hombre creado por Cristo al regenerarnos!
5) Estaba marcado por el renunciamiento de su Maestro. Jesús llegó al renunciamiento total (de sus derechos) para la plenitud total. Eso lo resume muy bien Filipenses 2:5-11.
Derecho es la facultad que tiene cualquier persona de hacer o exigir todo lo que está legalmente establecido a su favor. ¿Cuál es la razón por la cual muchos se echan atrás? Recuerde la alimentación milagrosa, Jesús manifiesta la razón de su venida y el sentido espiritual de su ministerio y mucha gente se va, Juan 6:66; otro caso es cuando la gente se ofrecía y también era desafiada al disicpulado, Lucas 9:57-62, y en Mateo 19, el caso paradigmático del joven rico. “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Lucas 9:23) El grano de trigo, tiene que caer a tierra y morir para dar fruto.
Renunciar a uno mismo a causa de Cristo no es opcional, es parte del evangelio. Por eso no suavicemos las demandas. La fe incluye un cambio completo de todo lo que somos, por todo lo que Él es. Mateo 13:44 presenta una sencilla parábola del valor supremo del Reino y la entrega sacrificial que se demanda a quien quiere entrar. En Palestina se escondían cosas valiosas en lugares secretos. ¿Por qué? Israel era una tierra de guerras, su historia llena de batallas, sitios, y ejércitos conquistadores, que robaban y saqueaban. Josefo, historiador judío, escribió de oro, plata y adornos de gran valor de judíos cuyos dueños guardaban bajo tierra.
Un hombre encontró un tesoro, o era empleado del dueño, o pasó circunstancialmente por el lugar. Lo puso en el mismo lugar, vendió todo lo que tenía y fue y compró el campo y se adueñó del tesoro. ¿Fue deshonesto este hombre? No. ¿Era del dueño el tesoro encontrado? No, la ley rabínica decía que el hombre que encontrara fruta o dinero esparcido era suyo lo encontrado. El tesoro no era del propietario del campo, porque se lo hubiera llevado al venderlo. Pertenecía a un propietario anterior ya muerto, y posiblemente por generaciones estuvo allí.
¿Cuál es el punto central de la parábola? Es que nadie entra al Reino de Dios automáticamente, sólo es para quienes se dan cuenta de su inmenso valor y dispuestos a sacrificar todo.
Se debe abrazar de todo corazón, renunciar gozoso a todo, para adquirir un tesoro más precioso que cualquier otra cosa que se pueda poseer. Para la mente no regenerada esto es ridículo.
Un ejemplo de quién comprendió todo esto es Pablo, según el relato de Filipenses 3:7-8. «Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo».
¿Qué liquidó Pablo para «comprar?» Su herencia, su autosuficiencia, su dinero, educación y posesiones más preciadas. Este costo de «vender» todo no es un voto de pobreza. Se trata más bien de una rendición incondicional. Es costo es la muerte de uno mismo (del ser interior) según vemos en Romanos 6:6, «Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado». Es una renuncia total a la voluntad propia para hacer la de Dios, exaltando su señorío. Pero todo esto no se entiende en forma completa al convertirnos, es parte del proceso de crecimiento y maduración.
Las marcas de Jesús señalan el costo de nuestra salvación, las marcas del cristiano muestran el resultado de su salvación. Para poder vivir el renunciamiento total, para la plenitud total, se necesita la crucifixión interna. ¡Debe morir nuestro viejo hombre que me emparenta con Adán y vivir el nuevo hombre que se emparenta con Jesús! Llevemos sus marcas vivamos juntamente con Cristo.
6) Estaba marcado por su sufrimiento. En 2 Corintios 4:15-18.
“Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios. 16 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”.
Se burló o ironizó del sufrimiento al considerarlo, «leve tribulación momentánea». Romanos 8:35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Nos habla de la tribulación (afectando el alma), de la angustia (afectando el espíritu), persecución, desnudez, peligros, espada, afectando el cuerpo. Enfrentó la soledad, según se ve en 2 Timoteo 4. Jesús también como en el Getsemaní, los burlescos juicios y la vil cruz en el Monte Calvario.
7) Estaba marcado por el amor. Primero a Dios, luego a los hombres, a sus enemigos, a sus aflicciones. ¿Cómo lo sabemos? Por sus oraciones. ¿Quiénes eran objeto de su amor? Los intelectuales de la colina de Marte, los religiosos en las sinagogas, los pródigos en las plazas públicas, los ingratos de todos lados: Las marcas representan dolor. Una moneda muy común de pago en el ministerio es la ingratitud. Vea 2 Timoteo 4:9-18. Demas y Alejandro, lo habían abandonado.
“Procura venir pronto a verme, 10 porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia. 11 Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio. 12 A Tíquico lo envié a Efeso. 13 Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos. 14 Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos. 15 Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras. 16 En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. 17 Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león. 18 Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén”.
Los amigos: El primero que describe es a Timoteo, veni!!! ¿Por qué? Porque no hay nada mejor que la presencia de un amigo. Necesitamos a alguien con piel, cerca de nosotros, es la mano amiga. “En todo tiempo ama el amigo…” Proverbios 17:17
Los abandonicos, los que tropiezan y caen. ¿Qué le pasó a Demas? Era fiel, hasta que dejó de serlo, lo atrapó el mundo, no hizo caso a 1 Juan 2:15 “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él”. En política se habla del círculo rojo, acá está el círculo rojo de Pablo, el grupo unido por la sangre de Cristo. Allí hay están hombres que han claudicado, como le pasó a Jesús con Judas, este no fue librado de la boca del león, del león que anda devorando: “Sed sobrios y velad porque vuestro adversario el Diablo, anda como león rugiente buscando a quien devorar”, ¿Qué nos dice esto? “Para que todo aquel que en él cree…”, no dice crea, esto habla de que cada cristiano es vulnerable, ¿Sabes que tenés límites? 1 Corintios 10:12 “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”.
Los que oponen: 2 Timoteo 4:14 “Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos”. ¿Quién es este Alejandro? ¿Será el mismo de 1 Timoteo 1:20? “De los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar”. No se sabe porque Alejandro era un nombre muy común, Era calderero, ¿Que hacía? Trabajaba el hierro, un herrero, un trabajador de metales.
Pablo sabe que Timoteo lo conoce a este hombre, porque le dice cuídate también de él, porque está frente a un opositor, ya lo dijo en 2 Timoteo 3:12 “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución”.
Los hermanos de Jesús, se oponían a él, recién creyeron luego de la resurrección.
2 Corintios 12:10 “Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”.
¿No puede ser de otra manera? El reino de la luz, no va con el reino de las tinieblas, no hay nada en común, HAY CONFRONTACION.
Los ingratos: “En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon;” estaba flojo de salud, los colaboradores brillaban por su ausencia, y también aparece la ingratitud. ¿Se acuerda de Jesús cuando sanó a 10 leprosos, que eran verdaderos parias, gente condenada a la exclusión de por vida, y él cambió su historia, ¿Cuántos volvieron a agradecer por el milagro? Solo uno.
Hay una manera de sortear la ingratitud para los siervos de Dios, y cada cristiano:
Colosenses 3:23-24 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; 24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”.
El se afirma en el Señor, cuando le falta el amparo, se afirmó en el Señor; y cuando mira hacia adelante y mira la esperanza, él dice: 2 Timoteo 4:18 “Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial”.
¿Cómo llamaríamos esto? La suficiencia de Cristo, más complicado no podría estar, está preso, podría estar quejándose, y estar llorando diciendo: Señor me maté por otros, todo lo que hice, ¿Y qué resultado tengo? Ingratitud, soledad, pero él levanta su mirada a Dios, y recibe la fortaleza, él ya había escrito Filipenses 4:13 y 4:19 Hay cosas que solo pueden venir de Dios, y no de ningún hombre. Dios dice: No te dejaré ni te desampararé, Yo estoy con vosotros…
Cuando nos apoyamos en el Señor, estamos sobre la roca, cuando nos apoyamos en los hombres nos apoyamos en la ciénaga. Si no lo resolvés, te espera una raíz de amargura, venceremos la soledad, los abandonos, los que se oponen o traicionan, los ingratos, todo, todo.
Ahora el pasaje trae lo positivo:
Los compañeros fieles: “Solo Lucas está conmigo”, 4:11. A él llama el médico amado en Colosenses 4, el autor del evangelio de Lucas, y Hechos de los apóstoles, preocupado por la obra del Señor, entre Lucas y Pablo tenemos casi la mitad del Nuevo Testamento. También fueron compañeros en alguno de los viajes misioneros de Pablo, Lucas está ahí. Es una apoyo espiritual, y también físico, porque es médico.
Tres veces se menciona a Demas en el Nuevo Testamento, junto a Lucas, las dos primeras veces están como colaboradores, y en la tercera vez uno se cayó, pero uno queda firme.
Los restaurados: “Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio”; 4:11, ¿Se acuerdan del pibe este? Era puro entusiasmo, y se bajó en la primera oportunidad del primer viaje misionero de Pablo y Bernabé, extrañaba la almohada y las milanesas de la mamá. Pero no quedó tirado en el olvido, fue recuperado y restaurado.
A ver, ¿Cuántos restaurados hay acá? No todos hemos tenido una vida lineal, y sin problemas, hemos tenido algún tiempo de tibieza, apatía, y olvido de Dios, pero Dios es el gran Alfarero, nos vuelve a recuperar, saca con sus dedos las impurezas como lo hace el alfarero y nos transforma de nuevo en vasijas útiles. Así pasó con Juan Marcos.
Los laburantes, los que transpiran la camiseta: “Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia”, (2 Timoteo 4:12) “A Tíquico lo envié a Éfeso”. Son los que están trabajando y siguiendo la obra, Éfeso aquel lugar donde el apóstol Pablo tenía puesto el corazón, en aquella iglesia, a la que le escribe la más grande de las epístolas, la princesa de las epístolas, Éfeso.
La obra de Dios incluye a todos. Los hombres fieles, los restaurados, que se han caído pero que han sido restaurados por el Señor, los hombres laboriosos que siguen trabajando, hombres que claudican, oposición, ingratitud, todo eso es la obra de Dios.
A cada cristiano nuevo le digo: No idealice la iglesia, hay de todo en ella.
Bibliografía: El punto 5, basado en “El Evangelio de Jesucristo” de John Mac Arthur, Biblia electrónica, Los Grandes Temas.