Mejor pegado a Cristo que a cualquier otra vid
Por: Carlos Amarillo | Temas: Sermón del Aposento Alto
En Juan 15 está una de las claves fundamentales, para cumplir los mandamientos que Jesús ha dado: Mejor es estar más cerca de la toalla que del manto
Mejor estar cerca de Jesús que de nadie.
Mejor el amor ágape que ningún otro amor
Mejor la paz de Jesús que ninguna otra.
Son dos mandamientos, una advertencia sobre la verdadera fe y un don que es la paz.
Ahora Jesús en Juan 15, cambia bruscamente el clima de la conversación para empezar a enseñar cuáles son esas claves de la vida cristiana que necesitamos conocer, para que nuestra vida tenga la paz que El prometió esa paz que es mejor que ninguna otra, para que mi vida este cerca de la toalla siempre, o sea una vida de servicio, para que el amor sea incondicional, y solamente podemos hacer eso:
Permanezcamos unidos a Jesús! Mejor pegados a Cristo que a cualquier otra vid.
En Juan 15:1-17, encontramos la base de la vida cristiana, y quizás este es el pasaje más importante del Nuevo Testamento, acerca de la vida cristiana, y podrás pensar que eso estaría en las epístolas, pero los principios que se presentan aquí, son expandidos o explicados en las epístolas, pero los elementos básicos están aquí:
a) El concepto de permanecer en Cristo, está 10 veces repetido el verbo permanecer en el pasaje de Juan 15:1-10!!. Es para pensar ¿Verdad?
b) El concepto de dar fruto como creyente y estas son verdades básicas de la vida cristiana, permanecer en Cristo y dar fruto, las epístolas se vuelven en algo definitivo, acerca de lo que se involucrar en estos dos conceptos.
El permanecer en Cristo o estar pegados a El:
Es una relación de vida. Juan 3:16, Juan 10:10, Juan 15:5. Esta vid fue plantada cuando Jesús vino a la tierra. Juan 1:14 dice: “Y aquel Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros y vimos su gloria como del unigénito del Padre lleno de gracia y de verdad”. 2 Pedro 1:4 dice que llevamos los genes espirituales de Dios desde que nos convertimos en cristianos, esa es la regeneración. La vid es una planta que tiende a extenderse, Hechos 13:47 dice, “Te he puesto para luz de los gentiles, a fin que seas para salvación hasta lo último de la tierra”. Juan 17:3 dice: “Esta es la vida eterna que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado”. 1 Jn dice: “Y este es el testimonio: que Dios nos ha..”.
LA VIDA CRISTIANA NO ES SOLO UNA REGLA DE CONDUCTA, NI ES UN CODIGO DE ETICA, O UNA VIDA DE RITUAL, ¿QUÉ ES? ES UNA RELACION DE VIDA CON JESUS. ES UNA INTIMIDAD CON CRISTO, SI NO ESTÁ PRESENTE ESTO, NO HAY CRISTIANISMO
El cristianismo comenzó en Palestina como una relación de vida con Dios, a Grecia pasó como una idea, a Roma como una institución y lamentablemente a América como una empresa. ¡Qué lejos nos hemos ido! ES UNA RELACION DE VIDA.
Se trata de una vida nueva. 2 Corintios 5:17, idem 8:9; Gálatas 2:20, Romanos 5:2, 6:4.
Cada demanda sobre la vida de un creyente, no es una demanda sobre él mismo, es una demanda sobre el Dios que está en él.
Si Dios me ordena hacer algo y no me da lo necesario para hacerlo, sería un tirano. ¿No le parece? Cada demanda sobre mí, es una demanda en la vida del Dios que está en mí.
Hay dos enfoques de la vida cristiana, y uno está equivocado:
a) Jesús viene a mi vida para ayudarme a vivir la vida cristiana. Equivocado.
b) Jesús viene a mi vida y a tu vida para vivir El, la vida cristiana. Acertado.
Juan 15 da lugar a la opción b, de Juan 15:1-10, se repite el verbo: PERMANECER. ¿No te parece altamente sugestivo? Las repeticiones no son para ignorarlas, sino poner mucha atención.
En 1735 hubo un navío que se dirigía de Inglaterra a Estados Unidos que era una colonia inglesa, en él iba un joven sacerdote anglicano con mucho deseo de compartir el evangelio a los indios, el viaje iba bien hasta que estalló una terrible tormenta en el barco Simmons, en el mismo navío iba el segundo contingente de familias moravas, un grupo cristiano alemán de gran pasión por las misiones mundiales, también iban para compartir su fe. El pastor anglicano llamado Juan, era el capellán del barco, asistía en las necesidades de los que viajaban, en la grave tormenta, tuvo que confesarse a sí mismo que estaba más preocupado por su propia vida que la de sus prójimos en viaje. El peligro fue mayor, ya que se rompió por la tormenta el palo mayor de la nave y llegó el pánico a los pasajeros y la tripulación, excepto a las familias moravas que no cesaron de cantar himnos a Dios, y su reacción paciente hizo calmar a todos.
Pasado el peligro, le dijeron al ministro inglés que la razón por la cual ellos se comportaron así, fue que no temían a la muerte; el pastor que se había considerado un buen cristiano, comenzó entonces a dudar de la profundidad de su fe. Llegados a Georgia, el joven consultaba frecuentemente al líder moravo sobre su tarea pastoral. En su diario personal dejó el dialogo:
Mi hermano, me dijo, primero debo hacerte dos preguntas: ¿Tienes el testimonio dentro de ti? ¿Te da testimonio el Espíritu Santo a tu espíritu de que eres hijo de Dios?
Yo me mostré sorprendido, y no sabía que contestarle. Él se dio cuenta de ellos y me preguntó: ¿Conoces a Jesucristo? Sé que es el Salvador del mundo.
Cierto, me contestó, pero ¿sabes que te ha salvado a ti?
Tengo la esperanza de que murió por salvarme.
Pero, ¿Lo sabes? Si, lo sé. Luego apuntó este comentario privado: “Pero me temo que lo que dije no fueron sino palabras vacías” Estas palabras conmovieron a Juan Wesley que así se llamaba el joven. Tuvo padres cristianos muy fieles, era uno de los 19 hijos de esa familia. Estudió en la Universidad donde salió convencido de que eran necesario llevar una vida santa y sobria para ser aceptado por Dios, pasaba tres horas diarias de estudio de la Biblia, visitaba las cárceles.
Las preguntas que le habían hecho de su vida personal, lo dejaron descolocado, y tenía temor de no haber contestado con sinceridad, y lo dejaron lleno de angustia y dudas. El por un fracaso amoroso, y su hermano Carlos fracasaron en su misión y volvieron a Inglaterra. Allí mantuvo contacto con los hermanos moravos y tras varias conversaciones supo que no poseía la fe auténtica, la fe que salva, estaba sin la savia de la vid verdadera, estaba seco espiritualmente, y en 1738 tuvo la experiencia de conversión que cambio su vida.
Fue de mala gana a una reunión donde se estaba leyendo la introducción al libro de Romanos comentada por Lutero, mientras él describía el cambio que Dios obra en el corazón, mediante la fe en Cristo, sentí un ardor extraño y que confiaba en Cristo, y solo en Él para mi salvación, y me fue dada la certeza de que él había quitado mis pecados, y me había salvado de la ley del pecado y de la muerte.
Ahora tenía el testimonio del Espíritu, y todas las energías que había dedicado para su propia salvación, ahora las podía dedicar a la salvación de los demás. El cambió la historia de su país, rescatándolo de un baño de sangre.
Juan 15:2 dice: “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto”.
Se trata de una vida llena de gracia. Es para ser recibida y disfrutada, vivida en plenitud, trae la verdadera libertad. ¿Qué fue lo que mantuvo a Cristo lozano y radiante? Era que estaba lleno de gracia y de verdad. Gracia es amor que se inclina, vea un ejemplo sobresaliente con la mujer sorprendida en adulterio y la samaritana. Quien no está en la gracia, está en desgracia.
La fe, la obra de la gracia en nosotros produce cambios determinantes en nuestra conducta, en nuestra forma de ser, la vida espiritual, como toda vida, tiene que ser crecimiento, tiene que ser transformación, tiene ser avance, tiene que ser desarrollo, si yo veo que algo no crece, no avanza, no desarrolla, ahí no hay vida, porque la vida es eso, la vida siempre es dinámica. 2 Corintios 3:18 “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”.
Una cosa es la relación con la iglesia, con los hermanos, con la ceremonia, con el rito, otra cosa es mi relación con el Señor.
Mire esto: “Yo soy la vid verdadera”, es asombroso cuantos cristianos, y muchos de los que se dicen cristianos, tienes otras vides en su propia vida, de las cuales buscan recursos, cuáles son esas vides en nuestras vidas, que realmente no son vides, pero las he hecho vides, ¿De cuantas cosas dependemos en nuestra vida?
Algunos piensan que su vid es sus recursos o cantidad de dinero, otras piensan que es su educación, su preparación académica; otras creen que su vid es su propia juventud, se creen Superman, o la súper chica, otros la fama, la capacidad, el talento personal, las relaciones con otras personas posesiones, algunas creen que la iglesia es su vid, ellos creen que estar dependiendo de un sistema de religión es la manera de vivir, otras personas han incluido la iglesia o la han dejado a un lado y su vid son ellos mismos, la vid ¿Es quién? Es Jesucristo, no es la iglesia, eso sería como una sanguijuela o una relación de parásito, debe crecer a partir de Cristo como una rama natural, y entonces su vida es Cristo, Jesucristo es su sustento para la vida, Él es todo. Israel entonces, fue la vid en el Antiguo Testamento; pero Cristo es la vid verdadera o aletinos, el cumplimiento perfecto de una vid, en el Antiguo Testamento si estudias a Israel como la vid, y ve que cada vez que habla de Israel como una vid, es una vid degenerada, pero, lo que es maravilloso presentar como contraste a eso, es Jesucristo quien es el mismo hoy, ayer y por los siglos, ese es el tipo de vid del cual quiero depender. ¿Y vos? Cita de John Mc Arthur
¿Sabés cómo se convirtió Juan Bunyan, (Siglo XVI) el autor de la famosa obra: “El Progreso del Peregrino?” Un día por casualidad escuchó la conversación de varias mujeres, y ellas hablaban acerca del amor que sentían por el Señor Jesucristo. Juan Bunyan las escuchó, su corazón se inquietó y todo comenzó su búsqueda espiritual, que lo llevaría a encontrarse con Jesús. Todo porque oyó una conversación acerca del amor a Jesús. Pregunta: ¿Cuántas personas se convertirían al escuchar por casualidad mi conversación o la tuya?
Se trata de una vida de fe sencilla y auténtica. No es el alto nivel de cumplimiento, sino fidelidad, no se trata de trabajo duro, sino profundas y significativas relaciones, no es solo compromiso, es comunión saludable.
Romanos 6:20-21 “Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte”
No eran salvos, Nada, ninguno, era el fruto del pecado, pero, el versículo 22 “Más ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna”.
Todo creyente tiene vida eterna, y todo creyente da fruto, eso es lo que Él dice, no existe algo tal como un cristiano que no da fruto, después cuando regresamos a Juan 15, encontramos algunas personas que no dan fruto. ¿Son cristianos? No puede ser, no hay manera, no pueden ser creyentes, dice usted: Hay varias cosas de eso que me molestan, no voy a lidiar con eso; lo que me molestó más, fueron dos palabras: Todo pámpano, ¿Cuáles son las tres siguientes palabras? Que en mí, eso me molestó, el hecho es que así es, observe la frase: En mí, se oye como si realmente son cristianos, ¿No es cierto? Estamos hablando de estar en Cristo. ¿Significa salvación? No creo que significa salvación, y le doy varias ilustraciones, Romanos 9:6-8
No todos los que descienden de Israel son israelitas, puede estar en Israel y no ser realmente de Israel, ¿verdad?
“No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, 7 ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. 8 Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes”.
En Juan 8 Jesús habla a gente que estaba orgullosa de descender de Abraham y tenerlo como padre y él les dijo que el padre de ellos era el diablo, tenían una conexión superficial con Dios, NO ERAN DE DIOS.
Lucas 8:18 “Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará.” Es una apariencia.
En Romanos 11:16-24 Israel es visto como un olivo, pero hay algunas ramas que estuvieron en el olivo no eran salvas, dice que Dios quitó algunas de las ramas y las tiró, como puede ver, es posible en una analogía estar conectado a algo, y no pertenecer a ella.
El en mí en Juan 15, hace referencia a una conexión aparente con Cristo, así como en Romanos 11, las ramas en el olivo realmente no permanecieron en el árbol, y no obtuvieron su vida del árbol y fueron tiradas, quitadas, ese no es problema, es obvio, eran incrédulos, y por incredulidad fueron cortadas y fueron tiradas, las ramas en la vid, la misma analogía,
1 Juan 2:19 ”Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros”.
Esto es serio: Un individuo, puede vivir aparentemente conectado con Jesucristo, pero, en realidad no estar conectado en absoluto; y Pablo simplemente advierte hoy, si usted es religioso o viene a la iglesia o tiene un compromiso superficial con Jesucristo, Pablo dijo en 2 Corintios 13:5 “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?”
Más vale que revisés tu vida, para asegurarte de que tu salvación es real, es una fuerte advertencia, amigo, porque las ramas que no dan fruto, las quita y las arroja al fuego, y esa es una ilustración del infierno.
Entonces, ¿De qué está hablando Jesús en Juan 15? Él está hablando de dos tipos de ramas,
a) Las ramas que son verdaderamente discípulos y también de
b) Las ramas Judas, los que están cerca de él, los que en cierta forma tienen una fachada de fe, los que superficialmente se relacionan con él, pero son ramas Judas y cuando llega la prueba ya no están, y cuando ellos muestran de manera deliberada ese tipo de naturaleza, el Padre las quita, y nunca pueden regresar.
Jeremías 2:21, dice: “Te planté como una vid escogida, simiente verdadera, ¿Cómo pues tengo ahora una vid extraña?”
Se trata de una vida con propósito. Marcos 5:19-20; 1 Pedro 2:9.
Oseas 10:1 dice que: “Israel es una frondosa viña, que da abundante fruto para sí mismo; conforme a la abundancia de su fruto multiplicó también los altares, conforme a la bondad de su tierra aumentaron sus ídolos”.
¿A que llama Dios el fruto? ¿Qué es lo que Dios esperaba de ese pueblo? Lo que la Biblia habla como fruto que aparece en el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento es el resultado práctico de la fe, siempre el fruto es el resultado, es la consumación de toda la vida, es el fruto.
Y entonces, la fe, no actuó en ese pueblo como para que diera un buen fruto, y lo que Dios les está reprochando es eso: Yo les enseñé una cantidad de cosas, pero ustedes hicieron con su vida espiritual lo que quisieron, y entonces no dieron buen fruto, y esa es la realidad religiosa del tiempo de Jesús, ¿Por qué? Los maestros que había en Israel predicaban una cosa y hacían otra; los sacerdotes, hacían del templo un gran negocio, para ellos la fe era negocio.
Los escribas que eran los abogados, los que tenían que enseñar la ley, tergiversaban la ley y generaban odios a los extranjeros, y cambiaron el significado de prójimo, por eso Jesús les narró la parábola del Buen Samaritano, era la tarea de ellos, ¿Y cómo era la vida espiritual de un judío en aquel tiempo? Era circuncidado, al octavo día de nacer, era presentado en el templo de niño, concurría al templo, asistía al sacrificio, guardaba las fiestas, era leal a su nación, y entonces formaba parte de la vid. ¿Pero formaba parte o era un simple ritualista que con toda su religión se iba al mismo infierno?
Era una religión formal, que no afectaba la vida, el hombre siempre quiere religiones que no le afecten la vida, La pregunta: ¿Qué hay que hacer? O sea la religión del esfuerzo propio querer ser salvo por las obras. ¿Qué rito hay que cumplir? Yo cumplo este rito y me quedo tranquilo, pero que no me afecte la vida, y lo que Dios quería es: Cuando les di la ley, lo que buscaba era que den fruto, eso que yo les digo, afecte su vida, que la fe que ustedes dicen tener, realmente se manifieste en alguna forma, y se manifieste en un cambio, Dios no esperaba que ellos simplemente cumplieran con los ritos y se quedaran con eso, esperaba mucho más, y Abraham que fue un hombre de fe si hubiera visto el resultado de la semilla hubiera dicho: Esto no es lo que yo fui, no es eso, quiere decir que los resultados prácticos de la fe no se veían. Cita del Pastor Dellutri
Se trata de una vida que vence la mediocridad. Juan 10:10. Nadie debe esmerarse en ser una fotocopia, ni ser alguien clonado. Lucas 14:25-33.
El Salmo 92:12 nos dice que “el justo florecerá como la palmera”. La vida fluye en su interior en forma continua. Los cristianos jamás cambian, son testigos de Dios en los días claros y en los días grises, porque “Cristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos”.
Cuando David cayó en pecado con Betsabé y luego se arrepintió, la descripción de su experiencia y la oración de arrepentimiento están registradas en los Salmos 32 y 51. Hay una frase llamativa en el 32:4, “Porque de día y de noche se agravó sobre mi tu mano; Se volvió mi verdor en sequedades de verano”. La consecuencia del pecado en la vida de los justos hace que se apague nuestra chispa, nuestro verdor, nuestra lozanía. En Lucas 23:31 Jesús dice: “Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?” La pregunta es: “¿Verdor o sequedad?”. ¿Por qué perdemos nuestro verdor?
Muchos de nuestros problemas son el resultado de la falta de dominio propio. Por eso tenemos problemas en perder peso, por eso no mantenemos limpia la casa o el auto, por eso no puedo hacer más e importantes cosas, por eso no puedo terminar con un mal hábito, por eso no puedo salir de las deudas. ¡Mi gran problema soy yo mismo! ¡Ayúdenme!
Muchos piensan que su vida está fuera de control, lo manejan las presiones y las circunstancias, perdiendo el verdor, sintiéndose indefenso y vulnerable. Es como un auto que ha perdido el volante. Una vez me pasó con un Citroën viejo, me quede con el volante en la mano y el auto iba para cualquier parte, me salve porque iba despacio. Proverbios 25:28 dice: “Como ciudad derribada y sin muros es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda”. El dominio propio (templanza) y la autodisciplina son factores claves para mantener nuestro verdor. 1 Corintios 9:25 habla del deportista que se abstiene de todo para ganar la corona del triunfo. Dan todo por un breve momento de gloria.
Un filósofo griego dijo: “Ningún hombre es verdaderamente libre hasta que se domine a sí mismo” (Epicteto). Jesús dijo que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado (Jn 8:34). Sansón fue un creyente que cambio su verdor en sequedad de verano, al ser esclavizado por los deseos y la lujuria. La fuerza sin dominio propio le causó graves problemas.
¿Qué hace la gente para tener dominio propio o compensar la falta de este? Prueba con pastillas, terapia, seminarios, resoluciones de todo tipo, cirugía, etc.
Se trata de una vida que requiere una permanente limpieza o “poda”. Preocupándose lo suficiente como para confrontar. Esto merece ser tratado en extenso:
PODA: “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquél que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto”. (Juan 15:2). “Redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2 Timoteo 4:2b).
Los jardineros, si son buenos en su oficio, tienen dos opciones: Cortar definitivamente una planta o podar. Por supuesto, ninguna de estas opciones parece divertida desde el punto de vista de la planta. La idea de ser cortado sugiere algo doloroso, o, algo incómodo. Desde la perspectiva de la planta, el corte es un concepto negativo. Significa retroceder.
El jardinero tiene una visión diferente. Cuando nosotros, “las plantas”, comenzamos a ver las cosas como Dios las ve, descubrimos que los momentos dolorosos de corte, a menudo producen un vigoroso crecimiento espiritual. Al retroceder, avanzamos. Las experiencias que parecen negativas pueden arrojar resultados positivos.
La poda es parte esencial de la tarea de la buena atención espiritual. El corte no es algo cruel cuando es necesario. Una confrontación con amor, una negación firme, una reprensión directa: Estas son herramientas de poda para producir más y mejor fruto en las vidas de los seguidores de Cristo.
¿Qué puede pasar sin un recorte cuidadoso? La productividad puede disminuir. La iglesia puede volverse descuidada. Evite la pena de la confrontación, y las energías se gastarán en otro lado, generalmente en mantener follaje innecesario: Programas anticuados, actividades sin sentido, y expectativas inapropiadas, en un intento por mantener a las personas felices.
Una reprensión apropiada o una corrección acertada y oportuna, pueden reorientar el enfoque de la iglesia de vuelta a su misión: Producir fruto.
Si en realidad nos preocupamos por aquellos a quienes servimos, los podaremos con amor y cuidado. No importa cuánto se quejen, o cuán incómodos nos sintamos.
Podar entonces involucra cortar las ramas muertas, y cortar ramas vivas, para sacudir el árbol o vid, y estimular el crecimiento.
Un pastor tenía un vecino judío, que era un increíble cultivador de rosas. Su jardín se veía siempre hermoso, así que el pastor lo invitó para que pusiera su toque mágico en sus rosas. Trajo su tijera de podar y podó sin misericordia. Le dolió verlo cortar las rosas. Cuando el experto terminó, los arbustos se habían convertido en pequeños tronquitos. Los podadores profesionales le dirán que la mayoría de la gente es demasiada tímida cuando tiene que podar El pastor admitió que podar, para él significaba cortar con gentileza los pedacitos muertos.
No era así, lo que estaba vivo también debe cortarse: Ramas, hojas y aún flores. Evidentemente el vecino, sabía lo que hacía, pues las rosas ese año retoñaron más hermosas que nunca. Aquí está el punto. La mayoría cree que cuando Dios nos poda, corta el pecado y lo superficial; las ramas muertas de nuestra vida. Él lo hace, pero además corta algunas cosas que están vivas y tienen éxito: Un negocio que va muy bien, una relación satisfactoria, buena salud, etc. Algunas de estas cosas pueden ser eliminadas para traer mayor fructificación.
Con frecuencia, Dios también corta las cosas buenas para hacernos más saludables. No es siempre agradable, pero podar es esencial para el crecimiento espiritual. No es una opción.
Dios se glorifica cuando producimos “mucho fruto” (Juan 15:8), y esto requiere podar. Debemos recordar que las podadoras están en las manos de nuestro amoroso Dios. Él sabe lo que está haciendo, y quiere lo mejor para nosotros. Si vos sos un cristiano vas a ser podado. Tal vez ahora mismo, y quizás no todo sean ramas muertas. Dios corta las ramas que creemos que son improductivas, para que pueda producirse más fruto.
Uno de los errores más grandes que cometemos los cristianos es confundir podar con castigar. ¿Que decimos a Dios cuando nos poda? ¿Te importo Señor? ¿No me amas? Y hasta pensamos que Dios está enojado con nosotros. Podar no es castigar, NO LOS IGUALE. Dios no está enojado con vos. El solo ve que vos sos alguien que puede producir más fruto, alguien que tiene el potencial para engrandecerse, alguien que Él quiere usar de alguna manera importante. ¿Cómo Dios nos poda? Usa los problemas, las presiones y las personas. La gente lo criticará y desafiará. Retarán sus motivos. ¡Dios te está podando para usarte!. Adaptado de Rick Warren y Richard Doebler.
Acordarse de la ley de Pareto, la ley del 80/20. El 20% de los creyentes de una iglesia, hace el 80% del trabajo. Los talentos eran: 5+2+1= 8, y dieron 7, y no ocho de resultado. Uno podría conformarse porque fue una gran producción, pero Jesús trata todos los casos en particular. Dijimos que el examen final de Dios para el cristiano no será teológico o teórico, ser practico y la evaluación no es global, sino personal.
Hay que estar dispuestos a correr riesgos para dar fruto.
Cristo no espera que produzcamos más de lo que podemos, pero si todo lo que podemos.
No busquemos excusas para justificar nuestra inutilidad.
La persona fiel, termina tomando a su cargo, lo que el no fiel abandona. El siervo inútil deja “en banda” todo y recarga con su accionar el trabajo del siervo fiel.
“Hay creyentes que somos como rocas, para que nos saquen algo útil, tienen que golpearnos. Otros somos como esponjas, para sacarnos algo útil, tienen que estrujarnos o apretarnos. Otros somos como los panales de abejas, tienen que dejarnos solos y destilaremos lo útil, nuestra miel.
Bibliografía: Comentarios del Pastor Mc Arthur, sobre Juan 15, Salvador Dellutri en Los Grandes Temas, Espada Electrónica, Historia del Cristianismo de Justo González, y muchos otros más.