Mezcla explosiva

¿Han escuchado la palabra “sudaca”? Es una palabra que nació para menoscabar a los que nacimos en Sudamérica, y utilizada especialmente en España, es una manera de referirse a alguien con cierto desprecio. Estamos hablando de discriminación.

¿Y la palabra islamofobia?

Es un sentimiento de hostilidad hacia el islam y, por extensión, hacia los musulmanes, y esta palabra está bien de moda luego de los sucesos en París, protagonizada por los «defensores del Islam”, que atentaron contra los periodistas.

¿Has escuchado la palabra kelpers?

Es un gentilicio que suele utilizarse para referirse a un habitante de las Islas Malvinas. El término se hizo mundialmente conocido durante la guerra sostenida entre la Argentina y el Reino Unido por la soberanía sobre este archipiélago. Viene de kelp que son unas algas marinas. Sigue utilizándose también para caracterizar a alguien que es discriminado por parte de los gobernantes o de sus empleadores o que no es tenido en cuenta, o se siente un paria en su propia tierra  Esto se debe a que los habitantes de las islas (sobre todo antes de 1982), eran tratados como ciudadanos de segunda clase por las autoridades de la metrópoli colonial, ya que había mucha dependencia de Inglaterra y todas las tierras estaban a nombre de británicos, habiendo mucha desigualdad socioeconómica hacia los isleños.

¿Y la palabra pirata?

En la Argentina, la descalificación «pirata» se emplea a modo de «gentilicio» para referirse al gobierno británico, en virtud de su antiguo apoyo a tales actividades. Además, el submarino nuclear HMS Conqueror enarboló la bandera pirata al regresar de la guerra de las Malvinas.

¿Qué es la discriminación?

Es dar un trato de inferioridad a una persona o a una colectividad por motivos políticos, raciales, religiosos, sexuales, culturales, económicos, cualquier tipo de separación, o de decir que es inferior el que pertenece a eso, es una discriminación.

Uno de los reproches que permanentemente le hacían a Jesús era que El no discriminaba, y es un reproche insistente en el evangelio, cuando los escribas y los fariseos ven a Jesús, sentado con la gente de pueblo, los que no cumplían con todos los ritos, porque vivían lejos, porque eran gente de campo (galileos), o con los cobradores de impuestos (publicanos), entonces, le dicen: “Este a los pecadores recibe y con ellos come”. Lucas 15:2

¿Qué hacían? Lo estaban discriminando porque ellos discriminaban, no se sentaban a comer con esa gente porque ellos decían que eran impuros, eran pecadores que habían traicionado al pueblo y a Jesús lo acusaban: Este no discrimina a nadie y hay que discriminar, los fariseos y escribas discriminaban a todos los que no pertenecían a su rango, o a su visión religiosa.

Jesús socorrió al mendigo ciego, y a la mujer viuda que llevaba su hijo al cementerio; auxilia Zaqueo, que era el jefe de los recaudadores de impuestos, se acercaba a la gente de todos los niveles sociales, estuvo junto a la samaritana, en un lugar público, y recibió a un líder religioso como Nicodemo, que era toda una autoridad dentro de Israel.

Y la iglesia primitiva siguió el ejemplo de Jesús, en el camino trata con Pedro para que comprendiera que Dios no hace acepción de personas, y entra a la casa del militar Cornelio, y le predicó, quiere decir que la iglesia dejó la discriminación. No fue fácil y ni es fácil ubicarse.

Existe la discriminación económica, de esta habla Santiago, y a pesar del paso del tiempo, todavía muchas iglesias y muchos cristianos siguen siendo discriminadores, no han entendido el mensaje de Jesucristo, y por eso molesta Santiago con este ejemplo que toma.

Santiago 2:1 Santiago animaba en 1:27 a guardarse sin mancha del mundo, y en 2:1 en adelante da un ejemplo de lo que es el estilo mundano, que no ha elegido al azar. Dice: “Hermanos míos” (vv. 1 y 5), El que cree en la gloria de Cristo y así lo confiesa, ¡no se deja impresionar por las pequeñas glorias humanas! La gloria del  Señor (Éx 40:34,35), nos inmuniza contra anillos de oro y ropa espléndida (vv. 2,3).

Supongamos, dice Santiago, lo pone en términos prácticos, que en su congregación (dice sinagoga) entra un hombre, vestido espléndidamente (Hoy sería un traje de Gucchi, Chanel, Prada o Armani), y con un gran anillo de oro en el dedo (se alquilaban), – y miran con agrado a ese hombre y le dicen: siéntate tú aquí en buen lugar-, pero a un pobre decís: siéntate aquí en el suelo, – ¿no hacéis distinciones entre vosotros y venís a ser jueces con malos pensamientos?-. El no habla ni de la moral, ni espiritualidad, ni de la religión.

Si le damos la bienvenida al hombre rico, como se la daríamos a cualquier ser humano a quienes debemos amar, está bien. Pero si la bienvenida es “especial”, porque se trata de una persona pudiente, eso está mal. Una cosa es ser servicial, y otra servil.

Santiago analiza el caso, y dice: Nosotros hemos recibido una gloriosa enseñanza de Jesús, que él no discriminaba y que enseñó que no se debía discriminar, es una práctica ajena a la fe cristiana. Si nosotros invocamos al Señor Jesucristo como nuestro Señor, no podemos discriminar a nadie, yo puedo estar de acuerdo o no de acuerdo con una conducta, pero no puedo discriminar a la persona, El recibía a todos, tenemos que actuar como actuó Cristo, discriminar, es un acto contrario a la fe. El mensaje de Jesucristo es un mensaje que abraza a toda la gente;

Santiago 2:4, El que hace discriminación, es juez con malos pensamientos ¿Por qué?

1) Porque emite un juicio guiado por lo que ve, por las apariencias.

2) Porque con este conviene estar bien; y con este otro, no.

Los jueces deben juzgar sin acepción de personas, sin tener en cuenta la posición, la riqueza o la pobreza del acusado.

Entonces, juzgo, y favorezco al que tiene, porque pienso sacar ventaja de él, Santiago les dice: Cuando ustedes actúan así, se ve que tienen malas intenciones, cuando lo sentaron adelante al rico y le dieron honores, es porque están pensando en las ventajas que pueden sacar de ese rico, y cuando lo sentaron al pobre atrás es porque no les interesa la persona, lo que les está interesando es el dinero, el prestigio, lo que la persona tenga, y Santiago nos hace reflexionar sobre cosas que preferimos olvidar o ignorar, y dice:

Sgo 2:5.6 “¡Hermanos míos amados, oíd! ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que lo aman? Pero vosotros habéis enfrentado al pobre” ¿Es Santiago ahora un revolucionario, como María en su “Magníficat” hubiese ensalzado la revolución? (Lc.1:52-53)

Según juzga el mundo: pobres. Pero según la medida del Reino de Dios: ¡ricos! Porque: son herederos del Reino de los cielos.

Santiago no está diciendo que los pobres han sido elegidos para la gloria gracias a su pobreza, ni tampoco que los ricos pertenecen a los que son condenados por causa de su riqueza. Pues Dios ha prometido el Reino a los que lo aman (v. 5). A los que aman a Dios, sean pobres o ricos. El rico Abraham era el amigo de Dios, y Job amaba mucho a Dios, mujeres ricas sirvieron a Jesús con sus bienes, y el rico José de Arimatea cedió su propia tumba al Señor. Santiago escribe: Dios ha elegido a los pobres-según-el-mundo, para que sean ricos en la fe.  

Recuerdan ustedes que la única persona que notamos que rechaza el evangelio, con tristeza pero lo rechaza es un rico, no es que Dios esté despreciando al rico, sino que el pobre está más predispuesto a entender, a valorar el evangelio y a entregarse al Señor; porque no tiene el velo de la riqueza que obnubila a las personas, que oscurece el panorama, el amor al dinero es la raíz de todos los males, el dinero despierta amores, que oscurecen la visión espiritual.

Y por eso el evangelio fue siempre recibido mucho más por los pobres, en el tiempo de Jesús, los que seguían a Jesús eran los galileos pobres; mientras el que tenía riquezas se apoyaba en las riquezas.

La riqueza produce ceguera, la marca Jesús en la parábola del Rico y Lázaro, el rico no ve la necesidad de Lázaro, que está en la puerta de su casa mendigando, no la ve, porque el dinero ha hecho como velo, y por eso el Señor dijo: “Cuan difícilmente entrará en el reino de Dios los que tienen riqueza…”.

La riqueza tiene un efecto anestésico en lo espiritual, la persona empieza a pensar en el presente, está pensando en lo que tiene y que puede comprar, en el cómo puede divertirse, la muerte termina por sorprenderlo, sin que se haya detenido en algún momento a pensar en su realidad espiritual; el pobre piensa en su realidad espiritual, está mucho más abierto a la necesidad espiritual, y por eso es que se destaca todo esto.

 

Ejemplos de discriminación:

Jonás tuvo su oportunidad de servir a Dios, debía ir a predicar a los opresores, los Asirios, y le predicó a los ninivitas, eran los enemigos políticos de su propia nación y por ende de él mismo.

MEZCLA EXPLOSIVA: DISCRIMINACION A LOS ENEMIGOS POLITICOS Y FE EN DIOS. Y explotó todo. Les predicó, se convierten y le agarró bronca, un gran enojo. No le entró en la cabeza que Dios amara a esa gentuza.

Pedro estaba con todas las pilas puestas y deseoso de predicar (Hc 10 y 11) hasta que las indicaciones divinas dijeron tenés ir a predicarle a un no judío, a un centurión romano. AHÍ NO:

MEZCLA EXPLOSIVA DISCRIMINACION A LOS NO JUDÍOS Y FE EN JESUCRISTO.

El cristianismo había empezado siendo exclusivo para los judíos en su origen, pero no debía quedar ahí, pero los referentes pensaron que debía quedar entre ellos, Jesús murió por todos.

Cornelio por lo que se relata en los Hechos era una persona devota del verdadero Dios, pero le faltaba conocer lo más importante: Jesús y la obra redentora.

¿A quién eligió Dios para esa tarea? A un cerrado judío que tuvo que ser convencido de que era deudor del evangelio a toda la gente, AL PARECIDO A MI Y AL MUY DIFERENTE A MI.

La visión que torció la voluntad de Pedro eran de animales prohibidos que de repente Dios dijo: Es kosher (Apto), o sea alimento permitido en tu dieta.

Pedro al final dijo en Hechos 11:17: ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?

Otras mezclas explosivas: Discriminación por causa de la educación: “Este estudió en un pequeño colegio del campo, ¿Qué puede saber?” Habla mal: Un gran predicador del pasado Moody fue a predicar a Inglaterra y pronunciaba algunas palabras mal y a la gente educada le cayó mal, pero luego fueron convencidos por el fuego de su prédica.

En Londres estaba el pastor más elocuente, culto y erudito de esa época y también famoso llamado F. B. Meyer, y cuando lo ve hablar en el púlpito piensa que había cometido una equivocación, porque Moody era una persona algo exuberante, cometía asesinato al idioma, era el  único hombre que podía pronunciar Jerusalén en dos sílabas (tiene 4), él predicó de Cristo. Este culto y erudito británico, no veía la hora que terminará con su mensaje, mientras estaba sentado se retorcía en su asiento. Al fin de una de las reuniones, Meyer se encontró con una mujer que era maestra de la iglesia, le pregunta: ¿Cómo ha sido su día? Ella le dijo que había tenido una experiencia maravillosa luego de que Moody predicó, he ganado para Cristo a cada niño de mi clase, porque Moody había hablado de tener una carga por las almas. Meyer dijo más tarde: Yo aprendí algo de Moody ese día, el idioma del alma.  A tener carga por las almas perdidas.

En los países occidentales ricos, se ha alimentado y promovido el sentimiento de xenofobia, existiendo hoy un rebrote de estas actitudes por el fenómeno inmigratorio.

Discriminación por causa de la familia: ¿De qué familia viene?

Discriminación por causa de la inteligencia: Este tipo tiene pocas luces, no es muy brillante.

Discriminación por causa de tu clase o tipo trabajo: Eso pasó con los judíos en la época de José, porque ellos eran pastores de ovejas y los egipcios abominaban a los pastores de ovejas, ver Génesis 41:31-34, los egipcios eran educados, y los pastores una escala social más baja.

Los pecados sociales se repiten en el tiempo de hoy.

Discriminación por causa de la personalidad: “Apenas la aguanto”, “No la soporto”, habla mucho, es pesada, es muy metida, es preguntona, o, “no habla mucho”, etc.

Discriminamos por causa del pecado que lo distingue: “Cómo pudo cometer esos pecados”.

Uno puede decir: Es un pequeño pecado frente a otros que son muy graves, y Santiago 2:10-11 te contesta: “Porque el que guarda toda a Ley, y ofende en un solo punto, es culpable de todos. 11 Porque el que dijo: «No cometerás adulterio», también ha dicho: «No matarás». Si no cometes adulterio, pero matás, ya eres transgresor de la Ley.

¿Qué quieren decir estos dos versículos? Que el mismo Dios que dijo que el adulterio es un pecado y el matar también dice que DISCRIMINAR ES PECADO.

JESUS ESTABA A DISPOSICION DE TODOS

NOSOTROS ESTAMOS A DISPOSICION DE JESUS

ESTAMOS A DISPOSICON DE TODOS

Jesús fue amigo de ricos, José de Arimatea lo fue, Juan 19:38 Jesús  alabó, elogió la mujer pobre que ofrendó dos blancas al tesoro, Lc 21:2.3 Jesús no despreció al fariseo, fue a su casa Lucas 7:36. Comió con un despreciable publicano llamado Zaqueo, Lucas 19:5 Sanó al sirviente del centurión romano Lucas 7;2,10 Habló en público con la mujer samaritana.

En el Progreso del Peregrino de Juan Bunyan, cuando los peregrinos llegaron a la puerta de la Ciudad Celestial, “cada hombre entregó el certificado que había recibido al principio. Lo certificados fueron llevados al rey, quien los leyó y dijo: “Abran la puerta, para que puedan entrar”. ¿Qué había en los certificados? ¿Cartas de recomendación? ¿Reconocimiento de la educación superior? ¿Reconocimiento de riqueza? ¿De pobreza? ¿Comprobante de raza? ¿Testimonio de la calidad de miembro de un grupo minoritario?

NO, EL CERTIFICADO ERA UNA COMPROBACION DE SU SALVACION.

Santiago escribe que los ricos actúan con violencia respecto a los pobres, y los arrastran ante los tribunales.

“Así blasfeman el buen nombre que fue invocado sobre ellos” (2:7).

Los mandamientos de Dios no se pueden “cumplir por separado”.

Ojalá que nuestra alma sea una, y no esté dividida; que nuestras congregaciones sean unidas y no divididas por discriminación y formación de grupos; porque el Señor nuestro Dios es uno. Y su Ley es una. “Cualquiera que ofenda en un punto (de la Ley), se hace culpable de toda la Ley” (v. 10). Los mandamientos de Dios son como una cerca alrededor de nuestra vida redimida, con el fin de guardarnos en la salvación.

“Así hablad y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad” (v. 12). Es la Ley suprema (v. 8), la Ley perfecta de la libertad (1:25), que ya en su encabezamiento proclama la libertad como el gran regalo de Dios: ¡“Yo soy Jehová, tu Dios, que te saqué de casa de servidumbre”! El mismo Dios que nos ha puesto en la libertad de los hijos de Dios (Ro. 8:21), nos indica en su Ley el camino para no perder nuestra libertad, y para que en la congregación no dificultemos la libertad de cada uno y valoremos al otro.

El valor del otro viene determinado por el alto precio de la sangre preciosa de Cristo, con la que todos fuimos rescatados (1P. 1:17-19). 2:13: “Recordaos”, termina Santiago esta sección de su Epístola, “que Dios hará juicio sin misericordia con aquel que no haga misericordia, y la misericordia triunfa sobre el juicio” (compárese Mt. 18:21-35).

En el Antiguo Testamento, Dios dividió a la humanidad en dos grupos “raciales”; los judíos y los gentiles. La intención de Dios fue que los judíos fueran un reino de sacerdotes, ministrando a las naciones gentiles. En vez de eso, la más de las veces, los judíos se volvieron orgullosos de su posición y despreciaban a los gentiles. Jesucristo puso fin a esto, destruyendo el muro divisorio de hostilidad (Efesios 2:14). Todas las formas de racismo, prejuicio y discriminación son afrentas a la obra de Cristo en la cruz.

Jesús nos enseña en Mateo 25 que todo lo que hagamos por el más pequeño de Sus hermanos, lo hacemos por Él. Si tratamos a las personas con desprecio, estamos maltratando a una persona creada a la imagen de Dios; y por quien Jesús murió.

El racismo, en sus varias formas y grados, ha sido una plaga por miles de años. ¡Esto no debe ser así! Quienes han sido víctimas del racismo, prejuicio y discriminación, necesitan perdonar. Efesios 4:32 y Gálatas 3:28 ser una completa realidad, “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”

Discriminación: Un gimnasio de Buenos Aires se puso una gigantografía en Buenos Aires, que decía lo siguiente: Este verano, ¿qué quieres ser? ¿Sirena o ballena? Una mujer que les envió su respuesta dijo por correo electrónico: «Ayer vi un cartel con una foto de una chica en un bikini y escultórica frase de este verano, ¿qué vas a ser? ¿Sirena o ballena?

Respuesta: Las ballenas están siempre rodeadas de amigos. Las ballenas tienen una vida sexual activa, quedan embarazadas y tienen hermosos cachorros. Las ballenas amamantan. Las ballenas están por ahí recorriendo los mares y conociendo lugares interesantes como la Antártida y los arrecifes de coral de la Polinesia. Las ballenas tienen amigos delfines. Las ballenas comen camarones a dos manos. Las ballenas tiran chorros de agua y juegan mucho. Las ballenas cantan muy bien. Las ballenas son enormes y casi no tiene depredadores naturales. Las ballenas están bien resueltas, son hermosas y son amadas. Las sirenas no existen… Si existieran vivirían en crisis existencial: ¿Soy un pez o un ser humano? No tiene hijos porque matan a los hombres que están encantados por su belleza. Son hermosas, pero tristes y solas siempre… Estimado Gimnasio, ¡prefiero ser una ballena!» (Se elimina la gigantografía en esa misma semana).

«A menudo, el ser humano se preocupa tanto por la parte exterior de una persona, la posesión de bienes materiales, y se olvida que lo más importante son los sentimientos de las personas… Si apreciamos más lo que somos y no lo que otros imaginan, todo el mundo sabría lo que quisiera ser o lo que quisiera hacer, y sólo entonces seríamos felices”.

Hacer discriminación con la pobreza ofende al pobre lo afrenta, “Pero vosotros habéis afrentado al pobre”. Eran los ricos los que oprimían a los pobres con la usura, los que oprimían dándoles sueldos bajos, haciéndolos trabajar excesivamente.

Los pobres trabajan excesivas horas por día, y recibe un sueldo magro, y muchas veces esas horas de más no se pagan tampoco, hay un estado de opresión.

En aquel momento los que tenían dinero, oprimían, pagaban sueldos bajos, cobraban usura, y cuando no pagaba, lo iban a buscar, lo tomaban de la ropa y lo llevaban a los tirones y los presentaban al tribunal, ¿No son ellos los que los están llevando a ustedes a los tribunales?

¿Por qué los ricos maldecían a los cristianos?

Cuando un esclavo, por ejemplo, se convertía, era mucho mejor esclavo, porque servía bien, pero no se le podía mandar a hacer ciertas cosas, porque no las iba a hacer por sus convicciones, entonces, empezó a ser un problema la fe cristiana, cuando le mandaban a hacer algo que era incorrecto, se negaba a hacerlo y pagaba aun con su vida por esto, porque él tenía convicciones, las cosas negativas o sucias no las podían hacer; y entonces ellos maldecían a este cristianismo. Una de las causas políticas, por las cuales crucificaron a Jesús fue porque no hacía distinción de personas, porque se acercaba a todo el mundo.

Jesús tuvo como discípulos a Mateo publicano, y a Simón el zelote que fue un guerrillero. Jesús venía a fundar una nueva sociedad donde todo esto pasaba a ser una cosa totalmente secundaria,

en la sociedad el dinero era una cosa fundamental, para Jesús era una cosa secundaria,

A medida que la persona va creciendo en su riqueza, va desapareciendo como persona, es por lo que tiene, pero no es por lo que es, Jesús buscaba a la persona.

El pobre y el rico estaban igualados, vea Romanos 16. Proverbios 22:2 dice: “El rico y el pobre se encuentran, a ambos los hizo el Señor”.

¿Por qué se encuentran? Porque somos iguales, no hay diferencia, las clases poderosas se revelaban contra esto, querían mantener las divisiones, la iglesia romperla.

¿Qué debe hacer entonces el cristiano? Santiago termina todo esto diciendo así:

“Si en verdad cumplís la ley real”, Sgo 2:8, ahora él ha hablado de la ley de la libertad, 1:25; pero acá habla de la ley real, no por realidad, sino por realeza, si cumplís la ley del Rey, que puso el rey, conforme a las Escrituras, amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis.

Está diciendo: La ley que puso el Señor es esta: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, pero si hacéis acepción de personas cometéis pecado, sos transgresor.

Nosotros graduamos el pecado, el adulterio es gravísimo, el asesinato también, pero la discriminación no es tan grave, y acá Santiago me dice, es lo mismo, la ley es una, la ley la puso el Rey, y cuando usted falla en un solo mandamiento, por ejemplo de la discriminación: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, ha fallado en todos; y él compara con el No matarás, el No cometerás adulterio, y el Amarás a tu prójimo como a ti mismo, la discriminación, nadie la pondría al lado del adulterio, ni del asesinato. No hay pecados más graves ni pecados menos graves; la discriminación es puesta a la par de cualquiera de estos pecados gravísimos.

Concluye: Esa ley que da Dios, es la ley que libera las sociedades, porque las sociedades que siguen marcando las diferencias, y están esclavas, este pasaje tiene vigencia para hoy.

¿Cuántos pobres e indigentes hay en la Argentina? No importa la cifra, debería haber mucho menos, porque tenemos la llanura fértil más importante de toda América, donde los chinos alimentarían a 200 millones de personas.

El pobre, el discapacitado, el marginado, tiene que encontrar en la iglesia su lugar, y yo Acá alguien así, tiene que encontrar el amor, la simpatía, que esta iglesia sea tan amplia como es el corazón de Dios; cuando es tan amplia y tan abarcadora, y allí vamos a cumplir la ley real.

JESUS ESTABA A DISPOSICION DE TODOS

NOSOTROS ESTAMOS A DISPOSICION DE JESUS

ESTAMOS A DISPOSICON DE TODOS.

 

Bibliografía: ¡Que se ponga de pie el verdadero farsante! De Ethel Barret; Salvador Dellutri en Los Grandes Temas, Epístola de Santiago de la Iglesia Reformada Holandesa, Adrián Rogers en El Amor que vale, y otros comentarios de Internet.