Navidad Efesios 1 – Parte I
Por: Carlos Amarillo | Temas: Navidad 2014
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Salvación no es solo sacar al hombre de la tierra y llevarlo al cielo, sino «sacar» a Dios del cielo y traerlo a la tierra.
Hay muchos planes que el hombre llevó a cabo y que resultaron con éxito (no sin antes tener muchos contratiempos) como ser llegar a la luna y caminar sobre ella, y lejos en el tiempo dar la vuelta al mundo en barco por primera vez proeza hecha por el marino español Sebastián de El Cano, por la muerte de Magallanes, o «descubrir» un nuevo mundo como América, la cápsula Orion realizó hace pocos días, con éxito su primer vuelo de prueba no tripulado al espacio, en lo que supone un paso hacia la exploración de nuevos destinos en el espacio profundo, como un asteroide o el planeta Marte. etc. Pero lo que si es un brillante plan y planeado por la mente de nuestro gran Dios es la salvación del hombre.
En la Biblia hay numerosos himnos que forman parte de ella, es fácil darse cuenta de estos cánticos en el Antiguo Testamento, pero en el Nuevo se nos complica. Ya dijimos que el evangelio de Lucas tiene 4 bien notables, en sus comienzos: El canto de María, de Zacarías, de Elizabeth y el de los ángeles. En Efesios 1, tenemos un himno que fue llamado por alguien el «Himno de la Redención».
Allí en resumen vemos que: Dios el Padre, planeó la salvación, Dios el Hijo ejecutó o concretó la salvación, (desde antes de la fundación del mundo), quiere decir que antes de la creación del hombre y su caída, ya estaba previsto el plan de recuperarlo; por eso la encarnación es el fundamento de la obra redentora, el Dios de los cielos hecho hombre (2 Corintios 8:9), cuando de lo Alto nos visitó la Aurora, el amanecer de un nuevo día, y Dios el Espíritu Santo la aplicó o la hizo real en nosotros.
Leamos Efesios 1:3-14.
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, 8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, 9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, 10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. 11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, 12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. 13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Según los eruditos este es una canción antigua que Pablo usó para elevar a Dios un himno de alabanza y de acción de gracias por Sus designios de amor y por las bendiciones que nos ha otorgado en Cristo. Es llamado el Himno de la Redención.
Se puede dividir perfectamente en tres partes, o sea tres estrofas (Una para cada integrante de la Trinidad: Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo) y un estribillo o coro que dice: «Para alabanza de la gloria de su gracia» «que seamos para alabanza de su gloria» y «para alabanza de su gloria» (Efesios 1:6,12,14).
El estribillo es un recurso poético consistente en un pequeño grupo de versos que se repiten. Tradicionalmente, se encuentra el estribillo al principio de la composición y repitiéndose al final de cada estrofa. En la canción actual se entiende como estribillo también a una estrofa que se repite varias veces en una composición. Entre los poemas que tradicionalmente han llevado estribillo se encuentran el zéjel, la letrilla y el villancico, a veces también el romance y otras formas de poesía popular.
El estribillo es una forma de repetición, base del ritmo y ligazón que da unidad al poema. Su nombre deriva de estribo, explicando su función de base o tema en que estriba la composición, al llevar en él la idea principal.
Veamos por partes:
1) Gratitud a Dios el Padre por planear la salvación del hombre (Efesios 1:3-6). El pasaje es muy rico y podríamos detenernos varias horas y no terminaríamos de extraer sus riquezas. Pero yo lo voy a enfocar vinculado con la Navidad y la salvación. El verso 4 dice que el Padre nos escogió en él antes de la fundación del mundo, y completa la idea que nos salva para que seamos santos. La misma idea está expresada por Pedro en 1 Pedro 1:20, donde dice que el Padre respecto de Cristo «Ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros».
La palabra destinado, es escogido, provisto, ordenado, conocer de antemano.
Manifestado: El Padre fue manifestando desde el principio de la existencia humana lo que eran sus planes, lo que cobijaba su mente prodigiosa. Así, podemos ver que la primera manifestación profética fue indicar que el Mesías: NO SERÍA NI ÁNGEL, NI QUERUBÍN, NI SERAFÍN, NI UN SEMIDIOS, NI UN ARCÁNGEL, SINO SERÍA UN INTEGRANTE DE LA RAZA HUMANA. Génesis 3:15 dice: «Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tu le herirás en el calcañar».
Con el paso del tiempo se indicó que sería en una sección de la raza, de los tres hijos de Noé se seleccionó a Sem, Génesis 9:26-27, «Y habite en las tiendas de Sem». ¿Quién habite? Está tácito el sujeto, pero señala a: DIOS.
Luego fue manifestada una nación de las que derivaron de Sem. Génesis 12:1-3. La nación grande que bendeciría a todas las naciones.
Luego fue manifestada que tribu de esa nación. Génesis 49:1,10. Allí es señalada un hijo de Jacob, era Judá.
Luego fue manifestado una familia de esta tribu, la familia de Isaí. Uno de sus ocho hijos se llamaba David. Samuel fue el indicado en señalarlo (1 Samuel 16).
Luego se indicó una mujer de dicha familia, y que sería virgen. Isaías 7:14 dice: «El Señor os dará señal: he aquí la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel».
Uno de los grandes propósitos del Antiguo Testamento es mostrarnos en forma escalonada, y revelando en forma progresiva, no todo de golpe, como iba a ser manifestado el Mesías. Dios el Padre lo planeó.
Esta primer parte del himno de la redención termina con un estribillo o coro: «para alabanza de la gloria de su gracia…» Efesios 1:6.
2) Gratitud a Dios el Hijo por ejecutar a su tiempo o concretar la salvación (Efesios 1:7-12).
Hebreos 1:1-2, Gálatas 4:4-6.
3) Gratitud a Dios el Espíritu por aplicar la salvación a nosotros (Efesios 1:13-14).
En la segunda parte veremos el desarrollo del punto dos y tres y la aplicación para nuestros días.
Bibliografía: Comentario de M. Henry, del pastor Rogers, Comentarios de Efesios.