Ordenación Pastoral – Oscar Bautista
Por: Ezequiel Bautista
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El sábado próximo pasado fue el acto de ordenación al ministerio pastoral de Oscar Bautista, fue un tiempo muy emotivo, y vinieron los hermanos de Cañada Rosquín. Compartió la reflexión su hijo, Ezequiel Bautista.
Pasaje Bíblico central: San Mateo 9:35-38
35 Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.
38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. (RV60)
35 Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia.
36 Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor.
37 «La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —les dijo a sus discípulos—.
38 Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo.» (NVI)
Introducción:
“Nadie más tiene o ha tenido lugar en el corazón del mundo como el que tiene Jesús. Otros dioses han sido adorados devotamente; ningún otro hombre ha sido tan devotamente amado”.
– John Knox
Esta maravillosa frase expresada por Knox la aprehendí de chico. Fue mi papá quien me enseñó lo esencial de la vida: amar a Jesús. Fue su vida y su ejemplo quienes me llevaron a conocer a Jesús personalmente como mi Salvador y mi Señor. Jesús fue y es el modelo a seguir de mi viejo, y por supuesto, también el mío.
Por lo tanto quisiera que juntos podamos analizar lo que el evangelista nos expresa del Maestro en este texto bíblico; y sin duda podremos extraer algunos lineamientos, algunos tips que nos servirán para la vida. Por supuesto, la vida incluye nuestro servicio a Dios efectuado en una comunidad cristiana particular.
Desarrollo:
I– Vs. 35. “Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas”
(1) a– Recorrer:
Es muy necesario hacer énfasis en este verbo. Tenemos que recorrer y caminar por todos los sitios que nos rodean. Jesús no estuvo todo el tiempo metido dentro de un templo o un salón organizando reuniones o eventos. Él no estuvo preparando programas eclesiales para que la gente asista a la iglesia como muchas otras personas asisten a un club o a una sociedad de fomento. Lo de Él fue completamente diferente.
La diferencia con nosotros es que la actividad de Jesús no se centraba en un local o lugar de reunión; ese no fue su eje ni el núcleo de su ministerio. Él salió afuera. Él recorrió…
b- todas…
las ciudades y aldeas. Salió donde la necesidad se nos presenta cara a cara, fue a donde nadie quería ir, recorrió los caminos más largos y peligrosos, y esto lo hizo al lado de sus discípulos. (Notemos que las últimas palabras del Maestro antes de ascender a los cielos, cuando nos encomienda la gran Comisión, fueron: “Id y haced discípulos”).
Es una necesitad imperante del Reino la de que cada integrante “recorra” “todos” los lugares, y no tan solamente aquellos sitios que nos agradan y nos hacen sentir bien, o mejor.
c- Claustrofobia espiritual:
Jesús la tuvo, el apóstol Pablo también y tantos otros grandes. Y sé que mi padre la padece, de hecho fue por su claustrofobia espiritual que llegó a Cañada Rosquín. Tengamos claustrofobia espiritual.
d- La Biblia no nos muestra a un Jesús cómodo en el templo, con aire acondicionado y alfombra roja, centrando toda la actividad del Reino alrededor de un local, midiendo cuántas personas podría hacer caber en los metros cuadrados disponibles para así comprobar o medir el éxito de su ministerio. (¡Qué distinta la visión del Maestro a la que hoy comúnmente se tiene!).
2) “Enseñando en las sinagogas de ellos”
a- Jesús asigna un propósito y un fin al templo y a los lugares de reunión, y este es que sean lugares en donde se enseñe.
Por supuesto que se pueden hacer muchas cosas en nuestros templos, como por ejemplo celebrar una ordenación, festejar un acontecimiento especial como navidad, un aniversario, etc. Pero todo cuanto se haga, necesariamente debe transmitir y enseñar a quienes participan.
Nuestros templos (lugares de reunión) ya no cumplen la misma función que en la época del AT. Nos encontramos a Jesús mismo, en Juan 4 aclarando este punto en su conversación con la samaritana.
b- Para adorar a Dios no es condición sine qua non venir todos los domingos a la iglesia. Para servir a Dios no es necesario participar del ministerio de acción social… ¡No estoy diciendo que no haya que ir a la iglesia, o mejor dicho, al templo! La persona que quiere entender eso se está engañando a sí misma, y seguramente su postura absurda le servirá momentáneamente como camuflaje de su hipocresía. Lo que estoy intentando expresar es que la vida cristiana es mucho más que la mera asistencia periódica y semanal a un templo, o mucho más que el cumplimiento al pie de la letra de un programa u orden mensual o anual religioso. La vida cristiana es vida, y vida completa, y no fracciones. Ahora los templos somos cada uno de nosotros, la presencia habita en nosotros, somos templos ambulantes.
A Dios se le adora en espíritu y en verdad en cualquier sitio (también en la iglesia, y no sólo en la iglesia). A Dios se le sirve con la vida y no en la vida (en la iglesia, y no solamente en la iglesia). Es una forma de vida lo que nos hace ser Iglesia, y son meras actividades las que nos hacen ir a la iglesia y cumplir así con una religión.
c- Nuestros templos, nuestros ministerios tienen que estar al servicio de la enseñanza. Todo lo que se haga en ellos (se puede hacer de todo) tiene que ser con el firme propósito de enseñar PARA LA VIDA.
Efesios 4:1-12: “viváis, andéis” (v. 1). SER y no IR a la iglesia. Vida completa y no fracciones (NECESITAMOS CORTAR CON LA ESQUIZOFRENIA ESPIRITUAL, CON EL TRASTORNO DE PERSONALIDAD: cristiano miércoles, sábados y domingos; mundano lunes, martes, jueves y viernes).
Todos los ministerios de la Iglesia tienen EL FIN DE (v. 12): “Perfeccionar, capacitar, preparar”. Por eso afirmo que todo cuanto se hace dentro de nuestros templos, y todo cuanto hace un ministro (un servidor) tiene el fin de perfeccionar, capacitar, preparar, enseñar a las personas a ser como JESÚS.
d- Jesús insistía y les enseñaba con autoridad (Marcos 1:22).
La enseñanza no se reduce a la actividad de colgar un pizarrón en una pared, colocar varios pupitres con personas y una que esté al frente diciéndoles a los demás lo que tienen que hacer.
El término enseñanza cubre un campo amplísimo de significados.
e- Moldes vacíos. Enseñar con la vida, como lo hizo mi viejo. Mi viejo no es un molde vacío de lo que alguien tuviera que ser si fuese cristiano, o mejor dicho, si fuese un discípulo de Jesús. Mi viejo no es una apariencia, mi viejo es un seguidor, mi viejo es un discípulo de Jesús.
f- Jesús no asustó a la gente con su mensaje, ni manipuló a las personas con frases armadas basadas en la prosperidad, el triunfalismo, o el exitismo, tales como: “¡Venga a la iglesia del apóstol y profeta Hernández, traiga la ofrenda que la bendición es grande!” o “¡Arcángel y profeta Tito Buenaventura: venite al culto que la bendición dura!”
Jesús les enseñó.
3) “Predicando el evangelio del Reino”
a- Su mensaje, su enseñanza era el Evangelio del Reino, la buena noticia de que hay un dirigente supremo… No dependemos de los gobiernos humanos, sino de un Dios que es amor. Hay un nuevo Reino (gloria de Dios). ¿Por qué muchos cristianos viven y actúan como si pertenecieran al reinado de turno establecido por los hombres, y se pelean, se discriminan, se separan, y no actúan como si pertenecieran al Reino de Jesucristo?
Hoy, ¿se predica el Evangelio del Reino? Quizás muchos predican su propio evangelio y eso es muy peligroso.
b- Sin duda que Jesús iba proclamando este mensaje, y sus discípulos también. ¿Qué quiere decir que iba proclamando? Iban haciendo público, iban publicando en voz alta, con voz en cuello. Quiere decir que iban dando este mensaje abiertamente a todos, proclamándolo en todos los lugares.
4) “Sanando toda enfermedad y dolencia en el pueblo”
a- Recordemos que el Evangelio integral del Reino es: Palabra: son las verdades del Reino que están escritas en la Biblia; poder: son las señales del Reino, y acción: es el actuar cristiano que expresa el amor de Dios.
b- Aquí vemos cómo Jesús conjuga de manera formidable los tres puntos anteriores que son el Evangelio del Reino. Ya les había enseñado, ya les estaba mostrando su acción de amor, y ahora les muestra las señales de poder del Reino y los sana milagrosamente de sus enfermedades y dolencias.
c- Lamentablemente hoy muchas comunidades religiosas hacen al revés; en vez de ser comunidades terapéuticas y de sanidad, son causante de enfermedades físicas y psicológicas.
¿Sos de sanidad para las personas que te rodean?
II- Vs. 36. “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas”
(1) a- Hay una diferencia clara entre ver y mirar. Generalmente vemos (fenómeno biológico) y no miramos (fenómeno social). El filólogo investigador José Moreno de Alba dijo: “Vemos todo lo que miramos, pero no miramos todo lo que vemos. Basta tener los ojos abiertos para ver, pero para mirar necesitamos ejercer, en alguna medida, la voluntad”.
b- Y al mirarlos con su dulzura tuvo compasión. Él era el Maestro y no conocía pecado. Es más, él iba a ser castigado por el pecado y por los pecadores. Sin embargo, tuvo compasión de las personas. Nosotros que somos pecadores, que muchas veces hacemos lo mismo que aquellas personas que se encuentran afectadas por su pecado, en vez de tener compasión como Jesús, lo que hacemos es juzgar y acusar. Él, teniendo el derecho de acusarlas o juzgarlas, no lo hizo. ¿Por qué lo hacemos nosotros?
Joy Davidman dijo: “Los cristianos no somos necesariamente más morales que cualquier otro en el mundo, sólo somos más perdonados. ¿Cómo luce una persona perdonada?”
2) “Porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor”
a- Al frente de Israel estaban los líderes políticos y religiosos, pero Jesús dice que la gente estaba sin pastor.
Los líderes políticos no tenían ninguna orientación que ofrecer; los líderes religiosos ninguna consolación que dar (ellos estaban perdidos). Es por esto que Jesús dice que la gente estaba desamparada.
Este pueblo judío estaba desalentado, doblegado y postrado por las cargas sociales y religiosas que cargaban en sus espaldas. Me pregunto: ¿cuántos pueblos hoy están en la misma situación? La compasión de Jesucristo fue una conmoción interior, un quebranto. La gente sola y necesitada, devastada por el desconsuelo, fue el objeto de la compasión del Maestro. Por esto mismo, para esos días y los nuestros, Jesucristo sigue siendo la única alternativa que los hombres pueden elegir frente a todas las que el mundo aún siga ofreciendo.
b- Si Jesús caminara por nuestras calles hoy, si entrara a nuestros templos, se sorprendería de la cantidad de caras angustiadas y desamparadas. Sin duda que Él conoce esta situación, pero si hoy estuviera en persona, ¿qué pensás que diría?
¿Cómo están las ovejas cuando no tienen pastor? Cansadas, desorientadas, perdidas, hambrientas o mal alimentadas, tristes, etc. Hoy mucha gente está así… ¿qué hacemos?
III- Vs. 37. “Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.”
(1) a- Aquí, luego de la mirada larga de Jesús al pueblo, el Maestro bueno hace un diagnóstico de la situación con dos declaraciones: 1- La mies (cosecha) es mucha. 2- Los obreros, pocos.
Hoy más que nunca, las personas están pasando muchísimas angustias. Hay un estado de tristeza y ansiedad generalizado, pero notemos que para Jesús este no es el principal problema, todo lo contrario, hay solución para eso. El Evangelio tiene el poder de restauración que nuestra sociedad necesita.
Pero sí notemos cual es la carencia que el Maestro encuentra: “los obreros son pocos”. Los que llevan este regalo maravilloso que es el Evangelio a aquellos que ya están preparados y que necesitan escucharlo, son pocos.
b- Este diagnóstico se lo expresa a sus discípulos, les muestra la realidad tal cual es. (Hoy se habla de la generación de la conquista, de la nueva generación, etc. Cosas que no hablan de la realidad que se vive y que solamente sirven para evitar ver cuáles son las responsabilidades que tenemos como hijos de Dios, y que no estamos cumpliendo como deberíamos). (Anécdota de la playa de estacionamiento).
IV) Vs. 38. “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”
(1) a- Al ver esta situación, Jesús no se conforma con dar un diagnóstico; sus palabras continúan y expresa lo siguiente: “rogad”. Nuestra oración debe ser un ruego ante Dios al ver la cosecha y al notar que los obreros son pocos. No lo veamos solamente; mirémoslo y tengamos misericordia. La misericordia es ponerse en los zapatos del otro; no es dar una limosna, o sentir lástima. La misericordia es sufrir junto al otro, es sentir junto al otro, es no sólo quedarse con la propia miseria, sino también llevar la del otro.
b- Muchos piensan que la declaración de que “la mies es mucha” describe la situación que se vivió, se vive y se va a vivir. Pero ¡qué error tan grave es este!, caer en este conformismo, caer en un ruego sin acción, sin compromiso. Totalmente en contra de lo que el Maestro nos encargó. El Evangelio debe predicarse a toda criatura, y los obreros así cada vez seremos más.
c- El ruego que se hace a Dios con corazón sincero no sólo es escuchado, también es respondido. Y en esa respuesta encontramos el corazón de Dios en el nuestro, acelerando nuestros latidos hacia la misericordia, al amor y el compromiso.
(2) a- Nuestro ruego es dirigido “al Señor de la mies”. No podemos olvidar eso: Dios es el dueño de su obra, Él es el dueño de su cosecha. Nadie más que Él. Él es el jefe, Él decide. Hoy hay tantos que se atreven a tratar a la mies como se les ocurre, ignorando que hay un Dios amante de la justicia.
b- El saber que Dios es el Señor de la mies hace que nosotros nos demos cuenta de que no somos más que sus siervos. Hace que desaparezca de nosotros cualquier tipo de “espíritu mesiánico” y que la gloria sea sólo para Él. De esta manera el Espíritu nos da el privilegio maravilloso de disfrutar el trabajar con Dios (y no para Dios).
c- Hoy muchos se preocupan por ver quién tiene la iglesia más grande, el nombre más conocido, el ministerio más popular, totalmente contrario a lo presentado por Jesús.
Pero pocos se preocupan en saber si lo que están haciendo es lo que quiere el Jefe, o si esa es la forma de trabajar del Jefe.
d- El saber que Dios es el Señor de la mies también nos ayuda a saber cargar con el peso del ministerio. Muchas son las personas que terminan enfermándose física y psicológicamente por cargarse el peso y la responsabilidad total de la mies, cuando en realidad ese peso y responsabilidad son de Dios. Nosotros sólo debemos cumplir responsablemente con las órdenes que el Jefe nos da, del resto se encarga el Señor.
(3) a- El ruego al Señor de la mies es para pedirle que envíe más obreros a su mies. No es un ruego para que la mies vaya a la iglesia, sino para que la iglesia vaya en busca de la mies. El Señor nos dice: “Id y haced discípulos”.
Ahora bien, en este ruego comprometido, en esa petición presentada humilde y diligentemente al Señor, será nuestro corazón el que deberá responder, al igual como respondió el corazón de Isaías: “Heme aquí, envíame a mí”.
Que esta sea la disposición de nuestro corazón. Que esta sea nuestra entrega.
Conclusión
Si bien Jesús mismo ya no camina en este mundo como hace 2015 años atrás, Él sigue caminando a través de su Iglesia, que es su cuerpo, y Él es la cabeza.
Iglesia, representemos a Jesús. Iglesia, somos Jesús en la tierra. Tenemos que andar como Él anduvo, predicar lo que Él predicó, amar como Él amó. Y sólo es posible eso cuando en oración y ruego logramos sentir su corazón, cuando en intimidad y sinceridad Él pone sus latidos en nuestro corazón. Y podemos ver a las muchedumbres con sus ojos, y rogar por ellas, y con valentía responder: “Señor de la mies, heme aquí, envíame a mí.”
Repaso punto por punto:
1- Recorrer. 4- Ser de sanidad/ sanar. 7- Ruego comprometido y activo.
2- Enseñar. 5– Ver y mirar.
3- Predicar el Evangelio del Reino. 6- Tener compasión.
PALABRAS PARA MI PAPÁ:
“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.” Bertolt Brecht
“La respuesta del discípulo no consiste en una confesión de fe en Jesús, sino en un acto de obediencia (…) y ¿por qué obedecer? Porque quien llama es Jesús; Él tiene poder y autoridad para llamar a la gente. Jesús llama a un seguimiento, a un compromiso diario con Él. (…) Ninguna alabanza recae sobre el discípulo o sobre su cristianismo lleno de decisión. La mirada debe dirigirse hacia el que llama y hacia su pleno poder (…) uno es llamado y debe salir de la existencia que ha llevado hasta ahora. Lo antiguo queda atrás, completamente abandonado. El discípulo es arrancado de la seguridad relativa de la vida y lanzado a la inseguridad total (es decir, realmente, a la seguridad y salvaguarda absolutas en la comunidad con Jesús); es arrancado al dominio de lo previsible y calculable (o sea, de lo realmente imprevisible) y lanzado al de lo totalmente imprevisible, al puro azar (realmente, al dominio de lo único necesario y calculable)”. Dietrich Bonhoeffer
Esta poesía es muy importante para la familia a la que pertenezco desde que me casé con Estefi. Era tan amada por don Santiago de Canclini que la repetía cada vez que podía, al punto tal que la gente creía que él era el autor. Cuando falleció J. C. Varetto, suegro de don Santiago Canclini, él mismo leyó esta poesía en su culto de entierro. Cuando falleció don Santiago Canclini, su hijo Arnoldo Canclini (abuelo de mi esposa), la leyó en su entierro. Cuando falleció don Arnoldo, yo no pude leerla. Simplemente no podía, no tenía voz, no podía hablar o pensar en el abuelo sin emocionarme. No era solamente el abuelo de mi esposa, ni un pastor muy conocido e importante; era un amigo para mí, un consejero. Cuando lo despedí, una nostalgia muy profunda me invadió. Por esto y debido al acontecimiento de hoy es que quise tomar revancha, y con el permiso y la bendición de la abuela, Noemí Cristiansson de Canclini, quien me dijo textualmente “¿y qué más quisiera el abuelo, que le leas esta poesía a tu papá en este culto tan precioso?”, es que voy a intentar leerla.
Esta poesía me coloca frente a la tan gran nube de testigos que nos rodea, de la cual nos habla el autor de la epístola a los hebreos: Juan Carlos Frascarolli, Samuel Libert, Arnoldo Canclini, etc.
– ¿Cómo va la carrera, Portador de la Antorcha?
– ¡No me hagas detenerme!
Es tan veloz mi curso como volar de flecha.
Fogoso y exultante salto sobre los fosos; al través de la selva voy mi sendero abriendo;
brinco sobre los baches y con los nervios firmes y el corazón gritándome sin cesar: ¡Adelante!
No puedo detenerme para darte respuesta.
– ¿Cómo va la carrera, Portador de la Antorcha?
– ¡No me hagas detenerme!
Sellada está mi boca y mi garganta apenas puede emitir sonido:
Mis ojos ha cegado el sol resplandeciente con su tórrido brillo:
Como lluvia de lumbre, las chispas de la antorcha me bañan, y sus fuegos apagan en mi sangre menos calor apenas que las ascuas que caen.
¡El aliento me falta para darte respuesta!
– ¿Cómo va la carrera, Portador de la Antorcha?
– Salté sobre las rocas y hoy me tropiezo en ellas;
me derriban malezas que una vez destrozaba sin esfuerzo ni pena. La antorcha media extinta quema la mano fuerte que la conduce en alto;
fiero dolor me acosa; mas no importa, si logro en las manos ponerla del siguiente relevo…
– ¿Cómo va la carrera, Portador de la Antorcha?
– ¡La carrera prosigue y el santo fuego avanza!
Terminé mi relevo y ahora me desplomo fláccido, sobre el césped, a un lado del camino.
¿Por mi bregar me alabas? ¡Calla! Las fuerzas me abandonan,
mas tú no estás cansado: escudriña el camino,
mira bien y asegúrate si va en alto la antorcha en las manos del otro corredor.
No hagas caso de mi vida ofrendada con placer en la brega.
¡Sólo importa una cosa: que la antorcha encendida vaya siempre adelante!