Salmo 103 Como las águilas – Parte II
Por: Carlos Amarillo | Temas: Salmo 103
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Ya vimos algunas características de las águilas:
1) El águila es águila porque nace águila.
2) Las águilas habitan las alturas.
3) El águila cuando crece deja su nido.
4) El águila pasa por un momento de decisión, de vida o muerte.
Debemos volvernos a la Roca de nuestra salvación. Todos los cristianos tenemos momentos de decisión. Hay momentos que la persona tiene la tentación de rendirse. En la película “Al filo del peligro” hay dos sobrevivientes de un accidente de avión perdidos en Alaska, uno es un millonario y el otro es un fotógrafo profesional, buscando que los vayan a rescatar de una zona inhóspita, y son perseguidos por un oso kodiak gigantesco y hambriento, piensan que pronto van a perecer, pero ellos deciden que lo más acertado es atacar al oso, volverse contra él.
Para atraerlo a la trampa, uno de los protagonistas se corta en la mano, para que la sangre atraiga al oso, y tratar con lanzas caseras eliminar al animal y esta decisión les permite salvar la vida de ese terrible peligro. Ellos se gritan uno a otro que pueden, que van a vencer con sus fuerzas humanas. Si decidían escapar sin atacar el oso, hubieran muerto. Muchas veces queremos tirar la toalla, cuando las cosas no nos salen, o si los otros no tienen un comportamiento como el que esperamos. Queremos abandonar cuando estamos doloridos y desalentados. Dios no nos compara con las gallinas, ni con los pollos, ¡Somos águilas!
¿Qué estás a punto de decidir hoy? Es el día de decirle a Cristo: ¡Aquí estoy! ¡Dame fuerzas como las águilas! Y Jesús lo hará. Dios nos ha dado un gran privilegio: vivimos en un momento en el cual el mundo está más negro que nunca. Dios guardó a sus águilas para ponerlas en un tiempo como éste porque Él sabe que podés vencer.
Muchos pueden decir que la situación que viven es la más dura que jamás han enfrentado. No importa cuál sea tu situación, Dios no te dejará ser tentado más allá de lo que puede resistir. Dios te dará salida. Él le ha hecho un nueva criatura, una nueva persona, con nueva esperanza, con un nuevo futuro, porque no somos pollos somos águilas.
El águila pasa por un gran momento de debilidad y ocurre lo que dice el Salmo 103:5, “El que sacia de bien tu boca. De modo que te rejuvenezcas como el águila”. Dios nos levanta de nuestra debilidad,
Debilidad. Mateo 12:20 dice: “No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humea, hasta que haga triunfar la justicia”. Tenemos la fragilidad de todos los mortales. La caña cascada y el pábilo humeante son dos metáforas muy sugestivas. La caña cascada representa al pecador en su primera etapa de convicción por sus pecados, el Espíritu Santo comienza a quebrantarlo. En la caña hay poca fuerza, crece abundantemente y es de poco valor, se hacían flautas especiales de ella, y al hacerlas se quebraba mucho material y se tiraban.
El pábilo que humea, puede bien representar al cristiano que ha sido una luz brillante, pero que descuidó los medios de gracia y ha apagado el Espíritu. Su luz está casi apagada, es débil pero está. El lugar del pábilo era la lámpara de aceite, era una mecha de fibra de lino que flotaba y daba luz hasta carbonizarse y soltar un olor desagradable. Necesitaba una limpieza, periódicamente. Es la persona cuyo testimonio se transforma en ineficaz.
¿Hay algo más débil que esta caña y que el pábilo humeante? Dios tiene poderosos Sansones que pueden derribar la puerta de Gaza, o un valiente Gedeón que ataque a los madianitas, o como el valiente Daniel frente a los leones, pero la mayoría de sus soldados somos débiles.
¿Hay algo de escaso valor como la caña cascada o el pábilo humeante?
¿Quién de los mortales recogería la caña o se fijaría en una fibra de lino o pábilo? En una caña no podemos apoyarnos para nada, no sirve en la construcción. El pábilo no le es útil, ni a un viajero, ni a un estudiante que estudiaría con luz de lámpara.
Estos dos artículos contra todo pronóstico humano, pueden prestar algún servicio para Dios. Cuando Dios pone la mano sobre un hombre, si era antes sin valor e inútil, puede llegar a ser muy valioso. Reparará la caña cascada y la hará tocar una melodía celestial, la rejuvenecerá. Tocará una dulce melodía. La iglesia debe restaurar a las personas heridas y deshechas de la sociedad y sanarlas, rejuvenecerlas como el águila (Salmo 103). Dios se especializa en enderezar vidas torcidas por el pecado. La iglesia no puede excluir a nadie, porque Jesús no excluyó a nadie.
La elección está frente a nosotros: La Roca o la arena. Proceso de vida o rejuvenecimiento o de envejecimiento y muerte, vos decidís.
5) Las águilas no aletean, planean: Perciben las corrientes térmicas y al soplar el viento, las águilas se lanzan. Planean sin esfuerzo. Lo importante frente a la vida es que tenemos que tomar las acciones correctas, junto a actitudes correctas. Cuando en nuestras vidas sopla el viento del Espíritu Santo todos nos lanzamos a cumplir el recorrido que Dios tiene previsto.
Adelantarnos. Si nos lanzamos antes, nos agotamos, estresamos y angustiamos. Esto fue lo que le pasó al rey Saúl, que viendo la demora de Samuel a la hora del sacrificio, decidió adelantarse, en razón de que el tiempo había pasado, el pueblo desertaba, y el enemigo filisteo estaba cerca. (1 Samuel 13). Esto explica porque Jesús desciende de David y no de Saúl. Todo lo que perdió por adelantarse. ¡Debemos aprender a esperar! Aprendamos a reconocer, discernir, a percibir como las águilas.
Espere para hablar de Cristo el momento oportuno, solo exalte al Señor. Si no te llaman para algo, esperá que el Señor te levante, no te impongás vos. No te ofrezcas.
Retrasarnos, como le pasó al profeta Jonás, que teniendo certeza del plan de Dios para su vida, decidió cumplir con su propio plan y se dirigió a Tarsis. Pero él tuvo una segunda oportunidad.
Ejemplo: Un hermano que capacitaba empleados hoteles, dijo como debía ir vestido a la primera entrevista un candidato: “Para muchas cosas tenemos la segunda oportunidad, pero para la primera impresión, nunca hay una segunda oportunidad”. Hermanos hay oportunidades que no se vuelven a repetir, por eso no las dejemos escapar.
Enoc (Génesis 5:24), caminó con Dios y desapareció porque Dios lo llevó, representa a alguien que se manejó con armonía absoluta, no de adelantó, ni se atrasó. Dios decide por lo que vamos a pasar, nosotros decidimos como pasar por ahí.
6) Las águilas tienen una forma especial de ver y vivir las tormentas: Cuando comienzan los truenos, relámpagos y rayos, el águila sube, sube y sube, más que todas las aves y llega a la máxima altura, y cuando comienza la lluvia está por encima de la tormenta, y espera arriba hasta que pase la tormenta, entonces es cuando vuelve a bajar. Muchos cristianos nos metemos en la tormenta. Dios no ha planeado tu vida para estar en medio de la tormenta, sus recursos sirven para enfrentarlas como el águila.
Muchas veces, somos nosotros mismos somos los que nos metemos en las tormentas, haciendo sociedades con personas inconvenientes, o cuando nos ponemos de novio con inconversos, cuando desobedecemos a nuestros padres, o no aceptamos el consejo pastoral, cuando mentimos para zafar, o cuando obramos con descuido frente a una decisión trascendente.
Ejemplo: Un niño vivía cerca del aeropuerto y veía muy seguido aterrizar un avión Hércules de 4 hélices gigantesco que le llamaba la atención, traía las provisiones para la Embajada Norteamericana. Las personas de la embajada, consumían todo lo de su país. Si en el país donde estaba la embajada había escasez o necesidad, no importaba. Ellos no dependían del país donde vivían, dependían de su país. ¿Vos de que país o reino dependés?
Elías vivió una situación de grave angustia para sobrevivir. Nuestra dependencia final no es la situación económica, política o natural sino de Dios. Nuestras finanzas provienen de Dios, nuestra salud viene de Él, la bendición viene de arriba. En el reino de Dios, no hay recesión, ni inflación, ni necesidad, ni escasez. Él es el dueño del oro y de la plata. Nuestro Dios es Todopoderoso.
7) Las águilas tienen visión: “Sus ojos observan desde muy lejos” Job 39:29. Muchos de nuestros problemas pueden estar en el tamaño de nuestra visión.
Ejemplo: Antiguamente en las quintas se hacían almácigos en macetas pequeñas y luego se trasplantaban (los plantines) al lugar definitivo (tomates, pimientos), pero siempre había un sobrante o plantitas de reserva que quedaban olvidadas y la maceta les servía de límite, el crecimiento quedaba detenido lamentablemente, todo el potencial quedaba sin evidenciarse. No daba frutos, no engrosaba su tallo. No crecía. Muchos cristianos tienen el problema de la maceta, no crecen, están limitados, no tienen visión o ella es pequeña. Debemos tener visión, por el barrio, por la ciudad, la provincia y la nación, todos llamados impostergables.
Sin visión, se pervierte la misión, Hechos 1:8. ¿Qué querés hacer con tu vida? ¿Cuál es tu esperanza? ¿Qué tipo de futuro estás esperando? ¡La mayoría no lo ha pensado nunca!
¡El estado de tu vida hoy, es el fruto de tu expectativa de ayer! Lo que sos hoy es el resultado de lo que pensabas ayer. Si no te gusta lo que tenés hoy comenzá a cambiar tus pensamientos y sembrar nuevos, para así tendrás un futuro distinto. Tengamos sueños y visiones.
Los apóstoles en Hechos 1:6-8, veían en un corto futuro a un Israel terreno e independiente y no la manifestación espiritual del Reino de los cielos. Su visión en ese momento era miope, luego fue corregida completamente.
Una mala visión aborta la misión. Mateo 20:20-28 se nos muestra la falta de visión del mismo grupo de discípulos, que allí aspiraban a cubrir los cargos de ministros de economía, canciller, secretarios de estado, etc. Mateo 9:36,
Los hombres y mujeres de visión, no tienen problemas para orar, porque saben porque lo hacen. No tienen problemas para ofrendar porque saben para que lo hacen. Para creerle a Dios por las cosas imposibles. Nunca andan a la deriva, ni sumergidos en el ocio, ya que saben a dónde van, tienen metas realistas, medibles que no son fáciles, pero tienen la base en la fe.
Dime tu visión y te contaré tu futuro. A veces sufrimos por tener limitaciones autoimpuestas y decimos: “Dios puede hacer esto, pero no puede hacer más”. Hagamos el esfuerzo de sacar las limitaciones de nuestra mente.
Cuanto más grande es la visión, más grande pueden ser los obstáculos. Cuando aparecen los obstáculos, todos aquellos que no han puesto su corazón en ella se rendirán. Para llevar a cabo el cumplimiento de una visión, tenés que quererla con todo el corazón. Una visión que no está centrada en Dios, puede disfrutar de un éxito temporal, pero probablemente no tendrá un impacto de largo alcance. Un ejemplo es la torre de Babel.
Toda visión basada en nuestra capacidad humana, será limitada. ¿Por qué? Somos seres pecadores, con capacidades restringidas y tendencias egoístas, que confiamos en nuestras intuiciones, habilidades, talentos y sueños.
Ejemplo la señora de Zebedeo ofreció a sus propios hijos, Juan y Jacobo en (Mateo 20:20-28). Esto es peligroso. Si los que guiamos a otros, tomamos decisiones “solos”, esas decisiones reflejarán la naturaleza no regenerada, demostrando así valores, creencias, deseos, metas, que no están alineadas con la mente y el corazón de Dios.
La visión del ejecutivo de negocios, raramente reflejará un deseo de glorificar a su creador, si busca solo la ganancia, la expansión, realzar su imagen, mejorar sus productos, crear iniciativa. Estas cosas no son malas en sí mismas, pero reflejan las limitaciones humanas. El Salmo 94:11, dice: “Jehová conoce los pensamientos de los hombres. Que son vanidad.”
La visión de Dios es perfecta, es bendecida, es inspirada: Es concebida por El, que hizo todo de la nada, que controla el mundo. Su visión está basada en valores y principios que son centrales en su Palabra y reflejan su carácter. La visión de Dios se logra a través de nosotros, pero no está enfocada en nosotros.
Introducción a Isaías 40:
Ahora nos trasladaremos a otro pasaje de la Escritura donde aparece de nuevo el ejemplo del águila, es Isaías 40, donde el profeta convoca al pueblo a la esperanza, hasta ahí (capítulos 1 al 39) él ha hablado de todos los problemas y necesidades de Israel, y de los pueblos vecinos, pero en Isaías 40, el profeta convoca al pueblo a la fe y a la esperanza.
Ahora, él sabe qué pueblo tiene adelante, y como es la gente a las que les habla, él sabe que no es fácil convocar a este pueblo a la esperanza, a renovar la fe y a tener verdadera esperanza, se necesita un profundo proceso espiritual, porque vienen de la decadencia.
Es una tarea gigante, entonces dice: ¿Cómo consigue un pueblo renovar su fe y afirmarse en la esperanza, cuando está en plena decadencia? ¿Qué es lo único necesario?
Él dice: Lo primero que hay que hacer es saber quién es el Dios al que ustedes adoran, Este pueblo tenía que saber quién era Dios, ellos tenían los 10 Mandamientos, toda la historia de Moisés, los convoca a volver a hablar de Dios, a pensar en la persona de Dios.
Pero tratemos por un momento de entender quien es el Dios al que adoramos y quien es el Dios en el que creemos, y quien es el Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Isaías dice en primer lugar:
Dios es más grande que nuestra imaginación. La imaginación del hombre no tiene límites Isaías 40:18 “¿A qué, pues, haréis semejante a Dios o qué imagen le compondréis?”
Isaías les dice, yo voy a explicar cómo se hace un retrato de Dios, verso 19-20. Dios es más grande que todo lo que nosotros podemos hacer e imaginar. Tallar o fabricar un dios a su medida invalidaba el segundo de los mandamientos de Dios, “No te harás imagen, ni ninguna semejanza”, Aún así, los israelitas en el desierto quisieron hacer una representación de Jehová, y juntaron el oro, hicieron un becerro y se degradaron.
Isaías (en Isaías 40) está diciendo: Tenemos que empezar a entender quién es Dios, ustedes se han equivocado muchas veces, le dice al pueblo, le han hecho una imagen y han dicho: Esto es Dios y lo han limitado; Dios es más grande que la mente de ustedes, y la mente de ustedes no lo puede captar. El Dios que hizo todas las cosas, está más allá de la imaginación del hombre. Habla mucho del Dios creador. Dios que está más allá de mi razonamiento, muchas veces yo quiero encerrar al Dios ordenado a la realidad de lo que yo entiendo por orden.
Isaías viene y dice: Miren: “Él está sentado sobre el circulo de la tierra”, Isaías 40:22 piense que Isaías dice que la tierra es redonda, está usando un lenguaje poético, y los moradores que quieren entenderlo, cuyos moradores son (para Él) como langostas, Isaías 40:22 yo no le puedo pedir a la langosta que me entienda a mí, si no me entiende ni mi esposa.
Isaías dice es como si la langosta te quisiera entender a Ti, como si el ser mínimo, quisiera entender al Ser Máximo, ¿Que soy para él? Dice Isaías: Soy la insignificante langosta. ¿Puedo llegar yo a comprenderlo?
Un día hay que detenerse y decir: No alcanzo a entender esto, Isaías dice: Es bueno que frente a la realidad se den cuenta de que no pueden concebir a Dios, porque la única forma en que puedan renovarse espiritualmente es que empiecen a entender ¿Quién es el Dios en quién creen? ¿Cómo puede ser renovada la fe, y como pueden ser afirmados en la esperanza?
Isaías 40:26 dice: “Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército”.
Nos está diciendo, que no hay renovación en la fe, que no hay firmeza en la esperanza, si uno no eleva los ojos para mirar al Señor.
Isaías lo dice desde la experiencia, siendo un joven de unos 25 años más o menos, tuvo una visión de Dios, y ocurrió luego de la muerte del rey Uzías, quien parece había nublado en él la visión correcta de Dios. Entonces: “Vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime”, Isaías 6:1b es decir, esta es la visión que va a permear toda la vida, él comprende quien es Dios, él comprende la santidad de Dios, él comprende la imposibilidad de captar todo lo que Dios es, y esta visión de Dios es la que lo hizo el más grande de los profetas esperanzados del Antiguo T.
Abraham también alzó sus ojos según Génesis 22:4,13 en dos oportunidades, y en la última tuvo una vislumbre por anticipado de la intervención del Mesías en la historia, por eso en Juan 8:56 Jesús declararía que él (Abraham) vio su día y se gozó. ¡Que mirada de fe por favor!
¿Dónde están puestos nuestros ojos? Tu vida espiritual y mi vida espiritual, es lo que estamos mirando. Donde están puestos nuestros ojos, allí, estará puesta nuestra esperanza, de lo que está mirando nuestros ojos, estará gobernando finalmente nuestra vida.
Si mirás al ras del suelo, la realidad que te rodea, estás complicado.
Gente que miró a ras del piso tuvo problemas, la viuda de Sarepta de Sidón donde fue Elías, Acán miró los despojos de Jericó y se complicó, los discípulos antes de la alimentación milagrosa, pensaron que 5 panes y dos peces no eran nada; los discípulos de Emaús, estaban desesperanzados por los sucesos, ¿Y nosotros?
Un refrán gaucho dice: Perdiz que vuela bajito deja sus plumas en el alambrado.
Levantá tus ojos si estás mirando abajo vas a caer en la depresión, si te guías por el diario o la televisión. ¿Cómo se sobrevive? Levantamos los ojos más allá de la realidad, porque nuestra esperanza está puesta en Dios, porque esto o lo arregla Dios o no lo arregla nadie.
No mires a ras del suelo, mirá por encima; mirar el suelo es mirar los problemas.
Como Pedro cuando caminó por el agua en medio de la tormenta el Señor lo hace ir hacia él, este viento que levanta la ola es el problema, y comienza a mirar el problema, estas aguas es el problema, y cuando él centró su mirada en el problema no tuvo respuesta, hasta que de pronto el Señor lo llama, el problema sigue estando, pero la fe hace que ese hombre en medio del problema tenga estabilidad y vaya adelante.
“Alzad vuestros ojos” Isaías 40:26, mirá al Dios grande en primer lugar, no lo vas a comprender, pero levantá tus ojos a Él, porque es el que te sostiene, y da la vida, no mirés a ras del suelo, no mires solamente las circunstancias, el que mira abajo solo, se amarga, el que mira solamente la circunstancia se hunde. ¿A dónde están puestos tus ojos? 40:26 “Levantad en alto vuestros ojos, y mirad a quien creó todas las cosas”.
Ahora si llegamos al versículo donde se nos va a mencionar el águila nuevamente, como fuente de renuevo y fuerzas.
Isaías 40:31. “Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.
Esta promesa es esperar a Jehová, para que tus fuerzas se renueven.
PERO ESPERAR A JEHOVÁ ES LA CONDICION PARA DISFRUTAR DE LAS TRES PROMESAS DEL VERSO 31.
La palabra renovar en hebreo, es chalaf, y es cambiar o intercambiar, la vida cristiana no es solo una vida cambiada, sino que también es una vida intercambiada.
Cambiada porque le entregamos a El nuestra debilidad, y Él nos da su fortaleza; esa es la razón por la que Efesios 6:10 dice: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en poder de su fuerza”; e intercambiada como lo expresa Pablo en Gálatas 2:20: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a si mismo por mí”.
Es una vida intercambiada. ¿Cómo sucede esto? La Palabra de Dios lo explica claramente, para que este intercambio suceda tenemos que esperar a Dios.
¿Qué es esperar en Dios?
Esperar no es estar sentado sin hacer nada, no es inactividad, significa por lo menos 4 cosas y usaré una explicación del Pastor Rogers muy atinada:
1) Vos anhelás y deseás tener a Dios. Salmo 40:1-2 “Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. 2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso. Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos”. Salmo 63:1-3 “Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas, 2 Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario. 3 Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán”. ¿Estás esperando por Dios y diciendo: Dios anhelo fervientemente tenerte? Si buscás alivio sin anhelar a Dios, está en un callejón sin salida.
2) Vos deseás escucharlo. Proverbios 8:34 “Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas cada día, Aguardando a los postes de mis puertas”. Es una persona que le dice a Dios: Dios, espero que vengas a esta puerta pronto, porque quiero escuchar las instrucciones, que tienes para mí, estoy esperando aquí Señor para que me hables.
Habla de su tiempo de quietud, a solas con Dios, es estar: Diariamente a sus puertas. Es estar deseoso de escuchar su voz para obedecerla. ¿Ha conseguido Dios tu atención?
En el tiempo de la Gran Depresión, era muy difícil el conseguir trabajo. Un hombre que era telegrafista, vio el anuncio del trabajo que él sabía hacer, muy emocionado se fue para solicitar ese trabajo, cuando llegó al lugar, la sala de espera estaba completamente llena de personas, que deseaban ser entrevistados, él pensó que no tendría ninguna oportunidad, porque, muchos habían llegado antes que él, pero de todas maneras se sentó a esperar.
Después de un rato, él escuchó suaves golpecitos en la puerta de una oficina, puso mucha atención a esos insistentes golpecitos, después de unos minutos se levantó, y entró a la oficina de donde provenían los golpes dijo algunas palabras y cuando salió, tenía una gran sonrisa en su rostro y dijo: ¡Conseguí el trabajo! Los demás quedaron asombrados, ¿Cómo es que conseguiste el trabajo? Nosotros estuvimos antes que vos; y él les dijo: Oh, yo estuve escuchando unos golpecitos en esa puerta, eran letras en Código Morse que decían: Si vos podés entender estos golpecitos el trabajo es tuyo, entrá de inmediato en esta oficina.
En medio de la bulla de las voces de los demás, él escuchó, estuvo en sintonía con lo insólito, con lo inesperado. Así hay personas que están en sintonía con Dios, mientras otras no lo están.
3) Decidí depender de Él. El Salmo 104:27 dice: “Todos ellos esperan en ti, Porque les des su comida a su tiempo”. Aquí habla acerca de los animales. “Les das, recogen, abres tu mano, se sacian de bien”. ¿Cree que Dios cuidará de vos? ¿Tiene su mirada puesta en él? Las aves y los animales de la selva dependen de Dios, y El hace la provisión para sus necesidades a su debido tiempo. Eso es lo que significa esperar en Dios. Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. 6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas”. ¿Crees vos realmente que tiene Dios una solución para tus necesidades? Analizá si dependés de Dios, o de otras personas, o de otras cosas.
4) Viví para él. Proverbios 27:18 “Quien cuida de la higuera comerá su fruto. Y el que mira por los intereses de su Señor, tendrá honra”. Cuando estás en un restaurante, ¿Qué es lo que esperás del mozo? Pues que te sirvan, ellos están ahí para servir, y bien. Cuando vos esperás en el Señor, estás ahí para servir al Señor y vos será su mozo y moza, y como tal desearás servirle bien. “Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos”. Lc 17:10
¿Querés volar como las águilas? ¿Deseás que Dios cambie tu debilidad en fortaleza, para que pueda correr como un atleta? ¿Quiere que Dios penetre en vos con su poder para que día tras día, tras día, usted pueda caminar sin fatigarse?
Ahora le hago una pregunta muy importante: ¿Por qué Dios debería darle más fortaleza, si lo que usted va a hacer es servir al Diablo? El esperar en el Señor significa anhelarle a él, escucharle a Él, depender Él, y vivir para él, basado en la Palabra de Dios le puedo asegurar que si vos esperás en Dios, El renovará tus fuerzas, y ese vacío que usted siente ahí, o sea, todas las cosas que debe hacer, y todas sus debilidades, frustraciones, e inhabilidades, por acá, ese vacío será removido, cuando Dios llene su nada con su todo, y le inyecte la fuerza para que aprenda a esperar en Él.
Y por favor no diga que esto no da resultado, si es que no lo ha tratado todavía, Cuando esperamos en él, nuestras fuerzas serán renovadas.
Los autos antiguos tenían tres marchas, Isaías 40:31 nos da tres marchas para el hombre: Volar, correr y caminar, de lo máximo a lo mínimo:
Volar es la ayuda “extra” de Dios para el tiempo de la ADVERSIDAD.
Correr es la ayuda “extra” de Dios para el tiempo de la OPORTUNIDAD.
Caminar es la ayuda “extra” de Dios para el tiempo de la NECESIDAD.
Bibliografía: Pastor Adrián Rogers en “El Amor que vale”, Pastor Salvador Dellutri en Los Grandes Temas, Artículo de Pastor Caballero, Espada Electrónica, ilustraciones de varias fuentes.