Saúl, el rey de corazón vacío – Parte 1
Por: Carlos Amarillo
Hoy iniciamos una nueva serie sobre los tres primeros reyes de Israel. Veremos a Saúl el rey de corazón vacío, David el rey de corazón entero para Dios, y por último Salomón, el rey de corazón dividido. Encontraremos aplicaciones prácticas para la vida del creyente en el siglo XXI.
Veamos algunas características de Saúl, este rey que lo hacen merecedor de una extraña calificación: El rey de corazón vacío.
¿Qué significa la palabra corazón? En el Nuevo Testamento en 1 Juan 3:19-21, es usada allí como sinónimo de conciencia, “pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas”. En la psicología hebrea, era la sede de la: mente, (lo que se), las emociones (lo que siento) y la voluntad (lo que hago), sumados. La visión hebrea del hombre es de integralidad.
¿A qué nos referimos cuando hablamos del corazón de Dios? Es su naturaleza esencial, la inteligencia divina concluyente, más su infatigable misericordia, más su voluntad soberana. TODO ESTO ES EL CORAZON DE DIOS. Lo maravilloso es que puedo pensar como Él, recibir y expresar amor, estar dispuesto a hacer su voluntad.
¿Qué quiere decir la palabra conforme? Es «según», «de conformidad con», «moldeado a semejanza de» y «en completa armonía con».
Un corazón conforme al corazón de Dios, es una reproducción, una réplica en un ser humano del corazón de Dios. Es decir, hay un master, un original, y de ese, se hace una copia, por ejemplo la acuñación de un billete, o de una moneda, se sacan duplicaciones. El propósito divino es que seamos personas conforme a su corazón. Se trata de ser arcilla, toda en la mano del Alfarero, de ser un bloque de mármol todo en la mano del Escultor, es ser tela donde el pincel del Divino Pintor se pueda trazar. Entonces, sus pensamientos se estampan en mi cerebro, su Espíritu llena mis emociones, Su Voluntad guía la mía, para seguir Su dirección.
Es la misma idea de Romanos 8:28-29, ser a la imagen de su Hijo, y la expresión de Pablo cuando sufría “dolores de parto” hasta que Cristo sea formando en esos cristianos de Galacia.
La primera referencia al rey David la hace Samuel, en el momento en el que el profeta, ve que el reino de Saúl se tambalea, pues, se había desviado de su camino, y comunica algo que Dios le había dicho: Que Dios había elegido a un hombre conforme a su corazón (David), a un hombre, que respondía a lo que Él quería que fuera un hombre.
En 1 Samuel 13:14, tenemos la respuesta de Samuel a Saúl, el rey de corazón vacío. Este rey representa al ser humano no convertido, no tiene nada de la nueva creación en su corazón. Allí se nos dice: “Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre tu pueblo”. David fue elegido entre 8 hermanos, todos hijos de Isaí. Para que no se sorprendiera de la elección divina, Dios le dijo a Samuel: “Dios no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”. De nuevo la palabra corazón y con la connotación de la psicología hebrea, la integralidad de la personalidad, clara referencia a la personalidad interior. Allí Samuel ungió a David derramando aceite sobre su cabeza, y en ese momento, la personalidad Divina, hizo una invasión pacífica y santa en la personalidad humana de David. El corazón de David, fue desde ese momento asiento del corazón de Dios. Dios entregó Su corazón al de David, que estaba listo para recibirlo. ¡Dios desea encontrar un corazón similar en vos y en quien quiera recibirlo! Pero ojo:
NO BUSCAMOS A DIOS PARA REALIZAR NUESTROS PROPOSITOS, SINO EL NOS BUSCA A NOSOTROS PARA REALIZAR LOS SUYOS.
Introducción a Saúl: El profeta Samuel, que fue el último juez de Israel, y el que llevaba el mensaje de Dios en aquel tiempo donde escaseaba la Palabra verdadera, y según 1 Samuel 8, él estaba consternado en su espíritu, pues, se llenó de profunda tristeza que el pueblo pidiera un rey, y él se creyó rechazado, y entonces, comenzaron a escoger a un hombre, y ese hombre se llamaba Saúl, lo dice en 1 Samuel 9:2 “Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo”.
Esto no quiere decir que ninguna persona de buena apariencia vaya a ser desechada por Dios, simplemente el Espíritu Santo nos muestra, la apariencia física tan agradable y carismática que el pueblo tuvo en cuenta, o sea, el pueblo no se fijó en su moral, ni en su carácter, sino se fijó en el carisma que él tenía ante el público, ante su cara bella (Brad Pitt o Leonardo Di Caprio), y ante la apariencia física que él tenía para hacer la decisión.
Muy pronto este hombre, que tenía buena apariencia, comenzó a descomponerse, comenzó a deteriorarse interiormente en su carácter. A todos nos gusta una madera llamada pinotea, aunque ya está extinguido el árbol. Nosotros arreglamos nuestra casa hace muchos años y pusimos en la habitación de nuestros hijos piso de pinotea, y algunas estaban con pequeños e imperceptibles agujeritos, ¡Eran polillas! Y estas trabajaron hasta que un buen día un pequeño agujero se hizo un gran agujero, y tuvimos que terminar levantando el piso. Las polillas interiores corroen el carácter de los hombres, al principio no se nota, pero un día se nota.
Saúl comenzó a descomponerse en su carácter internamente y comenzó a manifestar paranoia, egoísmo, depresión profunda, violencia, y esquizofrenia, enfermedades que la psicología califica como mentales, pero que se inician, cuando una persona comienza a alejarse de Dios, (Separados de mi nada podrán hacer), cuando te comienzas a alejar de Dios algo sucede en nuestra mente, vamos perdiendo el punto de referencia, la brújula interna no marca el verdadero norte, nos desorientamos, sin que te des cuenta en tu vida, comienzas a hacer decisiones, de las cuales vas a lamentarte y arrepentirte, y el Espíritu de Dios es entristecido en nuestra vida (lo entristece el pecado), no nos queda más que comenzar a descomponernos como le pasó al rey Saúl. (Comentarios del Pastor Armando Alducin)
Algunas de las características de Saúl son:
1) Saúl tuvo una fe débil, vacilante, cobarde e inestable, que contrastó con la fe fuerte, sólida y valiente de su hijo Jonatán. Cuando vas a hacerte un análisis de sangre, no te sacan toda la sangre para saber tus niveles de colesterol, o azúcar, sino una muestra, lo mismo ocurre para saber si el agua del mar es salada con solo un par de gotas lo sabes.
En la historia de Saúl, basta con una muestra para saber cómo era su fe.
En 1 Samuel 13:5 muestra que los filisteos eran un potencia militar en Medio Oriente, y movilizaron un ejército numeroso para atacar a los hebreos, también, dominaban el hierro, tenían la mejor tecnología, y entre los hebreos, solo tenían espada Saúl y Jonatán (1 Samuel 13:22).
“Entonces los filisteos se juntaron para pelear contra Israel, treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo numeroso como la arena que está a la orilla del mar; y subieron y acamparon en Micmas, al oriente de Bet-avén” (13:5).
Saúl, con 600 hombres estaba estacionado, en Micmas, la capital de su reino, los israelitas estaban desmoralizados y atemorizados.
Dice 1 Samuel 13:17 “Y salieron merodeadores del campamento de los filisteos…”, Va a suceder una de las acciones más destacadas y milagrosas de la historia militar hebrea, teniendo como protagonista a un hombre: Jonatán y su escudero, ¿Y Saúl? Bien gracias, 1 Samuel 14:1 “Aconteció un día, que Jonatán hijo de Saúl dijo a su criado que le traía las armas: Ven y pasemos a la guarnición de los filisteos…. Y no lo hizo saber a su padre”.
Jonatán, y el escudero dejan el grupo de los 600 y se van a espiar a un escuadrón filisteo, fue algo secreto, dice 1 Samuel 14:2 y vean el contraste: “Y Saúl se hallaba… debajo de un granado… y la gente que estaba con él era como seiscientos hombres”.
Mientras Jonatán, estaba demostrando una fe valiente y firme, sin tener miedo de ir al campo enemigo; mientras Jonatán toma esta decisión, Saúl, es un comandante escondido, sentado debajo de un árbol, no tiene ningún plan, ninguna estrategia solo temblar de miedo.
DETALLE NOTABLE: ¿Quién estaba con Saúl? Ahías, 1 Samuel 14:3 “Y Ahías hijo de Ahitob, hermano de Icabod, hijo de Finees, hijo de Elí, sacerdote de Jehová en Silo, llevaba el efod; y no sabía el pueblo que Jonatán se hubiese ido”.
El sacerdote Ahias, era nieto de Icabod, ¿Que significa Icabod? Cuando el sacerdote Eli recibió la visita del profeta que le dijo: Tu casa será humillada, por cuanto no estorbaste a tus hijos; y que cuando oyó que el arca había sido secuestrada y sus dos hijos muertos, Finees y Ofni, Elí se fue para atrás de la silla y se desnucó, y la esposa de uno de sus hijos que estaba embarazada, dio a luz en ese momento, dijo: Se llamará Icabod porque significa: “La gloria de Dios se ha ido”.
O sea, acá encontramos a un rey rechazado por Dios por ofrecer sacrificios a Dios, sin ser sacerdote (1 Samuel 13); y a un sacerdote rechazado por Dios también.
Si no estaba en el rey, y no estaba en el sacerdote, ¿Dónde estaba entonces la gloria de Dios? y ¿Dónde estaba la presencia de Dios? El pueblo a la deriva, y si no está el rey, no hay gobierno, y si no está en el sacerdote no hay dirección espiritual, así como le quitó Dios a Saúl su presencia, así también le quitó su gloria a la casa de Eli.
Que contraste con la fe de Jonatán, que era valiente y fuerte 1 Samuel 14:4.
Jonatán tenía que escalar una gran piedra bajar y subir a la otra gran piedra, para llegar a donde se encontraban el escuadrón filisteo, dicen los versos 6-8 “Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos”.
¿Por qué les iba a tener miedo, si con ellos estaba Dios? Qué declaración de fe, fe fuerte, sólida y valiente, y lo empujó a meterse en territorio enemigo, porque él sabía que Dios estaba con él, y podían matar a muchos filisteos.
¿Qué significa esto para vos “No es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos?” Es el secreto de la victoria espiritual, nunca será porque somos más, porque tenemos los recursos necesarios, porque tenemos poder o tenemos influencia, simplemente porque Dios está con nosotros, nada más, “Si Dios con nosotros, quien contra nosotros” Romanos 8.
Pr 21:31 El caballo se alista para el día de la batalla; Mas Jehová es el que da la victoria.
Si Dios está con nosotros, él ha prometido pelear nuestras batallas, vea el Salmo 44:3 “Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos”.
La conquista de Canaán no fue con espada, ni ejército, ni con estrategias militares, ni fue por la inteligencia de la milicia de los comandantes que estudiaron la victoria, nada, la victoria la da alguien ahí arriba en el cielo.
La estrategia de Jonatán: Vamos a mostrarnos a ellos, si ellos dicen: Esperen hasta que lleguemos a ustedes, entonces se iba a quedar piola, no era tonto; pero si dicen: Ey, vengan, suban a nosotros, entonces subiremos, porque Jehová los ha entregado en nuestra mano, y esto nos será por señal. Años anteriores, hubo un hombre llamado Gedeón, que hizo lo mismo que Jonatán, con su vellón. OJO CON LAS SEÑALES HOY.
1 Samuel 14:11-13 dice: “Se mostraron, pues, ambos a la guarnición de los filisteos, y los filisteos dijeron: He aquí los hebreos, que salen de las cavernas donde se habían escondido. 12 Y los hombres de la guarnición respondieron a Jonatán y a su paje de armas, y dijeron: Subid a nosotros, y os haremos saber una cosa. Entonces Jonatán dijo a su paje de armas: Sube tras mí, porque Jehová los ha entregado en manos de Israel”.
Se levanta Jonatán, por la señal, Dios se lo confirma, y avanza contra los filisteos, y él no sabía cuántos soldados había detrás de la peña, eran solo dos soldados, pero con todo el ejército del Señor en los cielos detrás, que los estaba protegiendo.
¿Qué pasó luego de la pequeña escaramuza de Jonatán? 1 Samuel 14:15 “Y hubo pánico en el campamento y por el campo, y entre toda la gente de la guarnición; y los que habían ido a merodear, también ellos tuvieron pánico y la tierra tembló; hubo, pues, gran consternación”,
Y le vuelve la FE Y EL CORAGE a Saúl, no era fe auténtica sino artificial, se paró sobre la fe de su hijo, Saúl era inestable e insensible versículo 17 “Entonces Saúl dijo al pueblo que estaba con él: Pasad ahora revista, y ved quién se haya ido de los nuestros. Pasaron revista, y he aquí que faltaba Jonatán y su paje de armas”. Saúl dijo: Esto no puede ser.
1 Samuel 14:18-19 “Y Saúl dijo a Ahías: Trae el arca de Dios. Porque el arca de Dios estaba entonces con los hijos de Israel. 19 Pero aconteció que mientras aún hablaba Saúl con el sacerdote, el alboroto que había en el campamento de los filisteos aumentaba, e iba creciendo en gran manera. Entonces dijo Saúl al sacerdote: Detén tu mano”. Esto puso en evidencia cómo se encontraba el corazón malvado endurecido, insensible, del rey Saúl,
¿Por qué dijo esto Saúl?
Los centinelas de Saúl, viendo el pánico de los filisteos, además del ruido y la conmoción, y el terremoto, miles huyendo en distintas direcciones y matándose unos con otros; en obediencia a la Palabra de Dios, Saúl manda traer el Arca por el sacerdote Ahías, según Deuteronomio 20, Dios había puesto una ley, que cuando salieran a la guerra, siempre trajeran a un sacerdote, como su capellán o pastor y que los bendijera antes de salir a la pelea.
Deuteronomio 20:1-4 “Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto. 2 Y cuando os acerquéis para combatir, se pondrá en pie el sacerdote y hablará al pueblo, 3 y les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos; 4 porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros”.
Lo mismo pasa en la actualidad con el ejército de Dios que enfrenta la tarea de conquistar corazones para Cristo, necesitamos ánimo, consuelo, edificación, exhortación ver 1 Corintios 14:3 Dice la Biblia que necesitamos: Exhortar, edificar, y consolar, cuando nos exponemos a la palabra de Dios, saldremos animados, consolados, exhortados, como la comida espiritual que el Señor nos da para seguir peleando la buena batalla de la fe.
Y esto es precisamente lo que se necesitaba hacer, pero cuando el sacerdote llega con el Arca y el sacerdote está a punto de comenzar a decirles al pueblo: Dios pelea por ustedes, pero, Saúl le dice: Quedate quieto y ya no hagas nada, ¿Qué hace Saúl? DEJEMOS EL PROTOCOLO DE LADO: Adelante y venzan; porque al ver la conmoción, de que ya todos estaban corriendo, pensó, dijo: Ya no necesitamos del arca de Dios, ni obedecer la Palabra, está demás, si la victoria la tengo a mano.
Isaías 42:13 El SEÑOR como guerrero saldrá, como hombre de guerra despertará {su} celo; gritará, sí, lanzará un grito de guerra, contra sus enemigos prevalecerá.
Deuteronomio 33:27 El eterno Dios es tu refugio, Y acá abajo los brazos eternos; El echó de delante de ti al enemigo, Y dijo: Destruye.
Martin Lutero decía: El hombre natural es decir, como viene de fábrica, sin fe, no puede querer que Dios sea Dios, quiere ser dios él mismo, no desea que Dios sea Dios. Entonces quiere ser dios él.
David vence a Goliat, ¿Por qué el jovencito pudo más que el rey de Israel? ¿Cuál es la razón por la cual venció? Él puso su confianza en Dios, pero no solo eso, ¿Qué más? David venció porque él tuvo una visión espiritual de las cosas, vio algo más, que era una batalla espiritual, como una lucha de tipo espiritual, cuando él se enfrentó a Goliat dijo: “Jehová te entregará hoy en mi mano y yo te venceré y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel, y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos”.
El miró y pensó: Acá la lucha no es entre un ejército y otro, no es entre israelitas y filisteos, no es entre Goliat y Saúl, esta es una lucha espiritual, y quien entienda así es el único que puede dar un paso adelante para vencer, él entendió que se estaban enfrentando en ese momento las fuerzas del Dios vivo, con las fuerzas satánicas del mal, que esa batalla terrestre era la expresión de una batalla celestial, de una batalla que se daba en aquello que los ojos no ven.
Para David la lucha no era entre carne y sangre, como dice Efesios, no era con un hombre visible como Goliat, no era un ejército visible como el ejército de Israel o el ejército filisteo, era una lucha de tipo espiritual y en ella, no vencía ni la espada, ni la lanza, ni vencía la actitud guerrera del pueblo, sino que iba a vencer el que pudiese manejarse delante de Dios espiritualmente, él definió esta lucha, contra principados, contra potestades, contra gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad.
No tenemos lucha contra carne y sangre, no es el enemigo lo que se ve, el enemigo está en lo que no se ve, hay un mundo que no se ve, hay un mundo espiritual, que está más allá de nuestros sentidos, hay un mundo que no podemos captar con nuestros oídos, ni con nuestros ojos, ni con nuestro tacto, es el mundo espiritual el que está en lucha, y nosotros estamos involucrados en alguna forma en una lucha profunda, en una lucha espiritual.
Decimos lucha espiritual, pero no decimos guerra espiritual, la guerra es patrimonio de Jesús.
Muchas veces la Biblia descorre por un momento, la cortina esa que existe dividiendo el mundo material del espiritual, y uno penetra y comprende por qué y las razones de esta lucha.
Allí por ejemplo en el Antiguo Testamento está el caso de Eliseo, Eliseo que revela los más íntimos secretos del rey enemigo, sin moverse, estando en Samaria, la ciudad donde vive, finalmente la ciudad es sitiada, cuando está sitiada, sale el siervo y ve el ejército invasor, que es abrumador, entonces se presenta delante de Eliseo y le dice: ¡Ah, Señor mío! ¿Qué haremos? 2 Reyes 6:15. Porque hasta ahora fue todo profecía y todo nos ha ido bien, pero ahora está el ejército acá, rodeándonos, y Eliseo en ese momento oró y dijo: “Señor te ruego que abras sus ojos para que vea”, y el resultado del siervo al mirar esto es que: “Y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego, alrededor de Eliseo”, 2 Reyes 6:17, es decir, Eliseo le mostró, le hizo abrir los ojos a ese siervo, para que él viera que la lucha no era humana, y que era una lucha espiritual y como era una lucha espiritual estaba involucrado también un ejército espiritual detrás de lo visible.
Conclusión
Una de las cosas más perjudiciales que le pueda pasar a una persona, es no fortalecer su fe, lo contrario a una fe fuerte, es una fe débil, y con una fe débil, tendrás que soportar la derrota y el fracaso, tarde o temprano, porque en 1 Pedro 1:5 se nos dice: “Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero”, Dios quiere que estamos firmes y Él nos quiere guardar con su poder mediante la fe, así que, la fe es la columna central de toda nuestra vida cristiana, el justo por la fe vivirá, y sin fe, según Hebreos 11:6 es imposible agradar a Dios.
¿Y qué es la fe? Simplemente creerle a Dios, simplemente creer lo que Dios dice en su Palabra, pero si comienzo a dudar de las promesas de Dios, o no fortalezco mi fe a través de una vida de oración, lectura el Libro de Dios y de una vida de acción, y soy este tipo de persona con una fe débil, nunca tendré esperanza para el futuro, ni tampoco mucho menos fuerzas para pelear, lo que se conoce como la buena batalla de la fe.
Entonces, la fe involucra también una batalla, y la diferencia entre una guerra y una batalla, es que una batalla puede durar un día o dos días, pero una guerra, es un conflicto armado de mucho tiempo, y cuando se habla en la Biblia de que la fe es una batalla, pero es una buena batalla, nos habla que a diario tenemos que pelear esta batalla.
Si una persona simplemente ya no cree en el futuro, ¿Que esperanza tienes? Si tú crees que ya tus sueños no se van realizar, que ya no puedes salir, que ya no puedes pelear, que ya no hay nada que hacer, estás derrotado, el corazón de este tipo de personas, estará vacío, sin ningún propósito ni esperanza para poder alcanzar absolutamente nada en la vida, porque para alcanzar o lograr algo en la vida, se necesita creer que lo vas a alcanzar, que lo vas lograr, y esta motivación de que sabes que las promesas de Dios no fallan, son tu energía, son tu ánimo, son nuestra fuerza para seguir peleando la buena batalla de la fe, y que nuestro ánimo no se canse hasta desmayar, en el Salmo 27:13 el rey David escribió: “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes”.
1 Corintios 16:13 Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.
Cuatro cosas de lo que son las luchas espirituales.
1) La lucha espiritual es el único camino hacia la bendición.
2) Dios está comprometido con nosotros en esta lucha.
3) Esta lucha espiritual tiene garantía de victoria.
4) Esta lucha espiritual tiene sus condiciones.
Bibliografía: Espada Electrónica, y Los Grandes Temas del Pastor S Dellutri.