31 enero, 2021

Un llamado a la esperanza


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1 de Pedro 1:13-16

1Pe 1:13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado;
1Pe 1:14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;
1Pe 1:15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;
1Pe 1:16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

Si leemos desde el inicio del capítulo podremos ubicarnos en el contexto en el que los destinatarios de esta carta estaban viviendo.

En los versículos 3-4 dice: 3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,
En estos primeros versículos el apóstol ha venido describiendo la obra de gracia que el Señor ha hecho a nuestro favor al hacernos renacer para una esperanza viva,

Pedro dirige su carta según expresa el vers. 1 Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia,
Hermanos en la fe que evidentemente no la estaban pasando nada bien como también se desprende de lo que menciona en el vers. 6 cuando dice: Aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,

Pero a partir del vers. 13 el apóstol Pedro comienza una serie de exhortaciones que se derivan de lo expresado en los primeros versículos.

Porque Pedro los exhorta?, eran hermanos que tenían conocimiento de la palabra pero en algo estaban fallando, las circunstancias le habían hecho perder la brújula.
No es suficiente, entonces, que tengamos un entendimiento adecuado de las doctrinas bíblicas; ese entendimiento debe ir acompañado con una vida cristiana que sea consecuente con aquellas cosas que nosotros decimos creer.

¿Cómo se supone que debemos vivir a la luz de la herencia que el Señor tiene reservada para nosotros la que disfrutaremos en PLENITUD cuando el Señor Jesucristo regrese en gloria?
Ese es el tema que Pedro va a desarrollar ahora en esta parte de la carta. Por eso comienza el vers. 13 diciendo: “Por tanto…”; es decir, hermanos, “por todo lo que les he dicho hasta acá, según podemos leer desde el versículo 1 hasta el 12, les digo las aplicaciones prácticas que se derivan de esto que les dije”.
Y la primera que encontramos en el vers.13 es la esperanza que debe caracterizar la vida del cristiano.
Así que la esperanza cristiana es el centro de esta exhortación y la desarrollaremos desde tres aspectos:

  1. El objeto de la esperanza cristiana.
  2. El deber de la esperanza cristiana.
  3. El cultivo de la esperanza cristiana.

I. EL OBJETO DE LA ESPERANZA CRISTIANA:
CUAL ES EL PROPÓSITO, LA RAZÓN, EL SENTIDO DE LA ESPERANZA CRISTIANA? – DONDE DEBE ESTAR PUESTA NUESTRA MIRADA?

Leímos en la carta el contexto en el que están viviendo estos hermanos, ahora veamos en cual lo estamos viviendo nosotros hoy. Enfoquémonos en un problema general, aunque cada uno además de éste podrá tener uno personal (Problemas económicos, falta de trabajo, problemas familiares, enfermedad, etc.)
En un par de meses más va ser un año que el mundo entero está condicionado en su vida cotidiana por la Pandemia y con toda seguridad que todos en el mundo también abrigan la esperanza de que esto termine de una vez, Unos esperan que las vacunas que han sido creadas para combatir este virus tenga su efecto rápidamente y la pandemia llegue a su fin, otros no creen que con la vacuna solamente se consiga el objetivo y esperan que la gente tome conciencia y se siga cuidando cumpliendo con todos los protocolos que en ese sentido se pusieron en vigencia, todas estas son medidas que el hombre toma para resolver este problema y nosotros los creyentes como ciudadanos debemos respetar, ahora, como Cristianos, donde tenemos puesta nuestra mirada desde hace casi un año?? Nuestra esperanza es también esta misma que describimos?? No perdamos de vista que los cristianos además de ser ciudadanos de este reino lo somos del reino de los cielos y sin quitarle relevancia e importancia a la pandemia y la solución de la misma, el propósito de nuestra esperanza es más elevado esperamos en la gracia que se nos traerá cuando Jesucristo sea manifestado.

Esa, y no otra, debe ser la esperanza del cristiano. Nuestra mirada debe estar puesta en aquel día que Dios ha señalado en Su calendario para el regreso en gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo como dicen Fil.3:20 y Tito 2:13 Dice. Fil.3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
Dice Tito 2:13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,

Fue para tener esa esperanza viva que el Padre nos hizo renacer

Claro todos sabemos que no es nada fácil enfocarnos especialmente en esto cuando vemos todo lo que sucede a nuestro alrededor pero Pedro dice en este texto Por un lado que debemos esperar por completo “en la gracia que se nos traerá cuando Jesucristo sea manifestado”. Estar enfocados, no distraernos.
Esa herencia de la que disfrutaremos plenamente en aquel día, es un obsequio de la gracia de Dios para Sus hijos. “gracia” no sólo es aquello que Dios otorga en Cristo a quienes no lo merecen, sino, dicho de otra manera, más bien lo que el Señor otorga a quienes merecen lo contrario.

Si Dios nos pagara conforme a nuestros pecados lo que recibiríamos de Su mano no sería la gloria del cielo, sino la condenación del infierno. Pero por causa de Cristo y de nuestra unión con El, en vez de recibir lo que nosotros merecemos, recibimos lo que Cristo merece. Eso es gracia.

Ahora bien, los cristianos ya disfrutan de esa gracia aquí y ahora; todas las bendiciones espirituales y materiales que recibimos de la mano de Dios cada día son un regalo de Su gracia, favores inmerecidos que Dios nos otorga en virtud de la obra de Cristo y la relación que tenemos con El por medio de la fe.
Pero la enseñanza implícita que se desprende del texto que estamos considerando es que las bendiciones que disfrutamos en el presente no se pueden comparar con las que disfrutaremos en el futuro. Ya somos beneficiarios de la gracia de Dios, pero Pedro nos exhorta a esperar la gracia que Cristo traerá consigo para nosotros en aquel día.

Hablando de esa gloria que los creyentes disfrutarán en aquel día el Señor Jesucristo dice en Mt.13:43 que “los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre”. El que tiene oídos para oír, oiga. ¿SE IMAGINAN?

Pedro está diciendo a estos hermanos y nosotros lo debemos notar, Ceñid vuestros lomos, sean sobrios, ¿cuándo? AHORA en el mismo momento en el que se los está diciendo, tiempo presente, lo mismo que para nosotros hoy, por lo tanto nos deja la idea de que esa Gracia está siendo traída en la manifestación de Jesucristo, está en camino por lo tanto no es una posibilidad de que sea así, es una certeza.

Como dice Pablo en Rom.13:11: “Ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada y se acerca el día”. Hoy estamos más cerca que ayer y mañana estaremos más cerca que hoy. Cada tic tac del reloj nos aproxima a la llegada de ese día.

La segunda venida de Cristo será un evento glorioso para todos los hijos de Dios, ya sea que estén vivos o que hayan partido a Su presencia. Esa es la enseñanza de Pablo en 1Ts. 4:13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.

Ahora bien como cristianos sabemos que para alcanzar la salvación no hay nada que debamos hacer, es por Gracia y esto es así. Todo lo hizo Cristo, pero muchos comenten el error de pensar que entonces nuestra vida cristiana debe ser pasiva solo esperando el día en el que el Señor vega a buscarnos, que no tenemos nada que hacer, pero no es así, por el contrario no debemos hacer lo Dios hace por nosotros pero lo que nos corresponde a nosotros lo debemos hacer nosotros por eso en el punto que sigue vanos a ver :

II. EL DEBER DE LA ESPERANZA CRISTIANA: ALGO TENEMOS QUE HACER

Para muchas personas puede resultar chocante escuchar que hablamos de la esperanza como si fuera un deber. Todo el mundo reconoce la esperanza como una virtud, pero ¿debemos considerarla también como una obligación? ¿Podemos decir que si un hijo de Dios está perdiendo de vista su esperanza está faltando a uno de sus deberes como creyentes? Aún más, Se puede concebir un cristiano sin esperanza??

Pedro nos habla en nuestro texto en tono imperativo: “Esperad por completo en la gracia que se os traerá”. Los cristianos deben vivir en esperanza.

Este es un asunto que no tiene que ver con nuestras emociones, sino con nuestra voluntad, Así como decido obedecer a Dios, debo decidir esperar en El.

Pero Pedro no sólo usa un imperativo en el texto, sino que lo usa de una manera en el original que transmite la idea de algo que es urgente. La esperanza no es un lujo en la vida del cristiano, que da lo mismo tenerla que no. La Biblia presenta la esperanza como un elemento vital para una vida cristiana saludable. En 1Cor. 13:13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

Pablo presenta la fe, la esperanza y el amor como las tres virtudes importantes de la vida cristiana.
De hecho, podríamos decir que en muchos sentidos la vida cristiana práctica no es otra cosa que la esperanza cristiana en acción. Es por la esperanza que podemos tener coraje en medio de la dificultad, gozo en medio de la aflicción.

La esperanza nos da una perspectiva correcta del verdadero valor de las cosas; nos ayuda en nuestra lucha contra el pecado; nos mantiene corriendo la carrera a pesar de todos los obstáculos que encontramos en el camino.
En el NT encontramos un énfasis marcado en el papel fundamental que juega la esperanza en la vida cristiana.

Dice Rom.15:4, Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza;

Dice Rom.15:13 Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.

Dice Ef. 1:18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,

Dice 1Ts. 5:8; Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo.

Dice 1Jn. 3:3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.

Pero Pedro nos dice algo más acerca de ese deber que tenemos los cristianos de cultivar la esperanza (vers. 13). No se trata únicamente de esperar, sino de esperar por completo, y esa palabra añade dos cualidades a la esperanza cristiana: certeza y continuidad.

Esto no era solo una idea de Pedro ya vemos como el Apóstol Pablo según lo expresa en Filipenses 3:14 cuando dice: prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Evidentemente Pablo tenía certeza de cuál era la meta y avanzaba con toda seguridad hacia ella. Aquí no estamos hablando de algo que los cristianos pueden esperar con cierto grado de certidumbre. Nuestro Dios y Padre nos hizo renacer para que podamos tener esa esperanza viva, y uno de los atributos esenciales de Dios, algo que si le faltara dejaría de ser Dios, es Su fidelidad.

Dice. Tito 1:1-2:1 Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad, 2 en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos, Pero Dios no sólo lo prometió, sino que encima de Su promesa juró para que no tuviésemos ninguna duda en cuanto a Su intención de concedernos lo que nos ha prometido.

Dice Hebreos 6:17-18 Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; :18 para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.

Nosotros podemos esperar con toda certeza en la gracia que el Señor traerá consigo en Su venida. Lo que Cristo promete traer consigo en Su segunda venida ya lo compró para nosotros en la cruz del calvario, a precio de Su sangre. Es completamente imposible que nuestra esperanza sea frustrada.

Pero esto es algo que no sólo debemos esperar con certeza, sino también permanentemente. Las circunstancias a nuestro alrededor cambian constantemente; hoy tenemos salud, mañana podemos estar enfermos; hoy estamos rodeados de amigos, mañana podemos estar solos; hoy tenemos prosperidad y mañana podemos tener pobreza.

Pero el objeto de nuestra esperanza permanece inamovible, porque no depende de las circunstancias a nuestro alrededor, sino de la veracidad de Dios y la obra redentora de Cristo.
Si estamos atravesando hoy por una situación aflictiva, esa aflicción presente en ningún sentido anula lo que nos espera en el futuro. El hecho de que estemos en aflicción no debe llevarnos a perder de vista el objeto de nuestra esperanza.

III. EL CULTIVO DE LA ESPERANZA CRISTIANA:

Recién hablábamos del deber como cristianos de cultivar la esperanza y aquí debemos recordar las circunstancias particulares por las que estaban atravesando estos creyentes a quienes Pedro dirige su carta. Estos hermanos estaban enfrentando una situación muy difícil al tratar de vivir como cristianos en medio de un mundo pagano.

Muchos de ellos estaban siendo perseguidos por causa de su fe en Jesucristo; los siervos cristianos que trabajaban para amos incrédulos, estaban siendo abusados y maltratados; y una situación similar tenían las esposas cristianas casadas con hombres inconversos.

Y es a estos creyentes que Pedro exhorta a vivir con esperanza. Y uno se pregunta ¿cómo puede ser eso posible? Por todo lo que estaban pasando estos creyentes y encima los exhorta a vivir en esperanza, parece demasiado, no?. Por esta Pandemia o por cada situación personal no deseada por la que estemos pasando debemos seguir soportando y además debemos vivir con esperanza. Cada uno sabe lo que le toca pasar en esta pandemia o además de ella.

Pedro nos da la respuesta en nuestro texto: “Ciñendo los lomos de nuestro entendimiento y siendo sobrios”. El apóstol Pedro está usando aquí una figura que sus lectores del primer siglo entenderían perfectamente.

En aquella época los hombres usaban una túnica larga que llegaba hasta los pies. Hoy en medio oriente muchos de ellos lo siguen usando. Cuando participaban de alguna ceremonia religiosa o cuando se encontraban en una postura relajada, dejaban que la túnica cayera libremente.
Pero para todo servicio activo, ya sea para trabajar, o si tenían que salir apresuradamente o para ir a la guerra, ellos debían recoger la túnica y atarla a la cintura fijándola con una correa de cuero para que no se les enredara entre los pies.

Así que cuando se mencionaba la expresión “ceñir los lomos”, todo el mundo comprendía que era un llamado a prepararse para la acción, como cuando nosotros le decimos a alguien: “Hay que ajustarse el cinturón; aquí hay algo que debes hacer con diligencia y determinación”.

El Señor Jesucristo usa una figura similar en Lc.12:35 hablando precisamente de Su segunda venida: “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida”. Estar atentos. Cuál es, entonces, la idea que Pedro quiere comunicarnos al decirnos que nos ciñamos los lomos de nuestro entendimiento? Que lo mismo que ellos hacían con la ropa debemos hacerlo con nuestros pensamientos.

Así como estos hombres no debían dejarse la túnica suelta para que no se les enredara entre los pies en medio de una actividad intensa, así tampoco debemos dejar que nuestros pensamientos divaguen aquí y allá.

Debemos tener nuestros pensamientos enfocados en la segunda venida de Cristo y en la gloria venidera de modo que podamos estar listos para la acción, preparados para hacer la voluntad de Dios. Nosotros también estamos en medio de un viaje, porque somos extranjeros y peregrinos; nosotros tenemos una obra que hacer y una guerra que pelear, y por lo tanto no podemos permitir que nuestros pensamientos se enreden. Debemos desarrollar una disciplina mental que nos permita mantener nuestros pensamientos en perspectiva todo el tiempo.

Cuando no mantenemos nuestros pensamientos bien enfocados, nuestra mente comienza a divagar con un montón de cosas que no tienen valor. Y ¿saben cuál es el resultado? Que perdemos de vista nuestra esperanza. Noten una vez más lo que dice Pablo en Col. 3:1-4 1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria

Si queremos cultivar la esperanza cristiana, hay algo que nosotros debemos hacer con nuestro proceso de pensamiento. Pero no solo debemos ceñir los lomos de nuestro entendimiento sino también debemos ser sobrios, La idea que transmite Pedro es la de una mente clara, estable, bien balanceada; una mente en su sano juicio. Un individuo sobrio posee una perspectiva adecuada de las cosas y por eso vive de una manera adecuada

Los cristianos no estamos llamados a ser escapistas en tiempos de dificultad. Por eso no tenemos que recurrir a las drogas o al alcohol; no necesitamos entontecer nuestras mentes con un exceso de placeres o de diversión. Por el contrario debemos mantener sobriedad mental, viendo las cosas tal cual son; porque si bien es cierto que nos rodean las aflicciones y las dificultades, también es cierto que nuestro Dios está en control, cuidando de nosotros; y que El usa esas aflicciones para moldear nuestro carácter y hacernos cada vez más semejantes a nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Más aún: si bien es cierto que en el mundo tendremos aflicciones, también es cierto como dice Romanos 8:18 “que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”

Así que lo que necesitamos para traer paz y tranquilidad a nuestras vidas es una mente clara, estable, bien balanceada; una mente en su sano juicio. Es así como los creyentes podemos cultivar la esperanza cristiana.

Así que Hermanos la esperanza es fundamental en la vida cristiana, una virtud que todo creyente debe cultivar, pero que eso sólo es posible cuando desarrollamos una forma bíblica de pensar.
La mente es una facultad del alma que juega un papel vital en la vida del cristiano. Vivimos como pensamos. Dice Mat 22:37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.

“con toda tu mente”.. Con ella podemos pensar, comprender las cosas, entender las Escrituras, conocer a Dios. Con ella podemos recrear el pasado (la memoria) y podemos también imaginar cosas que aún no han ocurrido.

¿En qué cosas pensamos?¿ Estamos llenando nuestra mente de las Escrituras para que ella moldee nuestro manera de pensar?
Podemos repetir nosotros lo que dice el salmista en el salmo 119:11 En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.

Que el Señor nos ayude a cultivar la esperanza cristiana, de manera que podamos enfrentar las dificultades con coraje y las aflicciones con contentamiento; y así podamos mantenernos corriendo la carrera con paciencia, sin importar los obstáculos que tengamos que sortear en el camino siendo ejemplo sobre todo para aquellos que no tienen esta esperanza y con ellos tengamos la oportunidad de presentarles el evangelio para que se apropien también de esta esperanza.

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